jueves, 26 de marzo de 2009

La Anunciación de la Santísima Virgen María


La fiesta de hoy – MIÉRCOLES 25 DE MARZO – nos recuerda el acontecimiento más grande de la historia: la ENCARNACIÓN DEL SEÑOR en el seno de una Virgen (Ep.).


En ese día, el Verbo se hizo carne, y se unió para siempre a la humanidad de Jesús. Así que el 25 de marzo viene a ser el aniversario de la ordenación de Jesús como sacerdote, pues, por la unción de la divinidad, ha sido hecho Pontífice sumo, y Mediador entre Dios y los hombres. Además, el misterio de la ENCARNACIÓN merece a MARÍA su título más hermoso, el de “MADRE DE DIOS” (Or.), en griego TEOTOCOS; nombre que la Iglesia greco-oriental escribía siempre con letras de oro, a manera de preciosa diadema en la frente de sus imágines pintadas y en sus estatuas. “Colocada en los confines de la Divinidad”, pues suministró al Verbo de Dios la carne a que hipostáticamente se había unido, la Virgen fue honrada siempre con culto supereminente llamado de “HIPERDULÍA”: El Hijo del Padre y el Hijo de la Virgen se convierten naturalmente en un solo y mismo HIJO, dice SAN ANSELMO, y siendo desde entonces MARÍA LA REINA DEL HUMANO LINAJE, todos deben venerarla (Int.).
Al 25 de marzo corresponderá nueve meses después el 25 de diciembre, día en que se ha de manifestar ante la faz del mundo el milagro que hoy tan sólo conocen el cielo y la humilde Virgen nazarena. Según los antiguos martirologios, el 25 de marzo sería el día de la muerte del Salvador. Nos recuerda, pues, en esta santa Cuarentena, como también el canto del CREDO, que, “por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo el Hijo de Dios, y se encarnó por obra y gracia del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María; que se hizo hombre y padeció bajo PONCIO PILATOS, que fue sepultado y al tercer día resultó”.

Ya que el título de Madre de Dios hace a MARÍA todopoderosa, pidámosla interceda ante JESÚS (Or.), para que, por los méritos de su PASIÓN y de su CRUZ, lleguemos a la gloria de su Resurrección”.

Resumimos, la ANUNCIACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN del 25 de MARZO. La fiesta de hoy conmemora EL ACONTECIMIENTO MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA: la ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS, EN EL SENO DE MARÍA. “EL VERBO SE HIZO CARNE”. San GABRIEL trae el mensaje gozoso que relata el Evangelio. La tradición le asigna el 25 de marzo, el mismo día en que se cree que Cristo murió. Esta fiesta es tanto de la Madre como del Hijo. En cuanto fiesta mariana, es una de las más antiguas en la liturgia católica, pues ya se encuentra en el siglo V. Nació del Adviento, tiempo litúrgico dedicado a este mysterium, a la Colecta de la Misa pone de relieve la parte que le corresponde en él a MARÍA. Es el día de rezar con gran devoción el “ANGELUS”, y de repetir el “AVE MARÍA”.

SAN JUAN DAMASCENO, CONFESOR y DOCTOR. 27 de marzo.

JUAN, oriundo de Damasco, SIRIA, Cercano Oriente, fue suscitado por Dios para defender el Culto de las Imágenes, cuando el Emperador bizantino LEÓN EL ISÁURICO se empeñaba en destruirlas. Combatió con denuedo a los Iconoclastas, o de “destructores de imágenes”.
Sus numerosos escritos, saturados de ciencia sagrada y piedad, y su elocuencia merecieron que el Segundo Concilio Universal de NICEA lo comparase a un “RÍO DE ORO”, y que LEÓN XIII le proclamara Doctor de la Iglesia, el cual supo asumir la profunda doctrina de los antiguos Padres greco-orientales y abrir el camino a la Teología escolástica. Muerto en año 749 (¿), no parece sino que con él se extinguió la última estrella del Oriente, cuyo celo estuvo antes tachonada de incomparables lumbreras.
Veneremos las SAGRADAS IMÁGENES, pues el hombre, hecho de carne y espíritu, necesita despertadores y ayudas externas y visibles, para remontarse a las cosas interiores y celestiales. De ahí los Sacramentos todos; de ahí el CULTO litúrgico con todo su esplendor, de ahí las imágines de los Santos que con razón veneramos por la relación que dicen con el Santo, no por lo que en sí valen o pueden.

SAN JUAN CAPISTRANO, CONFESOR. 28 de marzo.

JUAN nació en Capistrano (Abruzos, Italia) el 24 de junio de 1385 y a los treinta y nueve ingresó en la Orden de San Franciscano, siendo luego escogido por DIOS para librar a la Europa del ISLAM, que en el siglo XV amenazaba invadirla y someterla a la Media Luna. Ya MAHOMET II se había apoderado de Constantinopla, capital y cabeza del Imperio greco-romano de Oriente, e iba sobre Belgrado (Serbia). Entones el Papa CALIXTO III decretó la Cruzada y JUAN la predicó con palabras de fuego en Panonia (Iliria) y en otras provincias de antiguo orden romano, logrando con la ayuda del noble Húngaro JUAN HUNYADE, alistar en ella a 70.000 cristianos. Soldados improvisados no llevaban más armas que la hoz y el cuchillo; pero JUAN, que había cifrado toda su fortaleza en el Señor, tras de rudo combate alcanzó la victoria y aseguró de la CRUZ sobre la Medio Luna (Or.). En la del mismo día yacían por tierra o habían huido 120.000 Turcos, mientras que MAHOMET II, maltrecho y herido renunciaba a sus proyectos dominantes contra la Europa CRISTIANA. Murió SAN JUAN CAPISTRANO en 1456. (En 1453 cayó Constantinopla y ahora en ISTAMBUL).

ACUDAMOS A LA PROTECIÓN DEL SANTO Y A LA PENITENCIA PARA RECHAZAR ASÍ LAS EMBESTIDAS DEL ESPÍRITU MALIGNO (Posc.).

Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
Diario Pampero Cordubensis nº 202
Instituto Eremita Urbanus

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