2011: Premian 135 neocuras pederastas “dispensándolos de sus
obligaciones”. Video 3D del Santo Sepulcro. Los hebreos en Inglaterra a través de la historia.
Bélgica:
pretenden disimular 800 casos de pederastia. Rechazan en Israel a Lazzarotto como nuncio papal.
Confirmado: «
Shakespeare era católico». Pretenden sustituir la fiesta de San Bernardo por el
«Día de la Masonería». Inventan absurda «Nueva Misa en silencio» para
sordomudos. Escritor hebreo elogia a Teresa de Calcuta. Texto del Acuerdo
Ratzinger-Lefebvre 05/05/88. «Carta Abierta al Papa», Noviembre de 1983.
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
Así es como “defiende” Benedicto XVI a los
inocentes infantes.
En total fueron 404 denuncias de abusos de
menores
A otros 125 sólo se les pide la “dimisión”
Más de 400 casos de abuso de menores por parte
de sacerdotes de la Congregación para la Doctrina de la Fe fueron denunciados
en 2011, a partir de la llamada “línea de transparencia” lanzada por el
papa Benedicto XVI.
“Los casos denunciados en 2011 fueron 404, menos
que los registrados en 2010, pero dan cuenta de un aumento considerable
respecto del quinquenio 2005-2009″, señala una publicación reciente de la
Librería Editorial Vaticana (LEV).
El volumen -que cada año da cuenta de todas las
actividades de los departamentos vaticanos- explica que durante 2011 la Oficina
Disciplinaria del ex Santo Oficio “trabajó intensamente” en 599 nuevos
casos, la mayor parte de los cuales (440) refieren a “delitos graves”: los más
numerosos (404) son casos de abusos de menores.
Respecto de 2010, detalla el texto, fueron
recibidas “menos denuncias de abuso perpetradas por clérigos” en esa oficina.
Sin embargo, respecto de años anteriores (por ejemplo, el quinquenio
2005-2009) el número de casos aumentó “considerablemente“.
La congregación decidió iniciar 37 procesos
judiciales y 189 administrativos. E incluso determinó presentar ante el Papa el
pedido de “dimisión ex oficio” (automática, Ndr) de sacerdotes en 125 casos.
Para otros 135 religiosos fue solicitado el pedido de “dispensa de las
obligaciones sacerdotales, incluido el celibato”.
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Foro Católico reproduce este texto del historiador
hebreo José Kaminer TAUBER, un apellido muy visto últimamente, por el interés
de los datos revelados acerca de la comunidad israelita en la Historia de
Inglaterra donde, actualmente, tienen asentado su liderazgo político y
económico mundial.
Expulsión de judíos
Breve historia de los judíos en el reino de
Inglaterra del siglo XIII hasta mediados del siglo XX.
Los judíos que vivían en Inglaterra durante la Edad
Media fueron tratados como propiedad del Rey. Les fue permitido quedarse ahí
sólo por razones financieras: negocios y préstamo de dinero, lo que era muy
ventajoso para la corona, ya que ganaban mucho dinero y pagaban altos impuestos
al rey. Finalmente, esto empobreció a la mayoría de los judíos de tal manera
que ya no resultaron rentables; fue entonces cuando Eduardo I, echó a los
Judíos de Inglaterra en 1290.
Después de su expulsión no existió ninguna
presencia judía en Inglaterra durante más de 360 años, pero dado que se
imprimieron libros hebreos desde 1525, podemos intuir que de alguna manera no
faltaron algunos judíos en el país.
Es a mediados del siglo XVII cuando puede hablarse
de una colonia conversa, de rasgos criptojudíos. Por aquel
entonces comenzaron a repercutir voces que solicitaban un cambio de
actitud hacia los judíos, y abogaban por su regreso a la isla. Este proceder
favorable a los judíos, se dio básicamente en círculos puritanos y milenaristas
(sectas protestantes) para quienes el retorno de los judíos a Inglaterra
formaba parte del plan mesiánico, según el cual la dispersión total de los
judíos era un requisito importante para el restablecimiento del Reino de
Israel.
Con el cese de la monarquía inglesa en el
tiempo de Cromwell y la instauración del régimen
republicano crecieron las expectativas mesiánicas en los círculos puritanos más
radicales y con ellas cobró vigor la actividad pro judía.
En 1649, se había presentado a Cromwell una
Petición de los judíos de revocación de la Ley del Parlamento sobre su
destierro de Inglaterra. Gestiones parecidas realizaron Roger Williams, Hugh
Peters y otros miembros de la facción de los Independientes. El rabino de
Amsterdam, Menashe Ben Israel, también decidió aprovechar para
obtener un permiso oficial del gobierno inglés que permitiera restablecer la
vida judía en aquel país. Ya en 1650 publicó con ese propósito su libro Esperanza
de Israel que apareció simultáneamente en español y en latín (y fue
traducido poco tiempo después al inglés), en el cual encaraba el tema
mesiánico, ligando la proximidad del advenimiento del Mesías, con el
descubrimiento de las diez tribus, perdidas, algunos de cuyos vestigios se
habían hallado presuntamente en el continente americano.
Fue en 1654 cuando Menashe Ben Israel emprendió una
acción firme y decidida para lograr el retorno de los judíos a Inglaterra.
El objetivo era negociar con Cromwell la
formulación de un decreto que anulara el edicto de expulsión de 1290 y
proclamara públicamente la admisión de los judíos en Inglaterra. A pesar de los
múltiples esfuerzos invertidos, Menashe Ben Israel y sus camaradas no pudieron
obtener su cometido. Los comerciantes de Londres se opusieron al
establecimiento de los judíos que significaba para ellos un peligroso factor de
competencia económica. La presión de estos comerciantes fue la que en última
instancia provocó la decisión negativa de la Asamblea de que debía emitir su
opinión respecto a la admisión de los judíos, en diciembre de 1655.
Cromwell, cuya postura pro-judía no era compartida
por todos los miembros del Consejo de Estado, no pudo darles una respuesta
oficial positiva, pero según parece llegó con ellos a un acuerdo tácito que les
permitía ejercer su culto sin necesidad de esconderlo. Poco tiempo después Carvajal y
Cáceres compraron un edificio para cementerio de la nueva
comunidad, conocido con el nombre de “Cementerio Velho”.
Cuando en 1660 Carlos II restauró la monarquía en Inglaterra
no sólo no derogó los derechos obtenidos por los judíos durante el período
republicano, sino que después de poco tiempo reconoció oficialmente a la
congregación ya establecida, pues es sobradamente conocida la ayuda que había
recibido en el destierro de algunos judíos como Mendes da Costa y Agustina Coronel Chacón; además el
monarca inglés estaba convencido de que la presencia de los comerciantes
sefardíes le acarrearía grandes ventajas económicas. Por ello les concedió en
1664 las libertades y franquicias que en aquel mismo año negó a todas las
sectas cristianas que actuaban fuera de la iglesia anglicana. Los judíos
pudieron, desde entonces, ejercer públicamente su culto.
Durante el reinado de Jorge I (1714-1727) se
produjeron las primeras naturalizaciones de judíos. En 1723 un tribunal falló
que los judíos nacidos en el país eran automáticamente ciudadanos. El
Parlamento votó una ley el mismo año según la cual los judíos podían ser
admitidos como ciudadanos ingleses prescindiendo, incluso, del juramento “por
la verdadera fe de cristianos”. En este itinerario ascendente, otra ley en 1740
admitía a los judíos a la ciudadanía británica si llevaban residiendo más de
siete años en el país. La comunidad inglesa -ya no se trata sólo de
Londres sino que empiezan a despuntar otros centros como Manchester y
Liverpool- se convirtió en una de las más importantes de la diáspora sefardí
occidental inmediatamente después de la de Amsterdam.
La sinagoga de Bevis Marks, fundada por
judíos españoles y portugueses llegados de Amsterdam, fue construida en 1701 y
es la más antigua que existe en suelo británico. Además, Gran Bretaña es el
único país de Europa que cuenta con una sinagoga donde los fieles continuaron
celebrando sus ritos religiosos, sin interrupción, por más de 300 años.
Shakespeare y Shylock
Shakespeare, en su obra El Mercader de Venecia,
interpretada por primera vez en 1596 o 1597, muestra los principales
problemas sociales de su época, tales como el antisemitismo. Para
analizar debemos tomar en cuenta la situación de los judíos en la Inglaterra en
la época de Shakespeare.
En 1594, Rodrigo López , de origen español, uno de
los pocos judíos en Inglaterra, fue acusado de traición y sin ninguna prueba
fue condenado por conspiración de asesinato de la reina, lo que llevó a que lo
ahorcaron por su supuesto crimen. El resultado de este juicio fue la aparición
del odio contra los judíos en Inglaterra, un sentimiento que ha contribuido al
éxito inicial de la obra.
Durante el autoritarismo escolástico vigente en esa
época, la discriminación religiosa contra los judíos y musulmanes se había convertido
en una característica de la época. El personaje judío de Shylock es
representado como un ser cruel y vengativo, sin sentimientos, incapaz de
mostrar compasión.
Además de ser agraviado por los cristianos, es el
perdedor de la obra; esto me parece denigrante. Es un abuso por parte de
Antonio tratar mal a Shylock, siendo que el judío solo estaba tratando de
ganarse la vida con su negocio. No estoy justificando el hecho de que Shylock
pidiera carne humana como pago, esto me parece absolutamente inconcebible, ya
que la ley judía prohibe vertir sangre (mucho menos cortar carne).
Una influencia dramática sobre esta obra es sin
duda la obra de Christopher Marlowe, otro escritor del renacimiento en
Inglaterra. Su obra del año 1589, llamada El Judío de Malta.
Los siglos XIX y XX, hacia la modernidad
Al advenir la llamada “revolución industrial”, los
judíos prosperaron económicamente y lograron mayor influencia en el mundo
cultural y político de las naciones cristianas. Hacia 1848, con el pleno
desarrollo del liberalismo, los líderes judíos intervenían directa y libremente
en los asuntos vitales de los países de su nacimiento o actuación. Como ejemplo
tenemos en Inglaterra a Benjamín Disraeli, estadista de actuación
preponderante durante la época de la reina Victoria y de origen judío; también
entonces, las limitaciones públicas que existían para los judíos fueron
levantadas, y los ciudadanos de origen judío fueron puestos en igualdad
como los restantes súbditos de su Majestad. Durante el siglo XIX, la comunidad
incrementó sus derechos, cuando en el año de 1855 Sir David
Salomons fue nombrado primer Lord Mayor judío de Londres
como también Sir Moisés Haim Montefiore
(1784-1885, banquero judeo-británico, filántropo, defensor firme de
derechos humanos y alcalde de Londres)
La rama británica de los Rothschild, integrada
en la vida nacional, asumió el liderazgo (hereditario) de los judíos ingleses,
a los cuales proporcionó su primer representante en el Parlamento en el año de
1858, Lionel de Rothschild, fue un destacado zoólogo, fundador del Museo
Rothschild de Historia Natural de Londres (al mismo tiempo que se ocupó del
negocio bancario). Uno de los grandes defensores del sionismo. Era a él a quien
se dirigía la carta de Lord Balfour en la que el gobierno británico se
declaraba dispuesto a crear un «hogar nacional» para los judíos en Palestina
(la Declaración Balfour de 1917, fundamento del posterior
Estado de Israel).
Los Rothschild simpatizaron con la causa sionista y
fueron los mayores protectores de los pioneros judíos que emigraron a Palestina
para establecerse como colonos; destaca a ese respecto la labor de uno de los
hijos de James, Edmond (1845-1934), que financió la creación de la segunda
colonia judía de Israel, formada por emigrantes de Rusia, cuando Palestina
estaba todavía bajo dominio turco: Rishon le-Tzion (1882).
La Declaración Balfour fue una carta escrita el de
2 de noviembre de 1917 por el Ministro de Relaciones Exteriores británico
Arthur James Balfour dirigida a Lord Lionel Walter Rothschild, un líder de la
comunidad judía británica, para su transmisión a la Federación Sionista.
Antecedentes y sucesos que llevaron a la
declaración Balfour
El 9 de noviembre de 1914, en un discurso
pronunciado en el Ayuntamiento de Londres, el primer ministro británico Herbert
Asquith anunció con acento dramático: “El Imperio turco se ha suicidado.”
El sultán se había comprometido con la victoria
alemana y se disponía a desencadenar una guerra santa contra Gran Bretaña.
Asquith deseaba impedir que los cien millones de musulmanes que eran subditos
del Imperio británico se incorporasen a esa campaña. De ahí su discurso, que
comprometía a Gran Bretaña a destruir finalmente el imperio otomano y dar la
libertad a sus pueblos.
El Tratado Sykes-Picot del 3 de enero de 1916 fue
un acuerdo secreto entre Gran Bretaña y Francia para dividirse el Oriente Medio
una vez concluida la Primera Guerra Mundial.
Algo indefinida quedó Palestina, que eventualmente
fue otorgada, bajo un mandato de la Sociedad de las Naciones, a Gran Bretaña.
Los británicos, cautelosos, les dieron aliento a los judíos al estipular que
veían con buenos ojos el establecimiento de un futuro estado judío en Palestina
mediante la llamada Declaración Balfour. En efecto, como medida de guerra, los
británicos alentaban las aspiraciones de todos en el mismo territorio.
En la posguerra, Gran Bretaña se sirvió con la
cuchara grande. No sólo obtuvo a Palestina, sino que tomó a Mosul al que agregó
con Basora y Bagdad para crear Iraq. Entonces le recortó a Siria (ya ocupada
por Francia) un tramo que le asignó a Irak, y otro a Cisjordania para poder
transportar mediante oleoducto el petróleo de Mosul.
Herbert Samuel fue nombrado para el cargo de Alto
Comisionado en 1920, una vez que el mandato británico fue concedido por
la Sociedad de Naciones. Fue el primer Alto Comisionado que cumplió sus
servicios en ese cargo hasta 1925. Como tal, Samuel fue el primer judío que gobernó la
histórica Tierra de Israel en 2000 años.
Como Alto Comisionado, Samuel trató de demostrar su
neutralidad y trató de mediar entre los intereses árabes y judíos trabajando
para frenar la inmigración judía y ganarse la confianza de la población árabe.
La costumbre islámica hasta ese momento era que el líder espiritual, el gran
mufti de Jerusalén, sea elegido por el gobernador. Después de que los
británicos conquistaron Palestina, Herbert Samuel nombro al líder islámico,
eligiendo a Haj Amín al Husseni, quien luego se aliaría al régimen
nazi de Hitler en años posteriores.
En la Primera Guerra Mundial, los soldados judíos
de Eretz Israel formaron el Cuerpo de Muleteros de Sión que se formó en
1915, combatieron en Galípoli, pero posteriormente fueron licenciados. Jabotinsky convenció
al gobierno británico para que permitiera la formación de tres batallones
judíos que lucharon codo a codo con los británicos, llamada así la “Legión Judía”.
El espejismo nazi
¿Cómo reaccionaron las potencias europeas frente al
nazismo?
En un principio lo apoyaron y hasta firmaron pactos
de amistad con Hitler. Inglaterra, por ejemplo, a través de su canciller
Chamberlain, dijo que Hitler era un caballero y aceptó las anexiones de Austria
y Checoslovaquia llevadas adelante por Alemania. Las burguesías europeas veían
en Hitler un freno a la expansión soviética y un férreo control para las
ideologías obreras. La URSS, por su parte también pactó con Hitler y le
reconoció sus conquistas. Sólo en 1939, después de seis despiadados años de
gobierno y exterminio, Inglaterra y Francia se decidieron a actuar contra
Hitler, cuando éste invadió Polonia. EE.UU. lo haría dos años más tarde al
igual que la URSS.
El antisemitismo nazi cayó bien entre los árabes en
el contexto de los pulsos de la colonización judía. El Muftí de Jerusalén HajAmin
el-Husseini fue recibido y subvencionado por Hitler y estuvo
implicado en crímenes del Holocausto en Europa, al impedir la emigración a
Palestina de miles de judíos de Bulgaria, Rumanía y Hungría, que en su lugar
fueron internados en campos de concentración. Husseini, que murió en 1974,
nunca fue juzgado por esos crímenes y mantuvo sus simpatías hacia los nazis
hasta la posguerra. En abril de 1941, los nazis apoyaron un golpe de estado
antibritánico en Irak. El regreso de los británicos poco después desencadenó un
pogrom con centenares de judíos muertos y miles de heridos en Bagdad.
Eduardo VIII después de su abdicación fue nombrado
duque de Windsor y, en 1937, recorrió la Alemania nazi. Durante la Segunda
Guerra Mundial fue comisionado en un primer momento con la Misión militar
británica a Francia, pero, después de acusaciones privadas de que mantenía
simpatías pro nazi, fue enviado a las Bahamas como gobernador. Después de la
guerra, nunca se le dio otro cargo oficial y pasó el resto de su vida en el
retiro.
Joachim Ribbentrop, diplomático alemán, resultó una
notable influencia entre la clase dirigente y de la nobleza inglesa a la
que invitaba a visitar Alemania y a conocer a Hitler personalmente. En
1936 es nombrado Embajador en Gran Bretaña con la misión exclusiva de obtener
una alianza anglo-germana. Pero la diplomacia británica receló siempre de
Ribbentrop por considerarlo un farsante y fracasó en atraer a los ingleses a la
causa alemana.
El sueño de una alianza con los ingleses se
fue desvaneciendo con el pasar de los años. La abdicación del rey Eduardo VIII,
que alimentaba simpatías por la causa nazi, fue un duro golpe en ese sentido y
luego el nombramiento de Churchill como primer ministro condenó a
muerte cualquier ilusión de establecer una alianza entre ambos pueblos.
Antisemitismo en Gran Bretaña
En el período que medió entre 1920 al 24 hubo una
intensa oposición al sionismo en la prensa británica, en mítines públicos y en
el Parlamento. La prensa utilizaba los estereotipos antisemitas que mostraban a
los judíos como extranjeros, como bolcheviques, el tema del poder judío a
través de políticas conspirativas relacionando judíos y dinero.
En agosto de 1921 llegó a Londres una delegación de
árabes de Palestina, quienes hicieron antesala con miembros del Parlamento,
antisemitas la mayoría de ellos. Con la participación de judíos en las
revoluciones socialistas o bolcheviques, comienza una campaña de rumores
afirmando que los revolucionarios forman parte de una “conspiración judía”
anunciada ya en los “Protocolos de Sion”, esta calumnia se difundió con gran
rapidez, en Gran Bretaña el antijudaísmo creció en virulencia.
Churchill afirmó en un discurso “...Pretenden
destruir todas las creencias religiosas que dan consuelo e inspiración al alma
humana. Creen en el Soviet internacional de los judíos rusos y polacos.
Nosotros, en cambio, seguimos confiando en el Imperio británico”.
En Inglaterra se decía que la Revolución contaba
con el apoyo y la ayuda de los más importantes banqueros norteamericanos como
Schiff y Warburg.
Así, desde 1918 habían aparecido en Gran Bretaña
algunas obras antisemitas que volvían sobre el tópico de la conspiración. Los
Protocolos de los sabios de Sión aparecieron publicados; para el 8 de
mayo de 1920 el Times publicó el artículo “El Peligro judío”, que
insinuaba que el premier británico estaba a punto de entablar negociaciones con
un grupo de conspiradores dispuestos a instaurar el imperio mundial de David.
The Times cuestionaba la autenticidad de los
documentos, pero dejando entrever que podría no tratarse de una falsificación.
Sin embargo, la marea duró poco. En agosto de 1921, este mismo periódico
publicó durante tres días consecutivos un reportaje en el que se demostraba que
los Protocolos no pasaban de ser un plagio aderezado. Con ello, la popularidad
de la obra tocaba, sensatamente, a su fin, en 1924 este tema ya había dejado de
ser el más tratado en el Parlamento.
En junio de 1935, Gran Bretaña se declaró dispuesta
a firmar un acuerdo naval con el Reich. Lo más importante de este acuerdo naval
es que Inglaterra era el primer país que reconocía la legalidad del rearme
alemán e incluso ratificaba, mediante la firma de un acuerdo, tal
reconocimiento.
La nueva constelación política europea pareció
propicia a Hitler para ejecutar una empresa arriesgada desde el punto de vista
político y militar: La remilitarización de los países renanos (7 de marzo de
1936). Ello significaba, no sólo una evidente violación del Tratado de
Versalles, sino también del Pacto de Locarno, libremente concluido por
Alemania. El rearme la había convertido en una de las más fuertes potencias
militares de Europa.
El partido fascista ingles
La Unión Británica de Fascistas (en inglés, British
Union of Fascists, BUF) era un partido político que fue formado en 1932
por el ex ministro laborista Sir Oswald Mosley. El partido era una unión que abarcaba a
varios partidos nacionalistas pequeños. Mosley se basó en otro líder fascista,
Benito Mussolini y modeló su partido siguiendo la línea de
movimientos fascistas en otros países, sobre todo Italia. Instituyó un uniforme
negro, ganando el partido el apodo de «camisas negras». El BUF era
anticomunista y proteccionista. Apoyó la sustitución de la democracia
parlamentaria. Su política oficial, según lo representado en discursos y
publicaciones en los años 30, era antisionista.
El BUF fue prohibido totalmente en mayo de 1940, y
recluyeron a Mosley y a 740 fascistas importantes durante la Segunda Guerra
Mundial.
Tambores de guerra
El primer ministro británico Neville Chamberlain se
puso de acuerdo, con el primer ministro francés, a entregar los Sudetes a
Alemania. Pensó que había comprado la “paz con honor”. Pero Hitler,
mostró su verdadera intención de apoderarse del resto de Checoslovaquia.
Chamberlain finalmente vio también la intención de Alemania de dominar Europa,
y su extensión de una garantía a Polonia, un país que la geografía era incapaz
de ayudar, aseguró la guerra prácticamente.
En mayo de 1940, después de un desastroso intento
británico para forzar a los alemanes de Narvik, Noruega, Chamberlain renunció
en favor de Winston Churchill. Veterano de 65 años y con más de una
campaña política iba a resultar un líder notable. El país se recuperó
rápidamente tras gastar su “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” para salir
victorioso en lo que eventualmente se convertiría en una sangrienta guerra. El
nuevo primer ministro Winston Churchill informó al pueblo británico que la
Batalla de Francia había terminado y ahora era su turno. La Batalla de Gran
Bretaña estaba a punto de comenzar. Además enfatizó que Hitler tendría
que vencer a la Gran Bretaña con el fin de ganar la guerra.
Cuando la Segunda Guerra Mundial, los judíos otra
vez se presentaron voluntariamente. A pesar de que las relaciones
judío-británicas no eran las mejores, a causa de la política del mandato británico
en el país. En primer lugar se trataba de la defensa del país, ya que con
Rommel a las puertas no podían estar seguros, de si los nazis, quizás, pudieran
marchar en dirección a Jerusalén.
En 1942, cuando los habitantes judíos escucharon
las primeras noticias del genocidio nazi, muchos también se presentaron, por
esta razón, para la batalla en Europa. Entre 1939 y 1945, 30.000 hombres y
mujeres provenientes de Eretz Israel se unieron a las fuerzas de combate
británicas en la lucha contra el régimen nacional-socialista. En aquel tiempo,
en Israel vivían menos de medio millón de judíos. En total, alrededor de 1,5
millones de judíos, hombres y mujeres, combatieron hombro a hombro con las
fuerzas de combate de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
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Los futuros sacerdotes de Bélgica recibirán una
formación especial a cargo de psiquiatras para prevenir la pederastia y saber
cómo actuar si detectan situaciones similares en sus congregaciones.
Son más de 800 las denuncias por abusos que se
registran en la Iglesia de ese país.
“El objetivo de estos cursos es no volver sobre los
pasos del pasado”, declaró el obispo de la ciudad de Tornai, Guy Harpigny,
refiriéndose a los casos de pederastia dentro de la Iglesia Católica
belga, detectados en los últimos años.
“Protección para los niños” “Prevención y
protección para los niños”, explicó Harpigny, valorando la iniciativa conjunta
de la Iglesia Católica belga y los expertos de psiquiatría de este país. Una
comisión formada por miembros de las distintas diócesis del país comenzó a
trabajar a fines de julio pasado en los cursos, que dictarán los psiquiatras,
informó el periódico Le Soir.
Según los profesionales, ellos impartirán formación
en “anti-pederastia” sobre “cómo detectar situaciones potencialmente
problemáticas con los niños”. Los expertos propondrán también situaciones a los
curas en formación, para darles pautas sobre cómo reaccionar para hacer frente
a un caso de pederastia en el seno de su congregación.
Historial de abusos
Según un informe especial, sacerdotes belgas
abusaron sexualmente de centenas de niños a lo largo de las últimas
décadas. La comisión que investigó los casos reveló haber recibido 478
denuncias de pederastia. Dos tercios de las víctimas son hombres, aunque
también hubo 100 mujeres que sufrieron abusos.
Según el documento, presentado por el psiquiatra
infantil Peter Adriaenssens, publicado en 2012, la comisión investigó los
abusos cometidos en Bélgica desde la década de los “60 hasta mediados de los
80”, y recibió al menos 478 denuncias por casos de pederastia. El informe
reveló que 13 de las víctimas de abusos terminaron suicidándose.
Denuncias en aumento
Mientras tanto, hace unos días se divulgaron nuevos
datos sobre el creciente aumento de denuncias de parte de las víctimas de
pederastia en el seno de la Iglesia, anunció la prensa belga. La Fiscalía
Federal de Bélgica que contaba a principios de año con 204 demandas oficiales
sigue recibiendo denuncias. “Continuamos recibiendo nuevas denuncias. Ya no son
tantas como en 2010 después del caso (del ex obispo de la diócesis de la ciudad
belga de Brujas) Roger Vangheluwe, pero las denuncias no cesan.
Algunas víctimas necesitan mucho tiempo para dar
este paso ante el fiscal”, señaló un portavoz de la Fiscalía belga.
Según la Fiscalía, el número de víctimas que
decidió emprender acciones judiciales contra la Iglesia belga ha aumentado
considerablemente desde entonces. Fiscales locales han recibido presentaciones
de más de 70 víctimas y también en la diócesis de Gante se ha recibido una
treintena de denuncias. Con este número de demandas, junto con los
478 casos contabilizados por la comisión encabezada por Adriaenssens, las
denuncias oficiales por abusos sexuales por parte de eclesiásticos se elevan a
más de 800.
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“Encubrió a los sacerdotes pederastas; mandarlo e
Jerusalén es una bofetada”
Protestas públicas en Israel y posibles acciones
diplomáticas por un “nombramiento vergonzoso que nos humilla y embaraza”.
En el estado hebreo provoca discusión la llegada,
como representante del Vaticano en la Tierra Santa, del arzobispo veneciano
Giuseppe Lazzarotto, ex Nuncio apostólico en Irlanda durante la tormenta de los
abusos sexuales.
Desde hace algunos días, los medios de comunicación
israelíes han encendido la polémica por el nombramiento de un “embajador papal”
que estuvo “involucrado en el escándalo que sacudió a la Iglesia irlandesa en
2005”.
En la Secretaría de Estado del Vaticano definen
como “pretextos” tales críticas: “Ya ha estado en Tierra Santa y desempeñó un
trabajo óptimo”. En los Palacios Sacros, además, se indica que “nadie ha
combatido la pederastia más que Joseph Ratzinger, tanto cuando era cardenal
como ahora que es Pontífice”.
Un indicador de la “tolerancia cero” que introdujo
Benedicto XVI es el cambio impuesto a las conferencias episcopales de todo el
mundo y las decenas de religiosos destituidos por haber encubierto al “clero
infiel”. Por lo tanto, “no se enviaría nunca a una sede diplomática de vital
importancia a un Nuncio en desacuerdo con la línea de absoluta severidad que
estableció el Pontífice en contra de los pederastas”. Pero en Israel las aguas
no parecen calmarse.
Monseñor Lazzarotto, resume el periódico “Yedioth
Ahronoth”, “fue acusado en Dublín de haber hecho todo lo que estaba en su poder
para proteger a los sacerdotes pederastas y de no haber cooperado con la
comisión Murphy del gobierno con tal de mantener el secreto, proteger la
reputación de la Iglesia y perseverar su patrimonio”. Por ello, “cualquier otra
consideración, incluidos el bienestar de los niños y la justicia para las
víctimas, se subordinaba a estas prioridades”.
La comisión de investigación irlandesa criticó al
arzobispo por “su rechazo a ofrecer información sobre los informes acerca de
los abusos sexuales del clero en contra de menores”. En 2008, “un año
antes de que la comisión de investigación enviara sus conclusiones a la Suprema
Corte, el Vaticano decidió nombrar a Lazzarotto como su representante en
Australia”.
Con un “ataque sin precedentes contra la Santa
Sede”, el primer ministro de Irlanda, Kenny, declaró: “la violación y la
tortura de niños han sido minimizados o manejados con tal de mantener el
primado de la institución, su poder, su rango y su reputación”. Es decir, una
denuncia oficial en contra del “elitismo, la división, la disfunción y el
narcisismo del Vaticano”. A final de cuentas, en noviembre del año pasado,
Dublín llegó a cerrar la embajada ante la Santa Sede.
“Ahora el Vaticano decide nombrar a Lazzarotto como
su embajador en Israel –subraya el periodista Menachem Gantz. Los judíos,
habrán pensado en la Curia, ya tienen sus problemas: los sacerdotes pederastas
no están en la orden del día en el tumultuoso Medio Oriente; así podemos
demostrar nuestro aprecio por la lealtad de Lazzarotto durante el escándalo en
Irlanda, ofreciéndole el prestigioso encargo de representante del Vaticano en
Jerusalén”.
Por lo tanto, el nombramiento “suena como una
bofetada en el rostro de Israel y pone en evidencia las relaciones tensas entre
la Santa Sede y el estado hebreo, basadas en gestos simbólicos sobre
todo”. Por ello, Israel debería pedir aclaraciones al Vaticano sobre la
conducta del arzobispo durante el escándalo de los sacerdotes pederastas, antes
de que comience su mandato como embajador en Israel.
En realidad, Lazzarotto toma el puesto de Antonio
Franco, que fue durante 6 años el puente entre la Santa Sede e Israel, con la
“absoluta confianza” de sus superiores, indican en la Curia.
“Se trata de un desafío importante que acepto con
alegría, para seguir con el trabajo que se ha llevado a cabo en los últimos
años en la Tierra Santa, y ofreceré mi absoluta contribución para el diálogo y
la paz”, comentó el nuevo Nuncio apostólico en Israel y delegado apostólico en
Jerusalén y Palestina.
“Para mí –añade– es como volver a casa: ya he prestado servicio en la Tierra Santa,
de 1982 a 1984. Y después, como Nuncio en Irak y en Jordania, tuve varias
ocasiones para volver a Jerusalén”.
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“en tiempos de la Conjura de Somerville de 1583,
cuando también los familiares maternos, incluida la madre de Shakespeare, Mary
Arden, a causa de su fe fueron sometidos a la acusación de alta traición por
Sir Thomas Lucy di Charlecote Park”.
Católico o no católico, éste es el problema, se
podría decir parafraseando el dicho de Hamlet. En realidad, la tesis que desde
hace ya años el gran William Shakespeare fue fiel de la Iglesia de Roma,
hoy es mucho más que una hipótesis.
La confirmación nos llega de un sorprendente número
de libros publicados recientemente. Y es que, si ya finalmente un autor popular
laico inglés como Peter Ackroyd lo admite en su Shakespeare: Una
biografía (Neri Pozza), convincente y bien ponderado es el último
volumen de la inglesa Elisabetta Sala El enigma de Shakespeare:
¿Cortesano o disidente? (Ares).
La autora que escribió Isabel la
Sanguinaria (Ares), había desenmascarado brillantemente la propaganda
que rodea la época isabelina, y saca a la luz la disidencia del dramaturgo
y sus relaciones con los católicos perseguidos por la reina.
Quien no ha tenido jamás dudas hamletianas sobre el
catolicismo de Shakespeare y desde hace años pelea contra una cierta crítica
todavía suspicaz es Peter Milward, jesuita inglés, profesor de Literatura
Inglesa en la Universidad Sofía de Tokio, máximo experto de la religiosidad del
Bardo.
“Es una hipótesis que sostengo ya desde 1973,
cuando publiqué mi primer libro Shakespeare´s Religious Background (El
fondo religioso de Shakespeare). Hoy afortunadamente son muchos los libros que
relanzan esta cuestión, pero hay todavía un cierto prejuicio académico que es
difícil erradicar”.
- Profesor Milward, ¿Por qué está tan convencido de
que Shakespeare fue católico?
- Sabemos que su padre, John Shakespeare, recopiló
de su puño y letra un testamento espiritual que se encontró
escondido entre las vigas del techo de su casa de la calle Henley en
Strafford. Aquel documento (del cual hoy tenemos una copia de 1700 reconocida
como auténtica) fue probablemente escondido allí en tiempos de la Conjura de
Somerville de 1583, cuando también los familiares maternos, incluida la madre
de Shakespeare, Mary Arden, a causa de su fe fueron sometidos a la acusación de
alta traición por Sir Thomas Lucy di Charlecote Park. Y los nombres tanto del
padre John (en 1592) como de su hija Susana Hall (en 1606) figuran en la
relación de católicos que se negaban, de aquellos que rechazaban acudir a
las funciones obligatorias religiosas del Estado.
Eran años de caza a los disidentes católicos como
consecuencia de un bando severo lanzado en nombre de la reina en 1591, y otro
al día siguiente de la Conjura de la Pólvora de 1605.
- ¿Cómo es que la Reina Isabel I (1533-1603) tan
feroz con los católicos lo aceptó en la corte?
- Obviamente en una tal situación de
persecución, Shakespeare fue obligado a silenciar su fe católica. Tuvo que
vivir de forma enmascarada, como su Edgar en Rey Lear, y así ha permanecido
hasta hoy. Su máscara era la de un personaje menor de edad, de uno que él mismo
llamaría el “bufón”. Dudo que la reina Isabel haya intuido su camuflaje (aunque
hay autores convencidos de ello).
Sabemos, sin embargo, por ejemplo que la reina
se dio cuenta de la Fe católica del gran compositor William Bird y le
consintió permanecer en la corte porque tenía necesidad de él para la música de
la capilla real. Del mismo modo podría haber actuado con Shakespeare porque
valoraba su trabajo, sobre todo las comedias y especialmente el personaje de
Sir John Falstaff.
¿Fue obligado, por tanto, a recurrir a los símbolos
para no incurrir en la censura?
- Sí. Son ciertamente los símbolos, las imágenes o
los temas a lo que recurre en sus trabajos para mostrar su catolicismo. Tomemos
como ejemplo un tema como la peregrinación. Está presente en muchas de sus
obras: Ricardo II, El Mercader de Venecia, Como os plazca y Rey Lear. La
costumbre de recurrir a la peregrinación era típicamente medieval y católica,
pero fue prohibida por los protestantes en tiempos de Enrique VIII, quien
cerró todos los santuarios en Inglaterra.
Otra imagen típica de los católicos
perseguidos en Inglaterra ha sido por ejemplo la condición del destierro y
de la marginación que no por casualidad reaparecen en sus obras. Como cuando
Ricardo II, en el momento de ser destronado, aconseja a su dolorida reina
retirarse a Francia y entrar en un convento como forma de alcanzar “la corona
de un nuevo mundo”, mientras él deberá soportar el arresto.
Otro tema es la forma en la que el dramaturgo
trata a los frailes en obras como Romeo y Giulietta, Mucho ruido y pocas nueces
y Medida por medida. Mientras los dramaturgos protestantes como Robert Greene y
Chistopher Marlowe los tratan con escarnio como personajes ridículos,
Shakespeare los respeta y lo hace de modo que también sus personajes los
respeten.
- ¿Cuáles son las demás obras que manifiestan su
fe?
- En uno de mis libros Influencias bíblicas en las
grandes tragedias de Shakespeare (editada por la Universidad de Indiana) he
analizado, acto por acto, línea por línea, las cuatro grandes tragedias
Hamlet, Otelo, Macbeth y Rey Lear, encontrando ciertamente numerosas
referencias de la Biblia. Sobre todo las últimas tres escritas ya al
comienzo del reinado de Jacobo I (para Hamlet reinaba todavía Isabel I) las
considero todas en conjunto como las “obras de la pasión de Shakespeare” porque
hacen volver al evangelio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Pero en mi último libro Shakespeare the Papist demuestro
cómo todas las obras admiten una interpretación católica y bíblica, Si no
se admite este sustrato, este fondo católico, muchas obras permanecerían enigmáticas.
- Ha causado asombro también la declaración del
primado de la Iglesia Anglicana, Roman Williams, quien ha admitido el
catolicismo del Bardo.
- Estoy muy contento. El mismo arzobispo de
Canterbury me ha confiado que ha madurado esta convicción también por la
lectura de algunos de mis escritos. Pero no es suficiente reconocer que
Shakespeare fue católico. Es necesario tomar nota de que nos encontramos frente
a un testigo importante de aquel catolicismo inglés que fue cruelmente
perseguido por Enrique VIII y por Isabel I y por sus crueles ministros,
Thomas Cromwel y William Cecil.
- A pesar de todo persisten todavía muchas desconfianzas en relación a esta hipótesis…
- A pesar de todo persisten todavía muchas desconfianzas en relación a esta hipótesis…
Hay sobre todo un secular prejuicio académico de
parte de un grupo de estudiosos de Shakespeare. Ellos gozan de tribunas
universitarias importantes y de publicidad mediática. El problema es que
algunos autores como Peter Ackroyd admiten el fondo católico de Shakespeare.
Pero no se puede comprender su papel de testigo de la cristiandad y su
catolicismo si no se estudian a fondo sus obras y no se tienen en cuenta las
duras persecuciones de ese tiempo.
Shakespeare ha vivido ciertamente en una época en
la cual los católicos ingleses vivían en el miedo como los cristianos coptos
hoy en Egipto. Incluso los sacerdotes, incluso los jesuitas, temían ser
descubiertos, arrestados, hechos prisioneros, torturados y ajusticiados como
traidores. Él no fue al encuentro del martirio, pero tenía una gran fe
católica. Y se sintió comprometido como dramaturgo, en la misión de proclamar
la verdad de su época y la fe de lo que Hamlet llama “el mundo aún no
conocido”.
***
***
Neo cura Geraldo de Magela SILVA y dirigentes de la
masonería celebraron su aquelarre el pasado 20 de agosto en Nossa Senhora da
Conceição, en Belo Jardim, diócesis de Pesqueira, Pernambuco, Brasil.
La Sinagoga de Satanás pretende -desde el
Conciliábulo Vaticano II- sustituir en los católicos las principales fiestas
religiosas, especialmente aquellas que más les hieren en su lucha milenaria
contra Cristo y Su Iglesia.
A continuación se presenta la celebración
luciferina del Día de la Masonería que
pretende desplazar la fiesta del gran San Bernardo de Claraval (Agosto 20),
enemigo acérrimo de la Sinagoga de Satanás y patrono de la defensa de la
Iglesia contra la usurpación del Papado.
Las fotografías que aparecen a continuación
muestran la flagrante apostasía de la Neo Iglesia y sus neo curas. Apostasía
que evidencia a esta iglesia como una iglesia esotérica, pro masónica y
totalmente ajena y opuesta a la Santa Iglesia Católica.
La autodenominada “Página católica” la
presenta como “un posible error sin mala fe” del neo cura que no sólo celebra
con un símbolo masónico en el neo altar, sino además da la comunión a los
masones en su propia mano. Menos mal que se trata de una falsa hostia y no se
produce un sacrilegio mayor, pero el atentado contra el Sacramento de la
Eucaristía es evidente.
COMENTARIO DE “PÁGINA CATÓLICA” ENVIADO A FORO
CATÓLICO
Lo
nuestro ha sido una forma irónica de escribir, y porque no podemos juzgar las
intenciones.
Pero por más ignorante que sea, el sacerdote no puede ignorar que lo que hace está mal.
Pero por más ignorante que sea, el sacerdote no puede ignorar que lo que hace está mal.
Resulta contradictorio de la Página “Católica” y
erróneo doblemente decir que “no se quiere juzgar la intención” del neo
cura cuando él mismo escupe públicamente contra el Rostro Divino al celebrar
una ceremonia luciferina con agentes de la Sinagoga en sus trajes rituales,
llenos de simbología satanista.
Hasta la página supuestamente “tradicionalista”
reconoce que es imposible que ese neo cura no sepa lo que está haciendo.
A eso se refiere Foro Católico cuando acusa a los contemporizadores
de favorecer con su falsa piedad a los enemigos de Cristo y de Su Iglesia.
Igualmente la verdadera Iglesia Católica condena
con excomunión automática a los católicos que se hacen masones o que prestan su
ayuda de cualquier índole a la también denominada “Sinagoga de Satanás”:
“Los que dan su nombre a la secta masónica o a
otras asociaciones del mismo género que maquinan contra la Iglesia o contra las
potestades civiles legítimas, incurren ‘ipso facto’ en excomunión
simplemente reservada a la Sede Apostólica.” (Derecho
canónico de 1917, canon 2.335).
& 1. A los clérigos
que han cometido el delito de que se trata en los cánones 2334 y 2335, debe
castigárseles, además de con las penas establecidas en los citados cánones, con
la suspensión o privación del mismo beneficio,
oficio, dignidad, pensión o cargo que puedan tener en la Iglesia.
& 2. Los clérigos y los religiosos que
den su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones semejantes, deben
además ser denunciados a la Sagrada Congregación del Santo Oficio” (Derecho
canónico de 1917, canon 2336).
El mismo derecho canónico de 1917 establece en
otros cánones las siguientes penas para los masones: la prohibición de contraer
matrimonio y de ser este presidido por el párroco (canon 1065); deben ser
privados de sepultura eclesiástica (canon 1240); y otras penas más en el
código.
La Misa por el “Día de la Masonería” quedaría
instituida en la Neo Iglesia para el 20 de agosto, precisamente en la fiesta de
San Bernardo de Claraval, enemigo acérrimo de la Sinagoga de Satanás.
LA IGLESIA CONDENA A LA MASONERÍA
Desde los inicios de la Masonería moderna (1717)
hasta nuestros tiempos, la Iglesia ha condenado en más de 200 documentos este
movimiento. En todos ellos se condena la Masonería como contraria a la justicia
y a la moral natural, así como supone una esclavitud, una inmoralidad, una
traición y una apostasía.
No interesando nombrar por razones de espacio los
más de 200 documentos emanados de la Santa Sede en los cuales la Iglesia ha
prohibido, reprobado y condenado la Masonería, nombramos algunos por su
importancia:
A.- Documentos:
“IN EMINENTI” del Papa Clemente XII, 28 de abril de
1738.
“PROVIDAS” del Papa Benedicto XIV, 18 de mayo de
1751.
“ECCLESIAM” del Papa Pío VII, 13 de septiembre de
1821.
“QUO GRAVIORA” del Papa León XII, 13 de marzo de
1825.
“APOSTOLICAE SEDIS” del Papa Pío IX, 12 de octubre
de 1869..
“Declaración Sagrada Congregación para la Fe” 17 de
febrero de 1981. Pontificado del Papa Juan Pablo II.
“Declaración Sagrada Congregación para la Fe” 23
noviembre de 1983. Pontificado del Papa Juan Pablo II.
…Y OTROS
B.- Encíclicas:
“TRADITI” del Papa Pío VIII, 21 de mayo de 1829.
“MIRARI VOS” del Papa Gregorio XVI, 15 de agosto de
1832.
“QUI PLURIBUS” del Papa Pío IX, 9 de noviembre de
1846.
“QUANTA CURA” del Papa Pío IX, 8 de diciembre de
1864.
“ETSI MULTA” del Papa Pío IX, 21 de noviembre de
1873.
“DIUTURNUM ILLUD”, del Papa León XIII, 1881
“ETSI NOS” del Papa León XIII, 15 de febrero de
1882.
“HUMANUM GENUS” del Papa León XIII, 20 de abril de
1884.
“AB APOSTOLICI” del Papa León XIII, 15 de octubre
de 1890.
“PRAECLARA GRATULATIONIS” del Papa León XIII, 18 de
marzo de 1902.
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“No vamos a
decir ni una palabra, va ser una Eucaristía
directamente especial para la comunidad sorda”
CÚCUTA, 24 Ago. 12 / 02:20 pm (ACI).- La Pastoral del
Silencio de la Diócesis de Cúcuta realizará la
Primera Eucaristía en Lengua de Señas Colombiana, el
domingo 26 de agosto, a las 5:30 p.m., en la parroquia San Luis Gonzaga.
“No vamos a decir ni una palabra, va ser una
Eucaristía directamente especial para la comunidad sorda”, explicó el
Padre Ronald Suárez. Esta disposición tendrá la excepción en el momento de la
consagración en el que las palabras de Cristo no pueden ser omitidas.
El Padre Suárez, junto al delegado de la pastoral
del silencio, el Padre Juan Carlos Lemus, acompaña los trabajos en este
servicio brindando “espacios de espiritualidad para la vivencia de la fe
por parte de esta comunidad”.
Asimismo, la nota de la diócesis de Cúcuta invita a
las personas interesadas en aprender el lenguaje de señas a participar de los
cursos de formación, sin costo alguno, todos los martes a las 7:15
p.m. en el salón parroquial de María Reina, barrio Motilones, y los miércoles a
las 7:00 p.m., en la parroquia San Luis Gonzaga, Barrio San Luis.
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“intento recordar por qué la Madre Teresa sigue siendo importante para un judío secular como yo mismo”: Van Biema
En septiembre se publicará en España un libro
que ya fue un éxito en inglés: La Madre Teresa: La vida y las obras de
una santa moderna, de David van Biema, columnista del Time que
le dedica a la fundadora de las Misioneras de la Caridad un artículo en el
último número de la revista, con ocasión de acercarse el 102º aniversario de su
nacimiento, un 26 de agosto de 1910 (murió el 5 de septiembre de 1997). Se
titula “Por qué la Madre Teresa todavía importa”, y lo encabeza una reflexión:
“La forma en que recordamos a una figura religiosa dice mucho sobre nosotros
mismos“.
Una vida rica antes y después de morir
Van Biema es judío, y por tanto no habla como
católico. De hecho, empieza explicando que se le ocurrió el artículo
planteándose una cuestión: “¿Cómo recuerda la gente secular a un santo?”:
“Intenté imaginar lo que yo sabría sobre esta mujer hace quince años, si no me
dedicase a escribir de religión para vivir. Probablemente que era buena con los
pobres. Poco más. Una amiga de Lady Di. Llegué a la conclusión de que, a no ser
que fuese un piadoso católicos, sabría muy poco. Y eso me condujo a considerar
la diferencia entre la forma en que la Iglesia católica trata su meritoria
muerte y la forma en la que lo hace el común de la sociedad”.
Van Biema enumera entonces la apertura del
expediente sobre sus virtudes heroicas, la investigación sobre su posible
santidad, el reconocimiento en 2002 de un milagro y su beatificación en 2003,
la consideración sobre un posible segundo milagro para canonizarla…: “Hay
obstáculos y pasos adelante, disgustos y triunfos, a través de los cuales la
vida de Teresa después de morir, se convierte casi en tan rica como antes de
morir. Año tras año se conduce a los creyentes a través de un proceso que
define y pone a prueba su significado para la Iglesia”.
Graham o el Dalai Lama
Los no católicos, sin embargo, olvidan rápidamente.
“Los americanos somos lo contrario del niño de la película El sexto
sentido: no vemos muertos”, dice con ironía, con la excepción del
tratamiento a los presidentes y a Martin Luther King: “Es como si, cuanto
más polarizada y fragmentada se hace nuestra sociedad, menos acuerdo hay
sobre a quién deberíamos recordar“.
¿Qué pasa con otros líderes religiosos? El predicador Billy
Graham ha figurado en el Top 10 de los hombres más admirados en 55 de los
últimos 56 años. Pero, cuando muera, “¿quién salvo los evangélicos recordará
por qué lo era?”. El Dalai Lama recibió el Premio Nobel de la Paz en
1989, pero “¿qué quedará en la retina pública salvo su sonrisa y la
frontera del Tíbet?”. ”Los límites religiosos que tales
figuras derribaron en vida por la pura fuerza de su personalidad o de
sus actos se cerrarán de nuevo sobre sí mismos en las paredes de la
tumba”, afirma Van Biema.
Análisis de “trabajó por los pobres”
En el caso de Madre Teresa, lo ve distinto, y
analiza qué decimos cuando decimos que “trabajó por los pobres”: “Cuando decía
´los pobres´, la Madre Teresa subtitulaba ´los más pobres de los pobres´,
creando una nueva categoría y una correspondiente obligación moral,
identificada primero en los peores barrios de Calcuta y luego -¡sorpresa!- casi
en cualquier lugar a donde mires.
También intensificó el concepto de ´trabajar con´,
lanzando a sus religiosas a una íntima, sistemática y en ocasiones brutal
convivencia con los más pobres”. Por último, “con su habilidad para las
relaciones públicas y sus viajes incansables, transformó ese humilde
mandato en instituciones: miles de escuelas, orfanatos y hospicios en casi todos
los países del mundo”. Y todo ello, junto al hecho, revelado tras su muerte en
su correspondencia, de que hizo todo eso “a pesar de una devastadora sequedad
espiritual de cuarenta años”.
“Trabajó con los pobres”, concluye Van Biema, “es
un lema que me ayuda a evocar algo más que un rostro cuando intento
recordar por qué la Madre Teresa sigue siendo importante para un judío
secular como yo mismo. Y -sucede a veces- cuanto más lo evoco, más me parece
que vale la pena evocarlo”.
***
No dia 5 de maio de 1988 o Arcebispo Marcel
Lefebvre assinou o «protocolo» que foi negociado com o Vaticano entre Joseph
Ratzinger e alguns padres da Fraternidade S. Pio X, dos quais o principal foi o
futuro bispo Tissier de Mallerais, que aparece satisfeito na foto. Mas o que
foi solicitado e promovido por estes padres foi na mesma noite melhor avaliado
e denunciado pelo Monsenhor Lefebvre como um compromisso de consequências
nefastas que devia recusar. Hoje a manobra julgada nefasta é repetida por esses
clérigos, mas na ausência do Prelado, «excomungado» pela igreja conciliar!
Un documento escasamente difundido, sin duda, ha
sido el fallido Protocolo de Acuerdo firmado el 5 de mayo de 1988 por
el entonces Prefecto para la Doctrina de la Fe Joseph Alois Ratzinger y el
fundador de la FSSPX, Marcel Lefebvre.
A pesar de su capital importancia histórica y
doctrinal, prácticamente ambas partes lo sepultaron con la intención de
librarse de los cuestionamientos y de las obligadas conclusiones respecto a si
es o no congruente la actual posición de los bandos dentro de la
“dividida” FSSPX.
Como se verá a continuación, y como ya han referido
algunos analistas, el Acuerdo firmado por Lefebvre hace 24 años, era más
cuestionable doctrinalmente y ofrecía menos ventajas jurídicas que el
actual Acuerdo (Preámbulo) casi aceptado por Fellay.
Lo anterior sin mencionar que el autor de ambos
acuerdos, Joseph Ratzinger/Benedicto XVI ya se adelantó “generosamente” y
levantó hace tres años las excomuniones de los cuatro prelados
gratuitamente, sin mediar arrepentimiento, ni pena canónica que los
enmendara.
Se repite, casi exacta, la misma historia de 1988;
no hay acuerdo.
“Durante la fase de negociaciones Roma-Ecône, los
días 12 al 15 de abril de 1988, la FSSPX y el Vaticano mantuvieron una reunión
de trabajo entre expertos en teología y derecho canónico de ambas partes para
estudiar todas las posibilidades que asegurarían a la Fraternidad una situación
regular en la Iglesia”.
“La buena marcha de esos trabajos aconsejaba un
nuevo encuentro el 4 de mayo, al que asistieron personalmente el entonces
“cardenal” Ratzinger y Marcel Lefebvre. Como consecuencia del mismo, se redactó
de común acuerdo un protocolo que debía servir de base para la reconciliación y
que sería sometido a la decisión final de Juan Pablo II”.
“El protocolo fue firmado por las dos partes en la
tarde del 5 de mayo. En el primer apartado del texto, Lefebvre, en su nombre y
en el de la Fraternidad, declaraba las siguientes cosas:
Yo, Marcel Lefebvre, arzobispo-obispo emérito de
Tulle, junto con los miembros de la Sociedad Sacerdotal de San Pío X, que
fundé:
1. Nos comprometemos a ser siempre fieles a la
Iglesia Católica y al Romano Pontífice, su Pastor Supremo, el vicario de Cristo,
el sucesor del bienaventurado Pedro en el primado y la cabeza del cuerpo de los
obispos.
2. Declaramos que aceptaremos
la doctrina contenida en el número 25 de la constitución dogmática del Concilio
Vaticano II, “Lumen Gentium”, respecto al magisterio eclesiástico y la adhesión
que al mismo debemos.
3. En cuanto a ciertos puntos enseñados por el
Concilio Vaticano II, respecto de las posteriores reformas de la liturgia y las
leyes que parecen difíciles de conciliar con la tradición, nos comprometemos a
una actitud positiva de estudio y de comunicación con la Sede Apostólica, evitando
toda polémica.
4. Declaramos, además, que vamos a
reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los sacramentos celebrados
con la intención de hacer lo que hace la Iglesia y de acuerdo con los ritos en
las ediciones típicas del misal y los rituales de los sacramentos, promulgada
por los Papas Pablo VI y Juan Pablo II.
5. Por último, nos comprometemos a respetar la
disciplina común de la Iglesia y las leyes eclesiásticas, particularmente las
contenidas en el Código de Derecho Canónico promulgado por el Papa
Juan Pablo II, a excepción de la disciplina especial concedida a
la Fraternidad por ley particular.
II. Cuestiones jurídicas
Teniendo en cuenta el hecho de que la Sociedad
Sacerdotal San Pío X se ha formado durante 18 años como una sociedad de vida
común – y en base a un estudio de las sugerencias de Mons. Lefebvre y las
conclusiones de la visita realizada por Su Eminencia el Cardenal Gagnon – el
modelo canónico más adecuado es el de una sociedad de vida apostólica.
1. Sociedad de Vida Apostólica
Es una solución canónicamente posible, con la
ventaja de la posibilidad de sumar a los laicos en la sociedad clerical de vida
apostólica (por ejemplo, hermanos coadjutores). De acuerdo con el Código
de Derecho Canónico promulgado en 1983, los cánones 731-746, esta
sociedad tiene plena autonomía, se pueden formar a sus miembros, puede incardinar
a los sacerdotes y asegura la vida común de todos sus miembros. En sus propios
estatutos, con la flexibilidad y posibilidad creativa, a la luz de los modelos
conocidos de estas sociedades de vida apostólica, uno se anticipa a una exención
determinada en lo que respecta a los obispos diocesanos (cf. Canon
591) en lo que concierne al culto público, la “cura animarum »y otras actividades
de apostolado, teniendo en cuenta los cánones 679-683. En cuanto a la
jurisdicción sobre los fieles que buscan a los sacerdotes de la sociedad, se
les confiere a los Ordinarios del lugar o por la Sede Apostólica.
2. La Comisión Romana
Será establecida por la Santa Sede una comisión
para coordinar las relaciones entre los diversos dicasterios y los obispos
diocesanos, así como para resolver los eventuales problemas y contiendas
y dadas las facultades necesarias para el tratamiento de las cuestiones
antes indicadas (por ejemplo, el establecimiento, a petición de los fieles de
un lugar de culto en un lugar donde no hay casa de la sociedad, “ad mentem,”
Canon 383.2).
3. Condición
de las personas vinculadas a la Sociedad
3.1 Los miembros de la sociedad clerical de vida
apostólica (sacerdotes y hermanos coadjutores laicos): Se rigen por los
estatutos de la sociedad de derecho pontificio.
3.2 Los hombres y las mujeres oblatos, con o sin
los votos privados, y los miembros de la Tercera Orden vinculada a la sociedad:
pertenecen a una asociación de fieles vinculados a la sociedad en términos de
canon 303, y colaborar con ella.
3.3 Las hermanas (es decir, la congregación fundada
por el Arzobispo Lefebvre) que hacen votos públicos: Se constituirá un
instituto de verdad de la vida consagrada, con su propia estructura y
autonomía, aun cuando se prevé una cierta relación por la unidad de la
espiritualidad con la superior de la sociedad. Esta congregación – por lo
menos al principio – se encargará a la Comisión romano en lugar de la
Congregación para los Religiosos.
3.4 Los miembros de las comunidades que viven en el
estado de diversos institutos religiosos (carmelitas, benedictinos, dominicos, etc.)
y moralmente vinculado a la sociedad: Es justo que se les conceda, caso por
caso, un estado en particular la regulación de sus relaciones con su respectivo
orden.
3.5 Los sacerdotes que como individuos moralmente
vinculados con la hermandad recibirá un estatuto personal, teniendo en cuenta
sus aspiraciones, y, al mismo tiempo, las obligaciones resultantes de su
incardinación. Otros casos particulares de este tipo serán examinados y
resueltos por la Comisión Romana.
En lo que respecta laicos que buscan la ayuda pastoral
de las comunidades de la sociedad: ellos permanecen bajo la jurisdicción
de los obispos diocesanos - sobre todo para los ritos litúrgicos de las
comunidades de la sociedad – y pueden mirar a estas comunidades para la
administración de los sacramentos (para el sacramentos del bautismo, la
confirmación y el matrimonio, con la previa y necesaria notificación a su propia
parroquia; cánones 878, 896, 1122).
NOTA: No hay razón para considerar la
complejidad particular:
1. De la cuestión de la recepción por parte de
los laicos de los sacramentos del bautismo, confirmación, matrimonio, en las
comunidades de la sociedad.
2. De la cuestión de las comunidades que
practican -sin estar conectado a ellos- el estado de tal o cual instituto
religioso.
Corresponde a la Comisión Romana resolver estos
temas.
4. Ordenaciones
Para ordenaciones, es necesario distinguir dos
fases:
4.1 Inmediatamente: Para las ordenaciones previstas
en breve, el Arzobispo Lefebvre estaría autorizado para conferir o, si no
podía, otro obispo ordenado a por él.
4.2 Una vez establecida, la sociedad de vida
apostólica:
4.2.1 Cuando sea posible, en la sentencia dictada
por el Superior General, sigue el procedimiento normal: la transferencia de los
dimisorias a un obispo que está de acuerdo para ordenar a los miembros de la
sociedad.
4.2.2 Debido a la situación particular de la
fraternidad (cf. infra): se realizará la ordenación de un obispo de la sociedad
que, entre otras tareas, tendría la de continuar con las ordenaciones.
5. Problema
de un obispo
5.1 En el plano doctrinal (eclesiológico), la
garantía de la estabilidad y el mantenimiento de la vida y la actividad de la
sociedad está asegurada por su construcción como una sociedad de vida
apostólica de derecho pontificio y la aprobación de sus estatutos por el Santo
Padre.
5.2 Sin embargo, por razones prácticas y
psicológicas, la consagración de un miembro de obispo de la
sociedad parece útil. Por esta razón, en el contexto de la
doctrina y la solución jurídica de la conciliación, vamos a sugerir al Santo
Padre que nombre un obispo elegido en la sociedad, propuesto por el Arzobispo
Lefebvre.
Como una consecuencia del principio indicado
anteriormente (5,1), este obispo no es general normalmente superior de la
sociedad.Pero sería bueno que sea un miembro de la Comisión Romana.
6. Los
problemas particulares de resolver por Decreto o Declaración
Levantar el ‘suspensio a divinis “de Mons. Lefebvre
y dispensación de las irregularidades en que incurrió a través de las
ordenaciones. - La anticipación de una “amnistía” y un acuerdo para las
casas de la sociedad y lugares de culto erigido – o usado – hasta ahora sin la
autorización de los obispos.
***
***
El 21 de noviembre de 1983, Antonio de Castro
Mayer firmó en compañía de Marcel Lefebvre una “Carta Abierta al Papa” con
un anexo que exponía las causas principales de la «dramática situación»
eclesial:
«ANEXO DOCUMENTAL»
I. Concepción “latitudinarista” y ecuménica de la
Iglesia
La concepción de la Iglesia cual “pueblo de Dios”
se encuentra ya en numerosos documentos oficiales
De dicha concepción emana un significado
latitudinarista y un ecumenismo falso. Algunos hechos patentizan tal concepción
heterodoxa: las autorizaciones para construir salas destinadas al pluralismo
religioso; la edición de biblias ecuménicas, que no son ya conformes a la
exégesis católica, las ceremonias ecuménicas, como la de Canterbury.
En la Unitatis Redintegratio se enseña que la
división de los cristianos «es motivo de escándalo para el mundo y obstaculiza
la predicación del evangelio a todos los hombres… que el Espíritu Santo no
desdeña el servirse de las otras religiones como instrumento de salvación». El
mismo error se repite en el documento Catechesi tradendae de Juan Pablo II. En
la misma línea, y con afirmaciones contrarias a la fe tradicional, Juan Pablo
II declara en la catedral de Canterbury, el 25 de mayo de 1982, «que la promesa
de Cristo nos lleva a confiar en que el Espíritu Santo restañará las divisiones
introducidas en la Iglesia ya después de Pentecostés»; como si nunca se hubiera
dado en la Iglesia la unidad de credo.
El concepto de “pueblo de Dios” induce a creer que
el protestantismo no es más que una forma particular de la misma religión
cristiana.
El concilio Vaticano II proclama «una auténtica
unión en el Espíritu Santo» con las sectas heréticas (Lumen Gentium, 14),
«cierta comunión con ellas, bien que imperfecta todavía» (Unitatis
Redintegratio, 3).
Esta unidad ecuménica contradice a la encíclica
Satis Cognitum de León XIII, quien enseña que «Jesús no fundó una Iglesia que
abraza a varias comunidades que se asemejan genéricamente, pero que son
distintas y no se hallan ligadas por un vínculo que forme una iglesia única».
Dicha unidad ecuménica es contraria también a la encíclica Humani Generis de
Pío XII, que condena la idea de reducir a mera fórmula la necesidad de
pertenecer a la Iglesia Católica; es contraria asimismo a la encíclica Mystici
Corporis del mismo Papa, que condena la concepción de una Iglesia «pneumática»,
la cual constituye, según dicha concepción, el lazo invisible entre las
comunidades separadas en la fe.
Tal ecumenismo es contrario igualmente a las
enseñanzas de Pío XI en la encíclica Mortalium animos: «Sobre este punto es
oportuno exponer y rechazar cierta opinión falsa que está en la raíz del
problema susomentado y de ese movimiento complejo con el que los acatólicos se
esfuerzan por realizar una unión entre las iglesias cristianas. Quienes se
adhieren a tal opinión tienen siempre en la boca las palabras de Cristo: ‘…que
todos sean uno…;… y habrá un solo rebano y un solo pastor’ (Jn 17, 21; 10, 16);
y pretenden que con tales palabras Cristo expresa un deseo o una plegaria que
nunca se ha realizado. De hecho, pretenden que la unidad de fe o de gobierno,
que constituye una de las notas de la verdadera Iglesia de Cristo, no ha
existido prácticamente hasta el día de hoy, y que todavía ahora sigue sin
existir».
Este ecumenismo, condenado por la moral y por el
derecho canónico, llega a permitir que los sacramentos de la penitencia, de la
eucaristía y de la extremaunción se reciban de «ministros acatólicos» (canon
844 del código nuevo), y favorece «la hospitalidad ecuménica» al autorizar a
los ministros católicos a administrar el sacramento de la eucaristía a los
acatólicos.
Todo ello es abiertamente contrario a la revelación
divina, que prescribe la «separación» y rechaza la mezcolanza «entre la luz y
las tinieblas, entre el creyente y el infiel, entre el templo de Dios y el de
las sectas» (II Cor 6, 14-18).
II. Gobierno colegial- democrático de la Iglesia
Después de haber arruinado la unidad de la fe, los
modernistas contemporáneos se afanan por librarse de la unidad de gobierno así
como de la estructura jerárquica de la Iglesia.
La doctrina, ya sugerida por el documento Lumen
Gentium del concilio Vaticano II, la recogerá explícitamente el nuevo código de
derecho canónico al enseñar que el colegio de los obispos unido al Papa goza
igualmente del poder supremo y ello de un modo habitual y constante (canon
336).
Esta doctrina del doble poder supremo es contraria
a la enseñanza y a la práctica del Magisterio eclesiástico, especialmente en el
concilio Vaticano I (Denz. 3055) y en la encíclica de León XIII Satis Cognitum:
sólo el Papa goza de tal poder supremo, que comunica en la medida en que lo
considera oportuno y en circunstancias extraordinarias.
A este grave error se liga la orientación
democrático- eclesial, que hace residir el poder en el «pueblo de Dios», según
lo ratifica el derecho nuevo. Dicho error jansenista lo condena la bula
Auctorem Fidei de Pío VI (Denz. 2602).
La tendencia a hacer participar a la «base» en el
ejercicio del poder se reconoce en la institución del sínodo [permanente de los
obispos] y de las conferencias episcopales, de los consejos presbiterales y
pastorales, y en la multiplicación de las comisiones romanas y nacionales así
como de las que hay en el seno de las congregaciones religiosas (véase al
respecto el concilio Vaticano I, Denz. 3061 – Nuevo Código de Derecho canónico,
canon 447).
La degradación de la autoridad en la Iglesia es la
fuente de la anarquía y del desorden que reinan hoy por doquiera.
III. Los falsos derechos naturales del hombre
La declaración Dignitatis humanae del concilio
Vaticano II afirma la existencia de un falso derecho natural del hombre en
materia religiosa, en contra de las enseñanzas pontificias que niegan
formalmente blasfemia tamaña.
Así, Pío IX en la encíclica Quanta cura y en el
Sílabo, León XIII en las encíclicas Libertas Praestantissimum e Immortale Dei,
Pío XII en el discurso Ci riesce a los juristas italianos, niegan que la razón
o la revelación fundamenten semejante derecho.
El Vaticano II cree y profesa de manera absoluta,
que «la verdad no puede imponerse sino con la fuerza propia de la verdad», lo
que se opone formalmente a las enseñanzas de Pío VI contra los jansenistas del
concilio de Pistoya (Denz. 2604). El concilio Vaticano II llega al absurdo de
afirmar el derecho a no adherirse a la verdad ni seguirla: el derecho a obligar
a los gobiernos civiles a no hacer ya discriminaciones por motivos religiosos,
estableciendo la igualdad jurídica entre la religión verdadera y las falsas.
Tales doctrinas se fundan en un concepto falso de
la dignidad humana, que deriva de los pseudofilósofos de la Revolución
Francesa, agnósticos y materialistas, los cuales fueron condenados en el pasado
por San Pío X en el documento pontificio Notre Charge Apostolique.
El Vaticano II pronostica que de la libertad
religiosa nacerá una era de estabilidad para la Iglesia. Gregorio XVI, en
cambio, reputa por desvergüenza suma afirmar que la libertad inmoderada de
opinión sería benéfica para la Iglesia.
El Concilio expresa un principio falso en la
Gaudium et Spes al considerar que la dignidad humana y cristiana deriva del
hecho de la Encarnación, la cual restauró dicha dignidad en beneficio de todos
los hombres. El mismo error se afirma en la encíclica Redemptor hominis de Juan
Pablo II.
Las consecuencias del reconocimiento por parte del
concilio de este falso derecho del hombre baten por tierra los fundamentos del
reinado social de Nuestro Señor, arruinan la autoridad y el poder de la Iglesia
en su misión de hacer reinar a nuestro Señor en los espíritus y en los
corazones combatiendo las fuerzas satánicas que subyugan las almas. Al espíritu
misionero, en consecuencia, se le acusará de proselitismo exagerado.
La neutralidad de los Estados en materia religiosa
es injuriosa para nuestro Señor y para su Iglesia cuando se trate de Estados de
mayoría católica.
IV. Una concepción errónea del poder del Papa
Ciertamente, el poder del Papa en la Iglesia es un
poder supremo, pero no puede ser absoluto ni ilimitado, dado que está
subordinado al poder divino, que se expresa en la tradición, en la Escritura
Sagrada y en las definiciones promulgadas por el magisterio eclesiástico (Denz.
3116).
El poder del Papa está subordinado al fin para el
cual le fue conferido, y limitado por éste. Tal fin lo define claramente el
Papa Pío IX en la constitución Pastor Aeternus del concilio Vaticano I (Denz.
3070). Sería un abuso de poder intolerable modificar la estructura de la
Iglesia y pretender apelar al derecho humano contra el derecho divino, como se
hace en la libertad religiosa, en la “hospitalidad” eucarística autorizada por
el derecho nuevo, en la afirmación de dos poderes supremos en la Iglesia.
Salta a la vista que, en estos casos y en otros
semejantes, es un deber para todo sacerdote y fiel católico resistir y negar la
obediencia. La obediencia ciega es un sinsentido, pues nadie está exento de
responsabilidad por haber obedecido a los hombres antes que a Dios (Denz.
3115), al paso que la resistencia en cuestión debe ser pública si el mal es
público y constituye motivo de escándalo para las almas (Suma Teológica II-II,
q. 33, a. 4).
Son principios elementales de moral que reglan las
relaciones de los súbditos con todas las autoridades legítimas.
Por otra parte, esta resistencia halla una
confirmación en el hecho de que desde hace tiempo sólo se penaliza a quienes se
atienen firmemente a la tradición y a la fe católica mientras que no se molesta
a quienes profesan doctrinas heterodoxas o cumplen auténticos sacrilegios: es
la lógica del abuso de poder.
V. Concepción protestante de la misa
La nueva concepción de la Iglesia, a juzgar por la
definición que dio de ella el Papa Juan Pablo II en la constitución preliminar
del Nuevo Código de Derecho Canónico, comporta un cambio en el acto principal
de la Iglesia, integrado por el sacrificio de la misa. La definición de la
nueva eclesiología define con exactitud a la nueva misa: un servicio y una
comunión colegial o ecuménica. No se puede definir mejor la nueva misa, la
cual, igual que la nueva “iglesia” conciliar, rompe abiertamente con la
tradición y el magisterio de la Iglesia. Se trata de una concepción más
protestante que católica! que explica tanto todo lo que se ha exaltado
indebidamente cuanto lo que se ha disminuido. En contra de las enseñanzas del
concilio de Trento en la sesión XXII, contrariamente a la encíclica Mediator
Dei de Pío XII, se ha exagerado el papel de los fieles a la hora de participar
en la misa y se ha rebajado el del presbítero degradado a mero presidente; se
ha exagerado el papel de la liturgia de la palabra y disminuido la importancia
del sacrificio propiciatorio; se ha exaltado la cena comunitaria y se la ha
aseglarado, todo ello a costa de la fe en la presencia real obrada por la
transubstanciación y del respeto debido a ella, al paso que con la supresión de
la lengua sagrada se han pluralizado los ritos hasta el infinito, profanándolos
con aportes mundanos o paganos, y se han difundido traducciones falsas, a
expensas de la fe verdadera y de la piedad auténtica de los fieles.
Y sin embargo, los concilios de Florencia y de
Trento habían anatematizado todos estos cambios y afirmado que el canon de la
misa se remontaba a los tiempos apostólicos. Los Papas San Pío V y Clemente
VIII insistieron en la necesidad de evitar cambios y mudanzas, conservando a
perpetuidad este rito romano consagrado por la tradición.
La desacralización de la misa, su “aseglaramiento”,
entrenan el “aseglaramiento” del sacerdocio a la usanza protestante.
La reforma litúrgica de corte protestante es uno de
los mayores errores de la iglesia conciliar, y una de las más dañinas para la
fe y la moral.
La situación de la Iglesia, puesta en estado de
búsqueda, introduce en la práctica el libre examen protestante, resultado de la
pluralidad de “credos” en el seno de la Iglesia.
La supresión del Santo Oficio, del Indice, del
juramento antimodernista, han suscitado en los teólogos modernos una necesidad
de nuevas teorías, que desorientan a los fieles y los empujan hacia el
movimiento carismático, el pentecostalismo, las comunidades de base… Es una
autentica revolución, dirigida en definitiva contra la autoridad de Dios y de
la Iglesia.
Los graves errores modernos, condenados
constantemente por los Papas, se desarrollan ahora sin trabas en el seno de la
Iglesia:
1. Las filosofías modernas antiescolásticas,
existencialistas, antiintelectualistas, se enseñan en las universidades
católicas y en los seminarios mayores.
2. Al humanismo lo favorece la necesidad de las
autoridades eclesiásticas de hacer eco al mundo moderno y considerar al hombre
el fin de todas las cosas.
3. El naturalismo -la exaltación del hombre y de
los valores humanos- hace olvidar los valores sobrenaturales de la redención y de
la gracia.
4. El modernismo evolucionista causa el rechazo de
la tradición, de la revelación, del magisterio de veinte siglos. No existen ya
verdades inmutables ni dogmas.
5. El socialismo y el comunismo: la negativa por
parte del concilio a condenar estos errores fue escandalosa e indujo a creer
con toda la razón del mundo que hoy el Vaticano es favorable a un socialismo o
a un comunismo más o menos cristiano. La actitud de la Santa Sede durante estos
últimos quince años, tanto más allá cuanto más acá del telón de acero, confirma
esta creencia.
Por último, los acuerdos con la masonería, con el
consejo ecuménico de las iglesias y con Moscú reducen a la iglesia al estado de
prisionera, la hacen del todo incapaz de cumplir libremente su misión. Se trata
de auténticas traiciones que claman venganza al cielo, como los elogios
tributados en estos días al heresiarca más escandaloso y más nocivo para la
Iglesia: Lutero.
Es hora de que la Iglesia recupere la libertad de
realizar el reino de nuestro Señor Jesucristo y el reino de María sin
preocuparse de sus enemigos».
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo-com.ar
DIARIO PAMPERO
Cordubensis
INSTITUTO
EMÉRITA URBANUS
Córdoba de la
Nueva Andalucía, 30 de agosto del Año del Señor de 2012. FESTIVIDAD DE SANTA
ROSA DE LIMA o ROSA DE SANTA MARÍA, Virgen.
PATRONA DE PERÚ, AMÉRICA y de las FILIPINAS, 1586-24 y 30 de AGOSTO-1617-2012.
Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO TRINITARIO!
¡VIVA HISPANOAMÉRICA, LIBRE, JUSTA Y SOBERANA! GRACIAS A FORO CATOLICO BLOG.
Gspp*.
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