*Sektenmachen hilft und taugt nicht”: “El crear sectas no
vale ni aprovecha en nada”*
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
La
Realización de la unidad
El injerto en el árbol de la Iglesia
El
apóstol SAN PABLO, se refiere al pueblo de ISRAEL, dice que será re-injertado.
La reprobación de los israelitas había sido ocasión de que el mundo se salvara,
pues hizo que el Cristianismo fuera a los gentiles. ¡Cuánto mayor será la
bendición, dice el Apóstol, cuando ISRAEL vuelva de nuevo a injertarse en el
árbol de la Iglesia! Pues entonces ésta habrá alcanzado la perfección que DIOS
pretendía, e ISRAEL participara de las energías de vida y de gracia de la
Iglesia, y por medio de ésta alcanzará la plena realización de su esencia, cosa
que le sería imposible, separado de la Iglesia.
También
las iglesias de la Reforma han experimentado que la separación de la unidad de
la Iglesia conduce a una debilitación de la sustancia religiosa y, en no
pequeño grado, a una anomia y desvirtuamiento de la piedad. Todas ellas se
disponen hoy día, cada vez en mayor escala, a reflexionar nuevamente sobre las
verdades de la fe católica, y a orientarse hacia ellas. Pero ya hemos advertido
que el retorno que hoy día efectúa el Protestantismo hacia las verdades
católicas, que va reconociendo, significa, en realidad, un retorno hacia los
Reformadores LUTERO y CALVINO. Solamente en un punto, por cierto el central de
la Reforma – la doctrina de la justificación -, el retorno desborda las
enseñanzas de los Reformadores. En este particular, el Protestantismo está
renovándose a base de la doctrina católica acerca de la justificación, y
confiesa ya que LUTERO se equivocó en su doctrina acerca este punto. (Verbi
gratia Assussen. Carta a los Romanos). Tampoco es de despreciar su nueva
reflexión en torno del problema de la Iglesia. Esto tiene especiales
repercusiones con respecto a la postura del Protestantismo ante el Papado y el
misterio episcopal. Pero el reconocimiento de la jerarquía católica sigue
tropezando con obstáculos insuperables. Esto lo prueba de manera bien evidente
la obra OSCAR CULLMANN, titulada PETRUS.
El
Protestantismo acentúa ahora su continuidad con respecto a la Iglesia que
precedió a la Reforma, y esto es ya un gran progreso, en comparación con la
actitud adoptada en tiempos de dicha Reforma, cuando se rechazaba como
extraviada toda la evolución medieval de la Iglesia católica, y se pensaba que
había que retornar el Cristianismo de los cinco primeros siglos. Pero tampoco
en este punto hemos de olvidarnos de que el Protestantismo, cuando acentúa su
conexión con la Iglesia de la Edad Media, lo hace en un sentido distinto de
aquel con que lo hace la Iglesia católica. El Protestantismo reconoce
únicamente en la Iglesia de la Edad Media aquello que dice bien con su propia
manera de ser. Es el mismo género de eclecticismo que adoptaron los
Reformadores con respecto a la Sagrada Escritura. Lo que, en último término, le
interesa al Protestantismo es restaurar la mentalidad reformatoria y
evangélica, y, por tanto, la forma primitiva de Protestantismo.
Con
este interés se une ahora más intensamente que nunca un movimiento de reforma
interior, que se esfuerza por conseguir una genuina renovación de la Iglesia
primitiva evangélica. Esto tanto es así, que el Protestantismo se interpreta a
sí mismo como una Reforma que continuamente se está renovando y que jamás
llegará a estar terminada. Este es precisamente el valor más profundo de estas
nuevas reflexiones que se han suscitado en el seno del Protestantismo, pues,
por una parte, es índice de la persuasión existente acerca de la insuficiencia
del Protestantismo, y, por otra parte, es una prueba de su vitalidad y de su
dinamismo nada gastado. Este dinamismo que nunca descansa es (a pesar de todas
las evoluciones desacertadas que ha tenido) la contribución más valiosa que el
Protestantismo ha aportado a la historia espiritual de la humanidad occidental.
Este dinamismo es también inherente al Catolicismo; pero a menudo estuvo ligado
y no pudo desarrollarse con pujanza y fertilidad. El retorno del Protestantismo
a la Iglesia católica podría tener una significación semejante a la que el
apóstol SAN PABLO espera de los judíos en el árbol de la Iglesia.
Ahora
bien, LUTERO nace en 1483, en EISLEBEN, Sajonia en el seno de una familia
humilde. Sus padres, URS LUDER y MARGERITTE ZIGLER, lo educaron en un ambiente rígido, más precisamente severo,
rasgo éste que se reflejará en el carácter de LUTERO. Gracias a una persona,
pudo estudiar filosofía y derecho en la Universidad de ERFURT; pero la
filosofía en la cual abreva es aquella deformada y deformante de GUILLERMO de
OCCAM. Ingresa en el convento agustino de WITTEMBERG, caracterizado por su dura
disciplina y austeridad, pero también por la solidez doctrinal. Tiene como
director a FRAY JUAN de STAUPITZ, quien es un hombre piadoso pero de carácter
débil e imprudente, y sobre todo incapaz de dirigir el alma atormentada de
LUTERO.
LUTERO
es un fiel discípulo de GUILLERMO de OCCAM y como tal fundará su doctrina con
gran desprecio de la razón: “en todo lo
que se refiere a las obras y a la palabra de Dios, es ciega, sorda, estúpida,
impía y sacrílega”. LUTERO decía de sí mismo: “Yo soy del partido de OCCAM”; “OCCAM, mi maestro, fue el más grande de
los dialécticos; “GUILLERMO de OCCAM, de los doctores escolásticos, es sin
duda el primero”. WILLIAM OCKHAM, franciscano inglés, fue una de las figuras
que por desgracia jugó un papel importantísimo en la historia del pensamiento
humano. Él mismo declaró querer iniciar con su obra la vía moderna de la filosofía. Su doctrina es profundamente
confusa, muchas veces superficial y contradictoria, y algunos errores de fondo
y ciertas conclusiones de sus estudios fueron particularmente nefastos. El
hecho que el Nominalismo –también llamado “doctrina occamiana” – ha marcado la
historia de la filosofía incluso hasta nuestros días. A PARTIR DE LA PRIMERA
MITAD DEL SIGLO XIV se difunde extraordinariamente; domina en la mayoría de las
universidades y marca la dirección principal tomada por la filosofía y la
teología escolástica hasta mediados del siglo XV. Para OCCAM y sus discípulos
el conocimiento intelectual humano tiene como objeto propio las cosas, no las
esencias universales. ARISTÓTELES,
cuando habla de abstracción, señala el obrar de la inteligencia que descubre en
las cosas su propia esencia a partir de la experiencia sensorial. En OCCAM la
abstracción es una simple separación de ciertos datos de la experiencia a fin
de considerarlos con prescindencia de las circunstancias que los acompañaban. Así,
por ejemplo, sin considerar
que la realidad que es objeto de atención tenga ahora existencia, o no la
tenga, cualquiera sea el método de observación, lo conocido es siempre un hecho
singular, nunca algo de suyo universal. Ahora bien, SAN AGUSTÍN, el doctor de
la Gracia, y después de él, SANTO TOMÁS de AQUINO, explican cómo la acción de
la Gracia es ciertamente un gran misterio: cómo Dios mueve al hombre sin
detrimento de su libertad. Pero por el hecho de no poder abarcar y comprender
el insondable misterio de la gracia no nos autoriza para achicarlo ni para
deformarlo. Ése es el centro de la Revelación y el corazón de nuestra vida
cristiana, y eso es lo que mejor demuestra que hay un abismo –y un abismo
insalvable- entre el Protestantismo y Catolicismo. El Obispo de Hipona y el
Doctor Común enseñan cómo la gracia, lejos de suprimir la naturaleza humana, la
eleva y nos hace partícipes de la vida misma de Dios… En la Cruz, Nuestro Señor
satisface realmente por nuestros pecados y de allí fluyen como de un río
inagotable todo el torrente de gracias que se derraban en la Iglesia y en las
almas de los fieles a través de la Santa Misa y de los Sacramentos.
*El problema sobre la re-catolización del Protestantismo*
Nos
hallamos ante el problema acerca de cómo podrá realizarse ese retorno e
incorporación del Protestantismo a la unidad de la Iglesia católica. Desde el punto de vista teórico, existen tres
posibilidades.
La
primera es el retorno global del Protestantismo a la Iglesia católica. Pero
semejante re-catolización de nada serviría si solamente se efectuaba
externamente. Nunca ha sido provechoso, y además hoy día es imposible, llevar a
cabo el principio decretado por la dieta imperial de AUGSBURGO, en el año 1555,
que reza así: “Cuius regio, eius
religio”, el cual principio no era sino la expresión de un ilimitado
absolutismo estatal. Hoy día ya no es el Estado, sino cada individuo, el que
decide con propia responsabilidad acerca de su fe. Cuando el Estado, como
ocurría en el Nacional-Socialismo y ocurre hoy día en el Bolchevismo, reclama
para sí el derecho de decidir la religión de sus ciudadanos, está obrando, en
principio, de una manera anticristiana. Tampoco los dirigentes de las Iglesias
pueden obligar a los miembros de éstas a alterar los fundamentos de su fe, pues
no tienen derecho ni autoridad para ello.
La
realización de la unidad tiene que ser obra únicamente del Espíritu Santo.
Ahora bien: una inspiración del Espíritu Santo que un momento, o después de
larga preparación, aunará a todo el mundo cristiano, repitiendo de esta manera
en gran escala el magno acontecimiento de PENTECOSTÉS, tendría de tal manera un
carácter escatológico, que con su realización solamente se podía contar en la
hora suprema y definitiva de
la historia del mundo.
*El Problema de la unión*
La
reunificación de las iglesias no puede tampoco efectuarse por medio de una
unión del Protestantismo con la Iglesia católica, en la que aquél conservase su
propio contenido doctrinal y retuviese totalmente sus formas de culto y de
vida. Ocurriría entonces que el Protestantismo reconocería las verdades de la
fe católica, y que la Iglesia católica reconocería a su vez los fundamentos de
fe de las Iglesias evangélicas, y las peculiaridades de la vida eclesiásticas
de éstas, nacidas de su tradición. Ahora bien: tal cosa es absurda; contradice
al sentido mismo de la verdad.
En
tiempos de la Reforma se publicó, en el año 1548, el famoso Interim de AUGSBURGO, el cual
trataba de facilitar a las iglesias protestantes el retorno a la Iglesia
católica, exigiéndoles, sí, la sumisión a la Sede Romana, pero haciéndoles
concesiones tales como la celebración del culto divino en la lengua del país,
la comunión bajo dos especies y el matrimonio de los pastores. Pero este
intento de conciliación fue rechazado por el Protestantismo. Tampoco hoy día es
posible llevarlo a cabo. Antes de que esta forma de unión fuera realizable,
habría que resolver muchas cuestiones preliminares, y tendría que efectuarse
entre los protestantes un cambio radical en la manera de pensar. Y aún entonces
habría que proceder únicamente paso a paso.
*El problema de la conversión*
La
tercera posibilidad para llegar a la unidad de la fe es viable en cualquier
momento, y se ha practicado desde siglos. Es la conversión de los que se hayan
convencidos de la verdad católica y siguen el impulso de la verdad. El número
de tales convertidos es mucho mayor de lo que sospecha el Protestantismo. Entre
ellos se encuentran muchas personalidades que ocupan puestos relevantes en la
vida espiritual de nuestra época, y que sienten un hondo anhelo religioso por
ser los miembros más fieles y fervorosos de la Iglesia católica; mientras que
aquellos otros que abandonan la Iglesia católica para pasarse al
Protestantismo, obra casi siempre por indiferencia religiosa, y, a menudo,
después de efectuado su cambio de religión, abandonan y pierden por completo su
vida religiosa. Parece que en esto se cumple aquel dicho de NIETZCHE: WER DAS VERLOR, WAS DU VERLORST, MACHT
NIEMALS HALT (QUIEN PERDIÓ LO QUE TÚ PERDISTE, YA QUE NUNCA SE DETIENE).
*Proyección e implicancias políticas en el Siglo XX:
jesuitas*
*1556-31 de julio-2012: IÑIGO de LOYOLA, fundador de la Compañía de Jesús, muere en la Casa Romana de la Orden.
Había nacido cerca de Azpeitía en el año 1491 y durante su vida había
peregrinado a Tierra Santa, LUIS de GÓNGORA y ARGOTE, le dedicará el soneto “A
la rigurosa acción con que SAN IGNACIO redujo un pecador:
“Si
el fervoroso celador cuidado del grande Ignacio no ofreciera luego (Farol
Divino) su encendido fuego a los cristales de un estanque helado”.
*DANTE
empleó ya la imagen del torrente a propósito del español DOMINGO DE GUZMÁN. Torrencial fue también el,
por vasco, doblemente español IGNACIO de
LOYOLA (1491-1556), PRIMERO CAPITÁN DEL REY DE ESPAÑA y de JESÚS DESPUÉS.
Sublimando el hispano-cristianismo militancia, su “Compañía enfrentó a la herejía,
como la enfrentaron con armas diferentes los “TERCIOS” españoles. Sólo vio el
Santo, no el hombre. MARTÍNEZ MONTAÑEZ (+ 1649). Universidad de Sevilla.
La
mentalidad jesuita tuvo gran influencia tan difundida y penetrante en todo el
mundo del catolicismo que paradójicamente dicho proceso pasa inadvertido. Puede
que esto ocurra porque comenzó hace muchos siglos y se efectuó en forma muy
lenta, gradual y constante. Será necesario puntualizar los hitos esenciales de
la concepción Ignaciana, sus múltiples
cambios y adaptaciones posteriores y su innegable proyección en el ámbito
mundial del catolicismo.
El
itinerario espiritual de SAN IGNACIO de LOYOLA (1491-1556) da alguna luz
sobre toda la evolución posterior y su penetrante influencia. La Compañía de
Jesús, creación genial española, paradójicamente logró imponerse más lentamente
en España que en otros países. Tal vez, porque en asuntos primordiales para la
salvaguarda de la fe, marchaba la Compañía a contramano con la España de su
tiempo. Ello ha hecho decir, quizá con un poco de exageración a JOAQUÍN PEDRO
de OLIVEIRA MARTINS refiriéndose a la orden jesuita: “El genio español,
expandiéndose y reformando la religión conquistó. Si esa reforma vino a ser más
tarde suicida, no es España responsable del hecho”. (“Historia de la
Civilización Ibérica”, Aguilar, 1959, p. 332-4).
Hubo,
en España también otros problemas esenciales para la salvaguarda de la fe, nos
referimos a los estatutos de limpieza de SANGRE. Y esto tiene,
importancia por numerosísimos conversos, o cristianos NUEVOS, continuaban con
la práctica de la religión judía durante muchísimas generaciones, a veces,
siglos. Y como lo atestigua JULIO CARO BAROJA (“Los judíos en la España
moderna y contemporánea”, ed. Arion, 3 tomos, Madrid, 1969) muy
documentadamente muchos de esos “conversos” alcanzaban dentro de la Iglesia
católica altas dignidades, y cuando eran descubiertos pagaban ese ocultamiento
con su vida, otras veces terminaban sus días siendo rabinos en otras países.
“Los
judíos y jesuitas, nos dice CARO BAROJA, (Tomo 2, pp. 231 y siguientes), pese a que en la Historia se han visto a veces en campos opuestos,
han mantenido unos vínculos muy sutiles, que puede decirse arrancan de los
puntos de vista del mismísimo fundador
de la Compañía. Tenía SAN IGNACIO de LOYOLA, respecto de los judíos y los
conversos, ideas que estaban en contradicción con la de muchos prelados
españoles de su época… Así, SAN IGNACIO mantuvo una postura hostil a los
estatutos de limpieza y a todo lo que éstos implicaban en el mismo momento de
su máxima expansión”.
“Repetidas
veces dijo que él hubiera considerado gracia especial el venir de linaje de
judíos, y a este propósito el padre RIVADENEYRA cuenta varias anécdotas que han
sido recordadas por jesuitas modernos para subrayar la diferencia que existe
entre él y LUTERO en lo que hace al judaísmo se refiere: LOYOLA cree ante todo,
que los judíos son hermanos según la carne; LUTERO que son los asesinos de
CRISTO…(DAVID MESEGUER, “LOYOLA
y LUTERO ANTE EL PROBLEMA JUDÍO”, en A.B.C. viernes 31.7.1959; ALBERO A.
SICROFF: LES CONTROVERSES DES STATUS DE “PURETÉ DE SANG” en Espagne du XV an
XVII” p. 270-290; DOMINGUEZ ORTIZ: “La CLASE SOCIAL DE LOS CONVERSOS…”pp.
70-73. Todos citados por JULIO CARO BAROJA. Es decir, que el reformador
protestante es más “popular” que el santo católico atendiendo a las
estimaciones tradicionales”.
“No ha
de chocar, pues, que entre sus primeros y más eficaces colaboradores estuvieron
varios conversos, cristianos piadosos, y aún teólogos de fama en el mundo
católico. De este linaje fue el segundo general de la Compañía, DIEGO LAINEZ. Y
junto al converso de Almazán descuella POLANCO, el hijo de la adinerada
familia, también conversa, de Burgos, que no llegó a ser cuarto general de la
Compañía a causa de fuertes presiones, pero que ejerció siempre una influencia
considerable dentro de ella”. Cita también CARO BAROJA el libro de MIGUEL MIR: “Historia
interna documentada de la Compañía de Jesús”. Tomo I p. 332, en el que
relata las dificultades que por cuestión de los estatutos de limpieza de sangre
tuvo SAN IGNACIO con SILICEO, arzobispo de Toledo.
Recién
en el año 1593 se implantó el estatuto de limpieza en la Compañía.
“Es
sabido, por otra parte, que en pleno siglo XVII los hijos de los conversos y
aun judaizantes, estudiaron a menudo con los jesuitas de las diversas ciudades,
donde éstos tenían colegios, y que de ellos salieron hombres, que de un lado
poseían una sólida educación talmúnica y de otro profundos conocimientos
escolásticos como ISAAC CARDOZO, el apologista de Israel”. No queremos seguir
recolectando citas, reflejo de hechos que patentizan “vínculos muy sutiles”
entre judíos, conversos y jesuitas, desde el inicio de la Compañía sino más
bien aprehender escorzos esenciales del itinerario espiritual de SAN IGNACIO.
Hacia finales de la Edad Media, ocurre en el orden de la PIEDAD un fenómeno muy
similar al expresado por CHARLIER en el mundo artístico.
El gran
arte – inseparable del conocimiento simbólico – que mostraba a Dios en todas
las cosas tiende a ser sustituido por un arte que manifieste la manera de como
el hombre siente a Dios. (Arte de tendencia psicolizante).
El
siglo XIX, vio desarrollarse, en el mismo país, a veces, explica F. CAYRÉ en “Patrologie
et histoire de la Theologie”. Tomo II, p. 701 y sgtes, Desclée y Co. París,
1945: “al lado, de escuelas de tendencias místicas muy acusadas, otras de
un carácter muy diferente, esencialmente prácticas
y afectivas. Entre otras está la escuela de WINDESHEIM, célebre por haber dado al mundo la “Imitación de
Cristo”. El iniciador fue GERARDO GROOT (1340-1384), quien organizó con la
ayuda de FLORENT de RADEWIJNS (1350-1400) una congregación llamada “los
hermanos de la vida común”…Con brillantes copistas, la escuela formó autores
ascéticos notables, gustaban realizar preciosos retiros espirituales (Se ha
llamado, no sin cierta malicia, a estos retiros anónimos rapiaria). La “Imitación de Cristo”, cuyo método concuerda con lo
que se sabe de esta escuela, fue escrito por TOMÁS de KEMPIS y está en mucho
tomado de escritores antiguos, especialmente SAN BERNARDO”.
Estamos,
pues, en presencia del tipo de piedad afectiva y práctica que genéricamente ha
sido llamada la “DEVOTIO MODERNA”,
que significa el giro para alcanzar la experiencia de la fe.
Esta
“DEVOTIO MODERNA”, se extiende de alguna u otra forma a todos los ámbitos. El
abad del Monasterio de MONSERRAT, GARCÍA de CISNEROS (1455-1510) reforma su
abadía con la ayuda de ejercicios espirituales que impone a sus monjes. Su
libro “Ejercitatorio de la vida
espiritual”, nos dice CAYRÉ, constituye el primer ensayo de
sistematización metódica de la ORACIÓN, y fue utilizado por SAN IGNACIO, de
allí su importancia. Contiene cuatro partes. Las tres primeras presentan una
serie graduada de MEDITACIONES encaminadas a PURIFICAR EL ALMA DE SUS FALTAS
(I) A ILUMINARLA SOBRE LAS REALIDADES SOBRENATURALES (II), A UNIRLA A DIOS
MEDIANTE LAS CONSIDERACIONES DE SUS PERFECCIONES (III). LA CUARTA TRATA DE LA
CONTEMPLACIÓN Y DE LOS GRADOS DEL AMOR PERFECTO. Cada parte corresponde a una
semana, especialmente las tres primeras, y el autor les asigna un TEMA para
meditar para cada día, lo mismo que previene la forma de hacerla, el lugar, el
tiempo, el orden a seguir. Es por lo tanto un verdadero RETIRO de varias
semanas que está aquí organizado para vigorizar el fervor. Para mejor
proveerlo, CISNEROS, tiene confianza en el oficio mejor recitado de donde su
otra obra; “Directorio de las horas canónicas”. Como podemos observar GARCÍA DE
CISNEROS no escinde la meditación (”Ejercitatorio de la vida espiritual”) del
CANTO Coral (“Directorio de las horas canónicas”). SAN IGNACIO , durante un
retiro en Monserrat, conoció, el libro de Ejercicios de CISNEROS, de donde se
cree que le vino la IDEA GENERAL de su obra; no obstante el texto no ofrece
casi trazos de copia o préstamos directos de ella, aunque sí de la “IMITACIÓN
DE CRISTO” de TOMAS de KEMPIS. En Manserra en soledad y meditación, penetró a
fondo la verdad que le ofrecían estas obras ayudado por luces de lo alto. Los
“EJERCICIOS ESPIRITUALES” no eran propiamente hablando en su redacción primera,
una obra literaria compuesta para el público; eran simples NOTAS en las cuales
el convertido transcribía sus reflexiones personales, desde que observó en su
alma un movimiento espiritual profundo e intenso. Posteriormente estudia en
ALCALÁ, SALAMANCA y PARÍS (1528). Durante estos años en que enfrenta escuelas
hace seguir los ejercicios a DISCÍPULOS ocasionales y así recluta los primeros
miembros de su Instituto. La fundación de éste, fue preparada por los votos
privados en MONTMARTE 1534, decidido definitivamente en 1537 se le permitió 80
miembros en 1540, hasta que es aprobado por PABLO III, SIN RESTRICCIÓN
DE MIEMBROS en 1544.
Esto hizo
decir a un moderno historiador “que el carácter del Jesuitismo nacido en ESPAÑA
preparado en FRANCIA y desenvuelto en ROMA, es una ASIMILACIÓN DEL ESPÍRITU
COSMOPOLITA QUE ITALIA entonces practica en todas las cosas”. Mientras SAN
IGNACIO establecía su orden y enviaba a sus hijos a los cuatro rincones del
mundo, salía la edición pública de los EXERCICIOS en 1548. Contenía el texto
notas complementarias. Dice muy bien CAYRÉ. Este maravilloso INSTRUMENTO APOSTÓLICO
ha sido utilizado por sus discípulos con extraño ÉXITO y una extraordinaria
FLEXIBILIDAD DE TALENTO.
La
influencia doctrinal de los ejercicios tiene muchas derivaciones, las razones
profundas por las cuales SAN IGNACIO aboga por sus “exercicios”. Tal de “R.
GARCÍA VILLOSLADA Y BERNARDINO LLORCA en “Historia de la Iglesia Católica,
III, B.A.C. Madrid, p. 552 y sgtes. Al expresar que “La mística, con SAN
DIONISIO, había afirmado que la perfección consistía exclusivamente en una
“Divina Patri”, en un sufrimiento de lo Divino, donde la beatitud es alcanzada
por un don de Dios, y no mérito de hombre”. A ESTA ACTITUD DEL HOMBRE INSERTADA
EN LA DEVOTIO TRADICIONAL SE OPONE LA DEVOTIO MODERNA. IGNACIO DE LOYOLA
fuertemente influenciado por esta última, opina “también aquél a cuya alma no
le ha sido otorgada la sobrenatural contemplación, tan altamente apreciada por
la mística, puede conseguir la perfección por su PROPIO ESFUERZO y AFÁN”.
“PUEDO ENCONTRAR A DIOS SIEMPRE QUE QUIERO”, había manifestado IGNACIO DE
LOYOLA a su hermano de orden MANARES. “El hombre -enseñaba- no tiene más que
dirigirse hacia Dios por los debidos caminos para alcanzarle; a ello llega
solo, con su fervor y conveniente uso de las facultades naturales. Así como
ANDANDO, AVANZANDO y CORRIENDO el cuerpo se adiestra, también es posible, por
medio de ejercicios, dar a la voluntad la disposición necesaria PARA ENCONTRAR
LA VOLUNTAD DIVINA”. Estos principios, formulados por IGNACIO, fueron los
fundamentales de la Orden de los jesuitas. El teólogo jesuita FRANCISCO SUÁREZ
escribió después que la santidad consiste sólo en fundir nuestra voluntad con
la voluntad de Dios; pero esta fusión puede muy bien alcanzarse SIN LA GRACIA
DE LA CONTEMPLACIÓN. El jesuita español GODÍNEZ va más allá todavía, pues
expone que, por regla general, no debe tenerse por más perfecto a aquel que
vive en más profunda contemplación, sino a aquel cuya VOLUNTAD se esfuerza más
fervorosamente por lograr la PERFECCIÓN.
El modo
en que un hombre con sólo sus fuerzas naturales puede llegar a la perfección
por medio del ejercicio sistemática, ha intentado puntualizarlo IGNACIO de
LOYOLA en su libro de EJERCICIOS.
Invitando
a sus discípulos a insistir sobre la libertad en la predicación, IGNACIO ha
provocado la creación del nuevo sistema teológico elaborado por MOLINA. Ha
influido también en la doctrina de la gracia. Ha instaurado una precisión de
método en la meditación – con un sentido psicológico – que supera todo lo hecho
hasta entonces. Desde el Fundamento hasta últimas contemplaciones, los
Ejercicios, están cuidadosamente dispuestos de manera que cada movimiento del
ejercitante se ordene según un determinado sistema psicológico. Como la
fantasía, ha de sujetarse la vida afectiva a la disciplina más estrecha: pena y
alegría, desesperación y júbilo, nada se abandona al arbitrio momentáneo,
difícil de prever, sino que los sentimientos mismos quedan bajo la vigilancia
de una voluntad consciente de su fin.
Pero lo
que nos interesa especialmente hacer notar aquí es lo CAYRÉ expresa en nota a
página 795 del libro citado: Muy
apegado a sus “ejercicios espirituales” S. IGNACIO ha suprimido para
favorecerlos, la obligación del coro para los religiosos”. El canto coral
que había sido, una fuente valiosísima e irremplazable de espiritualidad queda
ensombrecido por esta nueva actitud religiosa que indudablemente tiene ya otros
antecedentes y que en apariencia, facilita las conversiones. Se comprende
fácilmente que la carencia o precariedad del enraizamiento con un arte como era
el canto gregoriano hace girar el alma hacia una racionalización y experiencia
psicológica-afectiva del misterio cristiano. Consecuentemente, el conocimiento
simbólico que nos permite comprender que el mundo es un teatro de fuerzas
divinas y un símbolo de ideas supra-terrenas y eternas pierde su riqueza
esencial. Esta empresa tenía que ser llevada a cabo por la EDUCACIÓN de la
juventud. Y a eso tarea lanzaron, casi desde la primera hora, los jesuitas.
El
general de la Compañía de Jesús, ACQUAVIVA, hizo preparar entre 1582 y 1598, y
publicar en 1599 una “RATIO ATQUE
INSTITUTO STUDIORUM SOCIETAS JESU”,
que estableció las reglas fundamentales a las que debían someterse, Colegios,
Seminarios y Universidades.
Como
bien expresa CAYRÉ siguiendo las directivas de SAN IGNACIO, se dejaba a los
maestros una gran libertad que permitió a los teólogos de la Compañía tomar una
posición bastante nueva en la cuestión, entonces tan controvertida, de la
GRACIA. Se puso en evidencia la parte del hombre y de la libertad en la producción
del mismo acto sobrenatural. En un orden práctico querían los jesuitas,
oponerse a la supremacía espiritual del protestantismo, y para ello, usaron sus
armas, es decir la educación humanística, renacentista, en colegios que se
apresuraron a fundar por doquier. Y es precisamente en esta pedagogía de la
CONRAREFORMA de la “Ratio Studiorun” donde se advierte una levísima desviación
en la mentalidad católica.
Esencialmente
porque hay una sustitución de la primacía
de la causa final por la causa eficiente. Se busca inconscientemente el
éxito, y ello lleva al proselitismo en lugar de conducir al apostolado; a la
propaganda en lugar del testimonio. He aquí el germen del mundo moderno y el hilo
conductor de todas las grandes realizaciones jesuitas, directas o indirectas.
Es el forjamiento de una mentalidad que se irá acentuando y cuyas últimas
proyecciones las vemos en nuestros días en el llamado marxismo-cristiano. Para
oponerse con éxito a los protestantes quienes habían enaltecido el libre
examen, el trabajo útil, la riqueza honesta, todas las cualidades medias que
predominaban en la índole de los pueblos septentrionales, el espíritu jesuítico, dice JOAQUÍN PEDRO de OLIVERA MARTINS
concibió y realizó de otro modo la reforma de la religión de los pueblos
del mediodía: atenuó la doctrina de la Gracia; soslayó las prescripciones
rígidas de los doctores de la Iglesia y “provocó la creación del nuevo sistema
teológico elaborado por MOLINA; inventó
la dirección espiritual indulgente, la casuística acomodaticia. (La
originalidad de los jesuitas no es la de haber inventado la casuística “sino la
de haber mostrado su importancia y fijado las leyes, notablemente el
PROBABILISMO”). CAYRÉ y “La teología del Compañía de Jesús, con JULIO CARO
BAROJA, consulta: “Que hay cierta afinidad entre la sutileza de las “reponsa”
de los RABINOS y los “CASOS” allegados por los jesuitas y otros autores que
crearon el CASUÍSMO es cosa que puede defenderse.
“Hizo
una religión complaciente y adecuada, y para darle consistencia dio a la
dirección metódica y mecánica de la IMAGINACIÓN el papel que en el
protestantismo tenía la voz de la conciencia y el orden en la vida. Con una
perspicacia genial, la Compañía descubrió el principio educativo de los
hombres: FORMAR UNA ATMÓSFERA SENSUAL IMAGINATIVA, en cuyo ambiente las ideas
germinasen; preparar convenientemente EL MEDIO para MOLDEAR en él e INCLINAR
LOS PENSAMIENTOS”, concluye OLIVEIRA
MARTINS.
Interesa
ahora comprender en virtud de qué actitud espiritual profunda el jesuita considera un deber influir a
través de los LAICOS en el orden temporal de la sociedad, más concretamente en
la esfera del PODER.
Puede
decirse que el verdadero papel político de los jesuitas, nos dice un conocido
historiador, empezó cuando se
dedicaron cada vez con más empeño a dirigir las conciencias de reyes y
príncipes.
La
manifestación del amor al prójimo había conducido a la beneficencia social
organizada, luego, la conducta de la orden iba cada vez más derechamente a la
dirección espiritual de los príncipes; pues en los señores veían los jesuitas
la PERSONIFICACIÓN DE LOS PUEBLOS.
“Una
vez que SAN IGNACIO y los suyos se hubieron propuesto el problema de ser
CONFESORES de los PRÍNCIPES, se les ocurrió luego la REFLEXIÓN de si sería
compatible con el acceso a lugares tan altos el voto de HUMILDAD.
SAN
IGNACIO en 1553 escribía al Provincial de la Orden en LISBOA, MIRÓN, que con
ello sólo recibían beneficio el bien común y el servicio de Dios, pues los
miembros toman parte en el bien de la cabeza y los súbditos en el bien del
príncipe; así que nunca es tan bien empleada la AYUDA ESPIRITUAL como en éste”.
Muy
pronto se crearon problemas gravísimos a raíz de la ACTUACIÓN de los JESUITAS
en éste y otros planos.
*EL PAPA CLEMENTE XIV, LOS HA PUNTUALIZADO CON FUNDAMENTADA METICULOSIDAD al promulgar el BREVE “DOMINUS AC REDEMPTOR” del 21 DE JULIO de 1773, por el cual
suprime A PERPETUIDAD A LA COMPAÑÍA.
En el
apartado 20 y parte del 21 del BREVE “DOMINUS AC REDEMPTOR” CLEMENTE XIV,
después de enunciar “LAS ACUSACIONES SUMAMENTE GRAVES” contra los
integrantes de la Compañía y enumerar los muchos antecedentes que habían
acumulado sus predecesores, expresa en forma sintética; “…las acusaciones
contra la Compañía, SOBRE TODO POR SU INMODERADA CODICIA DE BIENES
TERRENALES”.
En
el 21: “Fueron infructuosos además los esfuerzos de nuestros precederos, URBANO
VIII, CLEMENTE IX, X, XI, Y XII, ALEJANDRO VII Y VIII, INOCENCIO X, XI, XII Y
XIII, y BENEDICTIO XIV, quienes intentaron devolver a
la Iglesia su tan deseada tranquilidad, mediante la sanción de muchas y
saludables resoluciones, ya sea en cuanto a la obligación (por parte de la
Compañía) de abstenerse en absoluto de
todo manejo temporal, o bien en asuntos sin atingencia con las
Misiones, o bien en lo que atañe a éstas; ya sea en cuanto a las gravísimas
disputas y recriminaciones, suscitadas ásperamente por la misma Compañía contra
los ordinarios de cada lugar, contra las órdenes regulares y los lugares
piadosos, contra toda clase de comunidad, en Europa, Asia y América, no sin
gran ruina de las almas y extrañeza de los pueblos; ya sea también sobre la
interpretación y ejecución de diversos ritos gentílicos, que han practicado
(los jesuitas) con cierta frecuencia en algunos países, sin cuidarse en
absoluto de lo que ha sido aprobado tradicionalmente por la Iglesia Universal;
o sobre la aplicación e interpretación de aquellas doctrinas que la Santa Sede
Apostólica ha condenado con razón por ser manifiestamente nocivas para el mejor
afianzamiento de las costumbres; y finalmente sobre otras cosas de suma
importancia, no sólo muy necesarias para conservar en su integridad la pureza
de los dogmas cristianos, sino también motivo de que en esta nuestra edad (no
menos que en otras épocas muy recientes) se originasen multitud de males y
daños, por ejemplo, conmociones y tumultos en varios países católicos,
persecuciones de la Iglesia en algunos regiones de Asia y Europa”. Luego de la supresión a perpetuidad de la Compañía de
Jesús promulgada por CLEMENTE XIV, su sucesor en el siguiente siglo PÍO
VII, en una famosa Constitución Apostólica de 1814, restableció la extinguida
estructura de la Compañía de Jesús. ES IMPORTANTE HACER NOTAR QUE LA MENTALIDAD
JESUÍTICA NO CAMBIO EN LO ABSOLUTO.
*Hemos
tomado el texto de la traducción latina, cuyo original se incluye, publicado
bajo el título “Clemente XIV: el breve que abolió a la Compañía de Jesús”.
Ediciones Hostería Volante, La Plata, ARGENTINA, 1966*.
*Datos
histórico-doctrinales extraídos del libro “Jesuitas,
Opus Dei, Cursillos de Cristiandad (origen y finalidad) por OSCAR H.
WAST, 1ª. Edición. México, D. F. 1971, 217 pp. (p. 15-28).
*LUTERO y SAN IGNACIO como PREPARADORES DE LA UNIDAD*
Puede parecer extraño que a LUTERO y a SAN IGNACIO
de LOYOLA, a quienes hemos designado como representantes de dos mundos
espirituales, les presentemos ahora como preparados del camino que conduce
hacia unidad eclesiástica. Y, sin embargo, así es. Pues ninguno de los dos
pretendió la escisión de la Iglesia. En el caso de SAN IGNACIO, esto está bien
claro. Pues, como hijo fiel católico, consagró toda su vida a su ensalzamiento
y a la restauración de su unidad. Pero tampoco quería la escisión de la
Iglesia, sino su unidad. En su interior lamentaba continuamente el que la
Iglesia se desgarraba, y decía sin cesar: SEKTENMACHEN
HILFT UND TAUGT NICHT (El crear sectas no vale ni aprovecha para
nada).
*BIBLIOGRAFÍA FINAL*
HARTMANN
GRISAR, S. J. Martín Lutero. Su vida. y su obra. Madrid, 1934.
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FRIEDRICH
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espirituales. Trad. Constantino Ruiz-Garrido. Prefacio de Angel Santos, S. J.
Ed. Fax, Madrid, 1959.
“Haced todo a gloria de Dios” (1 Cor., 10. 31). La lectura de la VIDA DE LOS SANTOS inspiró a SAN IGNACIO el amor a la santidad. Renunció a la gloria de
las armas para alistarse bajo el estandarte de CRISTO, y para trabajar por la
GLORIA DE DIOS y LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS.
Se
retiró a la gruta de MANRESA, en la que llevó una vida muy austera. Fue allí
donde compuso su admirable libro de los Ejercicios
Espirituales. Comenzó a estudiar la lengua latina a la edad de 33 años,
y durante su permanencia en la Universidad de París, atrajo a varios compañeros
con los que echo las bases de la Compañía de Jesús. Murió el año 1556. SAN
IGNACIO DE LOYOLA, en la soledad de MANRESA, había trazado el plano del
edificio espiritual que debía edificar durante su vida. Su libro de los Ejercicios espirituales es un resumen de lo
que debe hacerse y de lo que él mismo hizo para llegar a la perfección. Comenzó
por llorar sus pecados y expiarlos mediante ruda penitencia. Es el primer paso:
lavar nuestros pecados con lágrimas. Así procedieron todos los santos; ¿los
imitamos nosotros? Sigamos la divisa de SAN IGNACIO de LOYOLA: *TODO PARA LA MAYOR GLORIA de DIOS*
*EDITÓ:
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis Nº 462
INSTITUTO
EREMITA URBANUS
Córdoba
de la Nueva Andalucía, a 7 de agosto del
Año del Señor de 2012. FESTIVIDAD DE SAN CAYETANO, Confesor. Sopla el Pampero.
¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Asunto: MARTÍN LUTERO e
IGNACIO DE LOYOLA. Gspp* Ave María
Purísima!
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