domingo, 21 de septiembre de 2008

Ultraje a Su Santidad Pío XII

¿Por qué PAUL RASSINIER, ateo, y para quien el Papa no es más alta instancia moral de la Tierra”, se ha interesado por “El Vicario”? Porque detesta la mentira y es pacifista.

Los enemigos declarados de Jesucristo – masones, fuerzas procomunistas y algunos círculos judíos , de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, se han ensañado con el Papa PÍO XII – quien en los últimos años de su vida debió y sobrellevar la persecución de la Iglesia del Silencio, como se puede observar en su estatua en San Pedro, el espíritu sufrido y silencioso del gran Pontífice: sus ojos están representados por el marco delicado de sus anteojos; las cuencas están vacías de tanto padecer y aceptar las pruebas de la Providencia – que no encontró la fuerza espiritual al final de su papado, como era su intención, para convocar un concilio ecuménico.
Más sí lo hizo sucesor, el Beato JUAN XXIII, que a través de su muerte, el 25 de enero de 1959, anunció el Concilio Vaticano II, con la siguiente expresión: “una flor espontánea de una primavera inesperada”.
A cinco meses de la muerte de PÍO XII (Sumo Pontífice desde 1939 hasta 1958), en diciembre de 1963 se inició el ataque a su pontificado, obra y memoria, a raíz del estreno de la pieza del estreno de la pieza teatral “El Vicario”, en París, del dramaturgo alemán ROLF HOCHHUTH, que con argumentos falaces lo acusa lo acusa de su relativo “silencio” y lo difama de haberse desentendido de la suerte de los judíos en los campos de concentración nazis; y, a pesar del carácter falso y perverso de su contenido, tuvo el éxito de los best Sellers, y su ascendencia no sólo se manifestado entre los sectores afines a esa tendencia, sino que penetró ente los católicos y, lo que es más grave, en la propia Iglesia.
¿Por qué PAUL RASSINIER, ateo, y para quien el Papa no es más alta instancia moral de la Tierra”, se ha interesado por “El Vicario”? Porque detesta la mentira y es pacifista. PAUL RASSINIER, que uno de los fundadores del movimiento de resistencia “Libe-Nord”, procede del partido socialista y del pacifismo. Detenido por la Gestapo el 30 de octubre de 1943, es deportado a Buchewald y después a Dora. De regreso a Francia, inválido en un 100%, se consagra a la historia y publica, especialmente sobre la Segunda Guerra Mundial y los crímenes de guerra, estudios notorios como La mentira de Ulises y El Drama de los judíos europeos. Como pacifista, RASSINIER se felicite de ver que los Papas y especialmente PÍO XII se consagran a la defensa de la Paz, contra todos los partidismos y todas las propagandas. Así la tentativa de El Vicario para presentar a PÍO XII como testigo silencioso e incluso partidario vergonzoso del nazismo levanta la indignación de RASSINIER. Se entrega a una encuesta minuciosa mediante la cual demuestra la debilidad de los testimonios sobre los que apoya El Vicario, en particular – pìeza capital en el corazón del debate – el del S. S. GERSTEIN, desaparecido misteriosamente al fin de la guerra. Con la ayuda de una documentación sólida, PAUL RASSINIER descubre la iniquidad de una acusación cuyo verdadero objetivo es una operación política: por una inversión de responsabilidades se atribuye a PÍO XII el crimen de haber favorecido al nazismo que él ha condenado, mientras que en el clan de los acusadores, hay muchos que a HITLER en su acceso al poder.
El ataque persiste el 4 de junio de 2000 (diario La Prensa), con la biografía apócrifa del pseudo católico JOHN CORNWELL, cuyo libro “El Papa de HITLER” – un verdadero insulto al luminoso Vicario, de feliz memoria y prístino espíritu – está plagado de falacias e inexactitudes, constituyendo un descabellado revisionismo histórico de hechos del pasado, ya carecen de veracidad, ya son opiniones extraídas del archivo del Vaticano con criterio “ex post facto”. PÍO XII – según el testimonio del mismo PÍO XI – redactor de la encíclica “Mit brennender sorge”, con que en 1937 la Iglesia condenó al nacionalsocialismo, su totalitarismo y su racismo.
Para desbaratar la sarta de necedades de los mixtificadores de la verdad, enemigos de Jesucristo (recordemos que Israel solicitó que se postergue por 50 años el proceso por la beatificación de PÍO XII, según noticias del 5 de mayo de 2000) -, nos bastarán los siguientes testimonios de la comunidad judía, a través de los años.
El doctor NATHAN, de la Comisión Hebraica Italiana, declaró en 1945: “Antes que nada, le damos las gracias al Sumo Pontífice y los religiosos que , llevando a cabo las órdenes del Santo Padre, reconocieron a los perseguidos como a sus hermanos y con su esfuerzo y abnegación se apresuraron a ayudarnos, sin tener en cuenta los terribles peligros a los que se exponían”.
LEO KUBOWITZKI, secretario general del Congreso Judío Mundial, también en el año 1945 le hizo llegar al Papa “en nombre de la unión de las comunidades israelitas, un caluroso agradecimiento por los esfuerzos de la Iglesia durante la guerra”.
GOLDA MEIER, ministra de Asuntos Exteriores de Israel, al morir PÍO XII, escribió: “Nos unimos al dolor de la humanidad. Cuando el espantoso martirio afectó a nuestro pueblo, la voz del Papa selevantó en nombre de las víctimas. Lloremos a un gran servidor de la paz”.
El Gran Rabino de Roma, ISRAELE ZOLLI, impresionado por la grandeza y el heroísmo de PÍO XII, se convirtió tras de la guerra, y al bautizarse adoptó el nombre del Papa (EUGENIO por EUGENIO PACELLI). ¿Se puede imaginar que la mayor personalidad judía al catolicismo si PÍO XII hubiera sido cómplice – aunque sólo fuera por su “silencio” – de la “Shoa”? ZOLLI declaró: “La esplendorosa caridad del PAPA, que se inclinó a todas las miserias engendradas por la guerra, y su bondad por mis correligionarios en dificultades, fueron para mí el huracán que barrió los escrúpulos que yo tenía para hacerme católico”.
PINCHAS LAPIDE, cónsul de Israel en Milán después de la Segunda Guerra Mundial, declaró ante el corresponsal del diario “Le Monde” en 1963: “Puedo afirmar que el Papa personalmente, la Santa Sede, los nuncios y toda la Iglesia católica, han salvado de una muerte segura a entre 150 y 400.000 judíos (…) Me cuesta mucho comprender que ahora se ataque a PÍO XII, cuando durante años aquí se lo ha homenajeado (…)”. En 1967, después de varias encuestas, se llegó a la cifra de los 860.000 judíos salvados gracias a PÍO XII (cfr. M. ALEXIS CURVERS: “Pío XII, el Papa ultrajado”, Luis de Caralt, Barcelona, 1965).
El testimonio de ALBERT EINSTEIN es notable: “La Iglesia católica ha sido la única que levantó la voz contra el asalto de Hitler contra la libertad. Hasta esta época la Iglesia no me había llamado nunca la atención, pero hoy expreso mi gran admiración y mi profundo acuerdo con esta Iglesia que ha sido, la única, que ha tenido el inquebrantable valor de luchar por todas las libertades morales y espirituales” (Cfr. Roche y Saint Germain, “Pio XII ante la historia”).
M. ALEXIS CURVERS precisa que PÍO XII DENUNCIÓ DESDE FINALES DE 1942 las medidas de exterminio” contra los judíos sobre las que había alertado al embajador de los Estados Unidos ante la Santa Sede. “Habló varias veces, y hasta el final de la guerra fue el único hombre en el mundo que se atrevió a hablar de este tema. Todos los demás callaron, incluso los que podrían haber hablado impunemente” (dijo que, en Francia, DE GAULLE no pronunció nunca una palabra referente a la desgracia de los judíos; lo mismo se dijo de CHURCHILL, ROOSEVELT, etc.). En 1939, PÍO XII publicó su encíclica Summi Pontificatus:”igualdad de naturaleza razonable en todos los hombres, pues Dios hizo surgir de un mismo tronco a toda la descendencia humana… No hay ni griegos ni judíos…”
M. ALEXIS CURVERS reseña que su primera que en el Boletín del Ateneo Israelita de Bruselas, en junio de 1963, la señora EDITH MUTZ, entre otros conceptos, informa que el doctor SAFRAN, Gran Rabino de Rumania, declaró que durante la guerra, PÍO XII “salvó a los judíos (LOS NAZIS aseveran que PÍO XII era más que judío) del desastre a la hora en que su deportación de Rumania estaba decidida”; y que “la verdadera razón del relativo silencio de PÍO XII no fue sino el de no agravar el caso de aquellos que se encontraban en los campos de concentración”. Y que, además, PÍO XIILOGRÓ EL CESE DE LAS DEPORTACIONES DE JIDÍOS ESLOVACOS; CÓMO SALVÓ A LOS JUDÍOS DE YUGOESLAVIA; COMO DETUVO LA DEPORTACIÓN DE JUDÍOS DE HUNGRIA Y DE BULGARIA.
Recordemos que en el mes de julio pasado, una comisión de historiadores católicos y judíos suspendió el estudio del rol del Papa PÍO XII durante el holocausto, ante la presunta negativa del Vaticano de abrir sus archivos secretos. Empero, la respuesta vaticana, por intermedio del Padre PETER GUMPEL, jesuita alemán que recopila documentos en apoyo de la beatificación de PÍO XII, DICE QUE SE REUNIÓ CON EL GRUPO, respondió a sus preguntas y ofreció más respuestas para otra sesión. Aseguró que algunos miembros judíos de la comisión, “públicamente habían propagado la sospecha” de que la Santa Sede trataba de ocultar documentos. El padre GUMPEL defendió a PÍO XII, diciendo que el material a disposición de los historiadores evidencia que el Papa “hizo todos los esfuerzos posibles para salvar vidas sin distinción”(La Prensa, 8 de agosto de 2001).
“La historia confirma que las decisiones del Papa PÍO XII con respecto a los judíos eran justas y que su actitud era la única posible…” (declaraciones de Monseñor JOSÉ SARAIVA MARTINS, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, publicado por La Prensa del 18 de diciembre de 1999.
PÍO XII es el último gran Papa que, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), le tocó dirigir la Iglesia Católica, siendo protector y salvador de los judíos, defensor la tradición, de la única y verdadera Misa Tridentina, manteniéndola libre de ideologías, idolatrías, falsos teólogos, apóstatas y anticristos, y que además combatió al comunismo ateo, “intrínsecamente perverso”, calificativo PÍO XI.

Ruego a Dios que el proceso para la beatificación y canonización de PÍO XII, el Papa sacrificado, sufriente, fiel, noble y santo, que brilló con luz propia como el Beato PÍO IX y SAN PÍO X, CONTINUE PARA LA ALEGRÍA Y FORTALECIMIENTO DE LA FE DE LA GREY CATÓLICA, PARA QUE SE REUNA EN CRISTO, SE SALVEN LOS ERRORES DOCTRINARIOS Y TEOLÓGICOS DEL CONCILIO VATICANO II, PARA LA VICTORIA DE LA SANTA IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA y EL TRIUNFO DEL SAGRADO CORAZÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO y del INMACULADO CORAZÓN DE MARIA. ASI SEA.

… en expiación por la incredulidad del pueblo judío y para que el Señor sea acogido por los suyos y venga su REINO EN LA GLORIA.

ADDENDA 1:

FICHA TEXTUAL DE: Pinchas Lapide, “Los tres últimos papas y los judíos”, trad. Jesús Pardo de Santayana, Ed. Taurus, Madrid, 1969, original en 1967, Holanda, 375 pp. V. El Papa Pío XII: pp. 145 a 320.
PINCHAS E. LAPIDE, canadiense de nacimiento, e israelí por propia decisión, replica el ambiente creado por HOCHHUT, en su divulgada obra teatral Der Stellevertreter, con el estudio de una realidad histórica, que muestra la actividad l actividad de la Iglesia Católica en defensa de los judíos y que resume afirmando: “PÍO XII salvó más judíos que todos los políticos del mundo occidental juntos”.
…En febrero de 1939, tanto la prensa alemana como la italiana llevaron a cabo una vigorosa campaña contra la elección de PACELLI. Para influir por lo menos en los cardenales alemanes la publicación nazi Das Reich escribió: “Pío XI era medio judío, porque su madre fue una judía holandesa, pero el Cardenal Pacelli es judío entero”. Varios periódicos oficiosos llegaron hasta el punto de citar los nombres de los “papabili” que serían aceptables desde su punto de vista, pero los cardenales no recogieron la onda. El día después de la elección el Berliner Morgenpost escribió: “La elección de PACELLI no es favorablemente recibida en Alemania, ya siempre se ha mostrado hostil al Nacionalsocialismo·. El Frankfurter Zeitung del 3 de marzo de 1939 escribió: “muchos de los discursos (de Pacelli) han puesto bien en claro que no seda completa cuenta de los motivos políticos e ideológicos que han comenzado su marcha victoriosa en Alemania”.
Unas pocas semanas después de la elección de Pacelli, EL Servicio Secreto Superior de Seguridad del Reich dedicaba tres páginas de su primer informe trimestral de 1939 (“Muy secreto”) al nuevo Papa. En él leemos:
“Pacelli llamó la atención con sus ataques contra el Nacionalsocialismo cuando fue Cardenal Secretario de Estado, y esto le ganó la simpatía de los demás estados democráticos durante las elecciones papales.. el presidente Roosevelt dijo en su telegrama de felicitación: “Con gran alegría me entero de su elección al papado. Recuerdo con gran placer nuestra última conversación durante su estancia en los Estados Unidos”.
“Hasta que punto Pacelli ES UN ALIADO DE LAS DEMOCRACIAS, ouede verse sobre todo leyendo la prensa francesa; L´Humanité escribe de él, entre otros cosas:
“Veinte días después de la muerte de Pío XI es elegido el nuevo Papa. Habiendo adoptado del nombre del difunto, ¿no continuará la obra del hombre cuyo secretario de Estado ha sido en estos últimos años? En cuestiones de locura racistas, en lo que se refiere a las persecuciones nazis y a los ataques fascistas contra la libertad de conciencia y la dignidad humana, el Papa y el Cardenal Pacelli eran uña y carne…”
“También en Inglaterra se considera a Pacelli como un aliado de la política democrática y se espera obtener su apoyo “en la lucha ideológica contra las potencias fascistas”…En los círculos eclesiásticos alemanes la elección de Pacelli AL PAPADO FUE RECIBIDA con unánime jubilo… su elección es considera como la más afortunada solución para la Iglesia católica, ya que se tiene por más hábil (que Pío XI) en la elección de las armas para la batalla y, por tanto, por un enemigo más temible de todas las ideológicas extraeclesiásticas…”.
… Tuvo también que haber reflexionado sobre el curioso hecho de que seis partidos y organizaciones antisemitas habían escogido una cruz por emblema, mientras que otros tres fueron fundados por sacerdotes católicos. Veamos: la cruz gamada (la swastika) de Hitler; la “cruz de flechas”, del fascismo húngaro; la cruz de fuego (Choix de feu) francesa, cuyo dirigente dijo: “Mejor Hitler que el judío Blum”; la cruz de San Miguel, de la legión Rumana de San Miguel, de la que la Enciclopedia Británica dice: “Se mostraba insaciable de antisemitismo endémico…sacerdotes, estudiantes y oficiales corrían a adherirse a ella… más tarde pasó a llamarse la “Guardia de Hierro”; las cruces blancas del partido socialismo cristiano de Karl Lueger, en Austria; la “cruz tonante” fascista (perkreust) de Letonia; y la cruz llameante del Ku Klu Klan, cuyo Gran Dragón del Klan de Pennsilvania dijo el 20 de noviembre de 1965: “Cuando llegue el caos pasarán aquí cosas como las que pasaron en Alemania y entonces ¡Dios ayude a los judíos! El padre Andrei Hlinka, sucedido por el por el padre Tisso, fundó el Partido Antisemita de Eslovaquia; el padre Augustine Volosyn hizo lo mismo en Rutenia y monseñor Anton Korosec en Yugoslavia.
Prácticamente, todos los dictadores de su tiempo habían nacido y fueron educados dentro de la Iglesia: Hitler, Pilsudski, Horthy, Dollfuss, Franco, Degrelle, Pétain, Mussolini, Pavelich, Salazar y Tisso; todos ellos eran jefes de regímenes tan autoritarios en su estructura y temperamento como la Iglesia católica.
San Agustín dijo que en determinadas circunstancias los discípulos de Jesucristo tenían que estar dispuestos a llegar a un acuerdo con el sistema político más execrable (“flagiosissima res publica”). Este fue el conflicto que PÍO XII tuvo que afrontar y resolver desde el primer día de su pontificado. Mientras los valores tradicionales se desmoronaban por todas partes él fue buscando cuidadosamente un camino un camino durante seis largos años entre los preceptos de Jesús y los de San Agustín.
Pero todos sus conflictos y controversias se vuelven insignificantes en comparación con el telón de fondo del holocausto. La cuestión crucial era entonces y sigue siendo ahora, ésta: ¿qué hizo y qué no hizo PÍO XII por los judíos durante los sangrientos años de genocidio que ha presenciado la humanidad?
“Preferimos recordar lo que hizo el difunto Papa por el pueblo judío”, dijo el rabino principal de Roma en 1964, cuando la tormenta en torno al drama de HOCHHUTH llegó a su auge, “y no pensar en lo que dejó de hacer”.

LO QUE NO HIZO PÍO XII


Sin embargo, lo principal de que se puede acusar póstumamente a PÍO XII es el “silencio”, la falta de una protesta apasionada contra el asesinato en masa; una llamada pública a la conciencia humana, que, según se dice ahora, hubiera debido ser hecha con objeto de impedir, o por lo menos reducir, el número de víctimas del holocausto hitleriano.
“Nosotros, los católicos franceses, cuyo honor ha sido ciertamente salvado por el heroísmo y la caridad extendida a los judíos perseguidos por tantos obispos, sacerdotes, monjas y frailes, pero que nunca hemos tenido el consuelo de oír al sucesor de Pedro el galileo condenar la crucifixión de estos innumerables “hermanos del Señor” sin ambages, con palabras claras y sin alusiones diplomáticas…” Esto ha sido escrito por FRANÇOIS MAURIAC, el famoso escritor católico, el cual, sin embargo, añade que el silencio del Papa fu “un terrible deber”. Y ALBERT CAMUS, ateo confeso, está de acuerdo:
“Durante esa época de terror, aguardé mucho tiempo a que en Roma se levantase una voz estentórea. ¿Yo el ateo? Sí, ciertamente, y precisamente por eso, porque sé que el espíritu resultaría derrotado si frente a una potencia malvada no se pronunciase la protesta condenatoria. Se dice que tal protesta sonó, pero yo juro que millones de personas, como yo, no la hemos oído”.

HOCHHUTH, PROTESTANTE, VA MÁS LEJOS; EN EL CUARTO ACTO DE SU DRAMA EL VICARIO HACE DECIR ESTO A SU PERSONAJE EL PADRE RICARDO:
“UN VICARIO DE CRISTO QUE SE VE ESTO (LA DEPORTACIÓN DE JUDÍOS) BAJO SU VENTANA Y GUARDA SILENCIO POR RAZONES DE ESTADO…TAL PAPA ES UN ASESINO”.

Su Testamento, publicado en 1958, comienza con este ruego: “¡Seme benigno, oh Dios, según tu misericordia! Estas palabras pronuncie yo cuando acepte, con manos temblorosas, mi elección como Sumo Pontífice, consciente de no merecer tan alto puesto y no estar a la altura de la tarea que me esperaba. Con tanto más motivo las repito ahora cuando me doy cuenta de los defectos, fallos y faltas que he cometido… durante una época tan grave, que ha hecho patente a mis ojos mi falta de capacidad y mi indignidad. Humildemente pido perdón a todos a quienes pueda haber ofendido, perjudicado o escandalizado”.

Diario Pampero nº 82 Cordubensis
Instituto Eremita Urbanus
, 19 DE SEPTIEMBRE de Penthecostés del Año del Señor de 2008, fiesta de Nuestra Señora de la Salette

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