sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Liberarse de qué? Los compañeros de Jesús o ¡Ay Jesús, que compañía! La utopía de la liberación

“Mis arreos son las armas,
Mi descanso es pelear
Mi cama, las duras peñas
Mi dormir, siempre velar”.

Viejo romance español.

Lobos rojos de un sorprendente Mariscal

Las elecciones del 7.3.82 en Guatemala encuentran a este país aislado y castigado internacionalmente, debido a la política dura del gobierno encabezado por el gral ROMEO LUCAS GARCÍA, frente a la agresión JESUÍTICO-CASTRO-SOVIÉTICA URSS. La anulación de tales comicios y el ascenso de una junta de “CAPITANES” (cuyo color al momento se escribir esta nota es indeciso) agrava por cierto el panorama político de Centro América.
Guatemala es un estratégico país, mucho más importante tal vez que El Salvador (en el que por otra parte en medio de la sangre inocente, la SINARQUÍA juega de mano de los democristianos, con todos los sectores); posee la economía más firme de la región, tiene importantes reservas petrolíferas y se halla cerca de los de los yacimientos de Méjico.
El poder de los EE.UU., propugnador de la estrategia soviética, tiene en tales elecciones (y en la crisis presente) su figura, el líder del Movimiento de Liberación Nacional, MARIO SANDOVAL ALARCÓN, quien además es íntimo amigo de REAGAN. En esto se ajusta también el lanzamiento del “PLAN REAGAN” para Centroamérica, y se refleja el “frente del algodón yanqui”, cuyo Poder Político no se decide a SER, limitándose a vociferar amenazas contra el Poder Soviético, que sí es una ENERGÍA de DOMINIO, alimentada por la JUDERÍA OCCIDENTAL.
Pero en la región tiene también ingerencia un poder más práctico que la CIA, el poder de la SUBVERSIÓN CLERICAL, cuya cabeza el Mariscal Polaco de Todas las Rusias, el Gran Heresiarca (pese a la blandura de los nacionalisteros “tradicionalistas”) cuenta como en otras regiones del mundo con sus LOBOS ROJOS para instrumentar teórica y prácticamente la guerrilla, bajo el manto cardenalicio, manchado por estos usurpadores.
Uno de esos promotores nos describe la acción SUBVERSIVA. Y este texto es apenas una mínima muestra de lo ha publicado la prensa argentina, lo que a su vez ES UNA MÍNIMA MUESTRA DE LO QUE PODEMOS RECOGER EN LA PRENSA MUNDIAL. Dice el texto: “MI ORDENACIÓN sacerdotal como obispo de Verapaz, se produce en un momento clave tanto para Iglesia guatemalteca, cuanto para Iglesia mundial: LA CONFERENCIA DE MEDELLÍN (COLOMBIA). Allí culminó una etapa y comenzó otra. Hubo un despertar y la lanzó decididamente a trabajar en el campo SOCIAL. Comenzó la catequesis, mediante programas de MEJORAMIENTO, con DESARROLLO, con PROMOCIÓN (HUMANA), con CONCIENTIZACIÓN DE CAMPESINOS Y OBREROS”.
YO ADHERÍ fervientemente a ese movimiento.
AHORA que estoy en el exilio, en Costa Rica, tengo mucho tiempo para pensar. Al final de cuentas creo que hay que hacer un balance sobre si hice bien o mal. Pero no me quedó otro camino, porque comenzaron los problemas con los rótulos: eso es una constante ¿por qué? Porque para los de derecha, quienes luchamos por mejorar las condiciones de vida de los campesinos, somos de izquierda. Pero repito: MEDELLÍN FUE EL COMIENZO DE TODO, Y COINCIDIÓ CON EL DESPERTAR DE LA GUERRILLA. Cuando aparece la GUERRILLA, hay gente de la Iglesia que, ante la falta de DIÁLOGO y COMPRENSIÓN, comienza a confiar en la LUCHA ARMADA como medio para solucionar los problemas”.
“SIGUIENDO EL CONCILIO VATICANO II, la Iglesia torna a convertirse en un instrumento SOCIAL, que por supuesto no responde a las expectativas de la clase dirigente. Nosotros impulsamos un modelo de sociedad, pero al no poder concretarlo, entonces se presenta el modelo MARXISTA. Entra oblicuamente”.
“SIN EMBARGO VEO que en América Latina están surgiendo obispos con una claridad mental e intelectual muy importante acerca de la problemática SOCIAL: SILVA HENRÍQUEZ, en Chile; MANRIQUE en Bolivia; PABLO ARNS, en Brasil; RIVERA y DAMAS, en El Salvador, por no mencionar al asesinado ROMERO. Pero nosotros estamos en una situación límite, porque la realidad de GUATEMALA ha llegado a tal punto que en ella no hay espacio para un RIVERA y DAMAS, o por mencionar a uno de los obispos mas preclaros de la Argentina, un ZASPE (de ROSARIO)”.
Fragmentos de la nota del diario CLARÍN, 26.II.82. : “Un pastor habla desde el exilio”, pertenecientes a las declaraciones de Monseñor JUAN BERARDE, presidente de la Conferencia Episcopal de GUATEMALA, prófugo en Costa RICA desde hace casi dos años, principal promotor de la GUERRILLA CLERICAL en Guatemala¡
Agreguemos un detalle a esta nota: las declaraciones de ARÍSTIDES CALVANI, ex canciller venezolano, que no es por cierto santo de nuestra devoción, pero al fin habló y dijo “FIGURAS DISTINGUIDÍSIMAS DE LA ODEN JESUITA EN LA UNIVERSIDAD DE SIMEÓN CAÑAS HAN TOMADO EL CAMINO DEL FRENTE REBELDE FARABUNDO MARTÍ”, EN EL SALVADOR. (LA PRENSA, 23.III.82, pág. 3).

LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

Cuando en 1649, JUAN DE PALAFOX Y MENDOZA, obispo de Puebla de los ángeles (México) denunciada ante el Papa INOCENCIO IX las desviaciones pastorales y pedagógicas de los religiosos de la Compañía de Jesús, difícilmente concibiera la magnitud de la catástrofe teológica y las ruinas espirituales generadas como consecuencia del accionar de la Orden ignaciana.
“¿Qué otra religión ha impugnada con tanta libertad la doctrina de los Santos Padres, y ha tratado con poco reverencia y respeto á estos valerosos y dignísimos maestros de la sagrada teología ¿ El más mínimo regente de los jesuitas tiene la osadía, no sólo de decir y dictar en sus cartapacios, sino de imprimir estas atrevidas decisiones: FALLITUR DIVUS THOMAS, BONAVENTURA DECIPITUR: Sto Tomás se engaña, S. Buenaventura yerra.
Ya no se oye en los púlpitos hablar á S. Agustín, S. Jerónimo, S. Crisóstomo, S. Cirilo y á lo demás Padres que son, no como quiera, luces comunes de la Iglesia, sino muy resplandecientes soles; únicamente se escucha la cita y nombres de ciertos autores nuevos jesuitas, a quienes sus mismos discípulos colman de alabanzas; y con sus autoridades, sentencias y escritos, intentan sostener y apoyar la doctrina del cristianismo; lo cual lo juzgo no sólo muy indigno de la majestad de la palabra de Dios, sino peligroso á la salud eterna de las almas. Porque si a cualquiera doctor se le concede la misma autoridad que á los Santos y antiguos Maestros, la diversidad de opiniones pueden ofender mucho á la Iglesia; y la pureza de la Fé é integridad de las costumbres, que dependen de la autoridad venerable é inviolable de los Santos Padres, están expuestas á pervertirse”. (Tercera Carta de JUAN PALAFOX y MENDOZA a INOCENCIO IX, 8 de enero de 1649, parágrafos 116 y 117. Traducida al castellano por D. SALVADOR GONZÁLEZ, México, 1841.).

Las formulaciones heréticas del II Concilio Vaticano son, ciertamente, fuentes de la más profunda y completa reversión semántico-teológica de Occidente. Y los documentos de las Conferencias Episcopales Latinoamericanas reunidas en Medellín (1968) y Puebla (1978) origen y despliegue de la más formidable herramienta subversiva en América Románica: LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN.
Los “autores nuevos” no son ya sólo jesuitas. A las avanzadas de la orden constituidas por GEORGE TYRRELL o PIERRE TEILHARD DE CHARDIN, se suman JACQUES MARITAIN y su HUMANISMO INTEGRAL –ensayo de una teología de la historia sobre fundamentos filosóficos marxistas: la verdad religiosa debe buscarse preferentemente en las masas-; los dominicos CONGAR y CHENU que enseñarán que el crecimiento de la gracia de Dios entre los hombres se manifiesta por la expansión del socialismo; hasta el franciscano brasileño LEONARDO BOFF que afirmará crudamente: “Lo que proponemos no es teología en el marxismo, sino marxismo en la teología”. (Jornal do Brasil, 6.4.1980).
Presentada como un producto de genuina “elaboración americana”, la teología de la liberación es, sin embargo, resultado de las especulaciones teológicas-filosóficas de las más poderosas mentes SUBVERSIVAS de Europa: BOUYER, CONGAR, DE LUBAC, RAHNER, SCHILLEBEECHX; en tanto sus propagandistas más decisivos son norteamericanos, en particular jesuitas y religiosos de la Orden de MARYKNOLL. Para estudiar estos antecedentes, cf. MALACHI MARTÍN, LOS JESUITAS. LA COMPAÑÍA DE JESÚS Y LA TRAICIÓN A LA IGLESIA CATÓLICA, APOSTÓLICA, ROMANA. Ed. Lasser Press, México, 1988.

NAPOLEÓN afirmaba que un ejemplo ayuda a clarificar los conceptos. Recurrimos al testimonio de EDUARDO PELLECER, jesuita centroamericano que “deserta” de la lucha liberacionista en 1981, muy avanzado el proceso de convergencia teológico-política CRISTIANO-MARXISTA.
“La TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN es la primera de las tres armas que se me enseñó a manejar. La pólvora no es necesaria para su funcionamiento, pero con armas mucho más poderosas que todas las que nos son familiares. LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN (...) es la presentación a los POBRES de un nuevo JESUCRISTO, un JESÚS diferenta de aquel de los Evangelios o de nuestros catecismos. Esta JESÚS es un rebelde, un enemigo del sistema capitalista, un revolucionario.
“El segundo de la TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN se enuncia así: este nuevo JESÚS tiene un plan concreto y una misión. Nuestro padre lo ha enviado sobre la tierra para construir un reino que nosotros, los JESUITAS, definimos como un reino SOCIALISTA para el que debemos construir una sociedad SOCIALISTA. Para esto necesitamos poder, ¿cómo conseguirlo ¿ Este es el tercer punto de esta TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN: este nuevo JESÚS está separado de la Iglesia en tanto ésta es una institución. “La segunda de estas armas es la ideología marxista-leninista sobre la que se funda el adoctrinamiento de casi todos los jesuitas de mi generación (...) Un sacerdote debía ser un especialista, un experto en ciencia marxista-leninista (...) Se nos enseñaba que era imposible explicar la injusticia y LA POBREZA, sin recurrir a un análisis socio-político marxista.
“La última de las tres armas fue la orientación dada hará unos dos años, para el trabajo de los jesuitas, por la Congregación General de la Compañía de Jesús. Se decidió que ese trabajo se haría prioritariamente sobre los sectores más POBRES de las poblaciones rurales y urbanas. (...). Como jesuitas éramos perfectamente capaces de impregnar los espíritus de TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN y de MARXISMO-LENINISMO. Sabíamos simplificar esas teorías, ponerlas al alcance de las masas y utilizar el nuevo sistema de enseñanza que se llama PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO (...).
“Sembramos el germen de la descomposición enarbolando un nuevo Evangelio, un nuevo Jesús, un nuevo JESÚS desconocido hasta entonces: un JESÚS sediento de SANGRE (...).

El DOCUMENTO PELLECER fue publicado por la revista LE FIJARÓ-MAGAZINE el 24 de abril de 1982; reproducido en el nro. De mayo de 1982 por LA CONTRE-REFORMA CATHOLIQUE AU XXe SIÉCLE y traducido al castellano en INFORME AIP, nro 23, La Plata, noviembre-diciembre de 1986. ¡HACE VEINTE AÑOS!
Desde el Prepósito General, PEDRO ARRUPE, hasta el más insignificante auxiliar, religioso o seglar, un vasto dispositivo se puso en marcha: hacía su aparición la “teología de la acción”, de fundamento marxista, anti-crística en su verdadera naturaleza y profundamente corrosiva del orden espiritual y político de las naciones americanas.
Serán el jesuita peruano GUSTAVO GUTIERREZ, con su libro UNA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN, JUAN LUIS SEGUNDO O JON SOBRINO (“COMPAÑEROS DE JESÚS – EL ASESINATO-MARTIRIO DE LOS JESUITAS SALVADOEÑOS”, Aquí y Ahora, Sal Térrea, 1989, Santader, pág. 48), O JUAN C. SCANNONE – todos raigambre ignaciana – algunos de los principales ideólogos americanos del liberacionismo; aunque la figura y la dialéctica del mencionado LEONARDO BOFF concitan la mayor atención en este “firmamento” de estrellas negras. Durante un Seminario convocado por la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana de Brasil y realizado en Porto Alegre entre el 21 y el 23 de abril de 1988, BOFF expone sus puntos de vista, que tratamos de sintetizar: existe una dialéctica intrínseca en la realidad eclesial pues hay una iglesia de los privilegiados y una de los marginados; a partir de la década del “50” hay corrientes que reconocen el valor teológico de la sociedad, generando un cristianismo “PROGRESIVO”, en convergencia con la cultura moderna. Para la fe – según L. BOFF – EL CENTRO DEL MUNDO ESTÁ DONDE ESTÁ EL POBRE; por ello, la iglesia rompe con su actitud histórica y estimula “LA OPCIÓN POR LOS POBRES, sino una IGLESIA DE LOS POBRES. Esta perspectiva permite que el rebaño redescubra la Iglesia: esta EKLESIOGÉNESIS mueve a ver la Iglesia como un acontecer, no como una institución. Y son las comunidades eclesiales de base las que más genuinamente representan esta nueva corriente de “construcción” teológico-social, pues son la iglesia sin jerarquía y con libertad para el pueblo de reelaborar la teología, el canto, la liturgia, la acción “evangelizadora”.
Muchos otros testimonios podríamos agregar a este somero despliegue: conferencia de curas casados con JERÓNIMO PODESTÁ de Avellaneda, a la cabeza; nacimiento de la “teología de la marginación”, corriente encabezada por J.C. SCANNONE S.J; movimientos de acción político-ideológica tales como el Centro Nueva Tierra; el “zapatismo” con su Subcomandante Marcos (vinculado a la Compañía de Jesús en México) y con su Comandante Samuel Ruiz, obispo de Chiapas, de México.
La EKLESIOGÉNESIS DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN de nacimiento a una nueva iglesia – que no es la de Cristo – nacida de la voluntad y experiencia de los POBRES; iglesia que tiene su nuevo evangelio, nuevos mártires, nueva interpretación de la historia, nuevos objetivos: la conquista del paraíso marxista en la tierra sustituye la expectativa de una vida para la santidad y la conquista del reino de Dios, que no es de este mundo. En esta perspectiva se inscribe el contenido de la XV Semana de Teología realizada en agosto de 1996 en la Provincia de Córdoba y organizada por la Sociedad Argentina de Teología, en cuyas sesiones expusieron los jesuitas HORACIO SIMIAN YOFRE e IGNACIO PÉREZ DEL VISO y el dominico JORGE SCAMOPINI. Cf. “Cuando los teólogos toman la palabra”, en La Nación, 19 de agosto de 1996.
Caduca la TEOLOGÍA en tanto que proferición de Dios, que es inabolible y fundante; pero también en tanto que proferición semántica del hombre acerca de Dios, pues
“TEOLOGÍA es simplemente la Presencia Realísima Trinitaria que en el Logos del hombre reconstruye el HOLÓN beatísimo de la Vida Divina.
Teología MYSTÉRICA es Theología Teándrica, que une al modo al modo del SACRAMENTUM CHRISTI y del SACRAMENTUM ECCLESIAE, las cosas visibles e invisibles de Dios, según el principio de la Transfiguración. Es pues una Teología Agapística de la Transfiguración del mundo y del hombre, propuesto a convivir la intimidad del Misterio Trinitario.
TEOLOGÍA LIBERATIONIS es la completa y radical reversión semántica de las dos primeras tesis. A ellas se le contrapone la antroposofía dialéctica que genera el nuevo hombre, la nueva iglesia, el nuevo Dios, el nuevo culto, la nueva semántica, y por lo mismo el nuevo eón. Es el eón del dios de este eón. Cf. Carlos A. Disandro – Teología, Teología Mystérica, Teología de la Liberación. Ed. Hostería Volante, La Plata, 1989.

Reversión que podemos sintetizar en la sentencia: “LA LIBERACIÓN OS HARÁ VERDADEROS” que da por abolida la semántica joánica: “LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”. ¿Puede dudarse aún del sentido profético de la carta de PALAFOX a INOCENCIO IX cuando denunciaba que los jesuitas, ya en la primera mitad del siglo XVIII adoraban, en un mismo altar, a DIOS y a Belial? La apostasía generalizada de certidumbre al valiente testimonio del obispo mexicano, y hace más sobrecogedora la oscuridad de los tiempos que transcurrimos, de la que son signos inequívocos la aceptación de la teoría darwinista, cuyo correlato SOCIAL es la explotación y la lucha de clases, y la entrevista con FIDEL CASTRO RUZ. Según la táctica leninista de “DOS PASOS ADELANTE Y UNO ATRÁS”, es previsible que en un “TOME Y DACA” jugado sobre pueblo cubano, a cambio de la introducción de “NUEVOS EVANGELIZADORES” en la isla, éstos prediquen desde allí para toda América, UN SOCIALISMO HUMANIZADO, el nuevo rostro del CRISTIANISMO LIBERACIONISTA, proyecto de dominación por medio de las conciencias de los pueblos de América.

LIBERACIÓN, TEOLOGÍA DE LA

Se trata de la llamada “confesión PELLECER”, emanada de un sacerdote jesuita guatemalteco. EDUARDO PELLECER ingresó a la Compañía de Jesús, con veintiún años de edad. Tras un largo período de estudios y preparación fue ordenado sacerdote en 1976, y se dedicó a la agitación política-religiosa en El Salvador, Nicaragua y Guatemala. A punto de tomar una concubina y de ingresar a la guerrilla armada, se arrepiente y toma – por su propia seguridad – la decisión de desaparecer.

Su DESAPARICIÓN, imputada a las fuerzas gubernamentales y a la extrema derecha, produjo los correspondientes reclamos de sus superiores y de los “organismos de derechos humanos” en junio de 1981. Tres meses después, el 30 de noviembre, PELLECER reaparecía para desincriminar a sus presuntos captores y explicar las razones de su ocultamiento. Abandonó la Compañía de Jesús y viajo hacía Europa. En la revista dominical “Le Fijaro-Magazine del 24 de abril de 1982 publicó el texto que se reproduce, traducido, a continuación. Esta CONFESIÓN fue seguida de otras, publicadas en igual medio, de las que no disponemos debido a que, con motivo de la Reconquista y Batalla de Malvinas, durante unos meses “Le Fijaro-Magazine” no llegó regularmente a la Argentina.
Este mismo texto fue reproducido, en mayo de 1982, por La Contre-Réforme Catholique au XXe. Siècle.

“UN JESÚS DIFERENTE DEL EVANGELIO, UN JESÚS REBELDE, REVOLUCIONARIO...”

La situación de la Iglesia comenzó a modificarse a partir del Concilio Vaticano II (11de octubre de 1962-8 de diciembre de 1965). Antes de él, la Iglesia Católica era la Iglesia de la ley y de la norma estricta. Para los bautizados, para aquellos que reconocen a Dios, la salvación no es concebible más que dentro de la Iglesia.
A partir de 1962, la Iglesia de la ley se convierte en la Iglesia del DIÁLOGO. No es más una isla fuera del tiempo; quiere ser parte integrante de la evolución de los pueblos y jugar un papel, en particular en los países en vía de desarrollo.
Ese CAMBIO de orientación implica una TRANSFORMACIÓN capital. Antes del Concilio, se consideraba que no había salvación fuera del “pueblo de Dios”. La nueva doctrina ha modificado la significación de la Iglesia, puesto que ahora pueden existir lo que llamaría “CRISTIANOS ANÓNIMOS”, es decir, gente que encontrará la salvación aún si no conoce a Dios, o no está bautizada.
En 1968, se reunió en MEDELLÍN – COLOMBIA – la Conferencia Episcopal de la Iglesia Latinoamericana, para actualizar y adaptar a América Latina las proposiciones del Vaticano II. Todos los obispos estaban presentes y, por primera vez, se dijo que los pueblos estaban oprimidos. No tenían dinero ni esperanza de tenerlo; sin cultura y sin esperanza de acceder a ella; sin vida política y sin esperanza de participar. La única forma de salvarlos, era liberarlos.
En 1980, en PUEBLA – MÉXICO – se realizó una conferencia episcopal latinoamericana, para reactualizar los principios de MEDELLÍN. Se sabía, en esta época, que los elementos moderados de la conferencia episcopal querían tratar de combatir las posiciones tomadas en MEDELLÍN. Se sabía, en esta época, que los elementos moderados de la conferencia episcopal querían tratar de combatir las posiciones tomadas en MEDELLÍN en 1968. Frente a este estado de cosas, la Compañía de Jesús de América Central y de Panamá intenta radicalizar a los obispos que se inclinaban hacia la izquierda, impulsando a sus extremos la “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN”.

TRES ARMAS: LA “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN”, EL MARXISMO, LA PRIORIDAD DE LOS POBRES.

La “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN” es la primera de las tres armas que se me enseño a manejar. La pólvora no es necesaria para su funcionamiento, pero estas son armas mucho más poderosas que todas las que nos son más familiares.
La “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN” es la nueva visión de la religión que resulta de MEDELLÍN, luego de PUEBLA, y remodela la acción de todas las órdenes religiosas. ¿En qué consiste?: Ante todo, es la presentación a los POBRES de un nuevo JESUCRISTO, un JESÚS diferente de aquel de los Evangelios o de nuestros catecismos. Este JESÚS es un rebelde, un enemigo del sistema capitalista, un revolucionario. Ese JESÚS que comienza, aquí y ahora, y para los tiempos a venir, es exclusivo y parcial: Dios de los POBRES, exclusivamente dedicado a la salvación de los POBRES, descarta para siempre jamás la salvación de los ricos, los poderosos, los gobernantes.
Ese JESÚS no puede ser el Dios de todo el mundo. Y si alguien se pregunta “¿Y LOS OTROS?”, (es decir evidentemente, los ricos), la IGLESIA de mi generación responderá: “LOS RICOS CONOCIERON DURANTE CUATRO O CINCO SIGLOS UNA INTIMIDAD CADA VEZ MAYOR CON LA IGLESIA, EN LO QUE RESPECTA A SUS INTERESES Y A SUS SENTIMIENTOS. ES TIEMPO AHORA PARA LA IGLESIA DE ROMPER PARA SIEMPRE CON LOS TODOPODEROSOS Y DE VOLVER AL SERVICIO EXCLUSIVO DE LOS POBRES”.
El año pasado, predicamos esta doctrina hasta el punto de enunciar que solamente los POBRES debían celebrar la Navidad, porque el día de Navidad nació el Dios de los POBRES, el suyo propio. En cuando a los ricos, no sabemos lo que ellos celebran el 24 de diciembre.
El segundo principio de la “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN” se enuncia así: este nuevo JESÚS tiene un plan concreto y una misión. Nuestro Padre lo ha enviado sobre la tierra para construir un reino que nosotros (entiendo por nosotros a los jesuitas, especialmente a los de mi generación) definimos como un reino SOCIALISTA PARA EL QUE DEBEMOS CONSTRUIR UNA SOCIEDAD SOCIALISTA. Para esto, necesitamos PODER, ¿cómo conseguirlo? Este es el tercer punto de esta “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN”.
Este nuevo JESÚS está separado de la Iglesia en tanto esta es una INSTITUCIÓN. Él ha rechazado todas las estructuras institucionales y jerárquicas de la Iglesia.
Esta nueva visión de JESÚS proyectaba su propia moralidad. Para nosotros la única cosa importante era la REVOLUCIÓN y el SOCIALISMO; todo el resto era secundario. Poco importaba que se conviviera fuera del matrimonio, poco importaba el divorcio o la vida entre desarreglos. Todo estaba tácitamente permitido. (El de noviembre de 1981 – hace 25 años - , el semanario estadounidense NEWSWEEK, escribía en pág. 55: “Aún cuando los jesuitas fueran denunciados como teniendo AMIGUITAS –o AMIGUITOS - EL Padre ARRUPE, prepósito general de la Compañía entonces, no tomaba ninguna “sanción”, se queja un sacerdote partidario del Papa J.P. II. Era escandaloso”).
En ese nuevo sistema moral, lo único absoluto era el SOCIALISMO y LA TOMA DEL PODER.
Es preciso no perder de vista esta demostración. En América Latina, los problemas graves son el SUBDESARROLLO y la marginación. En MEDELLÍN se dijo que la salvación de los pueblos pasaba por la lucha política. Presentando ese Dios separado de la Iglesia, ese Dios indiferente a los principios morales tradicionales, la “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN” contribuía a esa politización. En los países de América Latina, las poblaciones han sido sensibilizadas por ese programa que reclamaba la participación masiva de los hombres ansiosos de lucha de luchar por la REVOLUCIÓN y el advenimiento del SOCIALISMO. Para llegar a la toma del PODER por un movimiento REVOLUCIONARIO, no se necesita una Iglesia jerarquizada, sino una nueva Iglesia: la de la BASE, la del PUEBLO.
Tal fue la primera de las tres armas que aprendí a manipular.
La segunda de esas armas, es la IDEOLOGÍA MARXISTA-LENINISTA sobre la que se funda el ADOCTRINAMIENTO de casi todos los jesuitas de mi generación. Yo la he estudiado durante cuatro años en México y en El Salvador, puesto que el postulado inicial era para satisfacer las necesidades reales de la gente, un sacerdote debía ser un especialista, un experto en ciencia marxista-leninista. Estábamos persuadidos de no buscar más que una TÉCNICA DE ANÁLISIS para estudiar las causas de la explotación de nuestro pueblo y para acabar con ella. Y se nos enseñaba que era imposible explicar la injusticia y la pobreza, sin recurrir a un análisis SOCIOPOLÍTICO MARXISTA: era necesario mostrar que la INJUSTICIA se debía a la existencia de las clases sociales.
Uno de mis errores fundamentales fue creer que permaneceríamos en el plano teórico, y que nosotros no usaríamos ese instrumento de INVESTIGACIÓN e INDAGACIÓN más que en las salas de estudio y despachos, leyendo libros y documentos. Para mí, era el equivalente de un escalpelo de cirujano cuyo uso no tendría ningún sentido fuera de la sala de operaciones. ¿Cómo hubiera imaginado – y como no lo comprendí – que la teoría sería puesta en práctica?
La última de las tres armas fue la orientación fue la orientación dada hará unos dos años, para el trabajo de los jesuitas, por la Congregación general de la Compañía de Jesús. Se decidió que este trabajo se haría prioritariamente sobre los sectores más POBRES de las poblaciones rurales y urbanas. Nuestras vidas, recursos, saber, los más grandes esfuerzos debían ser dedicados a los campesinos y a los obreros de las ciudades.
Como jesuitas, éramos perfectamente capaces de impregnar los espíritus de “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN” y de MARXISMO-LENINISMO. Sabíamos simplificar esas teorías, ponerlas al alcance de las masas y utilizar el nuevo sistema de enseñanza que se llama “PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO”.
Usando nuestra autoridad de sacerdotes, tuvimos éxito entre las masas sencillas. Sembramos el germen de la descomposición enarbolando un nuevo EVANGELIO, un nuevo JESÚS desconocido hasta entonces: un JESÚS, sediento de sangre. Y actuábamos así para convertirnos en auténticos soldados animados de un espíritu religioso y combatientes por su fe.
Primero en El Salvador, luego en Nicaragua y finalmente en Guatemala, experimenté personalmente, como sacerdote católico, el poder de esas tres armas: la “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN”, EL APARATO MARXISTA-LENINISTA, el enrolamiento de los jesuitas entre los POBRES. Ellos contribuyeron a despertar y a formar una CONCIENCIA POLÍTICA y a hacer nacer el espíritu de SUBVERSIÓN.

EN EL SALVADOR UN TRABAJO EN DOS ETAPAS: RELIGIÓN Y DESPUÉS POLÍTICA.

En El Salvador, nuestro trabajo tenía dos etapas, una religiosa, la otra política. La segunda era la consecuencia de la primera.
Colaboramos con un movimiento religiosa llamado “DELEGADOS DE LA PALABRA DE DIOS” salían del IPAL (Instituto Pastoral de América Latina) que hizo su debut en Ecuador y en Colombia, antes de emigrar hacia el resto de los países del continente sudamericana. Este movimiento agrupa laicos voluntarios, una especie de diáconos que llevan a cabo la misma acción de los antiguos catequistas rurales que ayudaban a los sacerdotes en el campo: administración de bautismos en caso de urgencia, preparación para el matrimonio, cursos de educación religiosa, asistencia social, ayuda caritativa, todas las tareas que los sacerdotes – demasiado pocos – no tienen tiempo de realizar.
Pero los “DELEGADOS DE LA PALABRA” tienen otras ambiciones: la organización interna del movimiento y su filosofía tenían como propósito ofrecer a los campesinos una posibilidad de cohesión social y la pertenencia a un grupo activo con objetivos bien definidos.
Algunos de entre nosotros preparaban los textos a distribuir en otras comunidades. Otros, los “PENETRADORES” debían familiarizarse con las costumbres de los pueblos para acercárseles con el mayor éxito posible.
En fin, los CONSOLIDADORES” visitaban frecuentemente las comunidades rurales. Por su dedicación, los campesinos se habían vuelto conscientes de sus necesidades, reveladas y amplificadas. Reforzamos la empresa permanente de los “Delegados de la Palabra de Dios” y volvimos necesaria su acción. Gracias a esta infiltración, unificamos las masas rurales captando su atención por la palabra de Dios y volvimos necesaria su acción. Gracias a esta infiltración, unificamos las masas rurales captando su atención por la palabra de Dios. Es mostrando a los campesinos que eran capaces de organizarse, dándoles el gusto por la concertación y la reunión, como hemos consolidado una base popular indispensable para la acción política.
Sin embargo, nadie organiza por el simple placer de organizar. En El Salvador teníamos un objetivo. Se trataba, a partir de esta base religiosa popular, de edificar un segundo nivel y de comenzar una nueva educación, política, ahora. Les abrimos los ojos; los impulsábamos a reaccionar: “DEBEN DEFENDERSE USTEDES MISMOS CONTRA QUIENES LES EXPLOTAN; DEBEN COMBATIR LA EXPLOTACIÓN”, les decíamos. ¿Cómo?, en primer lugar asimilando los rudimentos de marxismo que naturalmente les inculcábamos. ¿Y después?, unirse. ¿Y en previsión de la reacción de los pudientes?, aprender a defenderse. ¿Cómo defenderse?, familiarizándose con los mecanismos llamados de “AUTODEFENSA”, que de hecho no eran más que un trampolín hacia la verdadera violencia.
Al mismo tiempo, cambiábamos la estructura tradicional de las comunidades cristianas: presidente, director, tesorero, eran reemplazados por nueve secretariados que permitían al pueblo tomar una importante parte en la organización social. Con esta nueva estructura socio-religiosa, la gente descubría por ella misma que necesitaba de una nueva instancia superior de organización, para conquistar violentamente sus derechos laborales que, es preciso decirlo, eran prácticamente inexistentes en El Salvador. A aquellos que se habían compenetrado de estas nuevas ideas, era fácil inculcarles que:
- Dios no quiere la in-justicia.
- La justicia debe ser hecha por el pueblo.
- El pueblo tiene enfrente a personas llamadas “EXPLOTADORES”;
- hay que suprimir a los “EXPLOTADORES” para que el pueblo para el pueblo
tenga paz.
Haciendo así compartir a los campesinos nuestros profundos sentimientos religiosos y nuestros ideales políticos, prepararnos un terreno fértil al Frente de Liberación Popular FARABUNDO MARTÍ. Nunca hemos incitado realmente a los campesinos a la lucha armada, pero la suma de la lucha de clases y los adoctrinamientos anteriores, bastaban para tomar la decisión de combatir.

LA SUBVERSIÓN EN LAS ZONAS RURALES

Ese “Comité de la unidad campesina” se infiltraba sin dificultad en los hogares rurales gracia a la habilidad que probaba respetando las costumbres, los ritos y los mitos que son parte integrante de la vida de los campesinos de Guatemala y llenan el lugar de la vida religiosa. Una cierta vida rural estaba organizada por medio de asociaciones locales, fiestas patronales y festivales; pero era un mundo aparte, muy cerrado, y que descansaba sobre la experiencia de los más ancianos del poblado. Era difícil llegar a ser miembro de esas organizaciones rurales de las cuales – sin embargo – el papel social era mínimo, porque no daban una función precisa a sus miembros.
Ese “Comité de la unidad campesino” tomaba contacto, en primer lugar, con esos organismos rurales y aprendía a conocerlos bien para saber en qué éstos podían ser útiles. Generalmente, decidía que esta forma popular de sensibilidad religiosa debía ser mantenida. Era preciso, simplemente, remediar la falta de cohesión social, de identificación religiosa (las organizaciones rurales no pertenecen a ninguna institución religiosa tradicional). En ese momento, entraban en acción los “delegados de la palabra de dios”.
Esta organización socio-religiosa se distingue por su perfecta adaptación a las mentalidades tan particulares de las poblaciones rurales de Guatemala. Los jesuitas supieron distinguirse de la iglesia tradicional demasiado jerarquizada, demasiado solemne, demasiado impotente y sobre todo, demasiado lejana.
Los “DELEGADOS DE LA PALABRA DE DIOS” saben ponerse al alcance de los humildes. Su misa puede ser improvisarse en el poblado más alejado, la hacienda más aislada, o aún celebrada por la noche. No está prohibido a los fieles tomar la palabra durante el sermón; no es preciso pagar tasas que son aplicadas en otras partes para la celebración de los matrimonios. Además, el sacerdote es elegido de acuerdo a lo que desea (o que desea (o a lo que no desea) la congregación, pero no le es impuesto por la jerarquía eclesiástica.
De hecho se escucha con frecuencia decir “VAMOS A LA REUNIÓN DE LOS DELEGADOS DE LA PALABRA DE DIOS” pues no hay otras ocasiones para distraerse. Así, la cohesión social, consolidación lograda gracias al movimiento de los Delegados, es un punto preliminar al éxito del “Comité de la unidad campesino”: se ha creado una primera estructura social fundada sobre la religión, que – más tarde – será utilizada con otros fines.
Así se introducen los sacerdotes entre los campesinos, y sobre todo, el clero extranjero. Los sacerdotes o misioneros que llegan de otros países con una nueva visión por lo común, más sensibles a las necesidades del pueblo. Y frente a éste su prestigio es también más grande, puesto que sus posibilidades de acción son a menudo importantes.

NOSOTROS, LOS JESUITAS, SOMOS CULPABLES DE HABER CONSPIRADO EN EL SENO DE LA SUBVERSIÓN.

Orgullosa de sus cuatrocientos años de existencia, de sus 35.000 miembros dispersos por toda la tierra, de su estricta y legendaria disciplina, la Compañía de Jesús no va a creer seguramente que mis palabras son sinceras y mis sentimientos profundos. Los jesuitas afirmarán que esto es falso, y acusarán a las autoridades civiles, las fuerzas de seguridad y las FF.AA., de ser los responsables de los conceptos que yo he libremente expresado.
Y sin embargo, repito que la Compañía de Jesús, y yo mismo – en tanto soy jesuita – somos responsables de haber conspirado en el seno de la SUBVERSIÓN: primero desde el punto de vista de la FE, por medio de un prédica destinada a PERVERTIR los espíritus con la “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN”; y, por otra parte, sosteniendo directa o indirectamente al movimiento insurreccional. Y si todos los jesuitas de GUATEMALA no pertenecen al “EJÉRCITO GUERRILLERO DE LOS POBRES”, la Compañía de Jesús, de todos modos, ha provisto a esta organización de sus mejores elementos.
Para comprender las razones de esa elección ideológica, es preciso recordar lo que ya he dicho sobre VATICANO II, sobre las nuevas orientaciones de los jesuitas, definidas durante su 32º congregación general. Para difundir su “NUEVA DIMENSIÓN DEL HUMANISMO CRISTIANO”, la Compañía de Jesús se ha, por lo tanto, dedicado a influenciar las organizaciones ya activas en América Latina. Es con ese fin que fueron anudadas las relaciones con la “Confregua” (Confederación de Religiosos de Guatemala”, con la congregación MARYKNOLL, con los dominicos de Panamá, con la congregación SCHEUT, y muchas otras órdenes religiosas, para volcarlas a ellas también a la “TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN”.
Entonces, lo repito, el “EJERCITO GUERRILLERO DE LOS POBRES” podía contar con el sostén de los jesuitas en nuestro país, así como con el de los otros grupos de jesuitas del resto del mundo, y la SUBVERSIÓN guatemalteca no dejaba de solicitarlo. Y es con esa ayuda que se montó ese aparato que pretendía denunciar y eliminar las INJUSTICIAS y la CORRUPCIÓN, para que adviniera el NUEVO REINO terrestre de JESÚS: la instalación del SOCIALISMO.

APÉNDICE

I – La participación de los cristianos en los movimientos revolucionarios era recomendada por el Provincial de los Jesuitas de América Latina. OCTAVIO RIVAS, secretario ejecutivo de la Educación Católica, LA HABÍA JUSTIFICADO EN EL SEMANARO ESPAÑOL “VIDA NUEVA” (27.10.79): “LA REVOLUCIÓN NICARAGÜENSE ES UNA REVOLUCIÓN CRISTIANA PORQUE HA SIDO HECHA POR NUESTRO PUEBLO Y EL PUEBLO DE NICARAGUA ES EN SU MAYORÍA CRISTIANO. EL “CHE” HABÍA DICHO QUE CUANDO LOS CRISTIANOS SE COMPROMETIERAN CON LA REVOLUCIÓN, LA REVOLUCIÓN EN AMÉRICA LATINA SERÍA INVENCIBLE... LOS CRISTIANOS ESTUVIERON CON LA REVOLUCIÓN”
(catacombes, nº 160, enero de 1985).

II – El diario CLARÍN publicó el 26.2.82, la nota “UN PASTOR HABLA DESDE EL EXILIO” en la que recoge las declaraciones de MONS. JUAN BERARDE, presidente de la Confederación Episcopal de Guatemala, refugiado en Costa Rica. Entre otros conceptos, BERARDE declara: “Mi ordenación sacerdotal como obispo de Verapaz, se produce en un momento clave tanto para la iglesia guatemalteca, cuanto para la iglesia mundial: la Conferencia de MEDELLÍN. Allí culminó una etapa y comenzó otra. Hubo un despertar y la iglesia se lanzó decididamente a trabajar en el campo SOCIAL. Comenzó la catequesis, mediante programas de mejoramiento, con desarrollo, con promoción, con concientización de campesinos y obreros... Yo adherí fervientemente a ese movimiento (...) Ahora estoy en el exilio, en COSTA RICA, tengo mucho tiempo para pensar. Al final de cuentas creo que hay que hacer un balance sobre si hice bien o mal. Pero no me quedó otro camino, porque comenzaron los problemas con los rótulos: eso es una constante, ¿por qué? Porque para los de derecha, quienes luchamos por mejorar las condiciones de vida de los campesinos somos de IZQUIERDA. Pero repito: MEDELLÍN fue el comienzo de todo. Y coincidió con el despertar de la GUERRILLA. Cuando aparece para solucionar los problemas (...) Siguiendo el Concilio Vaticano II, la iglesia torna a convertirse en un instrumento SOCIAL. Que por supuesto no responde a las expectativas de la clase dirigente. Nosotros impulsamos un modelo de sociedad, pero al no poder concretarlo, entonces se presenta el MODELO MARXISTA, entra oblicuamente (...) Sin embargo veo que en América Latina están surgiendo obispos con una claridad mental e intelectual muy importante acerca de la problemática SOCIAL: SILVA HENRIQUEZ EN Chile; MANRIQUE en Bolivia; PABLO ARNS, en Brasil; RIVERA Y DAMAS, o por mencionar a uno de los obispos más preclaros de la Argentino, un ZASPE”. (Cfr. La Historia Volante, nº 33, mayo de 1982).
- El periódico católico estadounidense THE WANDERER del 6.3.86 informaba sobre las opiniones del sacerdote jesuita WILLIAM CALLAHAN del QUIJOTE CENTER de Washington, quien declaró estar de acuerdo con el franciscano “SANDINISTA”, URIEL MOLINA en afirmar que “hay persecución en Nicaragua por parte de la Iglesia, más que el régimen a la Iglesia”.
- El ST-LOUIS-POST DISPACHT (EE.UU) del 9.3.86, recoge declaraciones del sacerdote DAVID VIEHLAND, de la Orden MARYKNOLL sobre su actividad como párroco de Davao, en las Filipinas, donde fue instalado en 1971. Inmediatamente después de su llegada, los miembros de su parroquia que eran parte del “NEW PEOPLE´S ARMY” (NPA) – la guerrilla comunista – le encargaron trasmitir mensajes a los guerrilleros a los guerrilleros asentados en las colinas circundantes. Luego comenzó a llevarles granadas, por ser un medio seguro de que las mismas no serían detectadas por las autoridades que lo controlaban debido a sus funciones parroquiales. “Yo no trataba de politizar al pueblo. Quería hacer penetrar la religión en él, mostrándole que la Iglesia Católica lo apoyaba”.
- El periodista venezolano JOSE LARA PEÑA, publicó en el diario más antiguo de Caracas, LA RELIGIÓN, las expresiones vertidas por el Superior General de la Compañía de Jesús, - padre KOLVENBACH – el 12.10.1984, en ocasión Conferencia de Provinciales de América Latina septentrional, realizada en Los Teques. Allí KOLVENBACH sostuvo que LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN era la contribución de América Latina a la doctrina de la Iglesia. Y agregó: “Al igual que no se puede hablar de psicología sin tener en cuenta el aporte de FREUD, cuando se habla de sistemas sociales, es preciso utilizar una terminología que utilizaba KARL MARX, pero en un sentido completamente distinto en el sistema marxista, en cuanto tal”. JOSÉ LARA PEÑA hacía notar que la utilización de la terminología no podía lograr otra cosa que la INFILTRACIÓN de esa ideología en el cristianismo y no al contrario. Cfr. CATACOMBES, nº 172/173.
UGALDE fue quien promovió al “estrellato” al P. ARTURO SOSA S. J. , hijo de un multimillonario, profesor en las Universidades Católicas Andrés Bello y Central de Venezuela, director de la revista SIC, editada por el Centro Gumilla. SOSA S. J., en una entrevista publicada por el periódico ELIE del 12.11.85, titulada “La Iglesia ha justificado la opresión”, en la que afirma que “ahora, hay una nueva forma de ser cristiano en América Latina: LA QUE SE IDENTIFICA MUCHO MÁS CON LAS LUCHAS DE LIBERACIÓN DE UNA ESTRUCTURA COLONIAL QUE OPRIME A LOS PUEBLOS”. (Cfr. CATACOMBES nº 172/173).

Editó Gabriel Pautasso
Instituto Eremita Urbanus

Córdoba. Setiembre de 2008

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