viernes, 12 de septiembre de 2008

Los post-conciliares de Córdoba y el Santo Rosario



  1. Los post-conciliares de Córdoba y el Santo Rosario.
  2. Carta de Medellín por Fray Alberto Garcia Vieyra op.
  3. El profetismo de Helder Cámara, por Ricardo de la Cierva.
     
Edito Lic.Gabriel Pautasso

*1. LOS POST-CONCILIARES DE CÓRDOBA Y EL SANTO ROSARIO


En el vespertino “Córdoba” de esta Capital, en su edición del 12 de agosto de 1969, se da cuenta de una reunión habida en Córdoba de sacerdotes y laicos, entre los cuales menciona algunos nombres que pertenecen al sector llamados de los “curas post-conciliares”

El objeto de la reunión fue tratar la situación de los curas renunciantes de Rosario. Al respecto se propicio una franca solidariedad con los mismos y una toma de posición y un repudio de todo autoritarismo y verticalidad, solicitando como base de solución el alejamiento del Sr. Arzobispo de Rosario, Monseñor BOLATTI.

Uno de los sacerdotes oradores, después de un incursión sobre cuál es la Iglesia que debe interesarles, concluyó con esta frase (que el diario reproduce entre comillas, por lo que debe suponerse que fue tomada taquigráficamente): “Debemos desprendernos de muchas estupideces mentales y vivir el Evangelio: no ganaremos el Reino de Cristo rezando el Rosario simplemente; lo ganaremos rezando con palabras de Dios, como son realizar y hacer”.

La frase, que resume toda una actitud, es abismante. No es necesario ser un gran teólogo para advertir el mundo de errores que está encerrado en esas pocas palabras.

Desde luego dicho orador no tiene la menor experiencia del valor de la oración, reniega de la doctrina y rechaza toda la historia de la Historia de la Iglesia. De otra manera sabría que rezando es como han ganado el Reino de los Cielos el inmenso coro de los Santos contemplativos, desde MARÍA MAGDALENA a TERESITA DE LISIEUX, desde los Padres del Yermo (desierto) hasta SAN JUAN DE LA CRUZ.

Menos la tiene aún del sentido profundo del Santo Rosario, cuya práctica no consiste en la recitación mecánica de las ave-marías (deformación muy generalizada, sino la meditación constante de los Misterios y su apropiación a la vida del creyente, para alcanzar lo que promete dicha imitación. Esa apropiación que transforma las almas, va renovando la sociedad entera y convirtiéndola en una sociedad cristiana, en una verdadera realización del Reino de Dios en la medida que es posible aquí en la Tierra.

Esto significa lo que la Santísima Virgen dijo al Patriarca SANTO DOMINGO cuando lo instó a propagar esta devoción: “PREDICA MI ROSARIO y RENOVARÁS LA FAZ DE LA TIERRA”. Esta instancia fue renovada en Fátima y los Sumos Pontífices en reiteradas oportunidades han proclamado la excelencia de esta práctica y recomendando el rezo diario del Rosario en familia.

Es necesario estar muy lejos de la vida de oración (que no es otra cosa que la comunicación constante con Dios y por lo mismo constituye la piedra fundamental de toda vida religiosa); es necesario haber olvidado o renegado de las divinas enseñanzas de Nuestro Señor en el Evangelio y toda la teología sobre la oración y su necesidad, para llegar a pensar y hablar en la forma que se ha transcripto.

(Luc. XVIII, 1; v, 16; XXII, 40, 46; XXI, 36; Matt. XVVI, 41; Eph. VI, 18; etc., etc. Sum. Theol. II-II, q. 83; Gonzáles Arintero: Grados de Oración; Royo Marín; Teología de la Perfección; San Francisco de Sales: Introducción a la Vida Devota; Alonso Rodríguez: Ejercicio de Perfección y Virtudes Cristianas: T. I.; Garrigou Lagrange: Las Tres Vías y las Tres Conversiones; Las Tres Edades de la Vida Interior, etc. Y la inmensa biblioteca católica sobre el tema).

Porque incluso “para hacer y realizar” lo que se debe, es decir, para hacer las obras del Espíritu y de la caridad – y con mucho mayor razón las de la justicia – se necesita estar muy fundado en la unión con Dios, en la vida de oración Todos los fracasos de muchas actividades supuestamente apostólicas se han originado allí, en la falta de oración, en la falta de espiritualidad que se traduce en la caída en los más tontos o torpes sustitutivos.

Conocida como es la actitud de estos reformadores que creen más en la Sociología y en el materialismo histórico KM o en la filosofía de la praxis AG que en la doctrina tradicional de la Iglesia, más en su inteligencia y habilidad que en la moción del Espíritu Santo, no puede sorprender ni la reunión ni lo tratado en ella. Pero es un nuevo y lastimoso ejemplo que da pábulo al escándalo, confunde a los fieles e introduce la confusión y la división en el seno mismo de la Iglesia.

Por otra parte es el final inevitable de todos estos que se apartan de la estrecha pero segura senda de la Cruz, que es la obediencia.


*2. CARTA DE MEDELLÍN  por Fray ALBERTO GARCÍA VIEYRA

(Respecto a los documentos de Medellín distintos ilustres sacerdotes manifestaron que dichos documentos no formarían parte del Magisterio de la Iglesia, no teniendo  las resoluciones del CELAM carácter  obligatorio. 
Finalmente cabe agregar que la misma denominación del CELAM (Comisión Episcopal Latinoamericana) puede inducir al error, haciendo creer que las resoluciones de Medellín las tomaron todos los obispos del Continente. Esto no es así; en la reunión de Medellín participó una minoría de obispos latinoamericanos).

En consecuencia, y existiendo una muy rica doctrina social católica, promulgada por los Romanos Pontífices, no puede sostenerse que Medellín encierre toda la doctrina católica ni hacer creer que su puesta en práctica sea el único deber de los católicos hispanoamericanos en el momento presente (navidad 1969).

Por esas razones y deseando estar, como siempre, en plena consonancia con el magisterio de la Iglesia, nosotros pedimos aclaración sobre los puntos que a continuación se expresan:

1)      ¿Por qué razón la lectura del Documento sugiere que la dialéctica histórica – un proceso evolutivo histórico fatal – lleva los hombres hacia la sociedad tecnológica, cuyo meta final es la producción, la promoción humana, el desarrollo, según la época de PABLO VI?  
Dentro de esta perspectiva, el papel de la fe y de la Iglesia, no es rector y normativo, como debe serlo en una sociedad cristiana, sino que queda reducida al ámbito privado, y acosada la vida religiosa de los hombres por el materialismo de las costumbres y de las instituciones.
En el contexto leemos: la Iglesia Latinoamericana: “vive un momento decisivo de su proceso histórico”; “estamos en el umbral de una nueva época”… “bajo el signo de la transformación y del desarrollo”…
Tal desarrollo no es juzgado por el redactor, ni bueno ni malo; “solamente lo ve, como signo del Espíritu que dirige la historia (marxismo-teilhlardismo). ¿Hacía dónde la dirige?, “a la emancipación total, la liberación de toda servidumbre, maduración personal, integración colectiva” (introd.. 4).
Insiste el redactor, a cada paso, sobre las “estructuras opresoras”; “abusos del tenedor y abusos de poder”; “explotación de los trabajadores”; “injusticias en las transacciones” etc. Todos los bienes deben venir por el desarrollo y renovación de las estructuras: fórmula ambigua, en la que cabe cualquier cosa.
Deja la impresión, el Documento, que la misión de la Iglesia es promover la revolución social, acabar con las desigualdades sociales, etc., cosa no intentada, pero difícil  de explicar.
Esta mentalidad “revolucionaria” y vuelta hacia el comunismo (La URSS implosionó en 1993; estamos en 1969 ¿…?), ha prendido en gran número de clérigos jóvenes (piense en GAIDO, DELLA FERRERA, VISCOVICHI y tantos más, aquí nomás, NICOLAS ALESSIO, el parroco de Bº Altamira), y los saca de su propia vocación.  
Entiendo que casi toda la “devoción”, por la miseria en  Hispanoamérica, que hace tiempo promueven “Informaciones Católicas Internacionales, y algunos sociólogos, son actividad política del Comunismo.
2)      ¿Por qué razón, el primer lugar en el Documento lo ocupa Promoción Humana, y no la promoción cristiana del hombre, que sería lo más lógico en un documento de esa naturaleza? Existen problemas muy serios sobre educación, divorcio y penetración de errores de diversa índole, y el muy importante problema de promover la disciplina en los mismos seminarios. Los jóvenes con vocación pierden su alma, se llenan de herejías, en nuestros seminarios y casas de formación.  
3)      ¿Por qué razón se dice: “En la historia de la salvación toda la obra divina es una acción de promoción y liberación humana, que tiene como único móvil el amor”? La obra humana aparece como desarrollo humano; igualmente lo que sigue en nº 2.2. no pasa los límites del hombre ¿la religión del Hombre? En 2.3. la Iglesia apenas se atreve a irradiar una luz…para elevar la dignidad de la persona humana.
4)      ¿Por qué razón no habla 8en el mismo 2.3.), de la vocación divina del hombre por la gracia y las virtudes, y habla de una “perfección de la vocación humana” que se cumplirá en la escatología? Todo es ambiguo y confuso. El redactor parece protestante o utiliza un lenguaje similar.
5)      Sobre la orientación del Cambio Social. ¿Por qué razón habla de “comunidades nacionales” y no directamente de Estados nacionales? Tampoco se entiende lo que significa: “organización global”. No se habla para nada de los deberes del Estado ni de la “organización global” para con Dios o la Iglesia. Al final habla de “concientización”, pero es solamente “en orden al cambio de estructura y la vigencia de la justicia”. Por lo cual insta a los laicos a su adecuado empleo en las tareas de promoción humana 3.3.final. Como este capítulo de los deberes sociales y políticos y la Iglesia se omite, creemos que el redactor está dentro de la concepción humanista y personalista del Estado, la concepción de la “autonomía del orden temporal”, el orden social, fuera de la ley divina. Por ese motivo da por supuesto la no intervención de la Iglesia, en ninguna de las denominadas cuestiones mixtas. Estas teorías sustentadas por el progresismo católico, son radicalmente falsas.
6)      Al tratar de la Juventud. Exhorta a la juventud, no a luchar por Cristo y el reino de Cristo, sino a la revolución social. Esto ya lo hacen los estudiantes, dirigidos por clérigos, en Montevideo, Brasil, México y Chile. Pero, no solo no luchan por Cristo, sino que el redactor induce a los jóvenes a luchar por “el  proceso de secularización” (I.4), y “por el carácter pluralista de la sociedad” (I.9.) Los movimientos de la juventud esperan de la Jerarquía un mayor apoyo moral. Para el plan de acción propuesto, y en parte realizado, no vale la pena esperar nada de la Jerarquía.  
7)      ¿Por qué motivo el ejercicio de la autoridad política es puesto en un ámbito de resentimiento social y lucha de clases: “..favorecen a grupos privilegiados”? Prom. H.3.2. A continuación se refiere a la misión técnica de la autoridad, reducida a lo siguiente: propiciar y fortalecer la creación de mecanismos de participación y legítima representatividad de la población”. No se refiere para nada a lo religioso. En cambio leemos en “Mit Brennender Sorge” del Papa PÍO XI,  de féliz memoria. Los Estados pondrán todo cuidado en impedir que la propaganda atea, que destruye todos los fundamentos del orden, haga estragos en sus territorios; porque no podrá haber autoridad sobre la tierra si no reconocen la autoridad de la majestad divina”. (nº 7). Hay una distinción de lenguaje, y un sentido inconfundible de la dignididad de la Iglesia, que no puede ser “servidora de la humanidad”, sino rectora, maestra y conductora.
8)      El Documento menciona una sola vez Ecclesiam Suam de PABLO VI, una vez Mater et Magistra de JUAN XXIII. Todas las citaciones son de  de Gaudium et Spes y de Populorum Progressio.  No menciona ningún documento de la Iglesia anterior del único mencionado de JUAN XXIII. Luego, o hay una quiebra en el magisterio de la Iglesia, o hay otra doctrina, que no es la de la Iglesia (personalismo, evolucionismo, marxismo). A lo primero no lo creemos. Lo segundo queda involucrado en nuestra interrogación.
9)      Gaudium et Spes – lo hemos comprobado dos veces – está mal citado, con palabras sueltas, fuera de contexto, y colocadas en otro contexto diferente. En la Introducción 5. “la transformación del continente es signo de que Dios quiere salvar cuerpo y alma, el hombre entero”. Más abajo, Cristo “presente de la historia, anticipa su gesto escatológico de salvar, por la promoción económica”. Siempre el redactor ha vinculado la salvación a la escatológica, y ambas vinculadas a la evolución económica-social. Necesitaríamos otra explicación.  
10)  Ponemos punto final a nuestras preguntas No hemos escrito en tono de polémica ni siquiera de diálogo; queremos solamente preguntar lo que sorprende o no se sabe. Hasta ahora hemos evitado comentar el Documento en público y en privado; aun en la recreación conventual hemos evitado el comentario. Jamás – Dios mediante – nos separaremos del sentir de la Iglesia, nuestra Madre a quien servimos. Pero, el Enemigo no duerme y sabe sembrar la cizaña. Besa Vuestro anillo Pastoral. 26 de noviembre de 1968.  
11)   
R.P. Fray ALBERTO GARCÍA VIEYRA OP.
Revista Roma, año III, nº 12, Buenos Aires, navidad de 1969, director ANDRÉS DE ASBOTH, págs. 69 a 72.  
                                                                                                                              
 *3. EL PROFETISMO DE HELDER CÁMARA por RICARDO DE LA CIERVA.

Uno de los obispos del Tercer Mundo que más llamaron la atención en el Concilio es HELDER CÁMARA de Olinda- Recife, archidiócesis a la que accedió en1964 (F. Blazquez, Ideario de Helder Cámara, Salamanca, “Sígueme”, 1974). Anteriormente había formado en las filas del populismo (¿peronismo?) cuasi-fascista brasileño, como tantos posteriores “profetas” del marxismo. Se sintió inclinado al radicalismo social por el “Manifiesto por una civilización solidaria” del domínico LEBRET, uno de los precursores de la teología de la liberación. Se declaró muchas veces expresamente ajeno a los comunistas.  

En el año 1966 se reunían en Brasil, convocados por Dom SCHERER – otro de los eclesiásticos de Brasil que vio claro desde el principio los peligros del liberalismo – los movimientos de Acción Católica. Un mes después, en Antonio Carlos, Minas Gê
raes, se celebraba, en medio de una agitación frenética, el XIV Congreso Nacional de la JUC. Al final de la reunión se envió una carta al cardenal ROSSI y a Dom SCHERER cuya conclusión más importante era este grito de rebeldía: “Por consiguiente no nos reconocemos más como Acción Católica o como cualquier otra forma de organización que se defina como extensión del apostolado jerárquico sino que nos hemos proponemos asumir nuestra misión cristiana, hombres del mundo, comprometidos en una vida teologal y en función de esta misión nuestro movimiento va a organizarse. En el interior de la diversidad de funciones continuamos unidos a la Jerarquía, en la comunión eclesial”, decían los rebeldes, cuando estaban consumando la ruptura. Dom SCHERER replica con el intento de que la JUC reconsidere su posición rebelde. Les recuerda que el Papa PÍO XI, en carta al cardenal LEME, definía precisamente a la Acción Católica como prolongación del apostolado jerárquico. En noviembre, el secretariado del Apostolado de los seglares comunica la disolución de la JUC y de la JEC. El movimiento trató de sobrevivir después de cortar su conexión con la jerarquía y en 1967, ya en vísperas de Medellín, celebró su primer congreso “de la ex  JUC”. Ya se había publicado, el año anterior (31.VII.1966) el primer documento conjunto de los obispos del Tercer Mundo (solamente 17) encabezados por HELDER CÁMARA, en que definían a sus pueblos exactamente con las mismas palabras, que LENIN: les consideraba el proletariado actual. La X reunión ordinaria de la CELAN en Mar del Plata, celebrada en ese mismo año, vaciló entre desarrollismo y el liberacionismo, y resultó, en definitiva, una especie de aborto por la firme actitud tradicional de gran parte de los episcopados argentinos y brasileño. La reacción  de los movimientos brasileños de Acción Católica después de su frustrado congreso independiente fue la abierta recaída en la militancia de izquierdas contra el gobierno militar; en una palabra, como dice duramente ENRIQUE DUSSEL, pasaron a la clandestinidad. Esto no significa que el conjunto de la Iglesia de Brasil apoyase sin reservas al régimen militar; el año de 1967 registró continuos conflictos ente la Iglesia y el Estado, y a veces los obispos tradicionales, mientras se oponían al marxismo, criticaban también los excesos reaccionarios y protestaban contra la opresión a que estaban sometidos las capas más pobres del país.
En 1968 los restos organizados de la ex JUC se aventan. Militantes individuales, y por grupos, se incorporan a la lucha política, colaboran con los marxistas en el intento de captación del movimiento comunidades de base, objetivo que se ha logrado en parte, como demuestran estudios recientes (Ver Almir Ribeiro Guimaraes, Comunidades de base no Brasil, Vozes, Petrópolis, 1978). Este libro, netamente favorable al liberacionismo, reconoce al final que la salida natural de las comunidades de base es el movimiento liberacionista, es decir, la Iglesia Popular, pero también afirma, en 1978, que “No podemos decir que todas las comunidades brasileñas se hayan comprometido en el proceso de liberación”. La firme actitud de una parte del Episcopado brasileño ha contenido la caída de millones de católicos en el liberacionismo; pero no ha logrado evitar la profunda división de la iglesia católica. El 11 de marzo de 1968 – ya estamos en el año de Medellín-Papa PABLO VI – Dom HELDER CÁMARA  despliega toda su  santa ingenuidad en una célebre conferencia en el Instituto Católico de Recife. “El socialismo puede ofrecer una mística de fraternidad universal y de esperanza incomparablemente más amplia que  la mística estrecha de un materialismo histórico” dice, a la vez, que atribuye (sin que los marxistas lo hayan confirmado jamás fuera de las hermosas palabras) “la necesidad de revisar su concepto de religión”. Dom HELDER  ha viajado a Europa para recobrar energías y siembre los caminos de Medellín con una cruzada: el “Movimiento de presión moral liberadora”. 350 sacerdotes de Brasil, de acuerdo con Dom HELDER, a sus obispos, una carta tremenda en que definen a su nación como “pueblo asesinado” (E. DUSSEL).  
Pero la división episcopal, que se mantiene hasta hoy, se hizo muy viva en tiempos de MEDELLÍN. Monseñor PADÍN, antiguo consiliario de la JUC y preliberacionista, comparaba la actuación del gobierno brasileño con la de la Alemania nazi. Pero Monseñor SIGAUD, obispo de Diamantina, Monseñor ALMEIDA MORAES, obispo de Niteroi, y Monseñor CASTRO MAYER, obispo de Campos declaran conjuntamente contra el precursor y portavoz del liberacionismo JOSEPH COMBLIN que “los comunistas se han infiltrado en la jerarquía eclesiástica”. Doce obispos tradicionales – que en Brasil no quiere de ninguna manera decir simplemente reaccionarios – reciben el apoyo de una fuerte asociación católica “por la defensa de la tradición, la familia y la propiedad”. Pero Dom HELDER CÁMARA replica con la fundación, apoyada por treinta y dos obispos, de su “movimiento de presión moral y liberadora”. (E. DUSSEL).
La Conferencia de Medellín en 1968, fue, por manipulación a que fueron sometidas sus deliberaciones y conclusiones, el punto de arranque para la etapa definitiva del liberacionismo. Desde entonces los movimientos de liberación se abatieron con fuerza sobre Brasil, como sobre toda América. En mayo 29 de 1969 (véase “cordobazo”, el 29) un grupo “incontrolado”, que se relacionaba seguramente con la policía, captura y asesina a un capellán de la ex JUC, secretario de Dom HELDER CÁMARA, en Recife; el padre ANTONIO HENRIQUE PEREIRA NETO (el MUJICA brasileño). La salvajada proporcionó un mártir a los movimientos liberacionistas en Brasil. (E. DUSSEL). El cardenal SALES denuncia la represión de los “escuadrones de la muerte”, policía paralela (como las Tres AAA)  del régimen militar que en su lucha contra la subversión – que en muchos casos era subversión auténtica, aunque los brutales procedimientos no se justifican nunca (¿…?) -  habían cometido más de un millar de asesinatos (o ¿ejecuciones?) según la denuncia del cardenal. PABLO VI condena públicamente en 1970 la represión en Brasil. El gobierno militar brasileño acusa varias veces al Episcopado de traición al Brasil y desprestigio contra la nación ¿…? 17 obispos del Nordeste, la región más conflictiva, corren peligro de ser juzgados ante un tribunal militar; la catástrofe no se consuma, afortunadamente.
El problema de la seguridad nacional en Brasil es que los movimientos de subversión – apoyados directa e indirectamente por los liberacionistas – eran realmente de carácter revolucionario y amenazaban a la nación, defendida por un régimen militar autoritario (¿…?) en clara conexión con los intereses anglosajones (Ver BRAGANZA, TFP, BECCAR VARELA, etc.). El poderoso aparato de la propaganda marxista en todo el mundo enmascarada la realidad de la subversión para fijarse exclusivamente en las atrocidades – reales - ¿? de la represión.
Por desgracia en el Brasil de entonces nadie pensaba en que existía una tercera vía ¿tercera posición? , tal vez porque no existía. He aquí,  desnudamente, el problema más lacerante de Iberoamérica; para sacudirse los errores y las desventajas de un imperialismo, los “liberadores” impulsan a sus pueblos a caer en manos del imperialismo totalitario soviético marxista. La tercera vía, teóricamente, es la democracia nacional en solidaridad  con Occidente; ella se encaminan con enormes trabajos y sufrimientos los pueblos de América, no sin fracasos dramáticos como el del populismo brasileño, o la Democracia Cristiana en Chile anterior a ALLENDE GOSSENS, o el peronismo y el radicalismo en la Argentina. ¿…?
Disueltos y dispersos los movimientos especializados de la Acción Católica brasileña en vísperas de Medellín, el Episcopado intentó una y otra vez rehacerlos de forma más segura, mediante un nuevo movimiento: Pastoral Universitaria. Hasta ahora sin éxito. Los nuevos centros y la nueva militancia son exiguos y no ejercen  influencia. La enseñanza superior católica en Brasil ha caído en el pragmatismo y el funcionalismo, sin el menor empuje apostólico. Cuando cuajan grupos organizados el remedio es peor que la enfermedad; en el segundo encuentro de Pastoral Universitaria, en Vitoria, 1980, toda la jerigonza liberacionista se introdujo en las conclusiones. Persiste la división en la Iglesia de Brasil, la inmensa nación que acaba de recuperar la democracia (1985), y que está tratando con proverbial sentido político moderado de la herencia portuguesa sus problemas capitales; la transición desde el militarismo y la enorme masa de la deuda externa internacional, cuyas garantías radican en buena parte en el propio Brasil, que no muestra excesiva prisa en liberarse de la carga, porque los gobiernos tienen presentes, ante todo, las necesidades tremendas de su pueblo. Pero en medio de la división ascienden para todo el mundo las estrellas del liberacionismo. Avanza la captación marxista del gran movimiento comunidades de base: los libros de LEONARDO BOFF son la mejor prueba de ello. Los hermanos BOFF influyen en todo el mundo católico desde su plataforma brasileña. La “editorial Vozes” de Petropolis es un poderoso centro de propaganda cristiana-marxista, el más importante de toda Iberoamérica. Retirado HELDER CÁMARA, su lucha continúa, secundado por obispos  como el español PEDRO CASALDÁLIGA, recientemente convertido en vedette mundial de liberacionismo. Dos cardenales brasileños, ARNS y LORSCHEIDER, apoyan y alientan a BOFF en su rebelión contra el Vaticano; otros, como SCHERER, se oponen. Pero aunque la gran Conferencia Episcopal de Brasil – la mayor del mundo, con más de trescientos obispos – se encuentra hondamente dividida, como toda la Iglesia de Brasil, aunque los problemas de la gran nación son acuciantes, y justifican aparentemente todos los excesos del liberacionismo, hay también una fuerza tradicional gigantesca en el pueblo cristiano y en el Episcopado brasileño que se encuentra en plena comunión con las directrices de JUAN PABLO II; la misma disciplina – ejemplar – con que fray LEONARDO BOFF ha aceptado su reducción al silencio – entre otras cosas porque no le quedaba otro remedio en la praxis – es una prueba de que la Iglesia de Brasil está vivísima y de que superaba los traumas del liberacionismo desde sus raíces profundas.




Diario Pampero nº 87 Cordubensis
Instituto Eremita Urbanus

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