En esta fiesta, que es la más antigua y más solemne de todo el Ciclo Marial, la Iglesia convida a todos sus hijos desparramados por el mundo a unirse en el mismo sentimiento de gozo (Int.) y de agradecimiento a las alegrías y alabanzas de los Ángeles, que hoy en el cielo ensalzan al Hijo de Dios, porque su madre ha entrado allí en cuerpo y alma en este día (Alel. y Pref.).
El misterio de Navidad, que es el punto de partida de las glorias todas de la Virgen, lo celebrábamos en la Basílica de SANTA MARÍA la MAYOR, y en ella se celebra también su ASUNCIÓN, que viene a ser como el remate de aquél. MARÍA recibió a JESÚS el entrar en este mundo, y ahora JESÚS recibe a MARÍA que entra en el cielo.
Admitida a gozar de las delicias de la contemplación eterna, MARÍA, al sentarse a las plantas del MAESTRO, ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada (Ev. Com.). Por eso se leía antiguamente el Evangelio del día, mostrando así como la Madre de Cristo es la más dichosa de todas las criaturas, porque supo cual ninguna otra, “escuchar la palabra de Dios”.
Esa Palabra, ese Verbo, esa divina Sabiduría que en la antigua Ley establece su mansión en el pueblo de Israel (Ep.), baja en la Nueva Ley y a MARÍA. El Verbo se ha encarnado en el seno de la Virgen, y ahora la harta de las divinales delicias de la visión beatífica en los resplandores de la celestial Sión.
CRISTO resucitó y subió a los cielos después de estar tres días escasos en el sepulcro. Así también la muerte de la VIRGEN MARÍA se pareció a un breve y placidísimo sueño (Dormición). De ahí el nombre de nombre de DORMICIÓN que se le daba. Pero Dios la resucitó y la glorificó en el cielo, no permitiendo que la corrupción se cebase en su cuerpo virginal. He aquí el triple objeto de la fiesta de la ASUNCIÓN, que fluye como lógica consecuencia del privilegiado de la Concepción Inmaculada y del Misterio de la Encarnación. No habiendo el pecado hecho jamás en el alma de MARÍA, convenía que su cuerpo, exento de toda mancha, y en el cual se había encarnado el divino VERBO, tampoco se viese sometido a la corrupción del sepulcro.
Alegrémonos hoy todos en el Señor (Int.), porque nuestra Madre maría HA SUBIDO A LOS CIELOS CORTEJADA Y VITOREADA POR LOS ÁNGELES Y LOS JUSTOS, QUE CON VIVAS ANSIAS ESPERABAN SU SANTO ADVENIMIENTO. ADEMÁS, SU TRIUNFO Y SU ASUNCIÓN SON YA UNA PRENDA DE NUESTRO TRIUNFO Y DE NUESTRA SUBIDA A LOS CIELOS, PORQUE NATURAL PARECE QUE ADONDE ESTÁ LA MADRE, ALLÍ VIVAN TAMBIÉN LOS HIJOS. MARÍA ES EL PRIMER GRANOS QUE EL DIVINO SEMBRADOR RECOGIÓ EN LA TIERRA, PARA TRASLADARLO A LAS TROJES DEL CIELO. LOS MISMOS ÁNGELES SE PASMARON DE VER A UNA CRIATURA HUMANA SUBLIMADA SOBRE TODOS ELLOS, Y TAN JUNTA AL REY DE LA GLORIA, QUE LA COLMA LAS DISTINCIONES Y SINGULARÍSIMAS CARICIAS.
14 de AGOSTO VIGILIA DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Esta Vigilia se celebraba antiguamente con gran solemnidad. Era una verdadera preparación para la fiesta de mañana. La penitencia acompañaba a la oración, la cual se prolongaba hasta la noche. Imitemos a aquellos fervorosos amantes de la Virgen, preparando nuestras almas para esta solemnidad.
LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN titular de la Catedral de Córdoba de la Nueva Andalucía, Argentina.
LA ASUNCIÓN es la más antigua y la más importancia de todas las fiestas marianas. La Santísima Virgen recibe en este día el premio y galardón de toda su vida inmaculada y llega de méritos. En realidad, conmemoramos hoy tres misterios de MARÍA: su Muerte – su Dormición como la llamaban los antiguos cristianos – porque la de de la Madre de Dios fue como un sueño dulcísimo; en su ASUNCIÓN en cuerpo y alma a los cielos por virtud divina, que constituye el objeto propio de la fiesta; y, finalmente, su Coronación en el cielo como REINA y SEÑORA de todo lo creado. Esto, que fue siempre una constante creencia de la Iglesia, lo proclamó como dogma de fe el PAPA PÍO XII, el 1º de noviembre del Año Santo de 1950, declarando y definiendo como revelado por Dios. Que la Inmaculada y siempre VIRGEN MARÍA, MADRE DE DIOS, terminado el plazo de su vida terrestre, fue transportado en cuerpo y alma la gloria celestial (Constitución Apostólica “Munificentissimus Deus”).
En el Cielo está, pues, lo mismo que Cristo, para interceder por nosotros con todo su poder. “¡EA, PUES, SEÑORA Y ABOGADA NUESTRA, VUELVE A NOSOTROS ESOS TUS OJOS MISERICORDIOSOS!”
“La proclamada por Isabel como “la bendita entre todas las mujeres”, por ser la Madre de Dios y por haber creído en su mensaje, es hoy celebrada de generación en generación como lo mujer grande por excelencia, reinando en cuerpo y alma y con plenitud de poderes en el Cielo”.
Evangelio, continuación del Santo Evangelio, según SAN LUCAS (I, 41-50).
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis º 297
Instituto Eremita Urbanus
Córdoba de la Nueva Andalucía, 14 de agosto del Año del Señor de 2009
Vigilia de la Asunción.
Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA!
¡LAUS DEO TRINITARIO!
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El misterio de Navidad, que es el punto de partida de las glorias todas de la Virgen, lo celebrábamos en la Basílica de SANTA MARÍA la MAYOR, y en ella se celebra también su ASUNCIÓN, que viene a ser como el remate de aquél. MARÍA recibió a JESÚS el entrar en este mundo, y ahora JESÚS recibe a MARÍA que entra en el cielo.
Admitida a gozar de las delicias de la contemplación eterna, MARÍA, al sentarse a las plantas del MAESTRO, ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada (Ev. Com.). Por eso se leía antiguamente el Evangelio del día, mostrando así como la Madre de Cristo es la más dichosa de todas las criaturas, porque supo cual ninguna otra, “escuchar la palabra de Dios”.
Esa Palabra, ese Verbo, esa divina Sabiduría que en la antigua Ley establece su mansión en el pueblo de Israel (Ep.), baja en la Nueva Ley y a MARÍA. El Verbo se ha encarnado en el seno de la Virgen, y ahora la harta de las divinales delicias de la visión beatífica en los resplandores de la celestial Sión.
CRISTO resucitó y subió a los cielos después de estar tres días escasos en el sepulcro. Así también la muerte de la VIRGEN MARÍA se pareció a un breve y placidísimo sueño (Dormición). De ahí el nombre de nombre de DORMICIÓN que se le daba. Pero Dios la resucitó y la glorificó en el cielo, no permitiendo que la corrupción se cebase en su cuerpo virginal. He aquí el triple objeto de la fiesta de la ASUNCIÓN, que fluye como lógica consecuencia del privilegiado de la Concepción Inmaculada y del Misterio de la Encarnación. No habiendo el pecado hecho jamás en el alma de MARÍA, convenía que su cuerpo, exento de toda mancha, y en el cual se había encarnado el divino VERBO, tampoco se viese sometido a la corrupción del sepulcro.
Alegrémonos hoy todos en el Señor (Int.), porque nuestra Madre maría HA SUBIDO A LOS CIELOS CORTEJADA Y VITOREADA POR LOS ÁNGELES Y LOS JUSTOS, QUE CON VIVAS ANSIAS ESPERABAN SU SANTO ADVENIMIENTO. ADEMÁS, SU TRIUNFO Y SU ASUNCIÓN SON YA UNA PRENDA DE NUESTRO TRIUNFO Y DE NUESTRA SUBIDA A LOS CIELOS, PORQUE NATURAL PARECE QUE ADONDE ESTÁ LA MADRE, ALLÍ VIVAN TAMBIÉN LOS HIJOS. MARÍA ES EL PRIMER GRANOS QUE EL DIVINO SEMBRADOR RECOGIÓ EN LA TIERRA, PARA TRASLADARLO A LAS TROJES DEL CIELO. LOS MISMOS ÁNGELES SE PASMARON DE VER A UNA CRIATURA HUMANA SUBLIMADA SOBRE TODOS ELLOS, Y TAN JUNTA AL REY DE LA GLORIA, QUE LA COLMA LAS DISTINCIONES Y SINGULARÍSIMAS CARICIAS.
14 de AGOSTO VIGILIA DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Esta Vigilia se celebraba antiguamente con gran solemnidad. Era una verdadera preparación para la fiesta de mañana. La penitencia acompañaba a la oración, la cual se prolongaba hasta la noche. Imitemos a aquellos fervorosos amantes de la Virgen, preparando nuestras almas para esta solemnidad.
LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN titular de la Catedral de Córdoba de la Nueva Andalucía, Argentina.
LA ASUNCIÓN es la más antigua y la más importancia de todas las fiestas marianas. La Santísima Virgen recibe en este día el premio y galardón de toda su vida inmaculada y llega de méritos. En realidad, conmemoramos hoy tres misterios de MARÍA: su Muerte – su Dormición como la llamaban los antiguos cristianos – porque la de de la Madre de Dios fue como un sueño dulcísimo; en su ASUNCIÓN en cuerpo y alma a los cielos por virtud divina, que constituye el objeto propio de la fiesta; y, finalmente, su Coronación en el cielo como REINA y SEÑORA de todo lo creado. Esto, que fue siempre una constante creencia de la Iglesia, lo proclamó como dogma de fe el PAPA PÍO XII, el 1º de noviembre del Año Santo de 1950, declarando y definiendo como revelado por Dios. Que la Inmaculada y siempre VIRGEN MARÍA, MADRE DE DIOS, terminado el plazo de su vida terrestre, fue transportado en cuerpo y alma la gloria celestial (Constitución Apostólica “Munificentissimus Deus”).
En el Cielo está, pues, lo mismo que Cristo, para interceder por nosotros con todo su poder. “¡EA, PUES, SEÑORA Y ABOGADA NUESTRA, VUELVE A NOSOTROS ESOS TUS OJOS MISERICORDIOSOS!”
“La proclamada por Isabel como “la bendita entre todas las mujeres”, por ser la Madre de Dios y por haber creído en su mensaje, es hoy celebrada de generación en generación como lo mujer grande por excelencia, reinando en cuerpo y alma y con plenitud de poderes en el Cielo”.
Evangelio, continuación del Santo Evangelio, según SAN LUCAS (I, 41-50).
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis º 297
Instituto Eremita Urbanus
Córdoba de la Nueva Andalucía, 14 de agosto del Año del Señor de 2009
Vigilia de la Asunción.
Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA!
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