sábado, 22 de noviembre de 2008

Deistas, Francmasones y Pietistas

La emancipación de la Razón

Las capas altas de la Cristiandad se habían ido desembarazando de todo lastre, hasta quedar triunfante el Nominalismo y ser declara autónoma la Razón. Las ideas de los reformadores facilitaron esa transición. Inmediatamente después de LUTERO aparecieron en Inglaterra los primeros deistas y el luteranismo se dividíó en Ilustrados y pietismo.

Los deístas creían por lo menos en una razón universal, por lo que otorgaban sus simpatías al panteísmo y permanecían propicios a una evolución cristiana. Pero los enciclopedistas franceses, rompiendo también esa ficción, hicieron al hombre, con su limitada razón, la medida de todas las cosas. Deísmo e Ilustración confluyeron poco a poco; el racionalismo y el subjetivismo destruyeron la objetividad de todos los valores; los que detentaban el poder no necesitaban ya una doctrina de la predestinación que les librara de su responsabilidad: puesto que Dios era considerado como quimera, no tenían ya responsabilidad ninguna. Del cristianismo les quedó aún un resto insípido: una tendencia a la dicha terrena y una llana ética utilitaria, resumidas ambas en la palabra: “humanitarismo”.

Éste provenía de JUAN AMOS COMENIUS (1592-1670: KOMENSKY), el cual lo había fundado aun en una positiva fe en Dios. Pero sus aliados amigos de Inglaterra recogieron los conceptos y no el espíritu con que habían sido formados y fundaron la religión de los francmasones. En nombre del “humanitarismo” fue llevada a cabo la Revolución Francesa, en nombre de la Humanidad fue hecha la Guerra Mundial (léase 1ª Guerra Mundial, 1914-1918) y se ganaron millones de dólares. La frase de Grillpatzer asegurando que la Humanidad pasaba del humanismo hacia la bestialidad, a través del nacionalismo, se cumplió plenamente al ser rubricada por HITLER esa orientación.

Los francmasones

Cuando tras la coronación de CARLOS II, en 1660, peleaban los partidos ingleses por un mejor orden eclesiástico, volvieron los ojos a COMENIUS, quien les envío los estatutos de la Unión de los Hermanos Moravos. Sus ideas hallaron el debido eco en determinadas esferas y en 1717 se fundaba en Londres la primera logia francmasónica.

Cuando Criegern combate esa influencia de COMENIUS, tiene tan sólo razón porque el concepto de la Humanidad era entonces deísta, y COMENIUS se había precavido de ser visto como deísta. Con COMENIUS enlaza también la francmasonería en su ecléctica “religión universal”, extensible a mahometanos y judíos y, finalmente, también se halla en COMENIUS el simbolismo del tabernáculo del Antiguo Testamento, que tan gran papel juega en la francmasonería.

El ideal, derivación de la masonería de los albañiles, en quienes había alentado la primitiva doctrina de los valdenses, como sostuvo L. Keller, es, poco plausible. No fueron los albañiles, sino los tejedores quienes injertaron la orientación revolucionaria a las ideas heréticas. Y es también psicológicamente insospechable que los creadores de las maravillosas catedrales del la Edad Media pertenecieron a una secta que calificaba a las iglesias de obra del diablo. Mucho más posible es que tras la época de la Reforma despertara el neoplatonismo de los humanistas un interés por el simbolismo de la construcción y decidiera adoptarlo para sus obras.

La francmasonería traspasó pronto los estrechos límites de la isla inglesa y su jefatura pasó a Francia, a manos del Gran Oriente de París. Allí se transformó el deísmo en racionalismo, la francmasonería se hizo portadora de las ideas democráticas y republicanos y fue como tal la fuerza impulsora de la Revlución Francesa. (Véase: L. Keller: Die reformation und die alteren Reformpartein - La Reforma y los Antiguos partidos reformistas -, Leipzig, 1885, citado por JOSEPH LEO SEIFERT, Los revolucionarios del mundo (De Bogomil a Lenin, a través de Hus. Luis de Caralt Editor, Barcelona, 1953, versión española de Jesús Ruiz y Ruiz, 360 páginas. p. 110-113).

Al mismo tiempo abarcó también la organización francmasónica a los iluminados, secta más o menos panteísta que representaba en el siglo XVIII la tradición dualista, viva aún en el Mediodía (SUR) francés. Llevaban sus orígenes hasta la antigua orden de los Templarios o del Temple, disuelta (con razón o sin ella; eso es igual para el caso) bajo la acusación de herejía cátara o albigense y se remontaban incluso hasta las primitivos misterios egipcios. La influencia de Swedenborsg, con su doctrina racionalista, constituyó el nexo de unión con el grupo de París. Lyon y Aviñón fueron los puntos centrales de los iluminados, que hallaron también adeptos en Copenhague, en la corte de Berlín y en Estrasburgo.

Maltrecho su crédito por el desprestigio de aventureros sin muchos escrúpulos como el conde de SAN GERMAN y CAGLIOSTRO y horrorizados por la violenta sangría de la Revolución Francesa, se volvieron los iluminados, bajo el influjo de LAVATER y SAINT-MARTIN, el venerador de Bohemia, hacia una orientación espiritual del monismo que se convirtió en romanticismo en ECKARTSHAUSEN, JUNG STILLING, NOVALIS y otros y que en algunos casos volvió a ordenarse por el cauce del catolicismo.

El las logias de los iluminados fue condenada la Revolución francesa y se rindió culto al ideal religioso y monárquico. Esto les valió los más enconados ataques del poder de París, que difundió también la fábula de la participación de los jesuitas en la Revolución. CADET-GASSICOURT , que se complació especialmente en difundir esta especie, ocupó un papel directivo en el Gran Oriente y hasta el propio VIATTE no pudo evitar dar la impresión de que sus ataques a los jesuitas estaban tan solo destinadas a confundir a la opinión pública. (A. VIATTE: Les sources ocultes du romanticismo . Illuminisme. Théosophie. 1770-1820. París, 1928, 2 vols.; Vol. I, pág. 312. (+80 años).

En 1810 suprimió la Gran Logia de París la orientación cristiano-quietista de todas las logias provinciales e impuso la admisión de los judíos, que hasta entonces había estado recusada en muchas logias. Correspondiendo al menosprecio de la mujer en una de sus orientaciones dualistas, permanecieron las puertas de las logias francmasónicas para ellas, y sólo durante un tiempo existieron algunas logias femeninas especiales, de poca importancia en la marcha de la sociedad.

Al lado de los iluminados espiritualistas surgió en el Mediodía francés una corriente antinomista-materialista a la que pertenecieron al escritor pornográfico Restif de la Bretonne y el comunista Bonneville, que pueden considerarse como precursores de los jacobinos y que mantuvieron inmejorables relaciones con el Gran Oriente de París. Pero a pesar de este ejemplo, no ha de creerse que la masonería oficial y el comunismo tuvieron mucho en común. Aquélla fue mejor la defensora del orden mundial CAPITALISTA, con NAPOLEÓN como instrumento para la supresión de las nuevas ideas de igualdad. El ideal comunista se cultivó, empero, en otra larga serie de sociedades secretas.

A los intentos de LENHOFF y otros para presentar a la francmasonería como una sociedad inocente y útil a la Humanidad, puede responderse que esas imágines reflejan acaso una de las logias de iluminados ya mencionadas. Precisamente éstas fueron suplantadas por el Gran Oriente de París, que abandonó finalmente el conocimiento deísta de Dios y se identificó con el ateísmo. Pero en tanto que para el humanismo sea el hombre la norma superior, con su razón limitada y todas las pasiones, serán completamente lógico que bajo la capa de la Humanidad se oculten propósitos y acciones inhumanas. JAURES demostró, y la Guerra Mundial lo puso otra vez de manifiesto, que en nombre de la humanidad podían cometerse todos los crímenes. Como concede también LENHOFF, es la república y la “democracia” el ideal político de la francmasonería que sólo se reconcilia con la Monarquía cuando ha logrado reducirla a una institución sin importancia para la consecución de sus fines.

Amos Comenio (1592-1670): precursor del Gobierno Mundial

En contraste con la unidad del mundo católico con relación a los problemas espirituales, los pueblos protestantes sentían dolorosamente los efectos de su creciente los efectos de su creciente división en innumerables sectas. No faltaron intentos de unidad, proseguidos, por otra parte, hasta nuestros días, pero a todos ellos les fue rehusado el éxito. Igual resultado tuvieron los propósitos unitarios del último obispo de la Unión de Hermanos, AMOS COMENIUS (KOMENSKY), representativos del primer ensayo importante para lograr una síntesis fuera del catolicismo.

En COMENIO se unen las tres corrientes sectarias. Descendía de la orientación moderada de las sectas fraternas, fue ganado por el quiliasmo de los panteístas y quiso crear una religión general del amor, al tiempo que alentaba en él el imperialismo de los laboristas y las orientaciones eclesiásticos-políticas de WICLEFF y HUS.

En 1627 tuvo que abandonar Bohemia y a partir de ese instante llevó llevó una vida inquieta entre Transilvania y Holanda, hasta que murió en 1670 en Amsterdam.

COMENIO es hoy conocido en extensas esferas tan sólo como un pedagogo, que por medio de su gramática y especialmente de su “Orbis pictus” (“El mundo ilustrado”) traducido a casi todos los idiomas del mundo, preparó y previno una reforma de la enseñanza. Pero su gran obra fue la incompleta PANSOPHIA, en la que quiso abarcar totalmente los conocimientos humanos en unas formuladas valederas para todas las ocasiones, con lo que aspiro a desterró todas las causas de discordia y unir de ese modo a la divida humanidad. Alentó entusiásticamente el plan de fundar en Londres una academia mundial que le sirviera de apoyo y difundió la idea de un idioma universal que facilitara la fraternidad y la convivencia humanas.

Tal confianza en el poder de la ciencia emanaba de su platonismo. Una ley arrastraba toda la creación, de tal manera que debía ser posible reducir todo a unos pocos principios y hacerlos inmediatamente evidentes a todos los hombres. Reconocía a Aristóteles como un gran espíritu, impugnando con convicción que él, el gentil (¡) , se hubiera hallado en posesión de la norma verdadera y condenando, por tanto, todos los intentos, de ORÍGENES a SANTOS TOMÁS DE AQUINO, para unir la filosofía “gentil” (aristotélica) con el Cristianismo. Designaba a los sentidos, la razón y la revelación como fuentes de todo conocimiento y para el representaba la Biblia la autoridad superior,, no sólo en los problemas de la fe, sino en la ciencias naturales, puesto que como platónico creía hallar, como CALVINO, la inspiración divina en cada palabra. Repudiaba el sistema de COPÉRNICO como impío y tachaba a la filosofía de DESCARTES de pestilencia, presagiando que conduciría al ateísmo. Como contraargumento a “cogito, ergo sum” ponía el sueño, en el que lógicamente debería extinguirse el ser si fuera dependiente del pensamiento. También repudiaba el deísmo y tras y tras una honda reverencia ante BACON tomó partido por su método inductivo. Consideraba el empirismo como “la aurora del futuro”, pero inutilizable para los resultados pansóficos que sólo podrían ser alcanzados después de muchos siglos. Halló su ideal de consecuencia y seguridad en las matemáticas y al igual que PITÁGORAS creyó construido el Universo por leyes matemáticas. También para COMENIO tuvieron las cifras un sentido metafísico. Designó al 3, al 7 y al 10como perfectos y en todo su sistema pansófico utilizó las divisiones en tres y en siete.
Como naturalista, siguió el sendero del neoplatonismo. Elevó al mundo sobre tres principios: la materia fue para él la madre verdadera de todas las cosas, el espíritu el verdadero padre y la luz ambos amores en común, el verdadero lazo de las cosas.

Dividió también a los hombres en cuerpo, alma y espíritu, concediéndoles un libre arbitrio. Cuando se daban a lo terreno, se materializaban groseramente y terminaban por volver a la nada; cuando seguían la inspiración celestial, se divinizaban en cierto modo, elevándose sobre todas las demás criaturas. COMENIO mantuvo los tres principios en toda su doctrina, defendiéndolos contra con TELESIO y CAMPANELLA, que sólo reconocían dos, con los significativa objeción de que dos principios no podían ordenar ningún conjunto. Los dos principios significan para él “spiritus mundi” del tercer principio, que logró armonizar en un todo a la Creación.

Comenio como quiliasta

La totalidad de los siglos XVI y XVII esta llena de profecías sobre el fin del mundo, que en su mayoría van estrechamente ligadas a la esperanza en el advenimiento del Tercer Reino. COMENIO atacó a aquellos “profetas”, un cuyas visiones creía firmemente, tantas veces como desengañaron sus esperanzas. En la “Via lucis” hizo una detallada descripción del Tercer Reino. Reinaría una perfecta paz porque los hombres, en posesión de la Verdad, dada directamente por Dios, no tendrían ninguna causa de diferencia y de lucha. El advenimiento de ese reino de paz y felicidad tendría lugar cuando hubieran transcurrido seis mil años del Génesis. Luego seguirían mil años de paz y quietud y finalmente tendría lugar el Juicio Filial.

Pero a estos anhelos religiosos, unió también inmediatas realidades políticas. Al fin del mundo debería preceder la ruina de Roma y los Habsburgo, como presuposición para la libertad de los checos. Con ello no hacía COMENIO más que hacerse eco de las profecías de KOTTER, PONIATOWSKA y hasta del propio embaucador DRABIK, , afirmándose al mismo tiempo más y más en su intento de forjar una coalición mundial de los príncipes protestantes, con Francia y Turquía, contra Roma y los Habsburgo. A pesar de que las profecías de DRABIK no se cumplieron jamás y de que éste siguió fantaseando insolentemente, COMENIO no depuso su fe en él y siguió trabajando en su empresa.

Es muy revelador para un juicio sobre el catolicismo francés el que COMENIO pusiera todas sus esperanzas en el Rey de Francia. Ocho meses después de su muerte, fue juzgado DRABIK en Presburgo acusado de alta traición. Pereció en las llamas de la hoguera, pero cuando los Turcos sitiaron Viena en 1683, las bocas de París no nombraban a los magnates que mandaban el ejército. Sino a DRABIK. ¡Tanto se deseaba el cumplimento de sus profecías!

La “religión mundial del amor”.

Completamente contradictorios fueron también los empeños de COMENIO para lograr una unión de las Iglesias. Por un lado defendía decididamente la doctrina de los Hermanos Moravos contra los antitrinitarios y los deístas y sólo quería relacionarse con la Iglesia Católica en el caso que “se convirtiera”, pero por el otro aspiraba a instituir una religión mundial formaba por las partes esenciales de todas las religiones. No sólo reconocía que la Biblia había sido inspirada por Dios, sino también estaba dispuesto a asegurar que el CORAM había recibido el mismo soplo divino, siempre que respondiera a determinadas condiciones. Quería dejar a Dios la decisión de la Verdad, pero a pesar de ello calificaba al Papa de Anticristo.

Dijo sobre la Iglesia luterana que había sido “la hermana más querida de la Unión BOHEMIA”, pero que LUTERO no había sabido llegar a buen término su obra.

“HABÉIS INICIADO LA FE VIVA, PERO DESPUÉS DE TERMINAR CON LA MUERTE. EL CONOCIMIENTO DE CRISTO SIN LA IMITACIÓN DE CRISTO, EL DEJARSE ENMOHECER EN EL EVANGELIO SIN MANTENER LOS MANDAMIENTOS DE AMOR CONTENIDOS EN ÉL, NO ES OTRA COSA QUE UN ABUSO DEL EVANGELIO Y EN CIERTO MODO UN ENGAÑO Y UNA SUPLANTANCIÓN”. (pág. 107).

A pesar de que declaró, aludiendo a sus intentos de unión entre las Iglesias, que no podía lograrse la convicción por medios lógicos, si faltaba la voluntad de perfeccionamiento, dejaba COMENIO la impresión en otros pasajes de sus escritos de que, en su opinión, bastaba el conocimiento de lo bueno para hacer buena la acción. Así dedujo, por ejemplo, transposiciones de la voluntad, de errores de la voluntad. Sin duda no quiso con ello defender aún el principio de la Ilustración, “sabiduría es virtud”, pero no cabe duda de que sistema estaba tocado ya de las nuevas corrientes, que permitirán más tarde extraer de sus escritos conclusiones evidentemente contradictorias.

COMENIO no fue un pensador o filósofo consecuente. Estuvo influenciado por muchos ejemplos exteriores e intentó aunar todo lo que era, en la mayoría de los casos, incompatible. Desgraciadamente sus obras son las que nos hacen desconfiar de las hermosas palabras que escribió sobre la fraternización de los hombres en el “Unum neccesarium” y que quiso que campearan en el frontispicio del prodigioso edificio de la unidad de los pueblos:

BUENA SERÍA NUESTRA MISIÓN, SI NADIE DESEARA DESPUÉS DE NOSOTROS OTRA COSA QUE AQUELLO QUE ESTUVIERA ENCAMINADO A DAR LA FELICIDAD Y AUMENTAR LA PROSPERIDAD DE LA SOCIEDAD HUMANA; SI TODOS PERMANECIERAN, CADA CUAL EN SU SITIO, EN ORDEN, SIN ASPIRAR A ELEVARSE LOS UNOS SOBRE LOS OTROS Y A SOJUZGARSE MUTUAMENTE, SINO EXPULSAR FUERA DE SÍ TODO EGOÍSMO Y SERVIR VOLUNTARIAMENTE A LOS DEMÁS PARA ALCANZAR EL AMOR Y LA PAZ ENTRE TODOS”.

Si COMENIO fue ya reverenciado como pedagogo por sus contemporáneos, sus ideales pansóficos cayeron pronto en el olvido y sus devaneos quiliastas le hicieron de sospechosos a los hombres de la Ilustración. Su doctrina siguió alentando, sin embargo, en las esferas pietistas e incitó el neohumanismo de HERDER. Mejoradas en el “humanitarismo” FUERON LAS IDEAS COMENIANAS BASE DE LA RELIGIÓN DE LOS FRANCMASONES.
Se recomienda especialmente, de JOSEF LEO SEIFERT, “Los revolucionarios del mundo”(de Bogomil a Lenin, a través d Hus), Luis de Caralt Editor, Barcelona, título original,: Die weltrevolutionäre. Versión española de Jesús Ruiz y Ruiz, primera edición : noviembre de 1953. 360 páginas.

Editó Gabriel Pautasso
Instituto Eremita Urbanus

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