viernes, 9 de diciembre de 2011

LEPANTO Y LA VIRGEN DE GUADALUPE

Batalla de Lepanto en 1571 contradice versión hebrea contra Guadalupana.  Benedicto XVI se hace solidario con el «Cambio Climático Antropogénico». Sin sorpresas: «FSSPX no aceptará la oferta del Vaticano». Lefebvre en 1988: “no se dialoga con masones ni comunistas, no se dialoga con el diablo”. Árbol anticristiano presidirá en San Pedro, como es costumbre desde Juan Pablo II. Revelan nexos de Joseph Ratzinger Tauber y un cura espía del Stasi-Mossad.

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

Batalla de Lepanto en 1571 contradice versión hebrea contra Guadalupana
 Un grabado, muestra una escena de la batalla de Lepanto representando a la galera de Andrea Doria, donde se advierte la presencia clara de la Virgen de Guadalupe de México.

Lepanto y la Virgen de Guadalupe

En 1571, 40 años después de las apariciones de la Santísima Virgen de Guadalupe en América, el almirante Juan Andrea Doria llevaba consigo una pequeña réplica de la Virgen de Guadalupe (Patrona de México y Emperatriz de América). Esta imagen se encuentra en la iglesia de San Estéfano en Aveto, Italia.
La fuente principal para determinar si la imagen guadalupana estuvo en Lepanto, es un libro de Antonio Domenico Rossi, titulado La B.V. di Guadalupe e S. Stefano d´Aveto. Note i Documenti, publicado por Tipografía Artística Colombo en 1910.

En ella, Mons. Rossi proporciona una historia del culto a la Virgen de Guadalupe en el valle de Aveto (Italia). En la iglesia de Santo Stefano d´Aveto se encuentra una imagen de la Virgen de Guadalupe en lienzo, que donó en 1811 a dicha iglesia Su Eminencia el cardenal Juan Doria Pamphili, secretario de estado de S.S. Pío VII, y quien era descendiente del almirante Andrea Doria. La donación a esta iglesia interesa por los testimonios que rodean a dicha imagen, y que se refieren, precisamente, a la presencia que haya tenido en la jornada de Lepanto.
El abuelo de Mons. Rossi, el abogado del mismo nombre Antonio Domenico Rossi, escribió una Memoria que se conserva en el archivo parroquial de Santo Stefano d´Aveto, donde dice: 
“Dicho cuadro es una copia verdadera del original que existe en México, y fue llevado a Génova en las galeras del Almirante de España Juan Andrés Doria. Si se confronta el tiempo en que fue llevado como imagen principal de la capitana de dichas galeras, es razonable creer que el mencionado cuadro estuvo en la nave capitana en la famosa batalla de Lepanto en el día de la inolvidable victoria de los cristianos sobre los turcos, ganada por interés de María Santísima”.

Este hecho desmiente las aseveraciones del hebreo Guillermo Shulenburg, ex abad de la Basílica de Guadalupe durante 33 años, al final de los cuales se atrevió a negar la historicidad de la Guadalupana afirmando en forma perversa que no había pruebas documentales de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe y que las versiones de éstas fueron un invento de la Iglesia durante el siglo XVII, más de 150 años después de la fecha conocida de las mismas (diciembre de 1531).
Además estas blasfemas y mentirosas afirmaciones las realizó luego de enriquecerse a costa de las millonarias contribuciones a la Basílica y gustaba de coleccionar autos de lujo, mansiones y obras de arte.
Sin embargo, luego se confirmó que existían numerosas y certificadas pruebas y testimonios de las apariciones, de contemporáneos de Juan Diego y el obispo Fray Juan de Zumárraga, testigos presenciales de la aparición de la bendita imagen.
Una de esas pruebas es precisamente la aparición en Europa de un estandarte de la Santísima Virgen de Guadalupe en el buque insignia del almirante Juan Andrea Doria, durante el triunfo de la Batalla de Lepanto contra los mahometanos, el 7 de octubre de 1571.  

 Otras reliquias de la victoria
 Santo Cristo de Lepanto
La reliquia más importante es El Cristo de Lepanto que se encuentra en la Catedral de Barcelona.
También en Barcelona, en el Museo Marítimo de Barcelona, en el astillero medieval, se guarda una reproducción a escala real (60 metros de eslora total) de la nave La Real de Juan de Austria, Capitán de la Santa Liga de Lepanto.
Los musulmanes ya habían arrasado con la cristiandad en el norte de Africa, en el medio oriente y otras regiones. España y Portugal se había librado después 8 siglos de lucha. La amenaza se cernía una vez más sobre toda Europa. Los turcos se preparaban para dominarla y acabar con el Cristianismo.
 La situación para los cristianos era desesperada. Italia se encontraba desolada por una hambruna, el arsenal de Venecia estaba devastado por un incendio. Aprovechando esa situación los turcos invadieron a Chipre con un formidable ejército. Los defensores de Chipre fueron sometidos a las más crueles torturas.

 San Pío V recibe la visión de la victoria católica en Lepanto
El Papa San Pío V trató de unificar a los cristianos para defender el continente pero contó con muy poco apoyo.  Por fin se ratificó la alianza en mayo del 1571. La responsabilidad de defender el cristianismo cayó principalmente en Felipe II, rey de España, los venecianos y genoveses. Para evitar rencillas, se declaró al Papa como jefe de la liga, Marco Antonio Colonna como general de los galeones y Don Juan de Austria, generalísimo.  El ejército contaba con 20,000 buenos soldados, además de marineros. La flota tenía 101 galeones y otros barcos más pequeños. El Papa envió su bendición apostólica y predijo la victoria. Ordenó además que sacaran a cualquier soldado cuyo comportamiento pudiese ofender al Señor.
San Pío V, miembro de la Orden de Santo Domingo, y consciente del poder de la devoción al Rosario, pidió a toda la Cristiandad que lo rezara y que hiciera ayuno, suplicándole a la Santísima Virgen su auxilio ante aquel peligro.
Poco antes del amanecer del 7 de Octubre la Liga Cristiana encontró a la flota turca anclada en el puerto de Lepanto. Al ver los turcos a los cristianos, fortalecieron sus tropas y salieron en orden de batalla. Los turcos poseían la flota más poderosa del mundo, contaban con 300 galeras, además tenían miles de cristianos esclavos de remeros. Los cristianos estaban en gran desventaja siendo su flota mucho más pequeña, pero poseían un arma insuperable: el Santo Rosario. En la bandera de la nave capitana de la escuadra cristiana ondeaban la Santa Cruz y el Santo Rosario.
La línea de combate era de 2 kilómetros y medio. A la armada cristiana se le dificultaban los movimientos por las rocas y escollos que destacan de la costa y un viento fuerte que le era contrario. La más numerosa escuadra turca, sin embargo tenía facilidad de movimiento en el ancho golfo y el viento la favorecía grandemente.
Mientras tanto, miles de cristianos en todo el mundo dirigían su plegaria a la Santísima Virgen con el rosario en mano, para que ayudara a los cristianos en aquella batalla decisiva.
Don Juan mantuvo el centro y tuvo por segundos a Colonna y al general Veneciano, Venieri. Andrés Doria dirigía el ala derecha y Austin Barbarigo la izquierda. Pedro Justiniani, quien comandaba los galeones de Malta, y Pablo Jourdain estaban en cada extremo de la línea. El Marqués de Santa Cruz estaba en reserva con 60 barcos listo para relevar a cualquier parte en peligro. Juan de Córdova con 8 barcos avanzaba para espiar y proveer información y 6 barcos Venecianos formaban la avanzada de la flota.
La flota turca, con 330 barcos de todos tipos, tenía casi el mismo orden de batalla, pero según su costumbre, en forma de creciente. No utilizaban un escuadrón de reserva por lo que su línea era mucho más ancha y así tenían gran ventaja al comenzar la batalla. Hali estaba en el centro, frente a Don Juan de Austria; Petauch era su segundo; Louchali y Siroc capitaneaban las dos alas contra Doria y Barbarigo.
Don Juan dio la señal de batalla enarbolando la bandera enviada por el Papa con la imagen de Cristo crucificado y de la Virgen y se santiguó. Los generales cristianos animaron a sus soldados y dieron la señal para rezar. Los soldados cayeron de rodillas ante el crucifijo y continuaron en esa postura de oración ferviente hasta que las flotas se aproximaron. Los turcos se lanzaron sobre los cristianos con gran rapidez, pues el viento les era muy favorable, especialmente siendo superiores en número y en el ancho de su línea.  Pero el viento que era muy fuerte, se calmó justo al comenzar la batalla. Pronto el viento comenzó en la otra dirección, ahora favorable a los cristianos. El humo y el fuego de la artillería se iban sobre el enemigo, casi cegándolos y al fin agotándolos.
La batalla fue terrible y sangrienta. Después de tres horas de lucha, el ala izquierda cristiana, bajo Barbarigo, logró hundir el galeón de Siroch. Su pérdida desanimó a su escuadrón y, presionado por los venecianos, se retiró hacia la costa. Don Juan, viendo esta ventaja, redobló el fuego, matando así a Hali, el general turco, abordó su galeón, bajó su bandera y gritó: ¡victoria!. Los cristianos procedieron a devastar el centro.
Louchali, el turco, con gran ventaja numérica y un frente más ancho, mantenía a Doria y el ala derecha a distancia hasta que el Marqués de Santa Cruz vino en su ayuda. El turco entonces escapó con 30 galeones, el resto habiendo sido hundidos o capturados.
La batalla duró desde alrededor de las 6 de la mañana hasta la noche, cuando la oscuridad y aguas picadas obligaron a los cristianos a buscar refugio.
El Papa Pío V, desde el Vaticano, no cesó de pedirle a Dios, con manos elevadas como Moisés. Durante la batallase hizo procesión del rosario en la iglesia de Minerva en la que se pedía por la victoria. El Papa estaba conversando con algunos cardenales pero, de repente los dejó, se quedó algún tiempo con sus ojos fijos en el cielo, cerrando el marco de la ventana dijo: “No es hora de hablar más sino de dar gracias a Dios por la victoria que ha concedido a las armas cristianas”. Este hecho fue cuidadosamente atestado y auténticamente inscrito en aquel momento y después en el proceso de canonización de Pío V.
Las autoridades después compararon el preciso momento de las palabras del Papa Pio V con los registros de la batalla y encontraron que concordaban de forma precisa. Pero la mayor razón de reconocer el milagro de la victoria naval es por los testimonios de los prisioneros capturados en la batalla. Ellos testificaron con una convicción incuestionable de que habían visto a Jesucristo, San Pedro, San Pablo y a una gran multitud de ángeles, espadas en manos, luchando contra Selim y los turcos, cegándolos con humo.  
En la batalla de Lepanto murieron unos 30,000 turcos junto con su general, Hali.  5,000 fueron tomados prisioneros, entre ellos oficiales de alto rango. 15,000 esclavos fueron encontrados encadenados en las galeras y fueron liberados. Perdieron más de 200 barcos y galeones. Los cristianos recuperaron además un gran botín de tesoros que los turcos habían pirateado.
Los turcos con su orgulloso emperador fueron presa de la mayor consternación ante la derrota. Dios, que en su justicia había permitido que parte de las naciones cristianas cayeran bajo la opresión turca, impuso aquel día un límite y no permitió que el cristianismo desapareciera. El Dios que pone límites a las aguas y conoce cada grano de arena, escuchó la oración y manifestó su poder salvador. Fue la última batalla entre galeones de remos.
Los cristianos lograron una milagrosa victoria que cambió el curso de la historia. Con este triunfo se reforzó intensamente la devoción al Santo Rosario.
En gratitud perpetua a Dios por la victoria, el Papa Pio V instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias, después conocida como la fiesta del Rosario, para el primer domingo de Octubre. A la letanía de Nuestra Señora añadió “Auxilio de los cristianos“. El Papa Pío V murió el primero de mayo de 1572, fue beatificado por Clemente X en 1672 y canonizado por Clemente XI en 1712.  Sus restos mortales están en la basílica de Santa María la Mayor en Roma.
En 1569, (dos años antes de la batalla) el mismo Papa, en su Carta Apostólica “Acostumbraron los Romanos Pontífices” ilustró – y en cierto modo, definió – la forma tradicional del Rosario.
En 1573, el Papa Gregorio XIII le cambió el nombre a la fiesta, por el de Nuestra Señora del Rosario. El Papa Clemente XI extendió la fiesta del Santo Rosario a toda la Iglesia de Occidente, en 1716 (El mismo Papa canonizó al Papa Pío V en 1712). El Papa Benedicto XIII la introdujo en el Breviario Romano y San Pío X la fijó en el 7 de Octubre y afirmó:
“Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo”.
Lo acontecido en Lepanto por intercesión de la Virgen y el rezo del rosario se repitió:
-en Viena, liberada por Juan Sobinski
-en Polonia, donde, en agradecimiento a Nuestra Señora por la victoria obtenida, se estableció la fiesta del Dulce Nombre de María.
-En Rumania.
Hoy los cristianos estamos en situación similar, en una lucha entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte.  Esta se refleja en la destrucción de las familias y también en la crisis de los gobiernos en todos los países. El enemigo parece muy superior en sus fuerzas: Ellos tienen la prensa, la TV, las universidades, el dinero…. La mayoría de los cristianos están dormidos, arrastrados por el paganismo imperante. Pero no podemos lamentarnos de no tener los recursos que tiene el enemigo. Tampoco podemos esperar a que todos los católicos despierten del letargo en que el mundo los tiene envueltos. Nosotros tenemos las armas más poderosas: La fe y el Santo Rosario. El Señor ganará la batalla con la entrega total de unos pocos humildes y totalmente fieles al Señor, a María y a la Iglesia.  Hombres y mujeres que no se avergüenzan de ser católicos y de luchar con todo el corazón.
La victoria no será fácil. Lepanto no fue fácil. La lucha fue sin cuartel, con enormes sufrimientos. Hoy no será fácil. Pero no tengan miedo pues Dios da la gracia. Hay que actuar YA, poniendo la confianza en el Señor y sabiendo usar sus armas que son espirituales y no según nuestra lógica.  Hay que unirse al Papa el Vicario de Cristo y seguir sus direcciones.
En el Monasterio de Ntra. Sra. de Guadalupe en España podemos contemplar un enorme farol capturado de uno de los navíos de guerra musulmanes en la Batalla de Lepanto.
En Roma, en el techo de Santa María en Aracoeli podemos observar las decoraciones en oro tomadas de las galeras turcas.
En el palacio Doges de Venecia hay una gigantesca bandera islámica, trofeo de la victoria sobre uno de los barcos turcos en la batalla de Lepanto.
En la Basílica Santa María la Mayor, cerca de la tumba del Papa Pío V, había otra bandera islámica de la batalla, pero fue devuelta a Estambul en 1965 como gesto de concordia.

Benedicto XVI se hace solidario con el mito del «Cambio Climático Antropogénico»

Aún y  a pesar de que los verdaderos científicos han demostrado la farsa ambientalista de los agoreros del  «Cambio Climático», el falsario Joseph Ratzinger les da su respaldo a través de una blasfema fundación new age llamada «Hermana Naturaleza».
Benedicto Ratzinger-Tauber simplemente se reúne con la asociación nueva erista y da crédito al mito del “cambio climático” antropogénico:
 (L’Osservatore romano y Europa Press)
No existirá «un futuro bueno para la humanidad sobre la tierra si no nos educamos todos en un estilo de vida más responsable en relación con la creación».
Ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI ha calificado de “complejo fenómeno” al cambio climático. “Anhelo que todos los miembros de la comunidad internacional concuerden una respuesta responsable, creíble y solidaria a este preocupante y complejo fenómeno, teniendo en cuenta las exigencias de las poblaciones más pobres y de las generaciones futuras”, ha señalado.
Lo dijo Ratzinger al recibir este lunes 28 de noviembre por la mañana a estudiantes y docentes italianos que forman parte del proyecto «Ambientiamoci a scuola» (Ambientémonos en la escuela) de la Fundación Sorella Natura (Hermana Naturaleza). El llamamiento sigue al que lanzó al concluir el Ángelus del domingo 17, cuando el Pontífice pidió a los participantes en la conferencia internacional de Durban «una respuesta responsable, creíble y solidaria» a los cambios climáticos. Anteriormente, Benedicto XVI dedicó la siguiente reflexión para el Adviento.

Ya lo había dicho Lefebvre en 1988, lo dijeron Fellay, Pfulger, Cuaqueray, Bouchacourt y Morgan… no puede la FSSPX aceptar la unión con la Vati-logia, porque se acaba su “misión”.
¿Cuál es su misión?… captar y entretener a los “católicos perplejos” en la sumisión-rebeldía, en la lealtad-desobediencia, en el absoluto apego al relativismo teológico, en la “tradición”… pero de la contradicción.
(Con info de Romereports.com)
Bernard Fellay, superior de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha declarado que no aceptará sin cambios el actual preámbulo doctrinal que el cardenal Levada le entregó el pasado 7 de octubre. 
Asegura que darán una respuesta a este documento en la que indicarán “las posiciones doctrinales que son indispensables”.
Si el Vaticano las acepta, regresarán a la Iglesia católica. 
El “preámbulo doctrinal” es un documento reservado que establece algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina católica que los lefebvrianos deben aceptar para poder ser admitidos plenamente en la Iglesia católica.”

 René Lefebvre, agente de la inteligencia de la anticatólica Albión, se alejó de Marcel, pero regresó…
Marcel Lefebvre cursó estudios en el Colegio del Sagrado Corazón de Tourcoing, su ciudad natal. Padeció la invasión alemana durante la Primera Guerra Mundial. Su padre, uno de los primeros agentes de la inteligencia británica infiltrado en Francia, debió huir en 1915 por ayudar a los prisioneros ingleses y franceses a pasar las líneas, por lo que la familia sufrió su ausencia, agravada con la escasez de bienes básicos.
Marcel cursó sus estudios de filosofía y teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, dirigida por el rebelde Le Floch quien luego fue depuesto de su cargo por el Papa Pío XI. Lefebvre fue ordenado (…) sacerdote en 1929 por el comunista y masón Achille Liénart, arzobispo de Lille.
 El súper hereje modernista Achille Liénart, en la “consagración” de Marcel Lefebvre en Tourcoting (1948)
Se unió a la extraña y heterodoxa Congregación del Espíritu Santo, Los Espiritanos, fundados por el rabino converso Jacobo Lieberman y cuya organización fue utilizada por los liberales en la Francia revolucionaria. Tras su noviciado de sólo un año de duración, Lefebvre hizo su profesión religiosa. El 8 de septiembre de 1932 fue enviado muy lejos, a África, a Gabón, donde se desempeñó como misionero.
Luego de la Guerra, el mismo masón que lo ordenó (…) lo promovió como obispo de Dakar (1948-1962), elevándolo posteriormente al rango de arzobispo, y designándolo también Legado Apostólico (una especie de nuncio o embajador) para toda el África francófona.
Como Superior General de los Padres Espiritanos, fue llamado por Juan XXIII para formar parte de la Comisión Central Preparatoria del Concilio Vaticano II.
 Lefebvre y Castro Mayer
Durante el Concilio, fundó junto el heterodoxo Antonio de Castro-Mayer, obispo de Campos (Brasil), Geraldo Proença Sigaud, obispo de Diamantina (Brasil) y Carli, obispo de Segni (Italia) el Cœtus Internationalis Patrum, al que adhirieron 450 obispos, con el supuesto objeto de defender en el concilio la doctrina y disciplina tradicional de la Iglesia, aunque a la hora de la verdad sólo sirvió para desmoralizar y atenuar a los disidentes.
Después de firmar de su puño y letra su adhesión al herético conciliábulo Vaticano II, renuncia a su cargo de Superior General de su congregación en 1968 y a iniciativa de un grupo de seminaristas descontentos con la orientación que habían tomado los seminarios a los que concurrían, en particular, el Seminario Francés de Roma, a cargo de los Padres Espiritanos, fundó en 1971 en Friburgo (Suiza), con la autorización del obispo del lugar, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
En 1976 recibió una “monición canónica” para que no ordenara la primera tanda de jóvenes formados en Écône. La desoyó y por eso fue suspendido a divinis el 22 de julio de 1976.
Al mes siguiente, en una misa que ofició en Lille, Lefebvre declaró:
“No se puede dialogar con los masones o con los comunistas, no se dialoga con el diablo”.
Ya octogenario, quiso negociar un sucesor y Juan Pablo II no se opuso, pero el entonceos cardenal Joseph Ratzinger le solicitó una carta pidiendo perdón al Papa por lo que había hecho.
Lefebvre se negó a redactar la carta aduciendo que no se debe pedir perdor por “hacer lo que debe hacerse”, pero luego decidió consagrar a cuatro obispos escogidos de entre miembros de su congregación: los curas Alfonso de Galarreta (hispano-argentino), Bernard Fellay (suizo), Richard Williamson (inglés, converso del anglicanismo) y Bernard Tissier de Mallerais (francés).
Los puntos centrales de la controversia entre Lefebvre y el Vaticano son esencialmente cuatro: La “protestantización” del nuevo ritual de la misa, el ecumenismo, la libertad religiosa y la colegialidad.
Lefebvre fue excomulgado pública y formalmente por el papa Juan Pablo II, el cual en su carta Apostólica “Ecclesia Dei”, escrita el 2 de julio de 1988 en forma de motu proprio, decía:
“Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo monseñor Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica” (Código de Derecho Canónico, can. 1.382).
La posición oficial de la Iglesia Católica en lo referente a la situación canónica de la Fraternidad San Pío X es que no se trata de un cisma formal.
La iglesia oficialmente no quería hablar de cisma sino de “actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio”.
Con todo, las excomuniones a los cuatro obispos ordenados por Lefebvre siguieron en pie hasta el 24 de enero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI las levantó.
  

(Romereports.com) Víctor Yanukóvich, presidente de Ucrania, viajará en diciembre al Vaticano para entregar al Papa el árbol de Navidad que adornará la Plaza de San Pedro.
El abeto mide 30 metros, pesa 4 toneladas, y será transportado desde Ucrania con un camión especial. El árbol iniciará mañana su viaje hacia el Vaticano, donde llegará dentro de una semana.
El 5 de diciembre comenzarán a decorarlo y pocos días antes de Navidad será iluminado.
Desde 1982, cada año un país regala al Vaticano un árbol navideño. Una tradición que comenzó Juan Pablo II y que dura hasta nuestros días.
 Los druidas o hechiceros celtas son los creadores del árbol ceremonial

El árbol de navidad; no es cristiano sino un culto druida
De acuerdo a la tradición druida, durante la festividad pagana del sol se colgaban cabezas de oso, o de los guerreros enemigos, en el árbol sagrado, que solía ser un encino o un pino.
El árbol navideño es una costumbre proveniente de los países nórdicos, donde éstos son símbolo de vida. Por ello, para conmemorar la Navidad en estos países, adornan los árboles con guirnaldas, regalos y adornos de colores; costumbre que rápidamente se extendió por todo el mundo.
En los países nórdicos, el árbol de Navidad se decora con ángeles y gnomos. En Japón, el árbol lleva en sus ramas muñecas, adornos de papel, abanicos y sonajeros. En China, en lugar de pinos se utilizan naranjos, símbolos de felicidad en esta cultura.
Desde hace medio siglo, cada año los noruegos envían un enorme árbol de Navidad a Inglaterra en agradecimiento por la ayuda recibida durante la Segunda Guerra Mundial. El árbol se instala en la plaza de Trafalgar.
 Los árboles, signos druídicos
El árbol de Navidad ahora tan común entre la cultura occidental, era igualmente común en la Roma y en el Egipto paganos. En Egipto, ese árbol era la palmera; en Roma era el abeto y en Estados Unidos el pino. La palmera simbolizaba al Mesías pagano, como Baal-Tamar; el abeto lo simbolizaba como Baal-Berit. La madre de Adonis, el Dios-Sol, la más grande divinidad mediadora, a la cual se decía místicamente que había sido transformada en un árbol y que había dado a luz un hijo divino.
En Roma el árbol de Navidad era diferente, era el abeto; pero era la misma idea de la palmera egipcia, simbolizaba al dios renacido como Baal berit, el “Señor del Pacto” y así se representaba la perpetuidad y la naturaleza eterna de su poder. Por eso Roma guardaba el día como el día en que dios reapareció victorioso sobre la tierra, (encarnado) como el “Natalis invicti solis”.
 Rostro del “espíritu” que habita en el árbol druida


Trabajaba para el legendario hebreo Markus Wolf, jefe de la temible Stasi quien en realidad trabajaba para el Mossad y el MI6 británico

Lo revela en su nuevo número “Der Spiegel“, indicando que entre los que pasaban información al legendario Markus Wolf, el difunto “Mischa” que dirigía el espionaje alemán-oriental, había un sacerdote de la ciudad westfálica: Joseph Frindt, que murió a la edad de 81 años.
Durante su carrera de espía, con el nombre clave de “Erich Neu“, el religioso envió 95 informes a Berlín del este, algunos de ellos tenían que ver con el entonces teólogo de las grandes promesas que se llamaba Joseph Ratzinger.
Entre los motivos que habrían inducido a Frindt a espiar para la Stasi, ha surgido el deseo de poder obtener algún favor para su hermana, que vivía en la DDR (Alemania Oriental), aunque tampoco se excluye que el sacerdote haya sido chantajeado por su dependencia del alcohol.
La publicación de Hamburgo indica que la Stasi había infiltrado a sus hombres en casi todos los aparatos de las instituciones de la Bundesrepublik, con 139 espías activos en la vieja capital del Bonn y 542 en la parte occidental de Berlín. Uno de los blancos más importantes era el partido socialdemocrático, en donde había 78 espías activos, con 13 informadores al interior de la dirección de la SPD.
Los sindicatos, las organizaciones de la Iglesia católica y protestante y las universidades no escapaban de la mirada de los hombres de “Mischa”. En diciembre de 1988 eran 1929 los ciudadanos alemanes que apoyaban los servicios de espionaje de la Ddr; durante los 40 años de su existencia, el régimen alemán oriental tuvo a su servicio más de 12 mil informadores en la Bundesrepublik. (RD/Agencias).

 Tétrica foto de Markus Wolf y el “Muro del Odio”

La historia de Markus Wolf

Markus Wolf, hebreo, fue en un tiempo el jefe de la Stasi , el servicio de espionaje de Alemania Oriental.
“Después del colapso de la URSS y la Alemania Oriental comunista, se encontró que el jefe del departamento de espionaje en Alemania del Este (Markus Wolf) era un doble agente que en realidad trabajaba para Israel .
“Es interesante señalar que Lobo fue el responsable de la formación y dirección de los comunistas palestinos, algunos de los cuales secuestraron aviones civiles y fueron responsables de una serie de ataques en las ciudades europeas . ”
(Fuente: Artículo)

*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO CORDUDENSIS. INSTITUTO EREMITA URBANUS, 1º DE DICIEMBRE DE 2011, BAJO LA ADVOCACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE GUADALUPE, EMPERATRIZ DE AMÉRICA EL 9 DE DICIEMBRE, ¡VIVA LA PATRIA! Gspp*

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