Editó: Lic. Gabriel Pautasso
Alcides Jorge Casaretto, sustituto del obispón lunamielero.
A continuación publicamos la patética
y cínica “carta de despedida” del obispón Fernando Bargalló con la finalidad de
entender:
La Neo Iglesia está actuando en todos
estos casos por un principio de CONTROL DE DAÑOS, en el que nada les importa la
verdadera putrefacción que viven sus supuestos obispones, menos aún la de
sus sacerdotes.
Existen desde hace décadas denuncias
e investigaciones que revelan el homosexualismo/sodomía y la lujuria rampante
en la mayor parte de la jerarquía de la Nueva Iglesia Montiniana, especialmente
en la Curia; pero se vive un estatus quo de contención de riesgos, sólo
para ganar terreno en el lanzamiento de almas al infierno.
Leer estas líneas resulta realmente
repulsivo, pero sobre todo, lo aprovechable es que muestra el verdadero
pensamiento de los falsos pastores de la Nueva Iglesia Montiniana y su nula
veneración por la Santa Iglesia, las órdenes sagradas, el sacramento del
matrimonio y sobre todo, los fieles cristianos.
Queridos diocesanos: Mi renuncia a la presidencia de la Iglesia que se reúne en Merlo-Moreno parecería huída de
mal pastor ante los lobos de la vergüenza pública, si no la acompañara de un
mensaje de descargo. Necesito abrir mi intimidad a vuestros ojos compasivos, de
par en par y con la franqueza que cumple entre cristianos.
Después de una juventud dada al
solo Amor Divino, quiso la vida apiadarse de mi soledad y regalarme
de maduro el complemento de compañía que me faltaba. Arrastrado por la pasión,
me entregué al amor inédito sin reservas y descubrí la inspiración
del Cantar de los Cantares, el más bello de nuestros libros sagrados, que
solemos entender en clave mística. Me arrebataron el sentido los besos de la su
boca y encontré más dulces que el vino los amores de la amada, cuerpos y almas
machihembrados. La vida se me tornó mañana de pájaros.
Pero
la felicidad arrebatada que gozaba me impidió comprender la
incoherencia moral de mantener unas relaciones que prohíben la ley
canónica y la fidelidad a los votos sagrados libremente comprometidos.
Reconozco, tarde pero con gran
pesadumbre, que la situación irregular en que me vi atrapado no debe ser
calificada de otra manera que como impropia de un profesional de la santidad. Por ello os pido perdón con la esperanza de que
se lo concedáis a mi flaqueza, y también por no haber practicado la austeridad
que predicaba para otros.
Me voy a mi nueva vida con
sentimientos encontrados de consuelo y desazón. Me consuelan los años de
servicio eclesial a los hombres tratando de imitar las enseñanzas de
Jesús; me desazona que
una norma humana me imponga el sacrificio de dejar el sacerdocio para ser
marido. Y más aun pensar que alguno de
vosotros haya podido recibir daño espiritual por mi causa.
Quisiera dejaros a todos con la
bendición del Señor y contar con la vuestra. Sé que no se la negaréis al
hermano que no pudo traicionar al corazón enamorado ni a la mujer que le dio el
suyo. Quedad en paz.
Fernando Bargalló
***
(Nota de la Congregación para la Doctrina
de la Fe sobre el nombramiento del arzobispo Augustine Di Noia O.P.,como
vicepresidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”)
Este martes se hizo público
el nombramiento de Augustine
Di Noiacomo vicepresidente de la comisión
Ecclesia Dei. El arzobispo dominico era hasta el momento secretario de la
Congregación para el Culto Divino.
Posteriormente, la Santa Sede ha
hecho público un comunicado en el que -cosa no insólita, pero sí infrecuente en
las costumbres de la Curia- explica las razones del nombramiento. Y se entienden en clave de las conversaciones que está
manteniendo el cardenal William Levada, prefecto de la Congregació para el
Culto Divino, con el obispo Bernard Fellay, superior general de la
Fraternidad Sacerdotal San Pío X, con vistas a la normalización
canónica de esta congregación.
Por un lado, señala el comunicado,
por el “alto rango” de monseñor Di Noia, un signo de la “solicitud pastoral del Santo Padre por los católicos
tradicionalistas”. En segundo lugar, por “el amplio respeto de que goza en la
comunidad judía”, inquieta ante dicha normalización
a raíz de las declaraciones del obispo Richard Williamson cuesionando
la veracidad histórica del Holocausto.
De hecho, recientemente el
cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de
los Cristianos, recibió al vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Thierse,
con la misma intención.
Texto íntegro del comunicado de la
Santa Sede
Benedicto XVI ha nombrado al arzobispo Augustine Di Noia O.P.,como vicepresidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. El nombramiento de un prelado de alto rango en este puesto es un signo de la solicitud pastoral del Santo Padre por los católicos tradicionalistas en comunión con la Santa Sede y de su fuerte deseo de reconciliación con aquellas comunidades tradicionalistas que no están en comunión con la Sede de Pedro. El presidente de la Comisión es el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal William J. Levada.
La Pontificia Comisión Ecclesia Dei
fue fundada en 1988 por el beato Juan Pablo II para facilitar la “plena
comunión eclesial de sacerdotes, seminaristas, comunidades religiosas o
individuos hasta ahora ligados de distintas formas con la Fraternidad
fundada por el arzobispo Lefebvre” y para promover la atención pastoral de los
fieles que siguen la antigua tradición litúrgica latina de la Iglesia Católica.
En 2009, la Pontificia Comisión se vinculó estructuralmente con la Congregación
para la Doctrina de la Fe para
tratar las cuestiones doctrinales en el diálogo permanente entre la Santa
Sede y la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X.
El arzobispo Di Noia, respetado
teólogo dominico, ha dedicado mucha atención a estas cuestiones doctrinales,
así como a la prioridad de la hermenéutica de la continuidad y la reforma en la
correcta interpretación del Concilio Vaticano II; un área de importancia crítica en el diálogo
entre el Santa Sede y la Fraternidad Sacerdotal. Bajo la dirección del Cardenal Levada, con la
asistencia de Mons. Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comisión, este
diálogo ha sido constante durante los últimos tres años.
Previamente, el arzobispo Di Noia
había sido secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina
de los Sacramentos, en la que junto con el prefecto, el cardenal Antonio
Cañizares, supervisó la reorganización del dicasterio y la preparación de un
nuevo Reglamento siguiendo las indicaciones del motu
proprio Quaerit Semper de Benedicto XVI (30 de agosto de 2011). La
experiencia y la continua colaboración del arzobispo Di Noia con la
Congregación para el Culto Divino facilitará el desarrollo de determinadas
disposiciones litúrgicas durante la celebración según el Missale Romanum de 1962.
Además, el amplio respeto de que goza el arzobispo Di Noia en la comunidad
judía contribuirá a solucionar algunos
problemas que han surgido en el ámbito de las relaciones católico-judías
durante los progresos del camino hacia la reconciliación de las comunidades
tradicionalistas.
***
Bargallo desmientió su primera versión… y luego
“renunció”
(Con información de ACI-Prensa)
Benedicto XVI aceptó la renuncia de
Mons. Fernando Bargalló como Obispo de Merlo-Moreno (Argentina), en conformidad
con el canon 401, párrafo 2, del Código de Derecho Canónico; y nombró como
Administrador Apostólico de esa diócesis a Mons. Alcides Jorge Casaretto.
El párrafo 2 del canon 401 dice que “se ruega encarecidamente al Obispo diocesano que presente la renuncia de
su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedare
disminuida su capacidad para desempeñarlo”.
La renuncia al cargo de Obispo de
Merlo-Moreno ocurre días después del escándalo que desataron en Argentina la
divulgación de unas fotografías de Bargalló con una mujer en una playa de
México.
Mons. Casaretto, Obispo Emérito de
San Isidro, permanecerá como Administrador Apostólico de Merlo-Moreno hasta que
Roma designe al nuevo obispo diocesano.
***
Putin utilizando kipá tradicional en la visita al
Muro
El presidente ruso, Vladimir Putin, realizó
una visita sorpresa al Muro de los Lamentos, después de haber acudido primero a
la vecina Basílica del Santo Sepulcro, ambos en la ciudad vieja de la capital
del Estado Judío.
En el Muro de los Lamentos explicó que era su
tercera visita al lugar: la primera la hizo antes de ser presidente y la
segunda, en 2005, contó que no pudo acercarse a tocar las piedras del Muro
porque coincidió con la fiesta judía del Pesaj (Pascua) y estaba abarrotado de
gente.
En esta tercera ocasión planificó una visita
nocturna para poder rezar con tranquilidad.
Acompañado por el rabino del Muro, Samuel
Rabinovich, y por otro de Rusia, Putin, con una kipá
en la cabeza aprovechó su visita para charlar con la gente que
se encontraba a esa hora en el santuario judío.
Entre ellos un ultra ortodoxo de origen ruso con el
que habló sobre la existencia de Dios y con el que estuvo de acuerdo en que si
todo el mundo fuera creyente “no ocurrirían cosas malas y sólo habría
felicidad”.
Putin hizo también, a propia iniciativa, una visita
guiada por el llamado Túnel Asmoneo, subterráneo de hace dos mil años
que cruza del Muro Occidental al Barrio Árabe, y por el que con motivo de su
apertura al público en 1996 los palestinos lanzaron una intifada de protesta.
***
Christian Thouvenot
El superior general de la Fraternidad
Sacerdotal San Pío X, Bernard Fellay, considera “inaceptable” el nuevo
“preámbulo doctrinal” con las condiciones impuestas por el Vaticano para que
este grupo tradicionalista cismático pueda regresar al seno de la Iglesia de
Roma.
Así se señala en un documento
interno, “confidencial”, enviado por el abad Christian Thouvenot, secretario de
los “lefebvrianos” como son también conocidos, a los superiores de la
fraternidad, con fecha 25 de junio, y publicado hoy.
En la carta, fechada en Menzingen
(Suiza), donde tienen la casa generalicia, el abad cuenta que el 13 de junio el
cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe,
entregó a Fellay durante la reunión que mantuvieron en el Vaticano un texto
que, “en sustancia”, proponía de nuevo el preámbulo doctrinal que les entregó
el Vaticano en septiembre de 2011.
En él aparecían las condiciones para
regresar a la Iglesia de Roma y que ellos rechazan.
“Fellay ha informado inmediatamente de
que él no puede firmar ese nuevo documento, claramente inaceptable. El próximo
capítulo (de la Fraternidad, que se celebrará a primeros de julio) permitirá
analizar todo el dossier”, escribió en su carta Thouvenot.
El 13 de junio, Levada entregó a
Fellay el texto de la “valoración” que hacía la Santa Sede sobre el documento
que le presentó el “lefebvriano” en abril pasado, según informó el portavoz
vaticano, Federico Lombardi.
En esa fecha, el Vaticano les pidió
que clarificaran su postura sobre si aceptan o no las condiciones impuestas
para regresar al seno de la Iglesia católica, después de considerar
“insuficiente” la respuesta dada anteriormente a una petición en ese mismo sentido.
Fellay, según un comunicado de la
casa generalicia de un día después, expuso
a Levada “las dificultades doctrinales” que plantean el Concilio Vaticano y el
nuevo misal surgido del mismo, que rechazan.
Fellay, como informó ese mismo día
Lombardi, prometió que daría en un “tiempo razonable” una respuesta al
“preámbulo doctrinal”.
El portavoz no se pronunció sobre si
la respuesta será la última oportunidad para los “lefebvrianos” de regresar a
la Iglesia de Roma, pero destacó que en
la reunión del día anterior “se deseó” que, tras un nuevo momento de reflexión,
se pueda alcanzar la plena comunión de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X con
la Sede Apostólica.
En la reunión, Levada entregó
asimismo a Fellay un borrador del documento por el que el papa les concedería
una Prelatura Personal, similar a la que tiene el Opus Dei, si regresan al
redil.
La carta del abad Thouvenot, según
observadores vaticanos, da a entender
que los tiempos del regreso a la comunión con Roma están todavía lejanos.
El 14 de septiembre de 2011, el
Vaticano entregó a los “lefebvrianos” un “preámbulo doctrinal” con las
condiciones para regresar a la Iglesia de Roma, cuyos puntos se desconocen.
Lo único que se sabe es que contiene
algunos principios doctrinales y criterios de interpretación de la doctrina
católica “necesarios para garantizar la fidelidad al magisterio de la Iglesia”.
Asimismo, abre “al legítimo debate”
el estudio y la explicación teológica de “puntuales expresiones o formulaciones
presentes en los documentos del Concilio Vaticano II y del magisterio
posterior”.
***
Tal
y como lo anunció Andrea Tornielli en Vatican Insider, la primera
sustitución en la Vatucuria fue la de Rafaelle Farina, bibliotecario de
Ratzinger. La siguiente -dijo- será la de Levada y luego la de Bertone.
Igualmente nombró a Vincenzo
Paglia nuevo presidente del Consejo Pontificio para la Familia quien
sustituye al “cardenal” Ennio Antonelli, que presentó su renuncia por motivos
de edad y en un nombramiento especial, designó al norteamericano Joseph
Augustine Di Noia, quien tratará directamente con los lefebvrianos
como vicepresidente de la ecuménica “Ecclesia Dei”.
Joseph Augustine Di Noia, al lado de
Levada, estará a cargo de tratar con lefebvrianos.
Benedicto XVI ha nombrado al prelado
italiano Vincenzo Paglia, de 67 años, nuevo presidente del Consejo
Pontificio para la Familia (“ministro”), a la vez que lo ha elevado a la
categoría de arzobispo, informó hoy el Vaticano.
Paglia, hasta ahora obispón de Terni-Narni-Amelia,
sustituye en el cargo al cardenal Ennio
Antonelli, que presentó su renuncia por
motivos de edad.
Benedicto XVI también nombró hoy
archivero y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia al arzobispo francés Jean Louis Brugues, de 69 años, hasta ahora secretario de la
Congregación para la Educación Católica.
Ratzinger nombró vicepresidente de la
Comisión Pontificia “Ecclesia Dei”, que se encarga de la relación con los
“lefebvrianos”, al arzobispo estadounidense Joseph Augustine Di Noia, de 69 años, hasta ahora secretario de la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Igualmente nombró también al
“arzobispo” británico Arthur Roche, de 62 años, secretario de la Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que preside el cardenal
español Antonio Cañizares.
Benedicto XVI ha nombrado a Protase Rugambwa, de 52 años, de Bunema (Tanzania), secretario
adjunto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Asimismo a nombrado al obispo Krzysztof Jozef Nykiel, de 47 años, nacido en Polonia, regente de la
Penitenciaria Apostólica vaticana.
***
Hinchas ucranianos
Mientras el Vaticano inaugura su
“departamento deportivo” con motivo de Eurocopa y Olimpiadas, el Patriarca Filaret del Patriarcado de Kiev, cabeza de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania,
comparó a los aficionados al fútbol con
los simios, subrayando que los hinchas se entregan a la psicosis, por lo que
pierden el autocontrol.
“La Iglesia no bendice la histeria, en
la que cae una persona mientras está viendo estos partidos. Fíjense en los
rostros de esta gente. No se trata de personas, se parecen más a los monos
que a los humanos, debido a que pierden el equilibrio”, declaró el Patriarca.
“Cuando una persona no pertenece a sí
misma, se puede hablar de un estado pecador. Es entonces cuando beben y
pelean. Estamos en contra de esto”, subrayó Filaret.
Sin embargo… es
fan del equipo ucraniano… ¿quién lo entiende?
“Fan” del equipo de Ucrania… hasta en eso
se contradice
No obstante, el Patriarca admitió que
sí es un seguidor del equipo de Ucrania.
“Yo no tengo nada que ver con el
fútbol. No he jugado al fútbol desde mi infancia, porque me dediqué
a la iglesia muy temprano y no me interesaban entretenimientos seculares.
Por lo tanto, no soy fanático de este juego, pero sí soy un fan de
Ucrania. El fútbol no tiene ningún significado
para mí, pero lo sigo por el significado que tiene para el país”, recalcó el
obispo.
Las declaraciones del Patriarca
coinciden con la Eurocopa 2012, el mayor espectáculo del fútbol
continental que tiene lugar en los estadios de Polonia y Ucrania. El evento
viene acompañado por numerosos escándalos, relacionados con los hinchas
del fútbol.
***
Foro Católico: realmente la Bestia
está desbocada; ¿cuándo nos imaginamos que el propio Vaticano del “conservador”
Benedicto XVI iba a apresurar tan toscamente el advenimiento del Anticristo
exigiendo a los pueblos que cedan su soberanía a un Gobierno Mundial?
¿Con qué cara lo van a defender ahora
los FSSPX, el Opus Judei y otros “conservadores” y “nacionalistas” que gustan
de confraternizar con el Vaticano y la banda de pillos que lo dirigen?
¿Cómo van a explicar Fellay, Pfulger,
Bouchacourt, Calderón y compañía las continuas tertulias que organizan con esa
jauría de sodomitas globalistas?
¿De qué forma van a “mitigar”
nuevamente la cruda realidad los Cerianis, Turcos y demás agentes lefebvrianos
“perplejos”, tratando de justificar y sostener al hechicero Ratzinger como un
“Papa legítimo”?
La nota que se
filtró en Romereport.com
El
Vaticano pide que:
los Estados cedan de manera gradual parte
de sus soberanías a una Autoridad Política Mundial y un Banco Central
Mundial, muy alejado de lo que actualmente representa el FMI.
La
Santa Sede ha lanzado un importante documento con ambiciosas propuestas para
afrontar la crisis. Se titula “Por una reforma del sistema financiero y
monetario internacional en la prospectiva de una autoridad pública con
competencia universal”. El documento critica el sistema de liderazgo actual,
protagonizado por grupos como el G7 o el G20, que excluyen a buena parte de los
actores.
El Vaticano dice que si no nace un “gobierno mundial” con
capacidad para afrontar la especulación a gran escala, “se generará progresivamente
un clima de creciente hostilidad e incluso de violencia hasta minar las
bases de las instituciones democráticas”.
La
propuesta incluye una Banca Central Mundial, impuestos sobre transacciones
financieras proporcionales a la sofisticación del producto financiero, un Fondo
mundial de recapitalización bancaria, y reglas distintas para banca comercial y
de inversiones.
El texto
emitido por el Vaticano, confirma el pronunciamiento de RomeReport.com
Además del texto del video -que luego fue emitido
sin audio como se puede apreciar- también está el texto íntegro del documento
emitido por la Logia Vaticana. Aquí está:
POR UNA
REFORMA DEL SISTEMA FINANCIERO Y MONETARIO INTERNACIONAL EN LA
PROSPECTIVA DE UNA AUTORIDAD PÚBLICA CON COMPETENCIA UNIVERSAL
Prólogo
«La presente situación del mundo exige una acción
de conjunto que tenga como punto de partida una clara visión de todos los
aspectos económicos, sociales, culturales y espirituales. Con la experiencia
que tiene de la humanidad, la Iglesia, sin pretender de ninguna manera
mezclarse en la política de los Estados, “sólo desea una cosa: continuar, bajo
la guía del Espíritu Paráclito, la obra misma de Cristo, quien vino al mundo
para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y
no para ser servido”».
Con estas palabras Pablo VI, en la profética y
siempre actual Encíclica Populorum progressio de 1967, trazaba de manera
límpida «las trayectorias» de la íntima relación de la Iglesia con el mundo:
trayectorias que se cruzan en el valor profundo de la dignidad del ser humano y
en la búsqueda del bien común, y que además hacen a los pueblos responsables y
libres de actuar según sus más altas aspiraciones.
La crisis económica y financiera que está
atravesando el mundo convoca a todos, personas y pueblos, a un profundo
discernimiento sobre los principios y de los valores culturales y morales que
son fundamentales para la convivencia social. Pero no sólo eso. La crisis
compromete a los agentes privados y a las autoridades públicas competentes a
nivel nacional, regional e internacional a una seria reflexión sobre las causas
y sobre las soluciones de naturaleza política, económica y técnica.
En esta prospectiva, la crisis, enseña
Benedicto XVI, «nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a
encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias
positivas y a rechazar las negativas. De este modo, la crisis se convierte en
ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo. Conviene afrontar las dificultades
del presente en esta clave, de manera confiada, más que resignada».
Los líderes mismos del G20, en el Statement
adoptado en Pittsburgh en el año 2009, han afirmado como «The economic crisis
demonstrates the importance of ushering in a new era of sustainable global
economic activity grounded in responsibility».
Recogiendo el llamamiento del Santo Padre y,
al mismo tiempo, haciendo propias las preocupaciones de los pueblos – sobre
todo de aquellos que en mayor medida sufren los efectos de la situación actual
– el Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, en el respeto de las competencias de
las autoridades civiles y políticas, desea proponer y compartir la propia
reflexión “Por a una reforma del sistema financiero y monetario internacional
en la perspectiva de una autoridad pública con competencia universal”.
Esta reflexión desea ser una contribución a los
responsables de la tierra y a todos los hombres de buena voluntad; un gesto de
responsabilidad, no sólo respecto de las generaciones actuales, sino sobre todo
hacia aquellas futuras, a fin de que no se pierda jamás la esperanza de un
futuro mejor y la confianza en la dignidad y en la capacidad de bien de la
persona humana.
Peter K. A. Card. Turkson
Presidente
† Mario
Toso, SDB
Secretario
Premisa
Toda persona individualmente, toda comunidad de
personas, es partícipe y responsable de la promoción del bien común. Fieles a
su vocación de naturaleza ética y religiosa, las comunidades de creyentes deben
en primer lugar preguntarse si los medios de los que dispone la familia humana
para la realización del bien común mundial son los más adecuados. La Iglesia,
por su parte, está llamada a estimular en todos, indistintamente, «el deseo de
participar en el conjunto ingente de esfuerzos realizados [por los hombres] a
lo largo de los siglos para lograr mejores condiciones de vida, respondiendo
[así] a la voluntad de Dios».
1.
Desarrollo económico y desigualdades
La grave crisis económica y
financiera, que hoy atraviesa el mundo, encuentra su origen en múltiples
causas. Sobre la pluralidad y sobre el peso de estas causas persisten opiniones
diversas: algunos subrayan, ante todo, los errores inherentes a las políticas
económicas y financieras; otros insisten sobre las debilidades estructurales de
las instituciones políticas, económicas y financieras; otros, en fin, las
atribuyen a fallas de naturaleza ética, presentes en todos los niveles, en el
marco de una economía mundial cada vez más dominada por el utilitarismo y el
materialismo. En los distintos estadios de desarrollo de la crisis se encuentra
siempre una combinación de errores técnicos y de responsabilidades morales.
En el caso del intercambio de bienes
materiales y de servicios, son la naturaleza, la capacidad productiva y el
trabajo en sus múltiples formas, quienes ponen un límite a la cantidad,
determinando un conjunto de costes y de precios que permite, bajo ciertas
condiciones, una asignación eficiente de los recursos disponibles.
Pero en materia monetaria y
financiera, las dinámicas son distintas. En los últimos decenios, han sido los
bancos los que han extendido el crédito, el cual ha generado moneda, lo cual a
su vez ha exigido una ulterior expansión del crédito. El sistema económico ha
sido impulsado en tal modo, hacia una espiral inflacionista que, inevitablemente,
ha encontrado un límite en el riesgo sostenible para los institutos de crédito,
sometidos a un ulterior peligro de quiebra, con consecuencias negativas para
todo el sistema económico y financiero.
Después de la Segunda Guerra Mundial,
las economías nacionales progresaron, aunque con enormes sacrificios de
millones e incluso de miles de millones de personas que habían otorgado su
confianza con su comportamiento de productores y empresarios, por un lado, y de
ahorradores y consumidores, por el otro, hasta llegar a un progresivo y regular
desarrollo de la moneda y de las finanzas, en conformidad con las
potencialidades de crecimiento real de la economía.
A partir de los años noventa del
pasado siglo, se descubre en cambio como la moneda y los títulos de crédito a
nivel global aumentaron mucho más rápidamente que la producción del rédito,
incluso a precios corrientes. Se derivó, por consiguiente, en la formación
bolsas excesivas de liquidez y burbujas especulativas que luego se
transformaron en crisis de solvencia y de confianza que se han propagado y
subseguido en el transcurso de los años.
Una primera crisis se verificó en los
años setenta hasta principios de los ochenta, debido a los precios del
petróleo. Posteriormente se verificaron una serie de crisis en varios Países en
vías de desarrollo. Baste pensar en la primera crisis de México en los años
ochenta, o en las de Brasil, Rusia y Corea; y luego nuevamente en México en los
años noventa, en Tailandia y en Argentina.
La burbuja especulativa sobre los
inmuebles y la reciente crisis financiera tienen el mismo origen: la excesiva
cantidad de moneda y de instrumentos financieros a nivel global.
Mientras las crisis en los Países en
vías de desarrollo, que han estado a punto de involucrar el sistema monetario y
financiero global, han sido contenidas con formas de intervención por parte de
los países más desarrollados, la crisis que ha estallado en el año 2008, se ha
caracterizado por un elemento decisivo y disruptivo respecto a las precedentes.
Se ha originado en el contexto de Estados Unidos, una de las áreas más
relevantes para la economía y las finanzas mundiales, involucrando la moneda a
la que se remiten todavía la gran mayoría de los intercambios internacionales.
Una orientación de tipo liberal – reticente
respecto a las intervenciones públicas en los mercados – ha propiciado la
quiebra de un importante instituto internacional, imaginando de este modo,
delimitar la crisis y sus efectos. Se ha derivado, desafortunadamente, una
propagación de la desconfianza que ha impulsado a mutar repentinamente de
actitud, estimulando intervenciones públicas de diverso tipo, de enorme alcance
(el 20% del producto nacional) a fin de contener las consecuencias negativas
que hubieran afectado todo el sistema financiero internacional.
Las consecuencias sobre la denominada
«economía real», pasando s través de las graves dificultades de algunos
sectores – en primer lugar el de la construcción – y con la difusión de
expectativas desfavorables, han generado una tendencia negativa de la
producción y del comercio internacional, con graves repercusiones en la
ocupación, y con efectos que probablemente aun no han agotado su alcance. El
costo para millones, e incluso miles de millones de personas, en los Países
desarrollados, pero sobre todo también en aquellos en vías de desarrollo, es
inmenso.
En Países y áreas donde se carece
todavía de los bienes más elementales como la salud, la alimentación y la
protección contra la intemperie, más de mil millones de personas se ven
obligadas a sobrevivir con unos ingresos medios de poco más de un dólar diario.
El bienestar económico global, medido
en primer lugar por la producción de renta, y también por la difusión de las
capabilities, se ha acrecentado, en el curso de la segunda mitad del siglo XX,
en una medida y con una rapidez antes jamás experimentado en la historia del
género humano.
Pero también han aumentado
enormemente las desigualdades en varios Países y entre ellos. Mientras que
algunos Países y áreas económicas, las más industrializadas y desarrolladas,
han visto crecer notablemente la producción de la renta, otros Países han sido
excluidos, de hecho, del progreso generalizado de la economía, e incluso han
empeorado en su situación.
Los peligros de una situación de
desarrollo económico, concebido en términos de liberalismo, han sido
denunciados lúcida y proféticamente por Pablo VI – a causa de las nefastas
consecuencias sobre los equilibrios mundiales y la paz – ya en 1967, después
del Concilio Vaticano II, con la Encíclica Populorum progressio. El Pontífice
indicó, como condiciones imprescindibles para la promoción de un auténtico
desarrollo, la defensa de la vida y la promoción del progreso cultural y moral
de las personas. Sobre tales fundamentos, Pablo VI afirmaba que el desarrollo
plenario y planetario «es el nuevo nombre de la paz».
A cuarenta años de distancia, en el
año 2007, el Fondo Monetario Internacional reconocía, en su Informe anual, la
estrecha conexión por una parte de un proceso de globalización que no ha sido
gobernado adecuadamente, y las fuertes desigualdades a nivel mundial por el
otro. Hoy los modernos medios de comunicación hacen evidentes a todos los
pueblos, ricos y pobres, las desigualdades económicas, sociales y culturales
que se han producido a nivel global, creando tensiones e imponentes movimientos
migratorios.
Más aún, se ha de reafirmar que el
proceso de globalización, con sus aspectos positivos está a la base del grande
desarrollo de la economía mundial del siglo XX. Vale la pena recordar que,
entre el 1900 y el 2000, la población mundial casi se cuadruplicó y que la
riqueza producida a nivel mundial creció en modo mucho más rápido de manera que
los ingresos medios per cápita aumentaron fuertemente. A la vez, sin embargo,
no ha aumentado la equitativa distribución de la riqueza; sino que en muchos
casos ha empeorado.
¿Pero qué es lo que ha impulsado al
mundo en esta dirección extremadamente problemática incluso para la paz?
Ante todo, un liberalismo económico
sin reglas y sin supervisión. Se trata de una ideología, de una forma de
«apriorismo económico», que pretende tomar de la teoría las leyes del
funcionamiento del mercado y las denominadas leyes del desarrollo capitalista,
exagerando algunos de sus aspectos. Una ideología económica que establezca a priori
las leyes del funcionamiento del mercado y del desarrollo económico, sin
confrontarse con la realidad, corre el peligro de convertirse en un instrumento
subordinado a los intereses de los Países que ya gozan, de hecho, de una
posición de mayores ventajas económicas y financieras.
Reglas y controles, si bien de manera
imperfecta, con frecuencia están presentes a nivel nacional y regional; sin
embargo a nivel internacional, dichas reglas y controles se realizan y se
consolidan con dificultad.
A la base de las disparidades y de
las distorsiones del desarrollo capitalista, se encuentra en gran parte, además
de la ideología del liberalismo económico, la ideología utilitarista, es decir
la impostación teórico-práctica según la cual «lo que es útil para el individuo
conduce al bien de la comunidad». Es necesario notar que una «máxima»
semejante, contiene un fondo de verdad, pero no se puede ignorar que no siempre
lo que es útil individualmente, aunque sea legítimo, favorece el bien común. En
más de una ocasión es necesario un espíritu de solidaridad que trascienda la
utilidad personal por el bien de la comunidad.
En los años veinte del siglo pasado,
algunos economistas ya habían puesto en guardia para que no se diera crédito
excesivamente, en ausencia de reglas y controles, a esas teorías, que hoy se
han transformado en ideologías y praxis dominantes a nivel internacional.
Un efecto devastante de estas
ideologías, sobre todo en las últimas décadas del siglo pasado y en los
primeros años del nuevo siglo, ha sido la explosión de la crisis, en la que aún
se encuentra sumergido el mundo.
Benedicto XVI, en su encíclica
social, ha individuado de manera precisa la raíz de una crisis que no es
solamente de naturaleza económica y financiera, sino antes de todo, es de tipo
moral, además de ideológica. La economía, en efecto – observa el Pontífice –
tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento, no de una ética
cualquiera, sino de una ética amiga de la persona. El Papa ha denunciado, a
continuación, el papel desempeñado por el utilitarismo y por el individualismo,
así como las responsabilidades de quienes los han asumido y difundido como
parámetro para el comportamiento óptimo de aquellos – operadores económicos y
políticos – que actúan e interactúan en el contexto social. Pero Benedicto XVI
ha también descubierto y denunciado una nueva ideología, la «ideología de la
tecnocracia».
2. El rol de la técnica y el desafío
ético
El enorme desarrollo económico y
social del siglo pasado, ciertamente luego con sus luces, pero también con sus
graves aspectos de sombra, se debe, en gran parte, al continuado desarrollo de
la técnica y, en las décadas más recientes, a los progresos de la informática y
a sus aplicaciones, a la economía y, en primer lugar, a las finanzas.
Para interpretar con lucidez la
actual nueva cuestión social, es necesario evitar el error, hijo también de la
ideología neoliberal, de considerar que los problemas por afrontar son de orden
exclusivamente técnico. En cuanto tales, escaparían a la necesidad de un
discernimiento y de una valoración de tipo ético. Pues bien, la encíclica de
Benedicto XVI pone en guardia contra los peligros de la ideología de la
tecnocracia, es decir de aquella absolutización de la técnica que «tiende a
producir una incapacidad de percibir todo aquello que no se explica con la pura
materia» y a minimizar el valor de las decisiones del individuo humano concreto
que actúa en el sistema económico-financiero, reduciéndolas a meras variables
técnicas. La cerrazón a un «más allá», comprendido como algo más, respecto a la
técnica, no sólo hace imposible el encontrar soluciones adecuadas para los
problemas, sino que empobrece cada vez más, a nivel material y moral, a las
principales víctimas de la crisis.
También en el contexto de la complejidad
de los fenómenos, la relevancia de los factores éticos y culturales no puede,
por lo tanto ser desatendida ni subestimada. La crisis, en efecto, ha revelado
comportamientos de egoísmo, de codicia colectiva y de acaparamiento de los
bienes a grande escala. Nadie puede resignarse a ver al hombre vivir como «un
lobo para el otro hombre», según la concepción evidenciada por Hobbes. Nadie,
en conciencia, puede aceptar el desarrollo de algunos Países en perjuicio de
otros. Si no se pone remedio a las diversas formas de injusticia, los efectos
negativos que se producirán a nivel social, político y económico estarán
destinados a originar un clima de hostilidad creciente, e incluso de violencia,
hasta minar las bases mismas de las instituciones democráticas, aún de aquellas
consideradas más sólidas.
Por el reconocimiento de la primacía
del ser respecto al del tener, de la ética respecto a la economía, los pueblos
de la tierra deberían asumir, como alma de su acción, una ética de la
solidaridad, abandonando toda forma de mezquino egoísmo, abrazando la lógica
del bien común mundial que trasciende el mero interés contingente y particular.
Deberían, en fin de cuentas, mantener vivo el sentido de pertenencia a la
familia humana en nombre de la común dignidad de todos los seres humanos: «por
encima de la lógica de los intercambios a base de los parámetros y de sus
formas justas, existe algo que es debido al hombre porque es hombre, en virtud
de su eminente dignidad».
Ya en 1991, después del fracaso del
colectivismo marxista, el Beato Juan Pablo II había puesto en guardia contra el
peligro de «una idolatría del mercado, que ignora la existencia de bienes que,
por su naturaleza, no son ni pueden ser simples mercancías». Es preciso, hoy
sin demora acoger su amonestación y tomar un camino más en sintonía con la
dignidad y con la vocación trascendente de la persona y de la familia humana.
3. El gobierno de la globalización
En el camino hacia la construcción de
una familia humana más fraterna y más justa y, aún antes, de un nuevo humanismo
abierto a la trascendencia, se presenta particularmente actual la enseñanza del
Beato Juan XXIII. En la profética Carta encíclica Pacem in terris del 1963, él
advertía ya que el mundo se estaba dirigiendo hacia una unificación cada vez
mayor. Tomaba pues conciencia, del hecho que en la comunidad humana, había
disminuido la correspondencia entre la organización política a nivel mundial y
las exigencias objetivas del bien común universal. Por consiguiente, auguraba
fuera creada un día, una «Autoridad pública mundial».
Ante la unificación del mundo,
propiciada por el complejo fenómeno de la globalización; ante la importancia de
garantizar, además de los otros bienes colectivos, el bien representado por un
sistema económico-financiero mundial libre, estable y al servicio de la
economía real, la enseñanza de la Pacem in terris se presenta, hoy en día, aún
más vital y digna de urgente concretización.
El mismo Benedicto XVI, en el
surco trazado por la Pacem in terris, ha expresado la necesidad de constituir
una Autoridad política mundial. Dicha necesidad se presenta además evidente, si
se piensa que la agenda de cuestiones a tratar a nivel global se hace cada vez
más amplia. Piénsese, por ejemplo, en la paz y la seguridad; en el desarme y el
control de armamentos; en la promoción y la tutela de los derechos humanos
fundamentales; en el gobierno de la economía y en las políticas de desarrollo;
en la gestión de los flujos migratorios y en la seguridad alimentaria; en la
tutela del medio ambiente. En todos esos campos, resulta cada vez más evidente
la creciente interdependencia entre los Estados y las regiones del mundo, y la
necesidad de respuestas, no sólo sectoriales y aisladas, sino sistemáticas e
integradas, inspiradas por la solidaridad y por la subsidiaridad, y orientadas
hacia el bien común universal.
Como lo recuerda Benedicto XVI, si no
se sigue ese camino, también «el derecho internacional, no obstante los grandes
progresos alcanzados en los diversos campos, correría el riesgo de estar
condicionado por los equilibrios de poder entre los más fuertes».
La finalidad de la Autoridad pública,
recordaba ya Juan XXIII en la Pacem in terris, es, ante todo, la de servir al
bien común. Dicha Autoridad, por tanto, debe dotarse de estructuras y
mecanismos adecuados, eficaces, es decir, a la altura de la propia misión y de
las expectativas que en ella se ponen. Esto es particularmente verdadero al
interno de un mundo globalizado, que hace a las personas y a los pueblos
permanecer cada vez más interconectados e interdependientes, pero que muestra
también el peso del egoísmo y de los intereses sectoriales, entre los cuales la
existencia de mercados monetarios y financieros de carácter prevalentemente
especulativo, perjudiciales para la «economía real», en especial de los Países
más débiles.
Es este un proceso complejo y
delicado. Tal Autoridad supranacional debe, en efecto, poseer una impostación
realista y ha de ponerse en práctica gradualmente, para favorecer también la
existencia de sistemas monetarios y financieros eficientes y eficaces, es
decir, mercados libres y estables, disciplinados por un marco jurídico
adecuado, funcionales en orden al desarrollo sostenible y al progreso social de
todos, e inspirados por los valores de la caridad y de la verdad. Se trata de
una Autoridad con un horizonte planetario, que no puede ser impuesta por la
fuerza, sino que debería ser la expresión de un acuerdo libre y compartido, más
allá de las exigencias permanentes e históricas del bien común mundial, y no
fruto de coerciones o de violencias. Debería surgir de un proceso de maduración
progresiva de las conciencias y de las libertades, así como del conocimiento de
las crecientes responsabilidades. No pueden, en consecuencia, ser desatendidos
considerandos superfluos, elementos como la confianza recíproca, la autonomía y
la participación. El consenso debe involucrar, un número cada vez mayor de
Países que se adhieren por convicción, mediante ese diálogo sincero que no
margina, sino más aún que valora las opiniones minoritarias. La Autoridad
mundial debería, pues, involucrar coherentemente a todos los pueblos en una
colaboración a la que están llamados a contribuir con el patrimonio de sus
propias virtudes y civilizaciones.
La constitución de una Autoridad
política mundial debería estar precedida por una fase preliminar de
concertación, de la que emergerá una institución legitimada, capaz de
proporcionar una guía eficaz y, al mismo tiempo, de permitir que cada País
exprese y procure el propio bien particular. El ejercicio de una Autoridad
semejante, puesta al servicio del bien de todos y de cada uno, será
necesariamente super partes, es decir, por encima de toda visión parcial y de
todo bien particular, en vistas a la realización del bien común. Sus decisiones
no deberán ser el resultado del pre-poder de los Países más desarrollados sobre
los Países más débiles. Deberán, en cambio, ser asumidas que asumirlas, en el
interés de todos y no sólo en ventaja de algunos grupos formados por lobbies
privadas o por Gobiernos nacionales.
Una institución supranacional,
expresión de una «comunidad de las Naciones», no podrá por otra parte, durar
por mucho tiempo, si las diversidades de los Países, a nivel de las culturas,
de los recursos materiales e inmateriales, y de las condiciones históricas y geográficas,
no son reconocidas y plenamente respetadas. La ausencia de un consenso
convencido, alimentado por una incesante comunión moral de la comunidad
mundial, debilitaría la eficacia de la correspondiente Autoridad.
Lo que vale a nivel nacional vale también
a nivel mundial. La persona no está hecha para servir incondicionalmente a la
Autoridad, cuya tarea es la de ponerse al servicio de la persona misma, en
coherencia con el valor preeminente de la dignidad del ser humano. Del mismo
modo, los Gobiernos no deben servir incondicionalmente a la Autoridad mundial.
Esta última, ante todo debe ponerse al servicio de los diversos Países
miembros, de acuerdo al principio de subsidiaridad, creando, entre otras, las
condiciones socioeconómicas, políticas y jurídicas indispensables también para
la existencia de mercados eficientes y eficaces, que no estén hiperprotegidos
por políticas nacionales paternalistas, ni debilitados por déficit sistemáticos
de las finanzas públicas y de los Productos nacionales que, de hecho, impiden a
los mercados operar en un contexto mundial como instituciones abiertas y
competitivas.
En la tradición del Magisterio de la
Iglesia, retomada con vigor por Benedicto XVI, el principio de subsidiaridad
debe regular las relaciones entre el Estado y las comunidades locales, entre
las Instituciones públicas y las Instituciones privadas, sin excluir aquellas
monetarias y financieras. Así, en un nivel ulterior, debe regir las relaciones
entre una eventual, futura Autoridad pública mundial y las instituciones
regionales y nacionales. Tal principio es en garantía tanto la legitimidad
democrática, como la eficacia de las decisiones de quienes están llamados a
tomarlas. Permite respetar la libertad de las personas y de las comunidades de
personas y, al mismo tiempo, responsabilizarlas respecto de los objetivos y de
los deberes que les competen.
Según la lógica de la subsidiaridad,
la Autoridad superior ofrece su subsidium, es decir su ayuda, cuando la persona
y los actores sociales y financieros son intrínsecamente inadecuados o no
logran hacer por sí mismos lo que les es requerido. Gracias al principio de
solidaridad, se construye una relación durable y fecunda entre la sociedad
civil planetaria y una Autoridad pública mundial, cuando los Estados, los cuerpos
intermedios, las diversas sociedades – incluidas aquellas económicas y
financieras – y los ciudadanos toman las decisiones dentro de la prospectiva
del bien común mundial, que trasciende el nacional.
«El gobierno de la globalización» – se lee en la Caritas in veritate – «debe ser de
tipo subsidiario, articulado en múltiples niveles y planos diversos, que
colaboren recíprocamente». Sólo así se puede evitar el riesgo del aislamiento
burocrático de la Autoridad central, que correría el peligro de la deslegitimación
de una separación demasiado grande de las realidades sobre las cuales se funda,
y podría fácilmente caer en tentaciones paternalistas, tecnocráticas, o
hegemónicas.
Sin embargo permanece aún un largo
camino por recorrer antes de llegar a la constitución de una tal Autoridad
pública con competencia universal. La lógica desearía que el proceso de reforma
se desarrollase teniendo como punto de referencia la Organización de las
Naciones Unidas, en razón de la amplitud mundial de sus responsabilidades, de
su capacidad de reunir las Naciones de la tierra, y de la diversidad de sus
propias tareas y de las de sus Agencias especializadas. El fruto de tales
reformas debería ser una mayor capacidad de adopción de políticas y opciones
vinculantes, por estar orientadas a la realización del bien común a nivel
local, regional y mundial. Entre las políticas aparecen como más urgentes
aquellas relativas a la justicia social global: políticas financieras y
monetarias que no dañen los Países más débiles; políticas dirigida a la
realización de mercados libres y estables y una distribución ecua de la riqueza
mundial incluso mediante formas inéditas de solidaridad fiscal global, de la
cual se referirá más adelante.
En el proceso de la
constitución de una Autoridad política mundial no se pueden desvincular las
cuestiones de governance (es decir, de un sistema de simple coordinación
horizontal sin una Autoridad super partes), de aquellas de un shared government
(es decir de un sistema que, además de la coordinación horizontal, establezca
una Autoridad super partes) funcional y proporcionado al gradual desarrollo de
una sociedad política mundial. La constitución de una Autoridad política
mundial no podrá ser lograda sin una práctica previa de multilateralismo, no
sólo a nivel diplomático, sino también y principalmente en el ámbito de los
programas para el desarrollo sostenible y para la paz. No se puede llegar a un
Gobierno mundial si no es dando una expresión política a interdependencias y
cooperaciones preexistentes.
4. Hacia
una reforma del sistema financiero y monetario internacional que responda a las
exigencias de todos los Pueblos
En materia económica y financiera,
las dificultades más relevantes se derivan de la carencia de un eficaz conjunto
de estructuras capaces de garantizar, además de un sistema de governance, un
sistema de government de la economía y de las finanzas internacionales.
¿Qué se puede decir de esta
prospectiva? ¿Cuáles son los pasos que se deben desarrollar concretamente?
Con referencia al actual sistema
económico y financiero mundial, se deben subrayar dos elementos determinantes:
el primero es la gradual disminución de la eficiencia de las instituciones de
Bretton Woods, desde los inicios de los años Setenta. En particular, el Fondo
Monetario Internacional ha perdido un carácter esencial para la estabilidad de
las finanzas mundiales, es decir, el de reglamentar la creación global de
moneda y de velar sobre el monto de riesgo del crédito asumido por el sistema.
En definitiva, ya no se dispone más de ese «bien público universal» que es la
estabilidad del sistema monetario mundial.
El segundo factor es la
necesidad de un corpus mínimo compartido de reglas necesarias para la gestión
del mercado financiero global, que ha crecido mucho más rápidamente que la
«economía real» habiéndose velozmente desarrollado, por efecto de un lado, de
la abrogación generalizada de los controles sobre los movimientos de capitales
y de la tendencia a la desreglamentación de las actividades bancarias y
financieras; y, por el otro, con los progresos de la técnica financiera
favorecidos por los instrumentos informáticos.
En el plano estructural, en la última
parte del siglo anterior, la moneda y las actividades financieras a nivel
global crecieron mucho más rápidamente que las producciones de bienes y
servicios. En dicho contexto, la cualidad del crédito ha tendido a disminuir,
hasta exponer a los institutos de crédito a un riesgo mayor de aquel
razonablemente sostenible. Baste observar lo acaecido a los grandes y pequeños
institutos de crédito en el contexto de las crisis que se manifestaron en los
años ochenta y noventa del siglo anterior y, en fin, en la crisis de 2008.
Aún en la última parte del siglo
anterior, se desarrolló la tendencia a definir las orientaciones estratégicas
de la política económica y financiera al interno de clubes y de grupos más o
menos amplios de los Países más desarrollados. Sin negar los aspectos positivos
de este enfoque, no se puede dejar de notar que así, no parece respetarse
plenamente el principio representativo, en particular de los Países menos
desarrollados o emergentes.
La necesidad de tener en cuenta la
voz de un mayor número de Países ha conducido, por ejemplo, a la ampliación de
dichos grupos, pasando así del G7 al G20. Ha sido, ésta, una evolución
positiva, en cuanto ha consentido involucrar, en las orientaciones para la
economía y las finanzas globales, la responsabilidad de Países con una
población más elevada, en vías de desarrollo y emergentes.
En el ámbito del G20 pueden, por lo
tanto, madurar directrices concretas que, oportunamente elaboradas en las
apropiadas sedes técnicas, podrán orientar los órganos competentes a nivel
nacional y regional en la consolidación de las instituciones existentes y en la
creación de nuevas instituciones con apropiados y eficaces instrumentos a nivel
internacional.
Los líderes mismos del G20 afirman en
la Declaración final de Pittsburgh de 2009 que «la crisis económica demuestra
la importancia de comenzar una nueva era de la economía global basada en la responsabilidad».
A fin de hacer frente a la crisis y abrir una nueva era «de la
responsabilidad», además de las medidas de tipo técnico y de corto plazo, los
leaders proponen una «reforma de la arquitectura global para afrontar las
exigencias del siglo XXI»; y por tanto además «un marco que permita definir las
políticas y las medidas comunes con el objeto de producir un desarrollo global
sólido, sostenible y equilibrado».
Es preciso por tanto, dar
inicio a un proceso de profunda reflexión y de reformas, recorriendo vías
creativas y realistas, que tiendan a valorizar los aspectos positivos de las
instituciones y de los fora ya existentes.
Una atención específica debería
reservarse a la reforma del sistema monetario internacional y, en particular,
al empeño para dar vida a una cierta forma de control monetario global, desde
luego ya implícita en los Estudios del Fondo Monetario Internacional. Es
evidente que, en cierta medida, esto equivale a poner en discusión los sistemas
de cambio existentes, para encontrar modos eficaces de coordinación y
supervisión. Se trata de un proceso que debe involucrar también a los Países
emergentes y en vías de desarrollo, al momento de definir las etapas de
adaptación gradual de los instrumentos existentes.
En el fondo se delinea, en
prospectiva, la exigencia de un organismo que desarrolle las funciones de una
especie de «Banco central mundial» que regule el flujo y el sistema de los
intercambios monetarios, con el mismo criterio que los Bancos centrales
nacionales. Es necesario redescubrir la lógica de fondo, de paz, coordinación y
prosperidad común, que portaron a los Acuerdos de Bretton Woods, para proveer
respuestas adecuadas a las cuestiones actuales. A nivel regional, dicho proceso
podría realizarse con valorización de las instituciones existentes como, por
ejemplo, el Banco Central Europeo. Esto requeriría, sin embargo, no sólo una
reflexión a nivel económico y financiero, sino también y ante todo, a nivel
político, con miras a la constitución de instituciones públicas correspondientes
que garanticen la unidad y la coherencia de las decisiones comunes.
Estas medidas se deberían ser
concebidas como unos de los primeros pasos en la prospectiva de una Autoridad
pública con competencia universal; como una primera etapa de un más amplio
esfuerzo de la comunidad mundial por orientar sus instituciones hacia la
realización del bien común. Deberán seguir otras etapas, teniendo en cuenta que
las dinámicas que conocemos pueden acentuarse, pero también acompañarse de
cambios que hoy día sería en vano tratar de prever.
En dicho proceso, es necesario
recuperar la primacía de lo espiritual y de la ética y, con ello, la primacía
de la política – responsable del bien común – sobre la economía y las finanzas.
Es necesario volver a llevar estas últimas al interno de los confines de su
real vocación y de su función, incluida aquella social, en vista de sus
evidentes responsabilidades hacia la sociedad, para dar vida a mercados e
instituciones financieras que estén efectivamente al servicio de la persona, es
decir, que sean capaces de responder a las exigencias del bien común y de la
fraternidad universal, trascendiendo toda forma de monótono economicismo y de
mercantilismo performativo.
En la base de dicho enfoque de
tipo ético, parece pues, oportuno reflexionar, por ejemplo,
a) sobre medidas de imposición
fiscal a las transacciones financieras, mediante alícuotas equitativas, pero
moduladas con gastos proporcionados a la complejidad de las operaciones, sobre
todo de las que se realizan en el mercado «secundario». Dicha imposición sería
muy útil para promover el desarrollo global y sostenible, según los principios
de la justicia social y de la solidaridad; y podría contribuir a la
constitución de una reserva mundial de apoyo a los Países afectados por la
crisis, así como al saneamiento de su sistema monetario y financiero;
b) sobre formas de
recapitalización de los bancos, incluso con fondos públicos, condicionando el
apoyo a comportamientos «virtuosos» y finalizados a desarrollar la «economía
real»;
c) sobre la definición de
ámbito de actividad del crédito ordinario y del Investment Banking. Tal
distinción permitiría una disciplina más eficaz de los «mercados paralelos»
privados de controles y de límites.
Un sano realismo requeriría el
tiempo necesario para construir amplios consensos, pero el horizonte del bien
común universal está siempre presente con sus exigencias ineludibles. Es
deseable, por consiguiente, que todos los que, en las Universidades y en los
diversos Institutos, llamados a formar las clases dirigentes del mañana, es
deseable se dediquen a prepararlas para asumir sus propias responsabilidades de
discernir y de servir al bien público global, en un mundo que cambia
constantemente. Es necesario resolver la divergencia entre la formación ética y
la preparación técnica, evidenciando en modo particular la ineludible sinergia
entre los campos de la praxis y de la poiésis.
El mismo esfuerzo es requerido
a todos los que están en grado de iluminar la opinión pública mundial, para
ayudarla a afrontar este mundo nuevo no ya en la angustia, sino en la esperanza
y en la solidaridad.
Conclusiones
En medio de las incertezas
actuales, en una sociedad capaz de movilizar medios ingentes, pero cuya
reflexión en el campo cultural y moral permanece inadecuada respecto a su
utilización en orden a la obtención de fines apropiados, estamos llamados a no
rendirnos, y a construir sobre todo, un futuro que tenga sentido para las
generaciones venideras. No se ha de temer el proponer cosas nuevas, aunque puedan
desestabilizar equilibrios de fuerza preexistentes que dominan a los más
débiles. Son una semilla que se arroja en la tierra, que germinará y no tardará
en dar frutos.
Como ha exhortado Benedicto
XVI, son indispensables personas y operadores, en todos los niveles – social,
político, económico y profesional – motivados por el valor de servir y promover
el bien común mediante una vida buena. Sólo ellos lograrán vivir y ver más allá
de las apariencias de las cosas, percibiendo el desvarío entre lo real existente
y lo posible nunca antes experimentado.
Pablo VI ha subrayado la fuerza
revolucionaria de la «imaginación prospectiva», capaz de percibir en el
presente las posibilidades inscritas en él y de orientar a los seres humanos
hacia un futuro nuevo. Liberando la imaginación, la persona humana libera su
propia existencia. A través de un compromiso de imaginación comunitaria es
posible transformar, no sólo las instituciones, sino también los estilos de
vida, y suscitar un futuro mejor para todos los pueblos.
Los Estados modernos, en el
transcurso del tiempo, se han transformado en conjuntos estructurados,
concentrando la soberanía al interior del propio territorio. Sin embargo las
condiciones sociales, culturales y políticas han mutado progresivamente. Ha aumentado
su interdependencia – hasta llegar a ser natural el pensar en una comunidad
internacional integrada y regida cada vez más por un ordenamiento compartido –
pero no ha desaparecido una forma deteriorada de nacionalismo, según el cual el
Estado considera poder conseguir de modo autárquico, el bien de sus propios
ciudadanos.
Hoy, todo eso parece surreal y
anacrónico. Hoy, todas las naciones, pequeñas o grandes, junto con sus
Gobiernos, están llamadas a superar dicho «estado de naturaleza» que ve a los Estados
en perenne lucha entre sí. No obstante de algunos aspectos negativos, la
globalización está unificando en mayor medida a los pueblos, impulsándolos a
dirigirse hacia un nuevo «estado de derecho» a nivel supranacional, apoyado por
una colaboración más intensa y fecunda. Con una dinámica análoga a la que en el
pasado ha puesto fin a la lucha «anárquica», entre clanes y reinos rivales, en
orden a la constitución de Estados nacionales, la humanidad hoy, tiene que
comprometerse en la transición de una situación de luchas arcaicas entre
entidades nacionales, hacia un nuevo modelo de sociedad internacional con mayor
cohesión, poliárquica, respetuosa de la identidad de cada pueblo, dentro de las
múltiples riquezas de una única humanidad. Este pasaje, que por lo demás
tímidamente ya se está en curso, aseguraría a los ciudadanos de todos los
Países – cualquiera que sea la dimensión o la fuerza que posee – paz y
seguridad, desarrollo, libres mercados, estables y transparentes. «Así como
dentro de cada Estado [...] el sistema de la venganza privada y de la
represalia ha sido sustituido por el imperio de la ley – advierte Juan Pablo II
– «así también es urgente ahora que semejante progreso tenga lugar en la
Comunidad internacional».
Los tiempos para concebir instituciones
con competencia universal llegan cuando están en juego bienes vitales y
compartidos por toda la familia humana, que los Estados, individualmente, no
son capaces de promover y proteger por sí solos.
Existen, pues, las condiciones
para la superación definitiva de un orden internacional «westphaliano», en el
que los Estados perciben la exigencia de la cooperación, pero no asumen la
oportunidad de una integración de las respectivas soberanías para el bien común
de los pueblos.
Es tarea de las generaciones
presentes reconocer y aceptar conscientemente esta nueva dinámica mundial hacia
la realización de un bien común universal. Ciertamente, esta transformación se
realizará al precio de una transferencia gradual y equilibrada de una parte de
las competencias nacionales a una Autoridad mundial y a las Autoridades
regionales, pero esto es necesario en un momento en el cual el dinamismo de la
sociedad humana y de la economía, y el progreso de la tecnología trascienden
las fronteras, que en el mundo globalizado, de hecho están ya erosionadas.
La concepción de una nueva sociedad,
la construcción de nuevas instituciones con vocación y competencia universales,
son una prerrogativa y un deber de todos, sin distinción alguna. Está en juego
el bien común de la humanidad, y el futuro mismo.
En este contexto, para cada cristiano
hay una especial llamada del Espíritu a comprometerse con decisión y
generosidad, para que las múltiples dinámicas en acto, se dirijan las hacia
prospectivas de la fraternidad y del bien común. Se abren inmensas áreas de
trabajo para el desarrollo integral de los pueblos y de cada persona. Como
afirman los Padres del Concilio Vaticano II, se trata de una misión al mismo
tiempo social y espiritual que, «en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la
sociedad humana, interesa en gran medida al reino de Dios».
En un mundo en vías de una
rápida globalización, remitirse a una Autoridad mundial llega a ser el único
horizonte compatible con las nuevas realidades de nuestro tiempo y con las
necesidades de la especie humana. No ha de ser olvidado, sin embargo, que esta
paso, dada la naturaleza herida de los seres humanos, no se realiza sin
angustias y sufrimientos.
La Biblia, con el relato de la
Torre de Babel (Génesis 11,1-9) advierte cómo la «diversidad» de los pueblos
puede transformarse en vehículo de egoísmo e instrumento de división. En la
humanidad está muy presente el riesgo de que los pueblos terminen por no
comprenderse más y que las diversidades culturales sean motivo de
contraposiciones insanables. La imagen de la Torre de Babel también nos señala
que es necesario preservarse de una «unidad» sólo aparente, en la que no cesan
los egoísmos y las divisiones, porque los fundamentos de la sociedad no son
estables. En ambos casos, Babel es la imagen de lo que los pueblos y los
individuos pueden llegar a ser cuando no reconocen su intrínseca dignidad
trascendente y su fraternidad.
El espíritu de Babel es la
antítesis del Espíritu de Pentecostés (Hechos 2, 1-12), del designio de Dios
para toda la humanidad, es decir, la unidad en la diversidad. Sólo un espíritu
de concordia, que supere las divisiones y los conflictos, permitirá a la
humanidad el ser auténticamente una única familia, hasta concebir un mundo
nuevo con la constitución de una Autoridad pública mundial, al servicio del
bien común.
***
Sr. López Deramo, por favor, tómese
el trabajo de comparar los rituales, tanto de la Misa como de los sacramentos,
en especial la materia y la forma en el Orden Sagrado, fijadas ex-cathedra por
Pío XII… Arrasaron con todo…
Luego repase la actuación escandalosa
de Juan XXIII (por decir algo manifiestamente documentado acerca de él) a favor
de la línea del Rhin durante las sesiones del conciliábulo II; vea después
fotografías (las hay en abundancia) y declaraciones de Pablo VI, “celebrando”
liturgias y paseándose por ahí con el Efod al cuello: son actos manifiestamente
apóstatas y blasfemos… Con lo cual, todo lo realizado por ese “Papa” es írrito,
inválido, ilícito, insalvable, irreformable, inaudito, intolerable,
inaceptable, insostenible, indefendible, y todos los “i” que desee agregar…
Especialmente los “obispos” consagrados por él o mediante su ritual…
A esto agréguele las abundantísimas
fotografías y declaraciones de JPII besando coranes y dirigiendo Asises (actos
apóstatas sin más), y menciono fotografías porque sé que a muchos que se
autodefinen como católicos les “incomoda” ponerse a leer…
Y finalmente, busque todas las
ocasiones en que el Ratzinger-Tauber ha “celebrado” liturgias con abierta
simbología cabalista en sus ornamentos, incluyendo la nueva “fuente bautismal”
que han colocado en la capilla Sixtina, de la cual es manifiesto su origen
cabalista (verá Ud. hasta la “Piedra Bruta” masónica al pie de la “fuente”…) ,
y con la cual ha administrado el “bautismo” a inocentes niñitos este mismo año.
Todo ésto lo encontrará facilísimamente, porque este hechicero malvado y su
troupe se mueven a cara descubierta, aprovechando la ignorancia culpable de muchos
y la cobardía inaudita de otros…
Por eso me animo a decir:
Estimados, YA BASTA… Ya es suficiente
el intento de seguir tapando el sol con las manos… No se puede más…
Lo único que pido es que, si hay
algunos verdaderos sacerdotes del Señor, digan la Verdad a los pobres fieles,
para que podamos estar al margen de todos los venenos que estos usurpadores han
desparramado en todos los ámbitos de la Doctrina y la Moral.
Ya han jugado bastante a disfrazar
las cosas con ese artilugio de afirmar “Tal cosa no fue dicha ex-cathedra, no
afecta la infalibilidad”, “no hay peligro, esto no es Magisterial, está todo
bien”, “hay que interpretar lo dudoso o ambiguo a la luz de la Tradición y así
se salva el concepto XX…” Los HECHOS no pueden disimularse…
Y si queda algún Obispo, o Cardenal
con real autoridad, por amor al Señor hagan lo que corresponde: denuncien,
inunden los medios con las pruebas de la ABERRACIÓN más grande que se ha hecho
en la historia de la Iglesia, que sea patente a todos la Gravedad de lo que
sucede. Y verán si tienen que proceder como San Bernardo aconsejó en su momento
a Inocencio II, y elegir un Papa verdadero de entre los nuevos ordenados.
Que San Juan Bautista interceda por
nosotros, y el Señor nos envíe pronto a sus Dos Testigos…
Un saludo al Foro.
DOMUS AUREA
***
Dominique Mamberti, posible sucesor de Bertone
Los principales diarios
italianos coinciden hoy en asegurar que tras el escándalo de la
filtración y publicación de documentos reservados del Vaticano, el
Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, dejará su
cargo en octubre.
Los periódicos, que no citan fuentes,
afirman que esta posibilidad surgió durante sendas reuniones que
mantuvo ayer Benedicto XVI con la Curia romana y el inusual encuentro con
cinco cardenales para afrontar el caso de la filtración de documentos y que,
por el momento, ha llevado al arresto del mayordomo del papa, Paolo Gabriele, citó Efe.
El Vaticano aún no se ha pronunciado al
respecto.
El diario La
Repubblica escribe hoy que Ratzinger aseguró a los purpurados que le
visitaron ayer, que Bertone, centro de las críticas en algunos ambientes
vaticanos, no seguirá en su puesto “por su propia voluntad” y se pedirá poder retirarse al haber cumplido el límite
de edad de la jubilación para los religiosos, que es de 75 años.
Según La Repubblica, aunque Bertone,
quecumplirá 78 años en diciembre, es uno de sus más estrechos colaboradores
desde que Benedicto XVI era aún prefecto de la congregación para la Doctrina de
la Fe, Benedicto XVI pondría así fin a las críticas al “Secretario de
Estado” por su “mal gobierno”.
El diario Corriere della
Sera también publica hoy que la “gota que ha colmado el vaso” en las
rencillas internas que se viven en el Vaticano fueron las declaraciones del
cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París, en las que pedía “una reforma
de una Curia” y aseguraba que no “era una novedad” y resultaba
“previsible” que Bertone dejase pronto su cargo.
Corriere della Sera lanza también la
hipótesis de que el nuevo Secretario de Estado, un cargo parecido al
del primer ministro de un país, será extranjero, pues ayer las
consultas del papa fueron con cardenales no italianos, a excepción del jubilado
Camillo Ruini.
El diario con sede en Milán señala
como posible sustituto “natural” de Bertone al actual secretario para
las Relaciones con los Estados (ministro de Exteriores), el arzobispo
francés Dominique Mamberti.
Otro gesto significativo de los
posibles cambios en el seno de la secretaría de Estado es el nombramiento, como
publica hoy la prensa, de un “asesor de comunicación” para controlar la
información que sale desde el Vaticano.
El elegido es el estadounidense Greg Burke, miembro del Opus Dei y que hasta ahora era periodista
enviado en Roma para el canal Fox.
También el rotativo Il Giornale
coincide en la salida de escena de Bertone tras las consultas de ayer del papa,
y que según el portavoz vaticano, Federico
Lombardi, continuarán en los próximos días.
Este diario conservador lanza la
hipótesis de un “gobierno tecnócrata” para sustituir a Bertone, es decir
la elección de una diplomático como Mamberti, pero también los nuncios en Francia, Luigi Ventura, o en Canadá, el español Pedro
López Quintana (Jefe del Vati-contraespionaje con Juan Pablo II).
El pontevedrés Pedro López Quintana,
actual nuncio en Canadá y número tres del Vaticano con Juan Pablo II, dirigió
el servicio secreto de la Vaticueva.
El hebreo Simon Wiesenthal mantenía que el Vaticano tiene el contraespionaje más efectivo
del mundo. Un periodista italiano, Eric Frattini,
asegura que el núcleo de este servicio secreto es una organización conocida
como la Santa Alianza, cuya existencia nunca fue reconocida y que su
responsable con Juan Pablo II fue el gallego López Quintana, actual nuncio en Canadá.
Para La Stampa, Ratzinger está
meditando la salida de Bertone, aunque una solución podría ser dejarlo en su
puesto aunque con ayudantes que “hagan más colegial la máquina burocrática del
Vaticano”.
El escándalo de las filtraciones de
documentos reservados se desató a principios de año, cuando una televisión
italiana sacó a la luz unas cartas enviadas a Benedicto XVI por el nuncio en
EEUU y ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del
Vaticano (Gobierno que gestiona este Estado), arzobispo Carlo María Viganó.
En ellas denunciaba la “corrupción,
prevaricación y mala gestión” en la administración vaticana.
A mediados de abril, el papa creó una
Comisión Cardenalicia, presidida por el opusdeísta Julián Herranz, de 82 años, para esclarecer los hechos.
El 19 de mayo se publicó el
libro “Sua Santita”, de Gian
Luigi Nuzzi, con un centenar de nuevos documentos
filtrados desde el Vaticano que desvelan tramas e intrigas en el pequeño
Estado.
Cinco días más tarde fue detenido el
mayordomo, en cuya vivienda, dentro del Vaticano, los gendarmes encontraron
numerosos documentos reservados.
Gabriele, según sus abogados, está dispuesto a colaborar con
la justicia vaticana para que se sepa la verdad.
***
El pasado viernes, la hebrea Adela
Micha entrevistó en su programa de radio al también hebreo Isaac Salame, quien
encabeza en México un “movimiento” llamado Flashmob y que tiene como
propósito convocar a las masas a hacer estupideces como bajarse los pantalones
para viajar en el metro, bailar en forma ridícula, gritar necedades y tratar de
pescar con la mano en un lago.
Los creadores, los israelitas Isaac Salame, Sandra Berdichevsky, Ariel
Zylbersztejn, Nurit Zylbersztejn y Salomon Dahab, lo ven simplemente como un experimento con los goyim… casualmente inició un 11 de septiembre…
Y ya tiene 40 mil seguidores….
“SIMÓN DICE…”: Flashmob reunió a cientos
que se pusieron a jugar que pescaban con varitas…
Un flashmob es una acción
organizada en la que un gran grupo de personas se reúne de repente en un lugar
público, realiza algo inusual y luego se dispersa.
En México, Isaac Salame, judío mexicano y ex alumno
del Colegio Maguén David, decidió organizar unos flashmobs, convocando a
seguidores por medio de las redes sociales.
El público estupefacto antes las ridículas
manifestaciones…
¿Qué aprendió? ¿Cuál será su próxima “travesura”?
MAY SAMRA: Platícanos un poco, ya hemos
escuchado de “Abajo los pantalones”, de los mariachis en el Ángel y de muchas
cosas; incluso estuvimos atrás de ti, haciendo los reportajes. ¿Qué es
flashmob?
ISAAC SALAME :Flashmob es una palabra genérica que
se conoce como un evento repentino organizado por gente en la cotidianeidad, el
significado es multitud instantánea, es una acción que ejecutan un grupo de
personas organizadas, de repente, en la ciudad, en lo cotidiano, por lo que
resulta muy impactante.
La gente lo puede ubicar como estos videos en donde
la gente de repente se pone a bailar o se baja los pantalones en el metro y,
buen, pues sorprende a la ciudadanía.
Masificados, a la orden enviada por email se
reunieron y simularon un “ataque de sueño” en pleno centro de la Ciudad de
México.
¿Cuánto tiempo llevas haciendo este tipo de
eventos?
Aproximadamente un año y medio que fue la primera
vez que me animé a hacerlo, sinceramente no sabía ni por qué lo hacía,
simplemente vi en internet y luego en la televisión dos flashmobs que habían
organizado Improve Everywhere, que es el grupo de flashmobs más importante del
mundo para mí, tiene cede en Manhattan, y después vi este famoso flashmob de
los Blackeyed Peas con Oprah en su fiesta de aniversario donde movilizó a
cincuenta mil personas en Chicago en la calle: de pronto salieron los Blackeyed
Peas y nadie bailaba, habían cincuenta mil personas y nadie bailaba, sólo una
persona al frente y de repente todos se fueron uniendo y bailaban todos una
coreografía perfecta y fue ahí cuando dije “esto tiene mucho valor, esto puede
crear una escena muy importante”, no entendía bien por qué, pero se me hizo muy
divertido y pues dije “¿por qué no hacerlo?”, le llamé a unos amigos y les dije
la idea de hacer un flashmob, el primer flashmob que hice fui yo solo, el
segundo ya pude juntar a 80 personas y desde ahí hemos hecho 10 flashmobs muy
divertidos. Llevamos un año y medio haciendo esto.
Isacc Salame: “es sólo un experimento”…
Platícanos un poco ¿cuál es el sentido del
flashmob, qué le encontraste al flashmob?
Fue una búsqueda interesante, he hecho flashmobs
por muchas razones, primero fue por curiosidad y después fue por encontrar algo
valioso, después se me metió a la cabeza la idea de hacer dinero y dije “esto
puede ser un gran negocio”, pero no no lo es, no funciona como negocio, flashmob
es sin fines de lucro, esto tiene otro sentido. Primero fue por diversión y
después encontré otro sentido, me di cuenta de qué se trataba flashmob y
encontré que flashmob es un excelente pretexto para entrenar el trabajo en
equipo entre extraños, para hacer un flashmob toda la gente que participa tiene
que hacer trabajo en equipo porque el error de uno echa a perder el trabajo de
todos y lo bueno es que toda la gente que participa no se conoce, entonces se
hacen parte de un equipo y ven uno por el otro, sin conocerse forman parte de
un equipo y cuando me dí cuenta de esto, me interesó muchisímo más y es ahí
cuando encontré otro sentido, otro valor, porque carecemos de esto en México,
no trabajamos en equipo, ni en el tráfico, ni en nuestro gobierno, ni en
nuestro sistema, no sabemos trabajar en equipo. Decía un
cuate: “We are bunch of people walking around”, no nos unimos en nada. Y en
realidad flashmob hace eso, además de divertirte coo niño porque es una especie
de “terrorismo buena onda” donde llegas y cambias la atmósfera del lugar y la
gente se divierte, tanto los que participan como los que lo vieron de sorpresa,
pero en verdad trabajas en equipo, somos puros extraños de la vida trabajando
en conjunto para llevar un momento y convertirlo en algo muy especial y muy
impactante y fue ahí cuando me enamoré de flashmob, apenas ahí, ya llevaba un
tiempo haciéndolo y fue ahí cuando dije es un buen gimanasio para entrenar que
podemos trabajar en comunidad sin prejuicios, sin juzgar quién eres,
simplemente eres parte de mi equipo, ¿por qué? Porque vivimos aquí y tenemos un
objetivo en común. Lo increíble es que la gente no se lo cuestiona y quiere
participar con entusismo es decir 1,2,3 y la gente se baja los panatalones. Es
por eso que hago flashmobs, porque quiero darle más vida a mi ciudad y tener
este tipo de actividades donde la gente cambie la atmósfera del día y del
momento y así la gente aprenda a trabajar en equipo.
Flashmob del Publimetro en Chile
¿Cuál ha sido la respuesta de nuestra comunidad?
Muy buena, creo yo, la mayoría de los participantes
no son de nuestra comunidad, me encantaría que eso cambiara, pero la gente que
trabaja activamente en el movimiento, casi todos son chavos de la comunidad,
son jóvenes que se acercaron y me dijeron yo quiero colaborar y gracias a ellos
flashmob hoy en día es lo que es porque ellos colaboran, son dos chavos de la
comunidad, Pepe Salame y Pepe Sevilla, son los que se encargan de la página de
internet, Dan Becherano nos apoya muchísimo en cada una de las misiones, José
Micha, Salo que también nos echa mucho la mano, y ellos son el grupo que
realmente hace realidad los flashmobs, es un grupode chavos de la comunidad los
que lo organizamos.
¿Cómo encontraste a estos chavos de la comunidad?
Hablando del tema de la comunidad, sí siento que en
México hace falta sentirnos como hermanos en la comunidad, pero todos los de
nuestra comunidad, sabemos que es una comunidad, lo entendemos. Tú puedes no
conocer a alguien “paisano” como decimos, pero si vas por Palmas y ves que se
le poncha la llanta, te frenas y lo ayudas, aunque lo conozcas sólo de vista,
esto es suficiente para brindarle tu apoyo. Y yo creo que por eso llegaron,
porque encontraron en esto algo que genera identificación, yo creo que así
llegaron, porque no los encontré, en realidad fueron, lo hicieron y se animaron
a trabajar en esto y son los únicos que han dicho “quiero trabajar en el
movimiento” y se quedaron en él.
Miles lanzaron avioncitos de papel en Guadalajara,
México.
Cuéntanos un poco sobre tu próximo evento.
Pues ahora usé una iniciativa de Improve
Everywhere, que son chicos de Nueva York que ya han juntado a más de 4000
personas para sus misiones. Ellos tienen un proyecto que se llama “Experimento
mp3” y lo que hacen es que le mandan un archivo de audio a todos lo que quieren
participar, nosotros como agentes tenemos que bajar el archivo, ponerlo en tu
reproductor y ponerle play en cierto lugar a cierta hora, escuchar las
instrucciones y aboedecerlas, no sabes ni qué vas a hacer ni cómo lo vas a
hacer, sólo tienes que ponerle play en el momento y lugar indicados. Así que
contacté a este grupo para decirles que quería utilizar su idea y pues ahora
nos están ayudando a organizarlo, no van a poder estar pero lo estamos haciendo
en colaboración con ellos. Va a ser el 11 de septiembre, seguramente en algún
lugar del Centro de la ciudad, aún está por definirse el lugar, y hasta ahora
van 1200 personas confirmadas. Creo que va a ser una escena que no se deben de
perder.
¿Qué tienen que hacer las personas que quieren
participar?
Muy fácil, tienen que ingresar a fmmexico.com,
registrarse como agentes, poner su mail, recibir las instrucciones y seguirlas.
Un agente de flashmob se atreve a todo.
En el sitio vienen las instrucciones para que la
gente pueda unirse, va a durar como 40 minutos, el objetivo es ponerle play
exacto a la hora, en el lugar indicado, escuchar y hacerlo.
Invitamos a toda la comunidad a que participe con
Isaac Salame para que esto sea todo un éxito.
¿Por qué 11 de septiembre?
Pues más que nada fue por logística, no es por
conmemoración al ataque de las Torres ni nada por el estilo, así que no tengan
miedo y atrévanse…
***
Gerhard Ludwig Müller, obispón de
Ratisbona y discípulo del cardenal hebreo Lehman, será el nuevo prefecto del ex
Santo Oficio. Su tesis doctoral fue sobre teología protestante.
El probable nuevo prefecto del ex
Santo Oficio será Gerhard Ludwig Müller-Straub, actual obispón en
ratisbona, quie se doctoró con una tesis herética: “Iglesia y sacramentos en una cristiandad sin
religión. El aporte de Bonhoeffer para una teología ecuménica de los
sacramentos”.
Los enfoques centrales de sus
investigaciones teológicas son el ecumenismo, la teología en la edad moderna,
la concepción cristiana de la revelación, la hermenéutica teológica y la
eclesiología (sacerdocio y diaconado). Como maestro académico, sigue siendo su
deseo promover las nuevas generaciones de teólogos científicos, esto lo muestra
su gran grupo internacional de alumnos que creció después de su nominación
episcopal.
Gerhard Ludwig Müller, amigo y discípulo
de muchos años de su paisano Ratzinger Tauber
Co-escribió un libro con el teólogo
de la liberación Gustavo Gutierrez y con eso había dado un aporte importante
para la teología de América latina (“Del lado de los Pobres. Teología de la
liberación”, Augsburgo 2004).
Nota trasncrita de Vatican Insider:
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
CIUDAD DEL VATICANO
Son dos los nombramientos importantes
(ambos cardinalicios)que se harán en el Vaticano antes de las vacaciones de
verano. El más significativo es el del segundo sucesor de Joseph Ratzinger para
guiar la Congregación para la Doctrina de la Fe: cargo delicado y crucial,
no solo porque el tema de la fe representa, justamente, el centro del
Pontificado de Benedicto XVI, sino también porque por ese dicasterio pasan los
expedientes relacionados con los casos de pederastia, así como también los que
tienen que ver con la gestión del diálogo con la Fraternidad San Pío X. El
cardenal estadounidense William Levada, de 76 años, pretende retirarse en Estados Unidos.
Después de muchos meses de reflexiones del Papa, parece irse perfilando la
decisión para llamar como nuevo Prefecto del ex Santo Oficio a Gerhard Ludwig Müller, de 64 años, obispo de
Ratisbona. Salvo sorpresas de última hora
(entre los candidatos había un prelado estadounidense y un cardenal francés),
debería sustituir a Levada en los próximos meses.
Otro nombramiento esperado es el del
Bibliotecario de la Santa Romana Iglesia. Después de que se aceptara la
renuncia que presentó el cardenal Raffaele Farina (que cumplirá 79 años en
septiembre), el cargo quedó vacante. En el Vaticano circula con insistencia el
nombre de un candidato, el actual secretario de la Congregación para la
Educación Católica, el arzobispo dominico francés Jean-Louis Bruguès, de 68
años. Pero también podría haber alguna sorpresa en este caso, porque el
Papa, al último momento, podría decidir nombrar a un purpurado curial que se
encuentre cerca del final de su mandato, porque en la Biblioteca, por
tradición, los que ocupan el cargo se quedan aunque hayan ya cumplido los 75
años.
El próximo 2 de diciembre cumplirá 78
años el Secretario de Estado Tarcisio Bertone. Hace tres años, cuando cumplió
la “edad de la renuncia”, Benedicto XVI le confirmó en el cargo con una carta
muy afectuosa. En una entrevista de marzo con “La Stampa”, Bertone había
afirmado al respecto que: «escribir al Santo Padre es siempre una fuerte experiencia
de caridad pastoral, por la forma en la que guía la iglesia con un juicio
límpido y con mansa firmeza. Sin embargo, es obvio que mi servicio continúa o
colcluye según la voluntad y la decisión de Benedicto XVI». Muchos tienen la
impresión de que el Pontífice desea proseguir teniendo a su lado al colaborador
que eligió poco después de su elección en 2005 (aunque el nombramiento fue
anunciado en junio de 2006 y la toma de posesión en septiembre de ese mismo
año) por lo menos por otros dos años y medio, es decir, hasta que el cardenal
cumpla los 80 años.
Según otros observadores, Benedicto
XVI ya habría empezado a considerar la posibilidad de cambiar a su “primer
ministro”, aunque no inmediatamente, sino a principios del año próximo. Es
cierto que el Papa, en medio de la tormenta de los “vatileaks”, renovó su
absoluta confianza para sus colaboradores, y también es cierto que el resultado
previsible, a corto plazo, de casos como este representa el reforzamiento
del “entourage” existente en lugar de su debilitación. Pero también es cierto
que el eventual nombramiento de un nuevo Secretario de Estado no estaría
relacionado con los “vatileaks”, sino con cuestiones anagráficas, por la edad
avanzada del “primer ministro” vaticano. Como subrayó hace algunos días
en una entrevista el cardenal André
Vingt-Trois, arzobispo de París:
«El cardenal Bertone tiene 78 años. No
sirven revelaciones secretas para darse cuenta de que su salida de la
Secretaría de Estado es previsible».
Bertone, que no provenía de las filas
de la diplomacia pontificia, fue elegido por las óptimas relaciones
de colaboración y confianza que estableció con Ratzinger entre 1995 y
2002, durante los años en los que fue Secretario de la Congregación para la
Doctrina de la Fe que dirigía el futuro Papa. Esa relación no se ha
interrumpido desde entonces. La cercanía personal por parte del Papa, así como
el hecho de haber colaborado directamente con él antes y después de la
elección, son criterios que hay que tener en consideración a la hora de
trazar el eventual retrato del sucesor de Bertone, en el caso de que la única
persona capaz de decidir el cambio (Joseph Ratzinger) pretenda verdaderamente
proceder en este sentido, después de haber estudiado a todos los candidatos
posiblesy haber identificado uno de su absoluta confianza.
Otra cuestión importante es la
nacionalidad: el hecho de que el Pontífice no sea italiano haría pensar naturalmente
en un “brazo derecho” italiano. Juan Pablo II, elegido en octubre de 1978,
mantuvo en su cargo al cardenal francés Jean Villot, pero dijo que la llegada
de un Papa no italiano habría provocado que optara por un Secretario de Estado
italiano, como sucedió en marzo de 1979, después de la muerte del mismo Villot,
con el nombramiento de Agostino Casaroli y, en 1991, de Angelo Sodano. Pero no
se puede excluir completamente la posibilidad de que Benedicto XVI decida otra
cosa. Para concluir, otra cuestión importante tiene que ver con la experiencia
diplomática de un prelado.
***
A continuación se transcribe el texto
enviado por Mario López Deramo a este sitio con el fin de manifestarse en pro
de un acuerdo con la que él mismo llama “Iglesia Conciliar” que “se
cae día a día en pedazos”.
Al final, Foro Católico hará los
comentarios que puede añadir para entender la realidad del problema y de la
postura de López Deramo.
CARTA-MANIFIESTO DE LÓPEZ DERAMO:
Pertenezco a el gran grupo de
feligreses que asistimos a las misas de la FSSPX, fundado por ese gran y
ejemplar arzobispo católico Mons. Marcel Lefebvre, quien contra viento y marea
defendió la Fe católica y todo lo que esto acarrea, a costa del desprestigio de
los medios internacionales, todos en manos de deicidas, quienes hicieron de
todo para desprestigiarlo.
Claro no contaban con él, creyeron
que una vez realizado el CVII la iglesia ya estaba en su poder (judeomasones)
pero hete aquí que no contaron con Dios.
Dios suscitó a este santo arzobispo
para seguir adelante con la Fe, la doctrina y el sacerdocio, mientras la
Iglesia que siguió al Concilio se cae día a día en pedazos.
Es por esto que ahora en la situación
actual de la iglesia me manifiesto a favor de un acuerdo que garantice la
libertad de la FSSPX de seguir con la doctrina católica que tanto molesta a los
curas y jerarquías neoprotestantes del CVII, Fellay debe ir a Roma y así
transfundir sangre vigorosa a la actual reseca y moribunda Iglesia Católica.
Para eso la fundó Mons. Lefebvre,
para que volviera a la Iglesia y no ser para siempre un caso de emergencia y
supervivencia.
Dios ilumine a Mons. Fellay y a los
otros tres obispos que hacen falta para moverse dentro de la estructura reseca
de la Iglesia conciliar.
¿Por qué es errónea y absurda la postura de los
acuerdistas como López Deramo?
1. El “gran grupo de feligreses” que asisten a las
misas de la FSSPX está en franco decaimiento (ver por ejemplo fotografías en el sitio de la
FSSPX-Sudamérica), en primero porque muchos fieles sinceros
advierten las contradicciones de los que consideraban pastores y en segundo
porque también han cobrado conciencia de que si la Neo Iglesia aprobó ese rito
de Juan XXIII al que llama “extraordinario”, ha de ser porque tiene algún
problema.
En efecto, ese rito mutilado por el masón Angelo
Roncalli, fue el ariete para derribar el milenario rito católico, confirmado y
canonizado a perpetuidad (no confeccionado) por el gran San Pío V.
2. Hay múltiples pruebas y hechos que demuestran
que Marcel Lefebvre, consentido de Roncalli y quien siendo Juan
XXIII hizo cardenal a su tío Joseph Charles Lefebvre, nunca defendió con
integridad la Fe, ni la misa, ni el sacerdocio. Consta que Marcel Lefebvre
firmó todas y cada una de las actas heréticas del vaticonciliábulo, consta
también que impuso el nuevo ritual de Juan XXIII en la FSSPX -motivo del cisma
de la FSSPX-USA- y también existen testimonios de que en privado celebraba con
el Novus Ordo de Pablo VI, tal como los testimoniaron sus exseguidores Noé
Barbará y Des Lauriers.
Lefebvre había declarado «que reconocía la
validez del sacrificio de la misa y de los sacramentos celebrados con la
intención de hacer lo que hace la Iglesia y según los ritos indicados en las
ediciones típicas del misal romano y de los rituales de
los sacramentos promulgados por los Papas Pablo VI y Juan Pablo II»
Igualmente el biógrafo oficial de Lefebvre, Tissier
de Malerais lo confirma:
…en 1975 Monseñor Lefebvre volvió a aceptar una
“asistencia ocasional” a la nueva misa cuando hay temor de quedarse mucho
tiempo sin comulgar…
3. El desprestigio de Lefebvre no fue fruto de una
campaña mediática internacional, la Gran Prensa siempre lo presentó como un
verdadero defensor de la Tradición; contrariamente, fueron sus contradictorias
ACCIONES las que los desprestigiaron, como sucede hoy en día con Bernard Fellay.
4. Si la por él llamada Iglesia Conciliar -así la
llama López Deramo- no es católica y por ende “se cae a pedazos”, ¿cuál es el
motivo para unirse a ella?.
¿Acaso San Atanasio quiso unirse en su momento a la
Iglesia Arriana?… ¡Nunca!.
El ordenamiento de los papas en este caso es muy
claro, y es de Derecho Divino, a perpetuidad, que los desviados en la Fe se
debe:
“evitarlos
como si fuesen hechiceros, paganos, publicanos o heresiarcas.” (Cum ex
apostolatus officio, a perpetuidad, confirmada por Pablo IV y San Pío V)
5. La Iglesia Católica es una institución divina y
no puede estar “reseca y moribunda”, son los fieles quienes deben evitar la
muerte espiritual no uniéndose a los heresiarcas.
UNIDAD EN LA FE
***
Greg Burke, opusdeiano, entra de emergencia a
controlar el fuego amigo y los intereses de la Santa Mafia.
“No me puedo imaginar un desafío más
emocionante para mí en este momento…”
La Vaticueva está realmente
preocupada por su imagen, no por las almas, por ello no repara en esfuerzos
para maquillar su gangrena espiritual; para ello contrataron un “consultor” que les ayude a aplicar cosméticos que les permitan seguir corrompiendo
a los despistados quienes desconocen que los cuecen a fuego lento.
La fórmula es recurrir oootra vez a la organización cabalista quizá más
exitosamente farisaica del mundo, el Opus
Judei, mediante uno de sus agentes,
eminencia del mundialista noticiario Fox
News.
El Vaticano necesita una nueva política de comunicación ante
el escándalo de las filtraciones, y para ello ha contratado a un
periodista estadounidense de la cadena Fox News y miembro
del Opus Dei, para ayudar a mejorar las relaciones con la prensa.
El periodista de televisión Greg Burke y el Vaticano ratificaron el
sábado lo que una fuente de alto rango de la Iglesia había confirmado a
Reuters.
Burke, quien vive en Roma y trabajaba como corresponsal para Europa
y Oriente Medio de la cadena estadounidense, asumirá el nuevo cargo de “asesor comunicacional” de la Secretaría de Estado, un
departamento clave en el Vaticano.
El periodista de 52 años, oriundo de San Luis, Misuri, trabajó para la
cadena Fox News por 10 años, y también para la revista
Time. Anteriormente fue corresponsal de Reuters en Roma y ha
escrito varios libros, entre ellos uno sobre un equipo de fútbol italiano.
El cargo de Burke, una revolución en la estructura de comunicaciones de
El Vaticano, será similar al de los asesores de prensa de la Casa Blanca.
El periodista reportará directamente al subsecretario de Estado del
Vaticano, el arzobispo Angelo Becciu, tercero en la jerarquía eclesiástica de
la Senta Sede. El sacerdote Federico Lombardi
seguirá en su cargo como portavoz.
“Yo les dije que no dos veces,
pero cuanto más pensaba en ello, más me parecía que hacerlo (aceptar el cargo)
era lo correcto. No me puedo imaginar un desafío más emocionante para mí en
este momento”, dijo Burke a Reuters.
Burke se convertirá en la única persona en la estructura de
comunicaciones de el Vaticano que tiene una vasta experiencia en
medios que no están ligados al mundo católico.
El portavoz de la Santa Sede, por ejemplo, ha trabajado para Radio
Vaticano durante gran parte de su carrera pero nunca para medios laicos.
El último extranjero en asumir un cargo en la
estructura de comunicaciones del Vaticano fue el español Joaquín Navarro-Valls,
quien era corresponsal de prensa escrita antes de que Juan Pablo II lo
designara como portavoz.
Navarro-Valls también era miembro del Opus Dei.
***
Comenta Tornielli el “plan D”: al menos 25% de los
lefebrvianos rechazan el acuerdo Fellay-Ratzinger
Los cuatro “jinetes del apocalipsis”
dispuestos a esparcir más la confusión…
Conforme avanza la puesta teatral de
la reunión FSSPX-Vaticueva, cada vez más se comenta la posibilidad de un plan D
que llevaría a la división a los lefebvrianos para diversificar su propuesta
doctrinal y abarcar así más segmentos del mercado de “católicos perplejos”.
Andrea Tornielli, el vaticanista senior,
menciona las especulaciones sobre una división de los socios tradis en dos o
más compañías; la acuerdista, la integrista, y quizá la sedevacantista y la
“prudencial” cusasi sedevacantista.
Ya antes el “integrista” de origen
hebreo Álvaro Calderón Robello se había lanzado en pro de una tesis “integrista”
y Juan Carlos “el yoyo” Ceriani por la tesis “prudencial”… por u parte el también
hebreo Floriano Abrahamowicz se decantó por una especie de “sedevacantismo pro
judío”.
En el comunicado de la Sala de Prensa
vaticana que fue difundido después del encuentro del 13 de junio entre el
cardenal William Levada y el superior de los Lefebvrianos, el obispo Bernard
Fellay, se lee que este último «expuso la situación de la Fraternidad San Pío
X». También en este caso, como en el resto de la historia, hay que interpretar
con cautela estas palabras. El principal problema, en estos días cruciales para
el futuro del grupo tradicionalista que fundó monseñor Lefebvre, no tiene que
ver con el contenido de la declaración doctrinal que el Papa quiere que
suscriba Fellay. Tiene que ver más bien con la complicada situación dentro de
la Fraternidad.
Algunos de los sacerdotes más
cercanos a los otros tres obispos, Tissier de Mallerays, De Gallareta y
Williamson, repiten que, en caso de llegar a un acuerdo, serán muy pocos los
religiosos de la Fraternidad que sigan a monseñor Fellay hacia la plena
comunión con Roma. Por ello, esas líneas del comunicado vaticano sobre la
“situación” al interior de la Fraternidad son particularmente significativas.
Hasta este momento siempre se pensó que las divisiones internas se podían
representar de esta forma: 25%
favorable al acuerdo, 50% indeciso y 25% en contra (y aquí entrarían los tres
obispos, como se deduce claramente de la carta que enviaron hace unos meses a
Fellay, en la que tomaban distancias con respecto a cualquier acuerdo con Roma).
Sin embargo, nadie es capaz de
afirmar que los porcentajes antes indicados sean reales. A partir de las
declaraciones de diferentes exponentes lefebvrianos, y de los mismos obispos
que están en contra del acuerdo, es evidente que hay una parte de la
Fraternidad dispuesta a volver a la comunión con Roma, solo si el Papa decide renegar
de facto el Concilio Vaticano II y culparlo (al igual que a la reforma
litúrgica post-conciliar) de la crisis de fe que ha marcado las últimas
décadas. Hay que indicar que la nostalgia por los sufrimientos que causó la
situación de la separación actual la advierten solo los que conocieron a
Lefebvre, que vivieron de cerca sus batallas y que vivieron en comunión con el
Papa antes de la ruptura de 1998. Esta sensibilidad parece tener una intensidad
menor, en cambio, en las nuevas generaciones de sacerdotes.
La declaración doctrinal que el
cardenal Levada entregó a Fellay el 13 de junio no deja sitio para nuevos
márgenes de maniobras.Y parece bastante difícil pensar en una nueva fase de
discusiones, después de que durante dos años la Fraternidad haya discutido con
los teólogos de la Santa Sede sobre la auténtica interpretación del Concilio.
Benedicto XVI quiso examinar atentamente el texto final y tuvo en cuenta las
consideraciones de los cardenales y de los obispos de la “Feria Quarta” de la
Congregación para la Doctrina de la Fe: durante la reunión del 15 de mayo
pasado, los cardenales expusieron sus dudas con respecto a los cambios que
propuso Fellay al “Preámbulo Doctrinal” y corrigieron la interpretación de
algunas citas (en particular del Concilio Vaticano I), que consideraban
inaceptables.
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO
Cordubensis
INSTITUTO EREMITA
URBANUS
Córdoba de la
Nueva Andalucía y del Tucumán, Miércoles 27 de junio del Año del SEÑOR de 2012. FIESTA DE SAN IRENEO DE LYONS,
OBISPO y MÁRTIR. Sopla el Pampero.
Asunto: ESCÁNDALO. Agradecemos a FORO CATÓLICO BLOG. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO
TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! ave maría purísima! Gspp*