Desde una perspectiva KANTIANA y SUBJETIVISTA, NO EXCLUSIVISTA, LIBERAL y EXOTÉRICAMENTE MASÓNICA, TODO SE CONCILIA EN UNA EVOLUCIÓN AD INFINITUM.
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
En 1987, el profesor GIULIANO DI BERNARDO publicó, en la editorial Marsilio de Venecia, un libro muy instructivo titulado FILOSOFÍA DE LA MASONERÍA. DI BERNARDO, catedrático y también gran maestre de la masonería italiana a la sazón, explicaba en el cuáles son los principios filosóficos exotéricos (es decir, no secretos) de la masonería.
1º) La masonería es una concepción del hombre no necesariamente religiosa, en el sentido de que no considera obligado pensar que el hombre fuera creado por un Dios personal y trascendente; pero también es necesariamente irreligiosa, o sea, que el masón puede creer subjetivamente, si quiere, que Dios es para él creador del hombre con tal que no pretenda que ello constituye una verdad objetiva y real.
2º) La masonería es laicista en el sentido de que “la naturaleza del hombre se define prescindiendo de tal relación con lo divino, esto es, sin excluirlo o negarlo por principio.
3º) Lo formal de la filosofía masónica en sí, así como del masón, es el no exclusivismo, o sea, el pluralismo o subjetivismo liberal. En efecto, si la masonería en cuanto tal es laicista, no religiosa (aunque no en el sentido exclusivista), el masón puede ser religioso a título particular, pero no debe ser “exclusivista”, o sea, no debe considerar que Dios, la religión y el más allá sean realidades objetivas y necesarias.
Los conceptos públicos fundamentales de la filosofía exotérica masónica son los siguientes: a) La Tolerancia , que significa “rechazar, en principio, un modo de pensar considerado erróneo, aunque en la práctica se le deja subsistir por respeto a la libertad de los demás”. Así, pues, hablando masónicamente, tolerancia no es indiferencia o falta de opiniones propias, antes al contraria, antes al contrario, la masonería tiene su propia filosófica; con todo “reconoce hay modos de pensar diferentes del suyo” y “asume respecto de éstos una actitud de respeto (…). La masonería no es todo y lo contrario de todo”. DI BERNARDO prosigue: “el principio de tolerancia es, por definición, la negación de toda forma de integrismo”. b) La fraternidad: “cuando admito que otros hombres puedan profesar ideas diferentes a las mías (…) los considero como hermanos al hacer eso”. c) En cuanto al problema de la trascendencia, DI BERNARDO explica que puede ser entendida: 1. En sentido real si la causa primera supera y trasciende infinitamente al mundo y al hombre de una manera real y objetiva. 2. O bien en sentido regulativo si yo no le reconozco al Dios trascendente una existencia real y objetiva, sino que lo reconozco sólo como existente en mi inteligencia o voluntad precisamente como KANT y PERA). Tal idea se denomina “regulativa” porque nos ayuda a vivir mejor y a perfeccionarnos éticamente. No obstante, “la masonería no consideraba a Dios como un ideal puramente (o exclusivamente) regulativo (…); afirmar eso (…) excluiría que el concepto de ideal regulativo pudiera integrarse con alguna acepción más fuerte de la divinidad”. De ahí que DI BERNARDO hable de “regulativismo” no exclusivo, esto es, un regulativismo que no excluye que el masón pueda, a título personal, creer (subjetivismo) en un Dios real y objetivamente trascendente”. Tal principio corresponde a la perfección a lo que escribió JUAN PABLO II en la encíclica Dives in misericordia (1981): “Cuanto más antropocéntrica es la misión de la Iglesia conciliar, más teocéntricamente debe realizarse (…). Y éste es uno de los uno de los principios fundamentales, puede que el más importante, del pasado concilio” (nº 1).
Así que no debe maravillarnos el que BENEDICTO XVI aprobara el libro de PERA
Perché dobbiamo dirci cristiani – Il liberalismo, l´Europa, l´ética (“Por que debemos llamarnos cristianos – El liberalismo, Europa, la ética”). El panteísmo, o sea, la identificación de los opuestos (trascendencia e inmanencia) es el corazón del VATICANI II y del postconcilio. El oxímoron y el hircocervo ya los realizaron, muchos antes PERA y RATZINGER, el Vaticano II, JUAN PABLO II.
El libro de DI BERNARDO nos ayuda a comprender mejor el de PERA, que goza el aval de RATZINGER, es decir, nos ayuda a entender mejor cómo podemos y “debemos denominarnos cristianos por la cultura” aunque no tengamos fe en JESUCRISTO. Parece una contradicción en los términos, y objetivamente lo es. Pero desde una perspectiva KANTIANA y SUBJETIVISTA, NO EXCLUSIVISTA, LIBERAL y EXOTÉRICAMENTE MASÓNICA, TODO SE CONCILIA EN UNA EVOLUCIÓN AD INFINITUM.
SE ECHA DE VER QUE EL LIBERALISMO, KANTISMO y MASONISMO FORMAN TODO UNO CON LAS “NOVEDADES” DEL VATICANO II, el cual, al igual que EL MODERNISMO DE SUS INSPIRADORES, SE REVELA COMO “LA CLOACA Y LA ALCANTARILLA DE TODAS LAS HEREJÍAS” (SAN PÍO X, Pascendi, 1907).
Para terminar les dejamos un pensamiento del filósofo español de nuestro tiempo, DON RAFAEL GAMBRA CIUDAD:
“La idea progresista de una religión evolutiva o promotora del desarrollo del hombre rechaza de por sí la noción de unos dogmas o interpretaciones fijos, así como la de una autoridad única e infalible. Para la “dinamización” de la fe es preciso introducir la posibilidad de una revelación constante, histórica, abierta al futuro. Esto hará posible introducir doctores de teología-ficción atractivos para el gran público, en pie de igualdad con cualquier otro profeta del pasado”.
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO Cordubensis. INSTITUTO EREMITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía , 23 de mayo del Año del Señor de 2010. DOMINGO DE PENTECOSTÉS. Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA ! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Gratias agamus Domino Deo Nostro. gspp.*
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