domingo, 13 de septiembre de 2009

Ya la religión se acaba

Ya la religión se acaba,
Virtudes y devociones;
Dan el grito las pasiones,
Alza el capricho la espada.

(Del Cancionero del Pueblo de Santiago del Estero, siglo XIX)


GLOSA

Ya no hay Papa Santo en Roma,
Que nos conceda una gracia;
¡Ay, que terrible desgracia!
Ya no hay rey, ya no hay corona,
Sólo la guerra entona,
Ya no hay virtudes, no hay nada,
Esto es en una palabra:
Ya no hay obispos, no hay curas,
De esto nadie tenga duda,
YA RELIGIÓN SE ACABA.

Ya no hay ley, ya no hay razón,
No hay pasto espiritual,
Hoy mueren como animal
Sin alcanzar confesión,
Luego no hay devoción.
¿Dónde están nuestros pastores?
No hacen ver sus religiones
Ni siquiera una mirada;
Con razón digo se acaban
VIRTUDES y DEVOCIONES.

Con justa razón se quejan
De falta de un religioso,
Porque vienen a negocios
Y no a cuidar sus ovejas.
Ven el templo en ruinas y dejan
Por andar en comisiones,
Fallan sus obligaciones
Faltando a la ley escrita,
Por andar en la política
DAN EL GRITO LAS PASIONES.

Se anuncia en este año ochenta
Dos épocas temerarias,
Con mucha razón desvarían,
El hambre y guerra funesta.
Más rigurosa viene ésta
Que hace víctimas forzosas,
Que mueren miles no es nada
Siendo extraños enemigos,
Pero entre propios y amigos
ALZA EL CAPRICHO LA ESPADA.


Nº 1 EL TEO-FILANTRÓPICO O EL AMIGO DE DIOS y de los hombres.
Martes 16 de Marzo de 1824. (Reproducción facsimilar seleccionada de una página del famoso PADRE CASTAÑEDA, escrita hace casi 200 años,(184 años), pero era palpitante actualidad. Filántropico cuaderno 1º pág. 17)

Aunque nuestras luces son muy limitadas, nos vemos resuelto a tomar la plaza de escritores, al ver la osadía con que muchos periodistas van minando las máximas incontrovertibles de la Iglesia, y los principios eternos de la moral. En un país católico vemos grasar impunemente el error, y levantarse doctores atrevidos de la impiedad, que ponen todo su conato en ridiculizar lo más sagrado. Entre tanto el clero es un frío espectador de estos desordenes, y no toma la menor parte en contenerlos. No puede ignorar que en la propagación de estos principios le va nada menos que su existencia; sin embargo vide entregado á un olvido de lo que ha sucedido en otras partes, y no quiere aprender en la escuela de la experiencia el medio de precaver su ruina. No se han cicatrizado aun las profundas heridas de la falsa filosofía ha abierta a la Iglesia de Francia, y humea la sangre de tantos sacerdotes sacrificados á su furor; en América empiezan á difundirse las mismas doctrinas que ocasionaron aquel trastorno, y una horda de impíos trabaja con tesón para llevarlas al cabo, y el clero no toma con tiempo sus medidas, ni se pone a la defensiva. ¿Y que se puede pensar de esta conducta extravagante del clero? Juzgaremos que ha capitulado con el espíritu del error? No hay duda que algunos eclesiásticos se hallan muy avenidos con todas las novedades que se quieren introducir; de aquí provienen esas secularizaciones escandalosas de regulares, que mal contentos con su estado, han renunciado á la profesión, á que estaban ligados por votos solemnes; he aquí proviene igualmente aquel calor con que algunos clérigos seculares han sostenido en discusiones públicas las innovaciones, que se han hecho en mil cosas, cuyo origen se pierde en la más remota antigüedad. ¡Venerables sacerotes! Mirad la tormenta que se forma sobre vuestra cabeza; apresuraos á conjurarla. Haced ver á los pueblos las tramas execrables y profundas que preparan contra la religión los discípulos de VOLTAIRE, ROUSEAU, DIDEROT, Y ALEMBERT; de esos monstruos abortados de las entrañas de la tierra para fanatizar las naciones. No temáis ser vencidos en la lid, sus armas no son otras que el sarcasmo ridículo y la mentira. ¡Gobernantes americanos! Aprended en la escuela de nuestras desgracias: todos los desastres, sacudimientos y convulsiones horrorosas de nuestros pueblos obra son de esa folifía llena de artificios y seducción. No habiendo religión se rompen los vínculos que unen á los ciudadanos con sus jefes, y á la paz y fraternidad sucede el desorden, la turbación y la discordia, aniquilad esta secta monstruosa, y ver renacer el orden; pero para aniquilar, no es necesario de los rayos, con que ella hace sus estragos; basta deshacer sus prestigios, hacerla atacar en sus principios, manifestar lo absurdo de sus doctrinas y la perversidad de los que la promueven.

LIBERTAD DE LEER

El gran patriarca VOLTAIRE, escribiendo a HELVECIO decía, herid, y ocultad la mano. Nuestro escritor se ha desviado de esta bella lección, y ha empezado su carrera al público sus arrebatos, y descargando golpes sin discreción y sin delicadeza. Abre su campaña impugnando el auto del prelado diocesano sobre libros prohibidos, y pretendiendo que se dejen correr libremente hasta los del ateismo, y cualquiera producción del espíritu, asi como no se ponen trabas á las producciones de la naturaleza.


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 85
Instituto Eremita Urbanus

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