martes, 3 de mayo de 2011

*EL MODERNISMO ASCÉTICO o AMERICANO*

El Desprecio o la falta de estima paran con la vida interior en general y con la dirección espiritual en particular es algo propio del Modernismo Ascético o American o Americanismo, el cual desvaloriza las virtudes denominadas “pasivas” (humanidad, obediencia, mortificación, recogimiento, vía interior) para dar la primacía a las activas (espíritu de iniciativa, de organización, de presencia, etc.)

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

Don GIOVANNI BATTISTA CHAUTARD, nacido en 1852 y muerto en 1935, fue el autor de una obra maestra de la literatura de teología ascética y mística: EL ALMA DE TODO APOSTOLADO. Dicho libro dice, en sustancia, que la santidad (la vida interior Y LA CONTEMPLACIÓN) son el alma de la vida apostólica.

El autor combate dos errores opuestos:

a)          Uno pelagiano o semipelagiano, que da demasiada importancia al esfuerzo-humano en la vida espiritual, como si fuese más importante que la gracia de Dios; es el error de los MODERNISTAS y también el exceso de dirección espiritual, el de los directores que usurpan el lugar del ESPÍRITU SANTO y de sus inspiraciones: el error de los “campeos de boxeo” lo llama CHAUTARD.
b)          Otro quietista O SEMIQUIETISTA, que elimina todo esfuerzo ascético para dejar que DIOS lo haga todo, sin la debida y necesaria correspondencia a la GRACIA: CHAUTARD lo denominada la “gelatina perfumada”.


*LA HEREJÍA DE LA ACCIÓN*

El peligro que corren los apóstoles es el desanimarse cuando advierten que no dan fruto sus esfuerzos y obras externas de apostolado. El autor explica que, por lo común, eso se debe al hecho de que tales apóstoles no son, ante todo, hombres de vida interior y han olvidado que “no se debe abandonar al DIOS de las obras por las obras de DIOS” (cf. El alma de todo apostolado).

DIOS debe ser el alma de la vida apostólica, o sea, que el apóstol, para que su acción sea fructífera, ha de ser ante todo un contemplativo, ha de llevarse de DIOS –por conducto de la meditación- y luego llevarlo a los otros con su apostolado, pues “nadie da lo que no tiene”, De ahí que si el apostolado consiste en comunicar a DIOS a los demás, sea menester primero tenerlo en abundancia en el propio espíritu. JESÚS es la fuente de la gracia, los apóstoles son los canales que la trasmiten a los fieles con la predicación, los sacramentos y los consejos espirituales. Pero si el canal no está unido habitualmente a la fuente, pronto de agota y se seca. Así y por igual manera sucede con el apóstol: si no está unido habitualmente con DIOS mediante la vida interior, se vuelve un “trombón desafinado”, que no hace más que  ruido y no trae fruto. Don G. B. CHAUTARD llama a eso HEREJÍA de la ACCIÓN”, que no estriba en negar en teoría la necesidad de la GRACIA y de la VIDA en ORACIÓN, sino en obrar, en la práctica, como si se diesen por descontadas, esto es, como si se poseyeran infaliblemente aun sin esfuerzo ascético, y así se consume uno, dando vueltas en el vacío como trompón, en un frenesí de acciones que parecen ser apostólicas pero que están muertas en realidad, como que carecen de alma, de vida sobrenatural.

La parte humana es secundaria en la acción apostólica, y se subordina a DIOS. Cuando uno se engríe por sus presuntas cualidades apostólicas (capacidad oratoria, celo dulce o amargo, carisma, simpatía…), la actividad propia usurpa el lugar de la acción de DIOS; éste es el MODERNISMO ASCÉTICO o “Americanismo”, que fue condenado por el Papa LEÓN XIII en la Testem benevolente de 1899.

JESÚS nos advirtió en el evangelio que “sin mí nada podéis hacer” (Jn. 15, 5). Si nuestros esfuerzos no están unidos con CRISTO- como los sarmientos con la vía -, serán inútiles, no traerán fruto, no serán bendecidos por Él ni adeptos a DIOS. Ya veremos que los ejercicios espirituales de SAN IGNACIO de Loyola SON UN BALUERTE CLARO y conciso contra este peligro del MODERNISMO ESPIRITUAL (pero no el único: cada orden religiosa tiene su “espiritualidad” específica); mas, sobre todo, hay que procurar vivir la vida espiritualidad, hacer de ella nuestra opinión principal (cada una según su estado, sin excesos), pues sólo así la vida apostólica será realmente fructífera.

Sólo de esa suerte se realizará el IDEAL que eligió JESÚS de la vida activa unida a la contemplativa, según el cual hay que “CONTEMPLAR y TRASMITIR A LOS DEMÁS LO CONTEMPLADO” (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, II-II, q. 188, a. 6c.)

La unión de la vida activa y la contemplativa constituye el auténtico apostolado, que, al decir de de STO TOMÁS, es la obra principal del cristianismo” (Summa Theologica, III, q. 67, a.2, ad 1). En cambio, el americanismo (O modernismo ascético) PROPUGNA, dice CHAUTARD, una vida en la que la acción sofoca a la contemplación (ibídem, p. 94); más aún, las obras apostólicas, buenas en sí y óptimas si van unidas a la contemplación, se vuelven un peligro para la salvación de los apóstoles que abandonan la CONTEMPLACIÓN a causa del peligro próximo de PECADO al cual se exponen (ibid., p. 99).

*Consultar: SÍ SI, no no; Mt. 5, 37: “QUE VUESTRO MODO DE HABLAR SEA SI SI, NO NO porque todo lo demás viene del Maligno”. AÑO XX, nº 214 Revista católica Antimodernista, ABRIL 2010, 8 p.*

*Edito: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO CORDUBENSIS – INSTITUTO EREMITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía, a 25 de abril del Año del Señor de 2011. SAN MARCOS, Evangelista. Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PLATA! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! ¡Ave María Purísima! gspp*

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