viernes, 16 de enero de 2009

El hombre de la restauración



AHORA, con la ayuda de Dios, nos corresponde tomar la decisión.
Si esperamos, la victoria tardará; si comenzamos enseguida la reacción, la Contrarrevolución es irreversible. Hasta hoy ya no se ha escuchado el Syllabus: La Revolución pasó de la sociedad temporal a la Sociedad Eclesiástica. El desorden nos engulle. Hay que prepararse a la más terrible persecución: la crisis no está atrás de nosotros, está delante de nosotros.

Si Dios no interviene con su Misericordia, si la Inmaculada no interviene, la lucha será siempre más dura: “Vita hominis militia super terram” (Job. 7-11). “La vida del hombre sobre la tierra es una milicia”.
Mientras que la úlcera del Renacimiento no salga del cuerpo de la Cristiandad, el Cielo nos rehusará la victoria.
¿Quién será el operario, el obrero, de la restauración? Será el hombre de la meditación, el hombre de oración, de la comtemplatio: Sacerdote o religioso laico, ya lo hizo una vez cristianizado Europa y América.
Pero será un contemplativo digno de este hombre, que contemple el Cielo y modele la realidad a su alrededor, sin mezclas o concesiones; será religioso que por la Gracia de Dios, convirtiéndose a sí mismo, convertirá a los demás hombres, y así volverá a conducir la sociedad hacia la consideración de la vida futura.
Es e hombre de la contemplación, quien, por esto, debe reencontrar la calma típica de la sociedad pre – o post-industrial, como dice SAN BERNADO: ex hoc otio vires proveniunt”, citado por SAN ALFONSO en la obra “Sacerdote, ascoltami”.
En este momento de lucha frenética es más que nunca la hora de la contemplación, de la oración; si se pierde el contacto con el Modelo, el Verbo, ¿qué restauremos? ¡Nuestras quimeras!

El cambio llegará por intervención divina, la cual es necesario pedir y hay que preparase para aprovecharla.

No se puede negar que mientras más avanza la Revolución, más se apaga en muchos de nosotros la voluntad de vencer a causa del “horror difficultatis” (el horror a la dificultad) y del “ labor certaminis” (el cansancio del combate”. ¿Cuántos renunciaron a querer ganar? A estos desanimados sin historia, nosotros les recordemos que Nuestro Señor quiere todavía quiere todavía, y siempre, ganar. Y con Él, nosotros. El que poco ama, poco desea la victoria. Quedarán aquellos que aman mucho, “ONMIA INSTAURARE IN CHRISTO” (SAN PÍO X). (RESTAURAR TODO EN CRISTO).

Abandonemos el método de disminución, el de adaptar al espíritu moderno nuestra conducta o modo de vivir, en la predicación y el culto: todo esto obscurece la verdad cristiana.
Por lo tanto, es necesario aplicarse en la formación de élites profundamente impregnadas del fuego de las verdades eternas.
Diciendo con el poeta del Pampero:

Celeste angélica potestad,
Comburente del fuego
De la Patria Argentina,
Enciéndenos si acaso somos dignos
De portar tu fuego.


Dios, por mediación del Corazón Inmaculado de MARÍA, coronará nuestros esfuerzos, dándonos Santos.

La Revolución y la exaltación de la Santísima VIRGEN

Todo anuncia una intervención extraordinaria de la Santísima Virgen. ¿QUAE ES ISTA? ¿Quién es esta mujer? Es la Madre del Creador del Cielo y de la Tierra. Es la única Mujer fecundada por Dios.
No hay que temer exagerar en tener confianza en honrar y amar a MARÍA SANTÍSIMA, porque el ejemplo nos es dado por la SANTÍSIMA TRINIDAD: Dios Padre, confiándole el Verbo, Dios Hijo, honrándola como Madre, Dios Espíritu Santo, amándola como Esposa.
Ahora si la Teología atribuye al Padre la Creación, al Hijo la Redención, al Espíritu Santo la difusión de la Iglesia Católica, la Teología siempre atribuye a la Santísima Virgen el papel de aplastar la cabeza de la Serpiente y sus obras: la Revolución.

Después de las últimas grandes apariciones de la Santísima Virgen en Lourdes, en La Salette, en Fátima, la atención de los católicos es atraída por la Divina Providencia sobre el papel histórico de la SANTÍSIMA VIRGEN.
¡Qué venga el Reino de MARÍA anunciado por SAN LUIS GRIGNOT DE MONTFORT!

MARIA VINCIT,
MARIA REGNAT,
MARIA IMPERAT!


Editó Gabriel Pautasso
Instituto Eremita Urbanus

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