jueves, 1 de marzo de 2012

FIDEL CATÓLICO Y COMUNISTA

¿Analiza Logia Vaticana golpe espectacular en Cuba?; ¡conversión de Castro! Carta Encíclica Divini Redemptoris (Extracto) Del Sumo Pontífice Pío XI sobre el comunismo ateo

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

(Con información de ACI Prensa)

La posibilidad de que Fidel Castro Ruz desee ingresar al seno de la (Nueva) Iglesia (pseudo) Católica durante la próxima visita de Benedicto XVI a la Isla se ha convertido en tema de intensa especulación en la prensa italiana.

Castro Ruz es bisnieto del falso converso Pedro de Castro Méndez e hijo de un terrateniente, Ángel Castro, obediente agente de la trasnacional United Fruit Company, de Minor Keith, cuya esposa fue Cristina Castro Fernández.  

Según algunos medios italianos, como los diarios La Repubblica y La Stampa, Castro estaría preparándose para ser admitido en la Iglesia (pseudo) Católica, pero obviamente SIN RENEGAR DEL SISTEMA COMUNISTA, que él mismo implantó derramando cántaros de sangre cristiana.

Alina Fernández, hija de Fidel, indicó que últimamente su padre “se ha acercado a la religión y a Dios”, pero por supuesto que sus obras lo contradicen, sigue el totalitarismo comunista anticristiano en Cuba y la opresión contra 11 millones de cubanos.

Otro de los hechos que sugerirían el ingreso de Fidel a la NeoIglesia es el posible encuentro del dictador cubano con Joseph Ratzinger, que el gobierno de Cuba no descarta “pese a no estar en el programa”, según dijo hace unos días el embajador cubano en Italia, Eduardo Delgado.

Delgado dijo que el gobierno de Cuba ve la visita como una “oportunidad para profundizar aún más en las relaciones entre Iglesia y Estado en el país comunista”, que mejoraron “enormemente” desde la histórica visita de Juan Pablo II en 1998.

Aunque la cita con Fidel Castro no es segura, el Ratzinger sí tiene previsto reunirse con su hermano, el presidente Raúl Castro, que recibirá al Pontífice en Santiago de Cuba el 26 de marzo, para conversaciones privadas en La Habana un día después y, por último, despedirle en el aeropuerto el 28 de marzo.

El isarelita Castro Ruz, además de mostrar su hostilidad hacia la Iglesia Católica con la expulsión de 131 sacerdotes y el cierre de escuelas religiosas, también fue el implantador del anticristiano sistema comunista que aún hoy día gobierna en Cuba.
Papa Pío XII, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe,  estableció la pena de excomunión para todo aquel que difundiera el comunismo.

Como se puede leer en la propia Vatipágina www.vatican.va, el Comunismo fue condenado por el Papa Pío XI a través de la Encíclica Divini Redemptoris:

CARTA ENCÍCLICA
DIVINI REDEMPTORIS (Estracto)
DEL SUMO PONTÍFICE
PÍO XI
SOBRE EL COMUNISMO ATEO

A los patriarcas, primados, arzobispos, obispos
y otros ordinarios, en paz y comunión con la Sede Apostólica

I. POSICIÓN DE LA IGLESIA FRENTE AL COMUNISMO

Condenaciones anteriores

4. Frente a esta amenaza, la Iglesia católica no podía callar, y no calló. No calló esta Sede Apostólica, que sabe que es misión propia suya la defensa de la verdad, de la justicia y de todos aquellos bienes eternos que el comunismo rechaza y combate. Desde que algunos grupos de intelectuales pretendieron liberar la civilización humana de todo vínculo moral y religioso, nuestros predecesores llamaron abierta y explícitamente la atención del mundo sobre las consecuencias de esta descristianización de la sociedad humana. Y por lo que toca a los errores del comunismo, ya en el año 1846 nuestro venerado predecesor Pío IX, de santa memoria, pronunció una solemne condenación contra ellos, confirmada después en el Syllabus. Dice textualmente en la encíclica Qui pluribus: «[A esto tiende] la doctrina, totalmente contraria al derecho natural, del llamado comunismo; doctrina que, si se admitiera, llevaría a la radical subversión de los derechos, bienes y propiedades de todos y aun de la misma sociedad humana»[1]. Más tarde, uno predecesor nuestro, de inmortal memoria, León XIII, en la encíclica Quod Apostolici numeris, definió el comunismo como «mortal enfermedad que se infiltra por las articulaciones más íntimas de la sociedad humana, poniéndola en peligro de muerte»[2], y con clara visión indicaba que los movimientos ateos entre las masas populares, en plena época del tecnicismo, tenían su origen en aquella filosofía que desde hacía ya varios siglos trataba ele separar la ciencia y la vida de la fe y de la Iglesia.

Documentos del presente pontificado

5. También Nos, durante nuestro pontificado, hemos denunciado frecuentemente, y con apremiante insistencia, el crecimiento amenazador de las corrientes ateas. Cuando en 1924 nuestra misión de socorro volvió de la Unión Soviética, Nos condenamos el comunismo en una alocución especial dirigida al mundo entero[3]. En nuestras encíclicasMiserentissimus Redemptor [4], Quadragesimo anno[5], Caritate Christi[6], Acerba animi [7], Dilectissima Nobis [8] Nos hemos levantado una solemne protesta contra las persecuciones desencadenadas en Rusia, México y España; y no se ha extinguido todavía el eco universal de las alocuciones que Nos pronunciamos el año pasado con motivo de la inauguración de la Exposición Mundial de la Prensa Católica [9], de la audiencia a las prófugos españoles[10] y del radiomensaje navideño[11]. Los mismos enemigos más encarnizados de la Iglesia, que desde Moscú dirigen esta hucha contra la civilización cristiana, atestiguan con sus ininterrumpidos ataques de palabra y de obra que el Papado, también en nuestros días, ha continuado tutelando fielmente el santuario de la religión cristiana y ha llamado la atención sobre el peligro comunista con más frecuencia y de un modo más persuasivo que cualquier otra autoridad pública terrena.


II. DOCTRINA Y FRUTOS DEL COMUNISMO

Doctrina
Falso ideal
Materialismo evolucionista de Marx
A qué quedan reducidos el hombre y la familia
Lo que sería la sociedad
Difusión
Deslumbradoras promesas
El liberalismo ha preparado el camino del comunismo
Amplia y astuta propaganda
Conspiración del silencio en la prensa

18. La tercera causa, causa poderosa, de esta rápida difusión del comunismo es, sin duda alguna, la conspiración del silencio que en esta materia está realizando una gran parte de la prensa mundial no católica. Decimos conspiración porque no se puede explicar de otra manera el hecho de que un periodismo tan ávido de publicar y subrayar aun los más menudos incidentes cotidianos haya podido pasar en silencio durante tanto tiempo los horrores que se cometen en Rusia, en México y también en gran parte de España, y, en cambio, hable relativamente tan poco de una organización mundial tan vasta como es el comunismo moscovita. Este silencio, como tos dos saben, se debe en parte a ciertas razones políticas, poco previsoras, que lo exigen —así se afirma—, y está mandado y apoyado por varias fuerzas ocultas que desde hace mucho tiempo tratan de destruir el orden social y político cristiano.

Efectos dolorosos

Rusia y México

19. Mientras tanto, los dolorosos efectos de esta propaganda están a la vista de todos. En las regiones en que el comunismo ha podido consolidarse y dominar —Nos pensamos ahora con singular afecto paterno en los pueblos de Rusia y de México—,se ha esforzado con toda clase de medios por destruir (lo proclama abiertamente) desde sus cimientos la civilización y la religión cristiana y borrar totalmente su recuerdo en el corazón de los hombres, especialmente de la juventud. Obispos y sacerdotes han sido desterrados, condenados a trabajos forzados, fusilados y asesinados de modo inhumano; simples seglares, por haber defendido la religión, han sido considerados como sospechosos, han sido vejados, perseguidos, detenidos y llevados a los tribunales.

Horrores del comunismo en España

20. También en las regiones en que, como en nuestra queridísima España, el azote comunista no ha tenido tiempo todavía para hacer sentir todos los efectos de sus teorías, se ha desencadenado, sin embargo, como para desquitarse, con una violencia más furibunda. No se ha limitado a derribar alguna que otra iglesia, algún que otro convento, sino que, cuando le ha sido posible, ha destruido todas las iglesias, todos los conventos e incluso todo vestigio de la religión cristiana, sin reparar en el valor artístico y científico de los monumentos religiosos. El furor comunista no se ha limitado a matar a obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y religiosas, buscando de un modo particular a aquellos y a aquellas que precisamente trabajan con mayor celo con los pobres y los obreros, sino que, además, ha matado a un gran número de seglares de toda clase y condición, asesinados aún hoy día en masa, por el mero hecho de ser cristianos o al menos contrarios al ateísmo comunista. Y esta destrucción tan espantosa es realizada con un odio, una barbarie y una ferocidad que jamás se hubieran creído posibles en nuestro siglo. Ningún individuo que tenga buen juicio, ningún hombre de Estado consciente de su responsabilidad pública, puede dejar de temblar si piensa que lo que hoy sucede en España tal vez podrá repetirse mañana en otras naciones civilizadas.

Frutos naturales del sistema

21. No se puede afirmar que estas atrocidades sean un fenómeno transitorio que suele acompañar a todas las grandes revoluciones o excesos aislados de exasperación comunes a toda guerra; no, son los frutos naturales de un sistema cuya estructura carece de todo freno interno. El hombre, como individuo y como miembro de la sociedad, necesita un freno. Los mismos pueblos bárbaros tuvieron este freno en la ley natural, grabada por Dios en el alma de cada hombre. Y cuando esta ley natural fue observada por todos con un sagrado respeto, la historia presenció el engrandecimiento de antiguas naciones, engrandecimiento tan esplendoroso que deslumbraría más de lo conveniente a ciertos hombres de estudios que considerasen superficialmente la historia humana. Pero, cuando se arranca del corazón de los hombres la idea misma de Dios, los hombres se ven impulsados necesariamente a la moral feroz de una salvaje barbarie.

Lucha contra todo lo divino

22. Y esto es lo que con sumo dolor estamos presenciando: por primera vez en la historia asistimos a una lucha fríamente calculada y cuidadosamente preparada contra todo lo que es divino (cf. 2Tes 2,4). Porque el comunismo es por su misma naturaleza totalmente antirreligioso y considera la religión como el «opio del pueblo», ya que los principios religiosos, que hablan de la vida ultraterrena, desvían al proletariado del esfuerzo por realizar aquel paraíso comunista que debe alcanzarse en la tierra.

El terrorismo

23. Pero la ley natural y el Autor de la ley natural no pueden ser conculcados impunemente; el comunismo no ha podido ni podrá lograr su intento ni siquiera en el campo puramente económico. Es cierto que en Rusia ha contribuido no poco a sacudir a los hombres y a las instituciones de una larga y secular inercia y que ha logrado con el uso de toda clase de medios, frecuentemente inmorales, algunos éxitos materiales; pero no es menos cierto, tenemos de ello testimonios cualifica-dos y recentísimos, que de hecho ni siquiera en el campo económico ha logrado los fines que había prometido, sin contar, por supuesto, la esclavitud que el terrorismo ha impuesto a millones de hombres. Hay que repetirlo: también en el campo económico es necesaria una moral, un sentimiento moral de la responsabilidad, los cuales, ciertamente, no tienen cabida en un sistema cerradamente materialista como el comunismo. Para sustituir este sentimiento moral no queda otro sustitutivo que el terrorismo que presenciamos en Rusia, donde los antiguos camaradas de conjuración y de lucha se eliminan mutuamente; terrorismo que, por otra parte, no consigue contener, no ya la corrupción de la moral, pero ni siquiera la disolución del organismo social.

Recuerdo paterno de los pueblos oprimidos en Rusia

24. Sin embargo, no queremos en modo alguno condenar globalmente a los pueblos de la Unión Soviética, por los que sentimos el más vivo afecto paterno. Sabemos que no pocos pueblos de Rusia gimen bajo el duro yugo impuesto a la fuerza por hombres, en su mayoría, extraños a los verdaderos intereses del país, y reconocemos que otros muchos han sido engañados con falaces esperanzas. Nos condenamos el sistema, a sus autores y defensores, quienes han considerado a Rusia como el terreno más apto para realizar un sistema elaborado hace mucho tiempo y desde Rusia extenderlo por todo el mundo.


III. OPUESTA Y LUMINOSA DOCTRINA DE LA IGLESIA

25. Expuestos los errores los métodos violentos y engañosos del comunismo bolchevique y ateo, es hora ya, venerables hermanos, de situar brevemente frente a éste la verdadera noción de la civitas humana, de la sociedad humana; esta noción no es otra, como bien sabéis, que la enseñada por la razón y por la revelación por medio de la Iglesia, Magistra gentium.

Suprema realidad: ¡Dios!

26. La afirmación fundamental es ésta: por encima de toda otra realidad está el sumo, único y supremo ser, Dios, Creador omnipotente de todas las cosas, juez sapientísimo de todos los hombres. Esta suprema realidad, Dios, es la condenación más absoluta de las insolentes mentiras del comunismo. Porque la verdad es que no porque los hombres crean en Dios, existe Dios, sino que, porque Dios existe, creen en Él y elevan a Él sus súplicas todos los hombres que no cierran voluntariamente los ojos a la verdad.

El hombre y la familia según la razón y la fe

Lo que es la sociedad

Derechos y deberes mutuos entre el hombre y la sociedad

El orden económico –social

Jerarquía social y prerrogativas del Estado

Belleza de esta doctrina de la Iglesia

La Iglesia ha obrado conforme a esta doctrina

Necesidad de recurrir a medios de defensa

Renovación de la vida cristiana

Remedio fundamental

Despego de los bienes terrenos

Caridad cristiana

Deberes de estricta justicia

Justicia social

Estudio y difusión de la doctrina social

Precaverse contra las insidias que usa el comunismo

Oración y penitencia


V. MINISTROS Y AUXILIARES DE ESTA OBRA SOCIAL DE LA IGLESIA

Los sacerdotes

La Acción Católica

Organizaciones auxiliares

Llamamiento a los obreros católicos

Necesidad de concordia entre los católicos

Llamamiento a todos los que creen en Dios

Deberes del Estado cristiano

Ayudar a la Iglesia

Disposiciones exigidas por el bien común

Prudente y sobria administración

Libertad de la Iglesia

Paterno llamamiento a los extraviados


CONCLUSIÓN

San José, modelo y patrono

No nos queda otra cosa, venerables hermanos, que elevar nuestras manos paternas y hacer descender sobre vosotros, sobre vuestro clero y pueblo, sobre la gran familia católica, la bendición apostólica.

Dado en Roma, junto a San Pedro, en la fiesta de San José, Patrono de la Iglesia universal, el día 19 de marzo de 1937, año decimosexto de nuestro pontificado.

DIARIO PAMPERO Cordubensis
 INSTITUTO EMÉRITA URBANUS
Córdoba de la Nueva Andalucía, al 1º de marzo del Año del Señor de 2012. EL SANTO ÁNGEL CUSTORIO DE LA REPÚBLICA (EN URUGUAY).
Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Agradecido a FORO CATÓLICO BLOG. SS PÍO XI DECLARÓ AL COMUNISMO ATEO…gspp*

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