Hay medios peligrosos de superar las insuficiencias de lo cotidiano: EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS suministra, al no temer apelar a él, temibles compensaciones…
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
*EVASIONES: LA MAGIA SATÁNICA Y LA MUERTE por ROBERT MANDROU*
Soñar o intentar la aventura: todos aquellos a quienes la vida diario no satisface tienen el recurso ahí, al alcance de la mano, ya lo hemos visto. Viajar puede ser una necesidad para el campesino cuya tierra no lo alimenta, por ejemplo; es también la evasión más hermosa para aquel que no teme marchar muy lejos: Saint-Malo, Dieppe, la Rochela y Nantes son grandes puertos de aventura como de mercancías. Y numerosos son los franceses contemporáneos de CATALINA DE MÉDICIS que atraviesen toda ESPAÑA para embarcarse en Sevilla donde la demanda ha superado a la oferta mucho tiempo. Para todos aquellos que se encuentran sujetos por el AMOR DEL TERRUÑO o el temor al naufragio, la ampliación de los horizontes permitida por los grandes descubrimientos es también un recurso respetable: tierras y pueblos nuevos, extraños en muchos conceptos, alucinan las imaginaciones más casariegas: “la loca de la casa”, dice el sabio, quien le reserva empero su lugar.
Pero hay todavía otros medios, más peligrosos, de superar las insuficiencias de lo cotidiano: EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS suministra, al no temer apelar a él, temibles compensaciones; indudablemente, es un medio de su vida eterna, y ninguno puede hacerse ilusiones sobre este punto; es también ante nuestros de hombres del siglo XX, apelar del modo más amplio a lo imaginario, pero la creencia y la práctica MÁGICAS están demasiadas, como una realidad tan indiscutible como la existencia de Dios Padre (¡AH, LA SANTÍSIMA TRINIDAD!), para que podamos apartarlas en calidad de fugas ilusorias; el llamar a SATANÁS implica una negación, UN RECHAZO DEL ORDEN DIVINO y HUMANO, SENSIBLE A LOS MÁS HUMILDES QUE SE ENCUENTRAN CON FRECUENCIA EN LAS PRIMERAS FILAS DE LOS ADICTOS AL SATANISMO; aquelarres, encantamientos y maleficios constituyen lo esencial de la cohorte de sortilegios mágicos, mediante los cuales cualquiera puede transformar en un santiamén el mundo y los hombres en cuya esfera vive.
Si no fuera por temor al infierno, indudablemente la tropa de los ABORTOS del mismo sería más numerosa aún, tal reputación de multiformidad y eficacia tiene el poder de la MAGIA DIABÓLICA: UNA TRADICIÓN FLORECE EN LOS SIGLOS XVI Y XVII, LA CUAL DESDE LOS SIGLOS DE LA ALTA EDAD MEDIA NO HA CESADO DE ELEVAR, FRENTE AL CRISTO, LA POTENCIA DEL MALIGNO. Sin embargo, admitimos de buena gana que esas prácticas infernales encerraban una parte muy grande de desilusión, difícil de reconocer, puesto que las conocemos en conjunto por los escritos de los jueces encargamos de REPRIMIR el crimen de pacto con el DIABLO. La medida misma de estas decepciones puede sernos suministrada por la frecuencia relativa de SUICIDIOS: a quien renuncia al supremo recurso de la condenación eterna por intermedio diabólico, no le queda más EVASIÓN que la muerte voluntaria, otro modo de condenarse, menos agradable, puesto que no incluye los beneficios terrenales del PACTO.
I. LLAMAMIENTO A SATANÁS
Demarcar la clientela de las prácticas satánicas no es muy fácil, en verdad; todos los inadaptados que viven más o menos al margen de la sociedad y de sus leyes morales pueden estar incluidos en ellas; pero mejor será deducir los enfermos, perseguidos o perversos, los delirantes, todos los que se extravían en autoacusaciones y son capaces de inventar, mediante reminiscencias y de defender sin flaquear las mentiras más sorprendentes. Entre los insatisfechos, situaremos también los pervertidos sexuales, aficionados a niños o niñas, a quienes arrastran hacia los bosques, que se dan aspectos de animal (LICÁNTROPOS) y que desentierran cadáveres (NECRÓFILOS).
Para comprender bien, sin embargo, la frecuencia de esos recursos al DEMONIO –que los procesos de brujería de los AÑOS de 1560 a 1640, tan frecuentes como una verdadera epidemia, nos permiten abarcar- conviene recordar una vez más que todos aquellos hombres, aun los mejor equilibrados y más dotados del famoso “sentido común” tan bien repartido, viven en una fantasmagoría diaria, en un universo poblado de espíritus y demonios de naturaleza semidivina o paradivina, que manejan las fuerzas y producen los fenómenos, encadenándolas unas a otros. El aire está poblado de DEMONIOS, como los abismos de la onda de peces, los cielos de ángeles y la Tierra de hombres, dice RONSARD.
PICO DE LA MIRANDOLA y PARACELSO declaran lo mismo. Y el propio RONSARD recuerda durante mucho tiempo haber visto, una noche que iba a ver a MARÍA, la cacería salvaje, infernal y aullante, de la cual habría sido víctima de no haber sacado la espada y cortado el aire todo alrededor suyo: es también la carrera de los batallones del infierno que se arremolinan a las órdenes del demonio HELLEQUIN, aullando a plena voz y sin esperar más alivio que la oración de los vivos. (RONSARD, Hymnes, I, Les Daimons.
RONSARD no calla en sus descripciones de los Demonios, buenos (los ángeles) y malos: de estos últimos, dice él, traen sobre la Tierra Pestes, fiebres, languideces, tormentas y truenos. Hacen ruidos en el aire para espantarnos. Hacen a los ojos humanos dos soles presentar. Hacen ennegrecer la Luna horriblemente espantosa y hacen llorar al cielo una lluvia sangrienta…)
A quien pudiera desprenderse de esos fantasmas, no hay cosa que no les recuerde no solamente la existencia, sino el PODERÍO de los DEMONIOS, ni siquiera el TEATRO religioso: INSTALADOS EN MEDIO DE LOS MISTERIOS MEDIEVALES POR RAZONES DE EDIFICACIÓN, CON TODA UNA IMAGINERÍA QUE MUY PRONTO FUE RITUAL (EL HOCICO DE INFIERNO, LOS DIABLOS EN CUATRO, LA BARAÚNDA DE LOS CALDEROS), SATANÁS Y SUS COMPAÑEROS SIGUEN SU CARRERA MIENTRAS LOS MISTERIOS SON REPRESENTADOS EN LOS ATRIOS DE LAS IGLESIAS, ES DECIR, HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XVI: A FINES DEL SIGLO SIGUIENTE, ALGUNAS CIUDADES REPRESENTAN TODAVÍA DIABLERÍAS, MUY APRECIADAS POR UN PÚBLICO AL QUE LA PERVERSIÓN SIGUE GUSTANDO MUCHO, DANDO EL EJEMPLO, VICTORIOSO POR UN MOMENTO, DE UN DESORDEN SIMPÁTICO. Credulidad de los siglos XVI y XVII: admitamos la expresión con la condición de que no olvide la del siglo XX proyectada en actual siglo XXI, la frecuencia en nuestros archivos judiciales de las casas con fantasmas, de las misas negras, la abundante clientela de ABOGADOS, de oficiales superiores, de hombres POLÍTICOS que frecuentan los gabinetes de las videntes EXTRA-LÚCIDAS, etc.
FINALMENTE, para comprobar la frecuencia de esos recursos al Maligno, conviene igualmente expresar la habilidad de algunos espíritus sutiles que han explotado una credulidad tanto más fácil de engañar cuanto que todas las ideas recibidas y todas las enseñanzas de la Iglesia manifiestan la presencia y el poderío del DEMONIO. Hablar de credulidad no es, en verdad, más que un abuso del término, que justifica mal el progreso del espíritu científico de nuestro tiempo.
(“INTRODUCCIÓN A LA FRANCIA MODERNA” – 1500-1640 – Ensayo de Psicología Histórica por ROBERT MANDROU, Director de Estudios en la Escuela Práctica de Altos Estudios. Traducción de Leonor de PAIZ, UTEHA, México, 1962, 295 p. ).
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO Cordubensis. INSTITUTO EREMITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía, a 27 de agosto del Año del Señor de 2011. Fiesta de SAN JOSÉ CALAZANS, Confesor. Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Gspp. ARCHIVOS 2: EVASIONES: LA MAGIA SATÁNICA Y LA MUERTE.
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