Editó: Lic. Gabriel Pautasso
SANTA TERESA DE JESÚS
Pues todo concertado, fue el Señor servido que, día de SAN BARTOLOMÉ, tomaron hábito algunas y se puso el Santísimo Sacramento y con toda autoridad y fuerza quedó hecho nuestro monasterio del gloriosísimo SAN JOSÉ, año de mil y quinientos y setenta dos. Estuve yo a darles el hábito, y otras dos monjas de nuestra casa misma, que acertaron a estar afuera. Como en ésta que se hizo el monasterio era la que estaba mi cuñado (que, como he dicho, la había él comprado por disimular mejor el negocio), con licencia estaba yo en ella, y no hacía cosa que no fuese con parecer de letrados, para no ir un punto contra obediencia. Y como veían ser muy provechoso para toda la Orden por muchas causas, que, aunque iba con secreto y guardándome no lo supiesen mis prelados, me decían lo podía hacer; porque por muy poca imperfección que me dijeran era, mil monasterios me parece dejara, cuánto más uno. Esto es cierto porque aunque lo deseaba por apartarme más de todo y llevar mi profesión y llamamiento con más perfección y encerramiento, de tal manera lo deseaba que cuando entendiera era más servicio del Señor dejarlo todo, lo hiciera – como lo hice la otra vez – con todo sosiego y paz. (Vida, capítulo 36).
“Obras Completas de SANTA TERESA DE JESÚS”. Editorial Monte Carmelo. Burgos, 1990.
SAN FRANCISCO DE SALES
No hablo de la humildad de MARÍA, porque ya he dicho que su casto esposo recibía gran aumento en las virtudes propias como reverbero de las de ella.
JOSÉ participaba intensamente de aquel tesoro que tenía en su casa, NUESTRO SEÑOR, pero vivía humilde y sumiso. JESÚS, después de la Virgen Santísima , pertenecíale a él más que a nadie, siendo como era familiar suyo e hijo natural de su Esposa. Si un pajarillo o una paloma (por usar una comparación más adecuada con la pureza de los santos de quienes estamos hablando) llevase en el pico un dátil y lo dejara caer sobre un jardín, no se diría que la palmera nacida de tal semilla pertenece a la paloma, sino que al amo al jardín. Y ¿quién osaría entonces dudar de que el Espíritu Santo, divina paloma, dejó caer este dátil celestial en el jardín cerrado de la Virgen Madre ; defendido en torno suyo por los setos vivos del voto de virginidad y pureza inmaculada, que pertenecía al glorioso SAN JOSÉ, como la esposa al esposo, y que tan divina palmera, rica en frutos de inmortalidad, no pertenece también a nuestro SANTO, el cual ni se asombra, ni se ensoberbece, ni se vanagloria, sino que se hace cada día más humilde?
SAN BERNARDINO de SIENA
La norma general que regula la concesión de gracias singulares a una criatura racional determinada es la de que, cuando la gracia divina elige a alguien para un oficio singular o para ponerle en un estado preferente, le concede todos aquellos carismas que son necesarios para el ministerio que dicha persona ha de desempeñar.
Esta norma se ha verificado de un modo excelente en SAN JOSÉ, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del universo y Señora de los ángeles. JOSÉ fue elegido por el eterno Padre como protector y custodio fiel de sus principales tesoros, esto es, de su Hijo y de su Esposa, y cumplió con insobornable fidelidad. Por eso le dice el Señor: Eres un empleado fiel y cumplidor; pasa al Banquete de su Señor.
Si relacionamos a JOSÉ con la Iglesia universal de Cristo, ¿no es éste el hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrollo de una manera ordenada y sin escándalos? Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la VIRGEN MADRE por cuyo medio recibió a CRISTO, después de MARÍA es SAN JOSÉ a quien debe un agradecimiento y una veneración singular.
San Bernardino de Siena. Lectura para la festividad de SAN JOSÉ.
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO Cordibensis. INSTITUTO EMERITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía , a 1º de Agosto del Año del Señor de 2010. Conmemoramos: El Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat fundado el 1º de agosto de 1637 por el Presbitero Doctor IGNACIO DUARTE y QUIRÓZ, sacerdote cordobés, docto y virtuoso.
El 1º de agosto de 1776 se firmaba una Real Cédula designando al Teniente General PEDRO DE CEVALLOS a cargo del VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA “última llamarada española en América”, a menos de 34 años de nuestra Revolución. SOPLA EL PAMPERO. ¡VIVA LA PATRIA ! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Gratias agamus Domino Deo nostro! gspp.*
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