domingo, 8 de noviembre de 2009

Augusto del Noce, filósofo católico del Siglo XX


ARNALDO FORLANI, secretario de la DC italiana, recordó a DEL NOCE como “protagonista de la cultura católica del siglo XX, filósofo genial, gran maestro de nuestra juventud (…)”.

Por Gabriel S. P. Pautasso

(Revista GLADIUS, Dtor Rafael Luis Breide Obeid, Año 18. nº 50, Pascua de 2001, p. 67-83 Buenos Aires).

AUGUSTO DEL NOCE falleció el 30 de diciembre de 1989, a los 79 años de edad. Se trataba del gran filósofo italiano. Entre los numerosos mensajes de condolencia que recibieron su viuda, ANGELA, y su hijo FABRIZIO, se destacaba el del Papa JUAN PABLO II, en cuyo texto rinde homenaje a “su límpido testimonio de fe y su esfuerzo permanente en el estudio del pensamiento cristiano, apuntando a un diálogo constructivo y a una profundización de los temas modernos de la filosofía, así como su labor constante en el plano de la reflexión filosófica”.
Por su parte, el Presidente italiano, FRANCESO CAOSSIGA, dijo en el mensaje a su familia: “Filósofo insigne y gran espíritu religioso, ANGUSTO DEL NOCE, que me honró con su amistad, supo de hacer un aporte importante al pensamiento filosófico italiano de nuestro siglo”. COSSIGA recordó, además, “su compromiso apasionado y coherente en defensa de la libertad”.
ARNALDO FORLANI, secretario de la DC italiana, recordó a DEL NOCE como “protagonista de la cultura católica del siglo XX, filósofo genial, gran maestro de nuestra juventud (…). Su crítica de la ideología marxista-leninista – escribe FORLANI – solio confinarlo al aislamiento, por efecto del conformismo de una cierta cultura italiana. Compartió con nosotros inspiraciones y objetivos. Ejerció con gran coherencia su compromiso, y la DC lo tuvo en sus filas. AUGUSTO DEL NOCE representó a nuestro partido en el Senado de la República, aportando en ello su inteligencia y su lealtad. Con él muere un amigo sincero, al que todo debemos mucho”.
*AUGUSTO DEL NOCE fue profesor de Historia de la Filosofía Moderna en la Universidad de Trieste, y luego de Filosofía Política en la Universidad de La Sapienza, en Roma. Entre sus obras se recuerdan El problema del ateísmo 1964, Reforma católica, filosofía moderna y Lutero 1965, La época de la secularización 1970, El suicidio de la Revolución 1978 y El católico comunista 1981.

*“El piamontés AUGUSTO DEL NOCE – escribió por entonces la revista socialista Mondo Operario (Mundo Obrero) – es a la cultura católica lo que el piamontés NORBERTO BOBBIO a la cultura liberal socialista”.
Ahora bien, a renglón seguido se sintetiza la última entrevista que concedió AUGUSTO DEL NOCE a su discípulo NICOLA GUISO, publicada en el diario italiano Il Popolo en el marco de un reportaje sobre el tema “El Partido Comunista italiano y las ideas liberales”. Sus palabras conservan gran actualidad, no sólo a la luz de los acontecimientos en el Este europeo, sino que sobre todo a la vista de las disputas ideológicas en el interior del Partido Comunista italiano.
En el plano de la filosofía realista, considera que afirmar que el PCI “ha roto” con el marxismo-leninismo no es quizá la descripción más correcta de los hechos. En realidad, sostiene nuestro filósofo, desde el punto de vista comunista se trataría de que el marxismo y luego de marxismo-leninismo se consideran respuestas históricas a problemas históricas. Respecto al momento en que se asumieron como premisa ideológica en el compromiso político del PCI, el desarrollo histórico creó una realidad radicalmente diversa: y he aquí el sentido el sentido de la advertencia casi obsesiva de OCHETTO (actual secretario general del PCI) sobre la ecología, sobre la amenaza de una destrucción del mundo que supera la visión clasista de la historia.
Así, por lo tanto, el PCI no niega el marxismo, sino que lo coloca como un momento de la historia.
Así, por lo tanto, el PCI no niega el marxismo, sino que lo coloca como un momento de la historia, y no ya como la ideología de la culminación de la historia. Y con esta interpretación abandona sobre todo el aspecto mesiánico del marxismo, en virtud del cual GRAMSCI decía que el comunismo es una religión que debe sustituir al cristianismo. Pero, ¿adónde va esto? No a la socialdemocracia, porque un PCI que se hiciese socialdemócrata deberá reconocer que se equivocó en Livorno y por tanto subordinarse a otra fuerza política; y para un partido con la fuerza y la tradición del PCI, ésta es una actitud muy comprensible. Pero no subordinarse a la socialdemocracia, el PCI reingresa, por así, en el mundo burgués.
Por consiguiente, debemos abordar el aspecto táctico de la cuestión.
Después de la muerte de BERLINGUER, el PCI había asumido con creciente convicción como motivo inspirador de su “COMPROMISO POLÍTICO” el interés por el individuo y la satisfacción de sus necesidades instintivas-estomacales. Lo demuestran las actitudes asumidas por la sociedad “civil” ante cuestione que tocan a la naturaleza y los objetivos del hombre y de la comunidad, como la protección de vida en todos los momentos en que se manifiesta, el aborto, el feminismo, el sexo, la biogenética, el papel de la competencia en la vida de l sociedad, en la producción y en la remuneración del trabajo. Ahora bien, las posturas que ha asumido el PCI en estos y otros asuntos, provienen de una opción táctica defensiva, a tono con fuerzas predominantes en la cultura y sociedad civil, para frenar el retroceso electoral, o son efecto de una creciente influencia de las ideas liberales: DEL NOCE asegura el aspecto táctico de estas actitudes parece evidente en la superficie,, pero en su raíz hay un proceso mucho más profundo. Alrededor del decenio del 30, historia DEL NOCE, el PCI consideraba su mayor adversario a lo que llama “Civilización cristiana”. Con la consolidación de la DC en la segunda posguerra, la concreción en Italia de esta “Civilización cristiana” parecía una meta históricamente alcanzable, y en 1948 la batalla contra el comunismo internacional se libra en nombre de ella. Debe hacerse memoria que la revista Civilitá Cattolica de la Compañía de Jesús comentó los resultados electorales afirmando que la Revolución Francesa había creado el sistema burgués, la rusa había materializado la sociedad comunista y que ahora había llegado el momento de la “Civilización cristiana”. También para MARITAIN, la de de la “nueva cristiandad” era una idea-fuerza que debía realizarse en la democracia, partiendo de la premisa de que ésta sólo puede continuar siendo tal en nuestro tiempo hacia la “nueva cristiandad”.
Después de 1948, esta idea se debilitó progresivamente en la DC, que cada vez más puso el acento en el sustantivo antes que el adjetivo.
El referendum sobre el Divorcio verificó el ocaso en el horizonte de la “civilización cristiana”. En ese momento, los comunistas podían pensar que la decadencia de la idea de la “nueva cristiandad” era el camino hacia su reafirmación.
Entre 1974 y 1976 se podía pensar realmente que GRAMSCI tenía razón al afirmar en un sugestivo texto que el catolicismo se suicidaba transformándose en fuerza política.
Pero en forma paralela, el desarrollo histórico ha puesto en todo el mundo en crisis irreversible a la ideología comunista, también, creando las promesas para el “suicidio” del PCI, que con la victoria del occidentalismo neoliberal termina por asumir como motivación del propio COMPROMISO POLÍTICO ideas y objetivos de la burguesía, reducidos a los espacios comprendidos entre los límites tradicionales de la dialéctica iluminista-ilustrada de “modernidad-tradición” y “conservadorismo-progreso”.

*EL ORDEN SOCIAL

Otro elemento a tener en cuenta en la reflexión del pensador italiano es el relativo al orden social. En aquel documento del congreso del PCI se decía: “Una democracia completa que no resulte constreñida ni se repliegue frente a ningún poder, a ningún derecho, es un objetivo históricamente maduro por el grado de evolución y cultural, por la conciencia que sea ha extendido entre los ciudadanos”.
DEL NOCE se pregunta: “¿Es correcto decir que en el origen de esta afirmación está la idea radical fundamental de que la libertad, hoy todavía muy limitada., deberá un día ser ilimitada y de que todo obstáculo a ella deberá desaparecer, por lo cual proyectar para el hombre la exigencia moral y social de respeto hacia algunos y hacia algunas normas equivaldría a querer prolongar la limitación de su ser, y cualquier invocación de límites y de leyes sería un atropello y una intocable sumisión del hombre al dominio de la autoridad y de la tradición”.
El filósofo italiano responde que: “Hoy el PCI no puede sino hacerse PROGRESISTA en el orden burgués, sobre todo al haber tenido que abandonar LA LUCHA DE CLASES. Y en este orden ya no puede estar condicionado por ataduras morales del género de aquellas que le imponía la perspectiva revolucionaria, que tenía como fundamento el sacrificio total del individuo, por la afirmación de un ORDEN SOCIAL en que él mismo se habría anulado en una dimensión de libertad colectiva”.
Podríamos agregar a ello que ya el centro de toda la concepción de superestructura de GRAMSCI y de extensión del concepto de Estado, sea respecto de MARX, pero, en general de la filosofía política de la época, reside en el tema de la HEGEMONÍA. A través de ella se expresa la relación entre SOCIEDAD CIVIL y Estado; la dialéctica entre CONSENSO y AUTORIDAD; la diferencia entre “GUERRA DE POSICIÓN” – que comporta una profunda REFORMA INTELECTUAL y MORAL y como la difusión de una nueva hegemonía que transforma la filosofía en “SENTIDO COMÚN” de la sociedad – y la “GUERRA DE MANIOBRAS” – que era el modelo típico de las REVOLUCIONES JACOBINAS, pasando por la FRANCESA, la RUSA BOLCHEVIQUE, y por la mayoría de los acontecimientos de los dos últimos dos siglos – el XIX y XX – y que comportaron siempre, como común denominador, la idea de ASALTO, del ACTO palingenésico, la utilización de la VIOLENCIA como “PARTERA DE LA HISTORIA” -, y se define el papel de los INTELECTUALES y del propio PARTIDO (COMUNISTA)-PRÍNCIPE (N. MACCHIAVELLI). Este es el NUDO de la elaboración gramsciana, esclarecida y lúcidamente develada por DEL NOCE en su obra, sus Cuadernos de la Cárcel y otras, sobre el revolucionario sardo-italiano, FUNDADOR DEL PCI, Y, SIN DUDA, SU MAYOR APORTE FILOSÓFICO AL MARXISMO Y A LA TEORÍA POLÍTICA EN GENERAL.
GRAMSCI sostiene en sus CUADERNOS DE LA CÁRCEL que “el momento de la hegemonía o la dirección CULTURAL es el momento esencial de la más moderna filosofía de la PRAXIS” (el marxismo). Aquí, como en la formulación del “PARTIDO-PRÍNCIPE”, se vincula a MAQUIAVELO para tomar en su propia noción de hegemonía esta “doble naturaleza del centauro maquiavélico, de la bestia y del hombre”, de la VIOLENCIA como factor que, en definitiva, no logra jamás construir una civilización.
En nuestra modesta opinión, la estrategia de la hegemonía de GRAMSCI supera definitivamente, en términos teóricos pero también históricos, al concepto de “dictadura del proletariado” que nace con MARX en tanto abstracción histórica, que absolutiza LENIN y que STALIN, hasta GORBACHOV (el último zar del comunismo), transforman en “dictadura del proletariado del Partido Comunista de la URSS” vía NOMENKLATURA.
HEGEMONÍA, por el contrario, es sinónimo de DIRECCIÓN CULTURAL; es el componente obligatorio de la ampliación SOCIAL e IDEOLÓGICA del Estado en general; es un momento de mediación entre teoría e historia, un momento de tránsito de la FILOSOFÍA a la CIENCIA POLÍTICA. Todo esto implica un verdadero re-pensamiento de la política, desde MAQUIAVELO a MARX, y una re-elaboración sea de la sociedad civil como de la sociedad política. Cambia el concepto de “REVOLUCIÓN PERMANENTE” del MARX de 1848, como la estrategia eminentemente JACOBINA y EXTREMA de LENIN. Desaparece, con GRAMSCI, la hora “X”, la idea tan proyectada en la izquierda marxista-leninista, de la secuencia: ESPERA – ACUMULACIÓN DE FUERZAS – PREPARACIÓN DEL ASALTO DEFINITIVO – ASALTO AL PODER COMO EL ACTO ÚNICO Y RESOLUTIVO – y, en cambio, se disemina la LUCHA HEGEMÓNICA dentro de la sociedad civil y los APARATOS DE HEGEMONÍA, en búsqueda permanente e in-interrumpida de soluciones incorporadas en un proyecto transformador que señala la capacidad de ser fuerza dirigente – no excluyente – dentro del Estado que se quiere DEMOCRATIZAR y SOCIALIZAR.
En definitiva, la concepción de hegemonía supone un régimen político de libertades democráticas. “SOMOS CLARAMENTE LIBERALES, AÚN CUANDO SEAMOS SOCIALISTAS”. El liberalismo, en cuanto costumbres, hábitos, reglas, es condición ideal e histórica del socialismo”. (ANTONIO LEAL, “Gramsci en el palacio de las ideologías”, diario El Mercurio, Sgo. De Chile, 24.4.94, pp. 18-20).

*EL COMPROMISO HISTÓRICO

DEL NOCE se desempeñó primeramente como catedrático de historia de filosofía en l Universidad de Trieste, pasando luego a la Universidad de Roma para enseñar filosofía política y ha escrito varios libros y ha escrito varios libros sobre la materia – a más de infinidad de artículos, a través de su columna en Il Tempo -, entre los cuales se destacan, en castellano, “Italia y el eurocomunismo: una estrategia para Occidente” (original “L´Eurocomunismo e Italia”), ensayos Aldaba, Editorial Magisterio Español, Madrid, 1977, 197 pp., y la otra, titulada “KARL MARX: escritos juveniles”, colección Crítica filosófica, en colaboración con JOSÉ ANTONIO RIESTRA, de la editorial Magisterio Español, Madrid, 1975, 172 pp.
En dichas obras expone sus principales tesis sobre la problemática filosófica, entre las que se destaca el tema del “Compromiso Histórico”, en las que reflexiona que el Partido Comunista, especialmente cuando se planteó la posibilidad del “Compromiso Histórico”, tenía su propia fuerza cultural y esta fuerza unificaba a los comunistas. Por el contrario, la democracia cristiana no tenía política cultural alguna. Sostiene que en esa coyuntura histórica “habríamos tenido, por consiguiente, una alianza entre un partido fuerte, como el comunismo, y un partido moralmente débil. Habría sido un acuerdo entre una mano de hierro y una mano de vidrio”. (JAIME ANTUNEZ ALDUNATE, Crónica de las Ideas para comprender un fin de siglo, Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1988, pp. 159).
Seguidamente comenta cuál era la opinión que el propio GRAMSCI tenía respecto del Partido Popular, que se convirtió luego en el Partido Demócrata Cristiano italiano: “Para GRAMSCI, con el Partido Popular los católicos perecerían en el campo político. El Partido Popular, según el pensador sardo, debería representar el suicidio del catolicismo a favor del comunismo. Por consiguiente, su posición era de relativa simpatía por el Partido Popular y decía que no había necesidad de violencia con él, porque caería solo. Por si mismo desembocaría en el Partido Comunista. Es decir, que el Compromiso Histórico se expresaba como tesis en cuanto posibilidad de que los católicos – así lo presentaba el PCI – tradujesen al campo político sus propios ideales. Llegó, sin embargo, el momento en que esta fórmula política dejó de interesarles. Y, entonces, cambiaron su discurso, pero dando por hecho que ya habían ganado la batalla de la esfera cultural. Pues, en efecto, en el campo mismo de los católicos podían constatar la existencia de diversos momentos de contestación protestataria al Magisterio de la Iglesia, movimiento de “cristianismo popular” tipo Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, bastante extendidos, colaboradores no sólo de los marxistas, sino con los mismos partidos burgueses en campañas como las del Divorcio y el aborto. Cuando ganaron esas batallas, pensaron que el catolicismo darse por vencido. Y, entonces, pasaron a otra fórmula política que es la que ahora mismo están persiguiendo y que la alianza entre comunistas y socialistas, y más recientemente con el liberalismo radical y la socialdemocracia, dando lo anterior por superado.
“TODO ESTO REPRESENTA, EN CIERTO MODO, A LA REALIZACIÓN DEL SUICIDIO DEL CATOLICISMO DEL CUAL HABLÓ GRAMSCI EN 1919”, señala AUGUSTO DEL NOCE.

*LA HEGEMONÍA CULTURAL

DEL NOCE explicita cómo surge el programa de “Hegemonía Cultural” y de transformación del “SENTIDO COMÚN”. Hay que tener presente para explicarse este tema, el punto de partida, “el objetivo real histórico en que nace el pensamiento de GRAMSCI”.
El problema que GRAMSCI se plantea es el siguiente, explicitado por DEL NOCE.
Como implantar el comunismo en un país desarrollado, donde la clase media es muy amplia, donde no hay una oposición frontal de proletarios y capitalistas, donde existe homogeneidad no sólo en lo social y económico, sino que prevalece también un patrimonio de creencias comunes que atraviesa todos los estamentos sociales. El revolucionario sardo italiano piensa que en esta situación no hay posibilidad de instaurar el comunismo por la VÍA ARMADA, VIOLENTA – la revolución en la estructura, como decía MARX – y busca, entonces, una estrategia a largo plazo para llegar a implantar democráticamente el marxismo. Para ello, es necesario modificar la mentalidad, CAMBIANDO LA CULTURA DE LA GENTE, DESDE LUEGO SUPRIMIENDO TODA CREENCIA EN UN ORDEN TRASCENDENTE. Alcanzado el dominio ideológico por el marxismo, entonces será posible que se instaure el poder revolucionario.
En esta inversión de la relación entre estructura y superestructura se encuentra la originalidad de GRAMSCI, respecto del marxismo-leninismo modelo 1917 revolución bolchevique, inteligentemente develada por AUGUSTO DEL NOCE por primera vez en la Historia de la Filosofía Contemporánea.
Para LENIN, dado el primado de la estructura, el comunismo llega al poder mediante la conquista violenta del Estado: LENIN, EL ESTRATEGA, y TROTZKY, EL TÁCTICO; a esta acción seguirá la liquidación de las superestructuras burguesas y su sustitución por el pensamiento MARXISTA. Para GRAMSCI, en cambio, en los países que se distinguen por las características antes señaladas – como el caso de ITALIA y nuestra América hispánica – LA REVOLUCIÓN TRIUNFARÁ SÓLO SI SE CONQUISTA PRIMERO LA SOCIEDAD CIVIL y, COMO CONSECUENCIA, EL ESTADO. Hace falta, por tanto, sustituir la cultura vigente por una nueva cultura integralmente MARXISTA y hacer que se extienda hasta dar origen a un nuevo sentido común: UNA NUEVA FORMA DE RAZONAR, UNA CONCEPCIÓN MARXISTA DEL MUNDO.
A esto concluye DEL NOCE: “GRAMSCI quería ser, quería representar la posición revolucionaria que de hecho implicaba que el Partido Comunista para GRAMSCI no era un partido, sino una concepción de la vida que debía sustituir las concepciones anteriores y, sobre todo, el socialismo es la religión que debe dar muerte al cristianismo, darle muerte en el sentido de ponerse en su lugar”. (O. cit., p. 161).
El socialismo hoy no es otra cosa sino ideología: va dirigido a obtener las libertades burguesas – divorcio, aborto, control de la natalidad, eutanasia, ecologismo – presentándose como el heredero del viejo liberalismo, puesto al día gracias al encuentro con el progresismo radicalizante. Es una forma de marxismo revisionista, un intento de asimilar el marxismo a la cultura demoliberal. Y el marxismo gramsciano es, en cambio, auténticamente filosófico, fundándose precisamente en la conciencia de constituir una nueva cultura total y totalitaria, como GRAMSCI repite continuamente. Actualmente, el PCI se ha convertido en el “Partido Democrática de la IZQUIERDA” (PDI), siendo el heredero en sus objetivos y programas del fundado por GRAMSCI en 1921, presentándose en las últimas elecciones realizadas en Italia con una plataforma abiertamente ambientalista-ecologista. Es que, a nuestro juicio, la socialdemocracia y el radical-socialismo preparan en la superestructura – con sus reivindicaciones liberticidas o parafraseando al catedrático católico DEL NOCE, el suicidio de la verdadera libertad, que intentan disolver los fundamentos metafísicos de la religión, de la moral, del derecho -, el camino para una victoria plena del comunismo.
¿Es el marxismo un nuevo humanismo, una filosofía que exalta los valores humanos y defiende la dignidad humana? ¿Es el marxismo compatible con el cristianismo?
Ahora bien: es necesario – y posible – demostrar que situar al marxismo en el lugar que le corresponda en la historia de la filosofía exige una nueva comprensión de la historia del pensamiento y de la historia en general, que no puede convenir más que a la metafísica del primado del ser. Sólo en base a esta nueva comprensión de la historia puede después proceder a una filosofía de la política. (AUGUSTO DEL NOCE, Il problema dell´Ateismo).

GRATIAS AGAMUS DOMINO DEO NOSTRO!


gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis Nº 328


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