viernes, 17 de septiembre de 2010

*LA CAÍDA DE ROMA, 576 d. C. a fines del s. V*

*ANTIGÜEDAD y EDAD MEDIA*
*EL FIN DEL MUNDO ANTIGUO y EL COMIENZO DE LA EDAD MEDIA* (FERDINAND LOT)

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

*“EN SU INFANCIA COMBATIÓ TRAS SUS MURALLAS. DUROS COMBATES OCUPARON SU ADOLESCENCIA; ENTONCES CRUZÓ LOS ALPES Y EL MAR. HECHO HOMBRE, EL PUEBLO ROMANO ALCANZÓ TRIUNFOS Y LAURELES POR TODO EL UNIVERSO. PERO AHORA CAMINA HACIA LA VEJEZ Y ASPIRA A DISFRUTAR DE UNA VIDA TRANQUILA, PUES CON SÓLO SU NOMBRE GANA TODAVÍA VÍCTORIAS. POR TODAS PARTES EL NOMBRE DEL PUEBLO ROMANO ESTÁ RODEADO DE CONSIDERACIÓN Y RESPETO”.*

*AMIANO MARCELINO*

*Se ha visto como los progresos de la organización, los esfuerzos de la cooperación humana han llevado a los imperios; el de Oriente, el de ALEJANDRO y monarquías helenísticas, IMPERIO ROMANO, que hereda una experiencia milenaria y funda definitiva el Estado, al mismo que recoge la esencia de una civilización, de la que HÉLADE y el ORIENTE se ha impregnado.
A fines del siglo IV ROMA aparecía a los ojos de sus contemporáneos satisfecha de sus victorias, sin ambiciones, esperando poder disfrutar de una paz ganada tras largos y honrados esfuerzos. Las palabras de AMIANO MARCELINO envuelven una nostalgia de glorias pasadas y una tácita confesión de incapacidad.

*LOS PELIGROS EXTERIORES*
ASÍ, en los días en que AMIANO MARCELINO componía su obra, eran muchos los peligros que amenazaban las fronteras del Imperium tanto en Europa como en Asia y en África. Este PELIGRO lo constituían diversos pueblos calificados por los romanos de “BARBAROS”, como “extraños al mundo” en que ellos vivían, si bien su grado de civilización difería mucho de unos a otros.
En BRETAÑA, las costas del Mar del Norte y del Canal de la Mancha se ven asaltados por los SAJONES procedentes del HOLSTEIN, lo que obliga a organizar una frontera especial marítima, litus saxonicum; por el Norte, los PICTOS de CALEDONIA, y por el Oeste, los ESCOTOS de IRLANDIA, constituyen también un peligro grave, como se vio en seguida cuando en el año 401 y en 407 las débiles guarniciones romanas eran evacuadas en la isla.
En las fronteras del RIN al DANUBIO la amenaza viene de diversos pueblos germánicos. La GERMANIA con la que tenían que enfrentarse ahora los emperadores, no es la que siglos atrás nos describiera el historiador TÁCITO. A FINES DEL SIGLO II y durante todo el siglo III la emigración de tribus desde ESCANDINAVIA hacia el centro y sudeste de Europa, ha alterado completamente el panorama del mundo bárbaro. El desorden en la Europa Central debió ser grande, y las tribus fugitivas o errantes asaltaban repetidas veces las fronteras del Imperio. Pero son siempre rechazados. Grupos de vencidos son internados en Imperio y empleados en el cultivo del campo; pero dados su escaso número y su dispersión no constituyen peligro alguno para estructura y seguridad de Roma. De esos pueblos tal vez los más temidos sean los ALAMANES, que a mediados del siglo V tuvieron que ser contenidos por el emperador JULIANO (357) cuando ya amenazaban todo el Noroeste de la GALIA. En el valle del MAIN, frente a MAGUNCIA, están los BURGUNDIOS o BORGOÑONES. Más arriba, los FRANCOS, que, con sus dos ramas, los RIPURARIOS (frente a BONN, COLONIA y NEUSS) y los SALIOS (HOLANDA), llegaban hasta el Mar del Norte; vencidos también por el emperador JULIANO, había sido instalados como FOEDERATI  o aliados en Toxandria (BRABANTE); pero con esto no cesaron en sus incursiones devastadoras.
En el curso superior del DANUBIO acampanan antiguas tribus SUEVAS (CUADOS y MARCOMANOS), entre las que se abren paso los VÁNDALOS que vienen de las costas del BÁLTICO. Pero en este sector las fronteras del Imperio no han sufrido todavía retroceso alguno.
Más amenazadoras se muestran los GODOS que, procedentes de las costas de Escandinavia, se han extendido por las estepas rusas hacia el MAR NEGRO, donde los encontramos en el año 230 sitiando OLBIA, en la desembocadura del BUG. Desde aquí irrumpen en la MESIA y la TRACIA por tierra y por mar, llegando hasta SALÓNICA; pero son siempre rechazados y sus bandas destruidas; los que escapan con vida quedan reducidos a la condición de esclavos o colonos. En el año 332 se coaligaron con SÁRMATAS y TAIFALES irrumpiendo por el Danubio; pero derrotados por CONSTANTINO, hijo de CONSTANTINO EL GRANDE, se someten y quedan al servicio del Imperio con la misión de defender sus fronteras. Son instalados entre el Danubio y el DNIESTER, en la actual RUMANIA, y durante más de cuarenta años permanecieron tranquilos. Entonces comienzan a civilizarse. Fueron los primeros pueblos germánicos que se hicieron cristianos, por las predicaciones de ULFILAS, un ciudadano romano de ascendencia goda, que tradujo la Biblia a su lengua, iniciando con esta traducción las literaturas modernas. Dominando entonces en ORIENTE, la doctrina de ARRIO, los godos aceptaron el cristianismo arriano, y su ejemplo fue imitado más tarde por otros pueblos germánicos, y su ejemplo fue imitado más tarde por otros pueblos germánicos, lo que dificultó y retardó la mejor inteligencia y fusión con la población romana del Occidente, que era católica.  
Los GODOS instalados al otro lado del DANUBIO forman la rama de los VISIGODOS o “GODOS BRILLANTES”, y más hacia el Este, hasta el DON, acampa otro grupo de los mismos, los OSTROGODOS o “GODOS PRUDENTES”. Aquí, en la costa Norte del Mar Negro, se creará un foco de cultura bárbara, fuertemente influido por la cultura del IRÁN y del Asia Central, que se trasmitirá a todo el mundo germánico.
En África occidental – del ATLÁNTICO a la CIRENAICA – los BEREBERES, constantemente rechazados hacia las montañas y desiertos del interior, son una amenaza permanente, por lo mismo que es difícil reducirlos a fronteras de fácil defensa y vigilancia; los instalados en tierras del Imperio NO ERAN TAMPOCO FÁCILES DE ASIMILAR, y su fanatismo se hace patente en las violentas contiendas religiosas de DONATISTAS y CIRCONCELIANOS.
En Asia, los ÁRABES, pero sobre todo los PERSAS del IRÁN, constituyen un grave peligro. A estos últimos sólo en cuanto extraños al Imperio se les puede calificar de “BÁRBAROS”. Desde son  instalados en PERSIA de la nueva dinastía SASANIDA (224), ROMA estaba a la defensiva y últimamente se había visto forzada a ceder la mayor parte de ARMENIA (387). Espíritu anti-clásico, su arte (esmaltes, decoración) se propagará al Occidente a través de las naciones bárbaras del centro del Europa, para renacer siglos después; viejas creencias religiosas (MAZDEISMO, CULTO A MITRA, MANIQUEÍSMO) encuentran favor entre los PERSAS y aún se propagarán al mundo grecolatino; el CRISTIANISMO, que es ahora la religión oficial del Imperio, tendrá que mantenerse allí a la defensiva o será perseguido.

*SÍNTOMAS DE DECREPITUD*
Hacía tiempo que el Imperio venía   dado alarmantes síntomas de debilidad, precursores de l a catástrofes final. Los autores discrepan, sin embargo, sobre el alcance y profundidad de los mismos. Mientras unos opinan que sus males hubieran tenido remedio de no ocurrir la invasión germánica (PIGANIOL), otros estiman que el Imperio no fue en realidad destruido por los bárbaros, sino que murió de enfermedad interna (F. LOT).
A partir del siglo III crecen las dificultades económicas y sociales, los excesivos gastos de la corte y de la guerra aumentan la miseria de las clases inferiores, mientras los altos funcionarios y propietarios nadan en la abundancia. Los uno se rigen por la moneda de oro, que les permite adquirir sus productos en el mercado negro, mientras la masa de la población sólo dispone de una moneda de cobre cada vez más desvalorizada. Hay una crisis de autoridad a medida que aumenta el despotismo imperial, y una grave crisis moral cuando el Imperio, que ha aceptado el cristianismo-catolicismo como religión oficial, se ve invadido y humillado por los bárbaros.
A PESAR DE LOS ESFUERZOS DE DIOCLECIANO y CONSTANTINO el GRANDE para sanear la moneda y estabilizar los precios, se percibe en todo el IMPERIO un progresivo empobrecimiento, la vida económica se hace cada vez más primitiva, las ciudades se despueblan y el comercio decae por falta de clientes. La sociedad se anquilosa, se apaga. Para asegurar el pago del impuesto, los colonos son adscritos a la tierra y se venden con ella; los servidores del Estado, agrupados en “COLLEGIA”, QUEDAN SOMETIDOS A UNA ESTRECHA DISCIPLINA MILITAR; los gladiadores, cómicos y cocheros de circo son encadenados hereditariamente a sus profesiones, que se consideran infamantes; los CURIALES, colectivamente responsables de la percepción de los impuestos, no pueden evadirse de su condición ni aún para hacerse clérigos. Pero, “SI EL RÉGIMEN DE CASTAS IMPUESTO AL MUNDO ROMANO PUDO RETARDAR SU DESCOMPOSICIÓN, SE RECONOCE IMPONENTE PARA DEVOLVERLE LA JUVENTUD Y VIGOR” (F. LOT).
La idea del Estado romano y del servicio público se eclipsa. Con DIOCLESIANO el “imperio” se transforma de magistratura en poder monárquico; pronto – segunda mitad del siglo IV – los cargos de la corte imperial se alzarán por encima de los cargos públicos: desde TEODOSIO la monarquía se hace hereditaria. Los grandes propietarios van a su vez suplantando al Estado en sus funciones. Las gentes de las clases medias e inferiores de la sociedad tienen que defenderse de la rapacidad del fisco y de la violencia de los grandes propietarios; para ello no encuentran mejor solución que ponerse bajo el “PATROCINIO” de esta aristocracia territorial; pueblos enteros entran bajo la protección de los grandes terratenientes, sustrayéndose así al Pago de los impuestos. ARCADIO, HONORIO (395, 399)  TEODOSIO II (415) prohíben a los vici entrar en patrocinio, pero sin éxito, pues la prohibición tiene que ser renovada por otros emperadores.
La CONVERSIÓN de CONSTANTINO el GRANDE y la protección que a la Iglesia dispensan los emperadores, fue sin duda el hecho más trascendental del BAJO IMPERIO. Siglos III-V. A partir de este momento se abre un nuevo mundo a la vida del espíritu; la humanidad entra en una nueva era. Pérdida la fe en los antiguos dioses, se llegará a dudar de la perennidad de la ROMA IMPERIAL, que algunos espíritus identificaban con la persistencia de aquellos cultos. Los valores terrenales ceden la primacía a otros espirituales y eternos, y las glorias de este mundo palidecerán ante la de los mártires y ascetas. A LO LARGO DEL SIGLO V los cristianos constituyen ya la mayoría del Imperio; EL EMPERADOR JUSTINIANO cerrará los últimos templos paganos. Pero con el triunfo surgen las divisiones; fuertes querellas religiosas desgarran la Iglesia lo mismo en Oriente que en Occidente. El cristianismo, convertido en religión oficial, fuerza al emperador a ligarse a un determinado credo de los varios en disputa; y a la vez le obligará a luchar con los disidentes de esa creencia. La protección que le preste el Estado, la paga la Iglesia Oriental con la pérdida de su libertad. En Occidente, las invasiones bárbaras germánicas y los sucesivos saqueos de ROMA imperial, primero por ALARICO (410) y más tarde por los VÁNDALOS (455), someten a los espíritus sinceros a una angustiosa CRISIS de pensamiento. Estas generaciones, educadas en la cultura romano o mejor dicho GRECO-ROMANA-CRISTIANA, adheridas recientemente que había conquistado el IMPERIO supra-república de JULIO CÉSAR y AUGUSTO, sus fundadores,  contemplan la desarticulación de un mundo sabiamente organizado (año 27 a. C. – 476 d. C.),  que dura ya unos 500 años, y se ven sometidas a gentes y estirpes bárbaras, feroces, incultas y de tradiciones tan diversas. El último de los emperadores, ROMULO AUGÚSTULO, derrocado en el año 476, lleva dos nombres significativos: el del fundador de ROMA y el fundador del Imperio, pero es un diminutivo, algo así como “augustito”. Calamidades materiales y espirituales afligen los espíritus sensibles que buscan en una filosofía de la historia o  una teología de la historia la explicación de sus males. Los paganos que aún quedaban en el Imperio achacaban a los cristianos la ruina del mismo. Surge entonces la explicación de SAN AGUSTÍN y su ortodoxa teología de la historia “LA CIUDAD DE DIOS”, que informará toda la historiografía medieval: Los romanos dominaron el mundo el mundo cuando cultivaron LAS VIRTUDES PATRIAS que alaban los autores antiguos; pero ahora, en el fin del mundo antiguo, los PECADOS de los hombres han atraído hacia ellos la ira divina. No faltan autores, como SALVIANO, prefieren los bárbaros germánicas a los romanos: “Al fin y al cabo, -dice-, los bárbaros resultan preferibles, pues poseen VIRTUDES que los romanos desconocen, y ellos a su vez desconocen la CORRUPCIÓN DE LOS ROMANOS…EL IMPERIO SE DESTRUYE A SÍ MISMO Y LA INIQUIDAD DE ROMA ES CAUSA DE QUE YA NO EXISTA”.  
¡CUÁN LEJOS ESTAMOS AQUÍ DE AQUEL OPTINISMO PLACENTERO QUE EN LOS FINALES DEL SIGLO IV parecerían reflejar las palabras de AMIANO MARCELINO  QUE CITAMOS AL COMIENZO!
Las crisis económicas, las desigualdades sociales, la corrupción de la administración, han minado las bases sobre las que se asentaba el IMPERIO; ahora, perdida la FE en las deidades de la antigua ROMA (año 749-753 a. C. o ab urbe condita), las calamidades inherentes a la invasión germánica hacen que algunos romanos selectos, como SALVIANO, RENIEGUEN DE SU ROMANIDAD PARA “BUSCAR REFUGIO ENTRE LOS BÁRBAROS”. PARA NOSOTROS, EL BUNKER QUIERE DECIR “REFUGIO” ENTRE LOS BÁRBAROS para rechazar combatiendo la invasión global.  

*LA VIA INTELECTUAL y ARTÍSTICA. LA ENSEÑANZA*
“El cultivo de las bellas letras languidece, o mejor, desaparece en las ciudades de Galia. En medio de las buenas y las malas acciones, mientras se desencadenan la ferocidad de las naciones y el furor de los reyes, cuando la Iglesia es atacada por heréticos y defendida por los fieles, y cuando la fe cristiana ardiente en muchos corazones se enfría, entre otros, mientras los establecimientos religiosos, dotados por las gentes piadosas, son despojadas por los perversos, no surge ningún gramático hábil en la dialéctica para registrar estos acontecimientos, sea en prosa o en verso. Así, son muchos lo que gimen, diciendo: “maldición a nuestro tiempo porque el estudio de las letras perece en nosotros y nadie es capaz de consignar por escrito los hechos del presente”. (Prefacio de SAN GREGORIO DE TOURS a su Historia Francorum). Y un siglo después, SAN GREGORIO, el cronista que se ha convenido en llamar FREDEGARIO, reanuda la misma queja: “He aquí que el mundo se hace viejo y el filo de la sabiduría se embota; ningún hombre de este tiempo se iguala a los oradores de los tiempos pasados ni se atreve a pretenderlo”. (Prólogo del libro IV).
Los contemporáneos tienen la impresión de una DECADENCIA, de una decadencia irremediable. No se equivocan. El descenso de la literatura clásica latina había comenzado en la época de los ANTONINOS. La esterilidad del siglo III es desconcertante. A fines del siglo IV y comienzos del V, AUSONIO y CLAUDIANO emplean, sin duda, un lenguaje excelente; es que su obra es una colección de centones tomados de VIRGILIO, de LUCANO, de OVIDEO, y de MARCIAL. En el siglo V, un prosista como SIDONIO APOLINAR, escribe con un mal gusto intolerable. Este pretendido renacimiento de las letras a fines del IMPERIO, oculta una DECREPITUD. Parece que los hombres de esta época sean incapaces de extraer lo más mínimo de su propio caletre y que no tengan nada absolutamente que decir.
A mayor concepto, después de la conversión del Imperio al cristianismo, la literatura olímpica tenía que ser condenada, aunque sus representantes hubiesen sido hombres superiores, lo que no era el caso en absoluto. No olvidemos que la poesía estaba estrechamente ligada a la Mitología y el teatro a la religión. Para los cristianos de aquellos tiempos, los dioses de los poemas no eran, como para nosotros, abstracciones inofensivas. O creían en su realidad, y entonces les inspiraban miedo y horror, o los consideraban como ficciones despreciables y odiosas. SAN GREGORIO DE TOURS advierte, desde el principio, a sus lectores: “YO no me ocuparé para nada de la caída de SATURNO, ni de la cólera de JUNO, ni de los adulterios de JUPITER. Desprecio todas esas que se convierten en polvo. Yo me aplicaré a las COSAS DIVINAS, A LOS MILAGROS DEL EVANGELIO.
La mayor parte de los Padres de la Iglesia eran hostiles a las letras clásicas, y esta reprobación subsistirá a lo largo de toda la Edad Media. Abundan los ejemplos que demuestran que en aquella época los mejores representantes de la Iglesia temen y condenan la literatura clásica. SAN CESÁREO DE ARLÉS había estudiado con el retórico POMERIO. Tuvo un sueño en el que vio roído por un dragón el brazo que tenía apoyado sobre un libro pagano: desde entonces, renunció al estudio de las bellas letras. Las vidas de santos están llenas de rasgos de este género; así la VIDA DE SAN ELOY, atribuida a SAN AUDOEMO y que data de comienzos del siglo VIII, desacredita a los poetas perversos HOMERO y VIRGILIO y proclama que los escritos de los gentiles no valen nada para los cristianos. En ITALIA, SAN GREGORIO MAGNO lanza la misma condenación. En ESPAÑA, SAN ISIDORO DE SEVILLA, EL ÚLTIMO DE LOS ESCRITORES LATINOS, HISPANORROMANO, aborrece la cultura antigua.
Por qué los cristianos no destruyeron la literatura clásica-pagana, en lugar de estudiarla y conservarla. Pero, bajo el Imperio las letras gozaban de un prestigio incomparable entre las clases cultas que dirigían la sociedad. Menospreciar los recursos de la retórica en las polémicas contra los paganos y los herejes que la poseían a fondo, hubiera sido privarse de una arma indispensable y exponerse a no ser leído ni entendido. Por lo demás, en el siglo IV y en los comienzos del V, los cristianos más ilustres, pese a todo, estaban ligados a ROMA. Sienten, ellos también, que el mantenimiento del espíritu nacional es inseparable de una cierta forma de CULTURA.
Finalmente, no hay que olvidar que a falta de tratados didácticos, se extraían nociones de Historia, de Filosofía, de ciencias físicas y naturales, etc., de los comentarios de los clásicos, y tales conocimientos eran indispensables par la interpretación de los libros santos. 
De aquí las vacilaciones de los Padres de la Iglesia antes de pronunciar una condena sin apelación contras las letras clásicas. SAN JERÓNIMO y SAN AGUSTÍN, paladean sin confesarlo demasiado, las condenan en teoría, pero no prohíben que se las estudie. Se intenta, incluso, apropiarse de la forma, escudándose en la Biblia: los hebreos, al salir de Egipto, se llevaron los vasos de oro y plata del enemigo; SAN PABLO, en la epístola a TITO, cita a MENANDRO. Se crean leyendas: PLATÓN habría conocido las Santas Escrituras (según SAN AMBROSIO y SAN AGUSTÍN) y VIRGILO habría predicho el Cristianismo.
Sin embargo, a medida que se va formando una literatura cristiana, cuyo estilo se inspira en la literatura profana – y se inspira demasiado -, ésta pasa a segundo plano. Los grandes modelos son sustituidos por los escritos de los Padres de la Iglesia: TERTULIANO, LACTANCIO, HILARIO, AMBROSIO, JERÓNIMO, AGUSTÍN y los poemas de autores tales como CÓMODO, JUVENCIO, SEDULIO, DRACONCIO, ARATOR y, en fin, PRUDENCIO, el único cuya reputación ha sobrevivido. En las escuelas episcopales y monásticas se podrá copiar de tarde en tarde a un VIRGILIO y a un OVIDEO; pero cada vez se emplea menos el pergamino para transcribir las obras paganas-olímpicas. Y lo mismo sucede en todas partes. En España, la biblioteca de ISIDORO de SEVILLA, muerto en el 636, era de una riqueza que atestiguan las Etimologías. A FINES DEL MISMO SIGLO, la biblioteca episcopal de la capital visigoda, TOLEDO, sólo contiene un autor clásico, MARCUS TULIUS CICERÓN.
Así, las pérdidas son pavorosas. Si IRLANDA no se hubiese convertido en el siglo V y no se hubiera transformado, en las últimas horas del mundo antiguo, en un asilo para su cultura, la disminución hubiese aún mayor.
 En cuanto a la cultura helénica, desapareció en Occidente, así las letras latinas en Oriente. Desde fines del siglo IV, el conocimiento del griego fue extinguiéndose rápidamente en Occidente: escritores y profesores, como AUSONIO y SAN AGUSTÍN, lo conocían ya imperativamente, o lo ignoraban del todo.
Desde el siglo IV, se desdeñaba entre los latinos la enseñanza de la FILOSOFÍA. Con el retroceso, y luego con la extinguiéndose, del HELENISMO en Occidente, la Filosofía y la ciencia sufrieron pérdidas irreparables. Hubo traducciones latinas de autores griegos. La de las obras de los neoplatónicos hecha por VICTORINO y conocida de SAN AGUSTÍN, se perdió muy pronto. La Edad Media latino sólo conocerá la Filosofía por resúmenes (apuntes) de BOECIO, muerto en el 526. Este compendio no podía suscitar ningún movimiento de ideas. El mismo renacimiento carolingio, filosóficamente, carecerá de originalidad metafísica. Exceptuando al irlandés JUAN ESTOTO, habrá que llegar hasta SAN ANSELMO para reencontrar un espíritu filosófico.
La TEOLOGÍA, tan íntimamente unida a la FILOSOFÍA en la Edad Media, que apenas si se podía separar una de otra, no tiene un destino más brillante. Del siglo V al VIII, es en Oriente donde el dogma acabó de constituirse. El Occidente se limitaba a escuchar en silencio. Ninguna nueva herejía durante este período,  prueba el estancamiento intelectual o de tibieza religiosa. La  etapa carolingia será, teológicamente, casi tan estéril como filosóficamente: se limita a machacar los viejos argumentos. La fermentación no se producirá verdaderamente a mediados del Siglo XI.  

*BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA.*

*Ferdinand LOT, El fin del mundo antiguo y el comienzo de la Edad Media. Traducción por JOSÉ AMOROS BARRA. Uteha. México. 1956. 437 pp.
* José María LACARRA y de MIGUEL, Historia de la Edad Media, tomo I, Montaner y Simón, Barcelona, 1960, 595 pp.

*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar EL BUNKER quiere decir “REFUGIO” ENTRE LOS BÁRBAROS…SOPLA EL PAMPERO.  *Como decía CATÓN el CENSOR: DELENDA EST CARTHAGO= INVASIÓN GLOBAL. (Hay que destruir a CARTAGO y a la INVASIÓN GLOBAL)*. POR UNA GRANDE ARGENTINA EN UNA HISPANOAMÉRICA LIBRE, JUSTA Y SOBERANA. gspp *


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