domingo, 27 de septiembre de 2009

Los supuestos terrores del año mil

El presente trabajo es obra de DOM FRANÇOIS PLAINE, monje benedictino de la abadía de Ligugé, Francia, y fue publicado en Revue des Questions Historiques, año de 1873, tomo I, págs. 145-164.

Por Dom François Plaine, OSB

El historiador judío y racionalista SALOMON REINACH considera este artículo “decisivo” para el esclarecimiento de la cuestión (vid. Salomon Reinach, Apolo, Historia general de las artes plásticas, José Ruiz Editor, Madrid 1916, 3ª ed., pág. 136).
También JOSÉ ORTEGA y GASSET se basó en el estudio de DOM PLAINE para su tesis doctoral sobre “los legendarios terrores del Año mil” (Imprenta El Liberal, Madrid 1909, Biblioteca Nacional V, cª 400, nº 9), donde corrobora la falsedad de dicho mito.

“HE AQUÍ EL INFIERNO Y EL ÁNGEL QUE CIERRA LA PUERTA”, REZA LA SIMPLE Y CONCISA NSCRIPCIÓN EN FRANCÉS ANTIGUO, SOBRE ESTA TERRIBLE VISIÓN DE LA BOCA DEL INFIERNO: ICI EST ENFERS E LI ANGELS KI ENFERME LES PORTES. Fue pintada en Inglaterra a mediados del siglo XII.

UNO de los muchos dardos envenados que ha lanzado la crítica moderna contra la Edad Media es aquél según el cual, al acercarse el año 1000 de nuestra era cristiana, los cristianos fueron presa de un auténtico y generalizado miedo colectivo y supersticioso ante una supuesta inminencia del Juicio Final. Se pretende ahora poner una fecha del año 2010 así desautorizar el la postura racional y el espíritu sobrenatural de la Cristiandad.
Pero ya hace más de un siglo que el monje benedictino FRANÇOIS PLAINE demostró la falsedad de esa tesis, en un trabajo que incluso el historiador SALOMÓN REINACH, judío y racionalista y el no muy ortodoxo filósofo español ORTEGA y GASSET consideraron decisivo y esclarecedor.
Al acercarnos al comienzo del Tercer Milenio, no estará de más que nos preguntemos qué hay de verdad en dicho mito, LOS SUPUESTOS TERRORES DEL AÑO 1000, y como vivieron realmente nuestros antepasados las últimas horas del siglo X…

INTRODUCCIÓN

Uno de los hechos más generalmente admitidos en el mundo (hablo de quienes leen) es que la creencia en una consumación próxima y final de todas las cosas preocupaba y horrorizaba enormemente a los espíritus al aproximarse el año 1000 de la Encarnación.
En efecto, dicha opinión se halla recogida, desde hace unos tres siglos, no sólo en multitud de obras de literatura y novelas (escritos donde el error, como todos sabemos, se encuentra muy a menudo junto a la verdad), sino incluso en gran número de obras, absolutamente serias, de arte, de ciencia, erudición e historia.
(Entre otras: BARONIUS, Annales ecclesiastici, ad annales 1001, nº 1 et seq.; Histoire litteraire de la France, t. VI, prefacio, pág. 11 ; Histoire de l´Eglise gallicane, ed. Eb 12 t., VII, pág. 206 : CAUMONT, Abécédaire d ´Árchéolgie, pág. 42 ; L´Ercalopier, Préface sur la ouvrage de Theóphile, pág. 1 ; AMPÈRE, Histoire littéraire de la France,T. III, pág. 273 ss.).
Algunos escritores partidarios a ultranza de esta idea la han empujado a límites tan extremos, que han llegado a extraer las más desfavorables conclusiones obre el estado intelectual y social de toda una porción de la familia humana. Se siente uno espantado”, nos dice uno de estos últimos, SISMONI, “De la chute de l´Empire Romain, París 1845, t. II, págs. 397-398), “ANTE el estado de desorganización al cual la creencia en la proximidad del fin del mundo debió arrojar a la sociedad. La totalidad de los hombres se encontraba en el estado de ánimo debió de un condenado que ha recibido su sentencia. Todo trabajo del cuerpo o del espíritu quedaba sin objeto”.
MICHELET se hace eco del autor de la Historia de la caída del Imperio romano, y nos dice a su vez: “aquel pobre mundo del siglo se encontraba sin esperanzas después de tanta ruina”. Luego, desarrollando su pensamiento y sin temor a contradictorio, admite que, sin embargo, aquella generación conservaba en el fondo de su corazón en el fondo del corazón un poco esperanza. Pero ¡ay…! ¡Qué esperanza! Dejémosle de nuevo la palabra: “el cautivo”, nos dice, “esperaba en su negro calabozo, el siervo sobre el surco, el monje entre las abstinencias del claustro (…) (tenían todos) la terrible esperanza del JUICIO FINAL”.
Podría añadir algunas pinceladas a este cuadro ya tan sombrío tomando nuevas citas de otros historiadores-novelistas de nuestra época, pero ¿para qué continuar sobre el mismo tema? Más vale abordar sobre el terreno el objeto del presente trabajo, y averiguar de buena fe qué debe pensarse de aquel PAVOR o MIEDO general que se imputa a la generación de la segunda mitad del siglo X. Los hombres de aquella época, ¿fueron o no sus víctimas? En otros términos: esta opinión sobre los terrores supersticiosos del año 1000, ¿tiene algún fundamento sólido en el testimonio de los autores coetáneos? ¿Descansa en algún documento digno de ser tomado en consideración, o bien esta creencia sólo se habría propagado en una época muy posterior al hecho mismo, por ejemplo hacia el siglo XVI? ¿No tendría por base conjeturas engañosas e hipótesis irreales?

Tal es la cuestión sobre la cual intentaré extender alguna vez remontándome a las fuentes, es decir, a los escritores y documentos de la época.
A nadie escapará la importancia del asunto. Sin duda es algo muy grave acusar así a una generación entera de haber sido víctima del error y de la superstición. Un corazón generoso no podía suscribir deliberadamente la condena de quienes, después de todo, son sus antepasados, a menos que las pruebas sobre las que descansara la acusación estuviesen revestidas de una autoridad irrecusable.
¿Qué hay de ello en el asunto que nos ocupa? ¿Cuál es el lenguaje, cuáles los sentimientos de lo escritores coetáneos en relación con los pretendidos terrores del año 1000?
En segundo lugar: los argumentos de los partidarios de dich opinión, ¿pueden resistir el examen de una crítica leal?

Finalmente: el estudio particular y detallado de ese año milésimo, tan memorable en los fastos de la Humanidad, ¿da lugar a la duda y la incertidumbre acerca de la situación moral e intelectual de los hombres que ocupaban entonces la escena del mundo?
Tales son los problemas que voy a intentar resolver uno tras otro, y cuya solución parcial me atrevo a esperar no deje ninguna duda acerca del modo de resover la cuestión general misma.
Por de pronto debo decir que la creencia en los terrores del año 1000 tiene en contra su propia novedad. No es que haya nacido ayer: puede remontarse hasta comienzos del siglo XVI; pero no más allá. En efecto, ni HERMANN CONTRACT (1054) Chronica, apud Pertz et Migne, ni SIGEBERT DE GEMBLOUX (1095) , ibídem, ni VINCENT DE BEAUVAIS (1270), Speculum quadraplex : historiale, t. IV, lib. XXIV, cap. 107., el primer enciclopedista, ni el mismo ROLLEVINCK (1480), Fasciculus temporum, col. 1483, por no citar otros cien nombres, hicieron mención de esos terrores supersticiosos de finales del siglo X. Es necesario llegar a TRITHEIM, Annales Hirsaugienses, t. I, pág. 143, año 1000: Homines metuebant instare diem novissimun, al menos que yo conozca, para ver expresada esa creencia. Ahora bien, cinco siglos separan a este autor del año 1000. Parece más de lo necesario para dudar legítimamente sobre la veracidad de su aserto.

TESTIMONIOS CONTEMPORÁNEOS



LIBELLUS DE ANTECHRISTO


Si nos adentramos más en el siglo X, nos encontramos con el LIBELLUS DE ANTECHRISTO, compuesto hacia el 954. Los partidarios de los terrores del año 1000 pretenden, desde hace más de un siglo, hacer de él un arma a favor de su opinión; pero a pesar del respeto que profeso hacia unos escritores justamente estimados, me refiero a los autores del siglo del tomo VI de la Histoire littéraire de la France, prefacio, siglos XIII y XIV, diré claramente que ese opúsculo no ha sido escrito con el propósito que se le atribuye a su autor. En efecto, en modo alguno tiene por objeto dicho libro destruir una pretendía creencia popular que consideraría inminente la venida del Anticristo. No hay ninguna duda posible a este respecto, porque el autor, ADSON, Abad de Montiérender (Mons. DERVENSE) en Champagne, se explica bastante categóricamente acerca de este punto, ya sea en el prefacio, ya en el cuerpo de la obra, para que no se le atribuyan intenciones distintas a las que enuncia él mismo. Él declara a GERBERGA, reina de Francia (a quien dedica su libro), que su único objeto es satisfacer el vivo deseo que ella le había expresado de meditar sobre las Escrituras. En consecuencia va a hablarle de un punto bastante oscuro de nuestra fe, a saber: del ANTICRISTO, de su impiedad, y de las características que permitirán reconocerle fácilmente cuando aparezca. ADSONIS lib. De Antichristo, apud MIGNE, t. CI, col. 1291. “Quia pium Studium, domina Mater, Baetis Scripturas audite et frequenter loqui de nostro Redemmtore sive etiam scire de Antichristi impiedate et persecutione necnon et poteste ejus et generatione – volui aliqua vobis scribere de Antichristo », etc.
Prosigue en el mismo tono y desarrolla su pensamiento sin proponerse jamás instruir a las muchedumbres, sino solamente a una persona privada, sin adoptar en manera alguna los vuelos de un polemista que quiere destruir un error fuertemente enraizado, sino contentándose con una sencilla exposición doctrinal exenta de toda discusión.

Sus últimas palabras advierten a la piadosa reina de que sólo Dios conoce la hora del juicio final. “Arbitror quod nullus sit qui sciat quantum temporis existat inter Antichristum et Judicium, sed in dispensatione Dei manet, qui judicabit saeculum, ea hora qua praeficit esse judicandum ante saecula ». Ibid., c. 1298. Era la ocasión perfecta para combatir a cara descubierta la creencia errónea del pueblo y de sus falsos doctores, ya que éstos últimos, pretendiendo audazmente haber penetrado en los secretos del Altísimo, osaban adelantar que en el año 1000 tendría lugar la ruina y la consumación final de final de todas las cosas. Si nuestro autor se guardo bien de hacerlo, ¿no estamos obligados a concluir que esa pretendía creencia popular no es más que un mito, o por lo menos no tenía ningún adepto en Champagne y en las provincias vecinas en que el Abad de Montiérender disertaba tan elocuentemente sobre el Anticristo y sobre los males que había de causar en el mundo?

De este modo los argumentos de nuestros adversarios se vuelven contra ellos mismos y sirven para abrir brecha en su sistema histórico.

EL MUNDO A FINALES DEL SIGLO X

Sin embargo, tal vez no sea inútil seguir insistiendo para hacer ver que todos los datos generales que nos proporciona la historia en relación con los últimos años del siglo X deponen en nuestro favor y dan un categórico mentís a la afirmación cuya falsedad hay que probar.
Esto es lo que voy a mostrar en un rápido resumen acerca del estado religioso, político y artístico del mundo al final del siglo X. Podrá verse que ni la realeza, ni el pueblo, ni el clero ni la nobleza se hallaban sumidos, en vísperas del año 1000, en ese abatimiento, marasmo e inacción que se les ha atribuido con tanta complacencia.
En marzo de 999, tan sólo algunos meses antes del término fatal, un Pontífice lleno de juventud (GREGORIO V), que prometía largos y gloriosos días, moría a l edad de 27 años. ¿Acaso pudo el terror ante la cercanía del fin del mundo impedir que el clero y el pueblo romano le diesen en el acto un sucesor? De ninguna manera: no más de lo que pudo disuadir al anciano pastor de las montañas de la Auvernia (GERBERTO DE AURILLAC, SILVESTRE II) de subir con paso firme las gradas del primer trono del mundo. BARONIUS, Annales Ecclesiastici, ad ann. 999, nº 1 et seq.
A su vez, el emperador de Alemania, OTÓN III, temía tan poco la proximidad de la consumación general de todas las cosas, que escogía precisamente ese año tan temido para fundar el reino de Polonia y erigir una metrópoli eclesiástica con cuatro obispados sufragáneos. Ibid., nº XII.
A pocos pasos de allí y siempre en la misma fecha, el piadoso SAN ESTEBAN DE HUNGRÍA no tenía otros sentimientos, ni seguía una conducta diferente. También él organizaba sus provincias, las dotaba de una legislación, y fundaba obispados y monasterios, cosas todas que, en mi opinión, suponen cierto trabajo del cuerpo y del espíritu, aunque desagrade a SISMONDI. BARONIUS, Annales, Ad ann. 1002, nº XI, etc. Acta SS., t. I, sept., pág. 497 et seq.
Si subimos un poco hacia el norte, encontramos a ADALBERTO DE PRAGA (970-997) Acta SS. O.S.B., saec. V, pág. 821 et seq. y a BONIFACIO ibid., saec. VI, pars prima, pág. 71, y sus compañeros, quienes al precio de mil fatigas o incluso de su sangre, trataban de iluminar con las luces de la fe las naciones de las márgenes del Vístula y de Niemen , aún asentados en las tinieblas de una grosera idolatría. La obra avanzaba con lentitud , y si estos generosos misioneros hubiesen podido suponer que el mundo no le quedaban ya más que algunos años de existencia, sin duda se habrían ahorrado trabajos inútiles.
Por la misma época, las regiones septentrionales de Europa, que después de SIETE SIGLOS no cesaban de verter oleadas de bárbaros sobre el antiguo mundo romano, se preparaban para concluir aquella era de invasiones con la conquista de Inglaterra. SUENON DE DINAMARCA había llevado a cabo varias incursiones victoriosas en las tierras ocupadas por lo anglosajones, y consideraba la posibilidad de un último y más formidable ataque. Era la víspera del año 1000; pero al cobarde rey ETHELREDO ni se le pasaba por la cabeza que el estruendoso sonido de las trompetas de los ángeles fuese a ponerle pronto fuera del alcance de los soberanos de la tierra. Al contrario, recurría más que nunca a sus armas favoritas, la corrupción y la tradición, para desembarazarse de su terrible enemigo. Cfr. BARONIUS: ad ann. 983, n. XXIV. Acta SS., ad diem 19 apr., Vita S. ELPHEGI, t. II, april., pág. 633 et seq.
En España los cristianos continuaban su lucha heroica, y ya tres veces secular, contra los invasores de su patria. Los terrores del año 1000 no habían desesperado a nadie; ese mismo año dos nuevos reyes, intrépidos y valientes, ceñían la corona. Eran SANCHO EL MAYOR de Navarra y ALFONSO V en Asturias y LEÓN. Art de vérifier les dates, edición de 1783, t. I, págs. 739 y 741.
En Constantinopla la dignidad imperial era muy precaria ; sin embargo no faltaban ambiciosos que la desean , incluso al aproximarse el año 1000. Ibid., I, pág. 432.
Todavía podemos señalar aquí que nunca se ha supuesto, y ni siquiera lo han hecho nuestros adversarios, que los historiadores bizantinos conociesen la fábula de los terrores del año 1000. Otro tanto hay que decir de los narradores, por otro lado tan amigos de todo lo maravilloso y extraordinario.
Pero ya he dicho bastante para poner de manifiesto que, en las proximidades del año 1000, los pretendidos terrores ante la consumación final no habían ni enervado el coraje, ni ahogado la ambición, ni aniquilado la actividad humana. En una palabra, los hombres eran los mismos que en cualquier otra época de la historia, y en diversos aspectos la faz del mundo político y religioso no difería sensiblemente de la del siglo XIX.
Tampoco imaginemos que la proximidad del año 1000 impidió a los obispos de la Iglesia Católica mantener sus acostumbradas reuniones, tan importantes para el mantenimiento de la pureza de la fe y las costumbres; nada sería más contrario a la verdad. Los concilios son numerosos en los diez años que preceden inmediatamente al año 1000; más numerosos, si no me equivoco, que en muchas otras épocas. Cfr. Collectiones Conciliorum, ad ann. 990-1000.
Debe resaltarse además que en esas asambleas, cuyo objeto primordial es extirpar el ERROR y la SUPERSTICIÓN del campo de la Iglesia, jamás se ocuparon de la creencia popular de que se trata en estas páginas, prueba manifiesta de que esa opinión no formaba entonces un partido ni una secta, ni causaba ningún daño serio a las almas.
¿Será necesario todavía mencionar las numerosas fundaciones de monasterios y la construcción de múltiples iglesias y basílicas que caracterizan la segunda mitad del siglo X? Uno de los historiadores más eruditos. Digno alumno de la École des Chartes, han censado hasta 112 monasterios construidos o reparados en el espacio de tiempo comprendido entre los años 950 y 1000. Vid. En Annaire historique de la Société de France, año 1838, la lista de los monasterios con la fecha de su fundación. Este trabajo es obra de MAS-LATRIE.
Puede asegurarse, no obstante, que la lista está lejos de ser completa, puesto que solamente el rey de Inglaterra, EDGARDO (959-975), le atribuye cincuenta el testimonio de sus biógrafos.
Podría hacerse un trabajo análogo sobre la construcción d iglesias, pero sería más difícil y ni siquiera se ha intentado. No pudiendo emprenderlo aquí, me contentaré con enumerar algunos acontecimientos concretos relativos precisamente a esos años que, según nuestros contradictores, serían de espanto y de pánico, a esos años fatales entre todos los años.
Fu entonces cuando se llevó a cabo, según los documentos públicos, la reconstrucción y segunda dedicación de las catedrales de ORLÉANS y de SENLIS, de las iglesias abaciales de MONT-MAJEUR, cerca de ARLÉS, de MONTIER-EN-DER (Champagne), y de SAINT VINCENT-DU-MANS, por no hablar más que de Francia y citar meramente los nombres más conocido.
¿Bo es esto suficiente para constatar que los terrores del año 1000, por muy supersticiosos y universales que se los suponga, no habían ni entorpecido todos los brazos, ni encadenado todos los brazos ni encadenado todos los pies ni detenido “todo trabajo del cuerpo del cuerpo o del espíritu”?.
¿No resulta así manifiesto que en el siglo X existió más de un artista y más de un arquitecto, pese a lo que se vaya podido decir sobre los obstáculos con que habría entorpecido el desenvolvimiento del arte?
En cuanto a las bellas artes y la ciencia, sería sin duda temerario aseverar que estaban muy desarrolladas en el año 1000. Sin embargo, GERBERT en Francia, DUNSTAN en Inglaterra, BRUNNON de Colonia en Alemania, creaban escuela y habían hecho discípulos, algunos muy distinguidos. Sus nombres honran, indiscutiblemente, la segunda mitad del siglo X, y tal vez le aseguran un rango muy superior al que merecen otras épocas en la serie de las edades literarias.
ADEMÁS, otras cien causas particulares, como el debilitamiento del poder real, la anarquía política, las invasiones de los normandos y sus depredaciones de todo género…¿no nos explican suficiente la decadencia intelectual de los siglos IX y X? ¿Qué necesidad hay, por consiguiente, para explicarla, de recurrir a la creencia en los terrores supersticiosos del siglo X, del año X?

CONCLUSIÓN


Pero ya es tiempo de concluir este trabajo, emprendido para reivindicar el honor de la IGLESIA, o más bien el de nuestros antepasados, el de la raza humana. Los ataques partían de un lugar elevado: tenían su apoyo en espíritus a los que no es frecuente sorprender en algún fallo. Por ello era necesario, para responder de una manera victoriosa, desarrollar algunos puntos y multiplicar las pruebas y los testimonios. He procurado cumplir esa misión en la medida de mis débiles fuerzas. Pero y se ha visto: el silencio de los autores coetáneos sobre un hecho de tal importancia, la poca solidez de los argumentos para apuntalar es opinión, el tener de los documentos públicos y toda la información que conservamos acerca del estado del mundo en aquella época memorable, son otras tantas razones que militan a favor de nuestra tesis, y no parecen dejar lugar a la duda ni a la incertidumbre.
Permítaseme concluir este trabajo diciendo que sería contrario a la VERDAD HISTÓRICA continuar hablando de una supuesta confusión generalizada, de un supuesto PÁNICO UNIVERSAL producido en el producido en el mundo y la Iglesia por la proximidad del año 1000. Sería tan injusto como ultrajante para la dignidad humana, continuar suponiendo que los hombres de la segunda mitad del siglo X, no teniendo otra esperanza que “la terrible esperanza del JUICIO FINAL”, languidecían miserablemente en el marasmo y la inacción, y habían abandonado “todo trabajo del cuerpo y del espíritu”.
En una palabra, los terrores del año 1000 no son ni más ni menos que un MITO; y la crítica racionalista de nuestros días, en lugar de divertirse creando MITOS fantásticos para darse luego el placer de combatirlos, haría mucho mejor en aplicar las fuerzas de su inteligencia a derribar errores tan graves como éste, contra el cual mi mano inexperta acaba de lanzar algunos dardos.

DOM FRANÇOIS PLAINE, O.S.B.

Fuente: Dom François Plaine, « Los supuestos terrores del año mil », Cuadernos Fides, nº 2, Madrid. 22 PÁGS.*

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

“Y VÍ Y CONTEMPLE UN CABALLO PÁLIDO, Y EL NOMBRE DEL QUE LO MONTABA ERA MUERTE. EL TRIUNFO DE LA MUERTE, PROCEDENTE DE UN ANTIGUO HOSPITAL DE PALERMO, FUE PINTADO HACIA 1445, PERO EL ARTISTA ES DESCONOCIDO. EL CABALLO AÚN CONSERVA SU CRIN Y SU COLA ONDEANTE, Y TODAVÍA SE ADHIEREN VESTIGIOS DE CARNE A SU CUERPO (LA LENGUA Y LAS ENCÍAS PERMANECEN INTACTAS, EL RESTO DE LA CABEZA ES UNA CALAVERA SIN OJOS). LA MUERTE DISPARA SUS FLECHAS NO SOBRE LOS QUE LA ESPERAN – LOS POBRES, LOS INVÁLIDOS Y LOS VIEJOS, AGRUPADOS A LA IZQUIERDA – SINO SOBRE AQUELLOS QUE SE HALLAN EN LA FLOR DE LA JUVENTUD Y LA FELICIDAD, ATAVIADOS CON VISTOSOS ROPAJES Y ESCUCHANDO MÚSICA JUNTO A UNA FUENTE. BAJO LOS CASCOS DEL CABALLO YACEN LOS QUE HAN SIDO ALCANZADOS: CABALLEROS, DAMAS, OBISPOS, PAPAS Y FRAILES.


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis
Instituto Eremita Urbanus

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miércoles, 23 de septiembre de 2009

El Último Cruzado: La Vida de Don Juan de Austria

Hijos míos, estamos aquí para vencer o morir… y recordad que en cielo no hay sitio para los cobardes. No deis a los infieles ocasión para que os pregunten: “¿dónde esta vuestro Dios?”. Luchad en el Santo Nombre de Dios, y, tanto en la muerte como en la victoria, conquistaréis la inmortalidad.
Juan de Austria. Arenga.

EL SIETE DE OCTUBRE DEL AÑO DEL SEÑOR DE 1571, LA FLOTA DE LA LIGA SANTA, MANDADA POR UN TAL DON , JUAN DE AUSTRIA, VENCIÓ A LA FLOTA TURCA EN EL GOLFO DE LEPANTO.
Y AQUELLO NO ERA VERDAD. PORQUE LO QUE EN REALIDAD HABÍA OCURRIDO ERA QUE DIOS HABÍA UTILIZADO A UN PUÑADO DE SERVIDORES PARA DETENER, EN EL SENTO DE LA CRUZ, EL AVANCE DE LA MEDIA LUNA.
AFIRMARÍAN QUE EL COMANDANTE DE LOS CRISTIANOS ERA UN GRAN HOMBRE, EL HIJO DE UN GRANDE EMPERADOR, UN GENIO DE LA ESTRATEGIA NAVAL Y MILITAR; ERA OTRO ALEJANDRO MAGNO.

El día 8 de octubre, a primera de la tarde, tuvo lugar una reunión con todos los comandantes en la nave capitana pontificia; a continuación se procedería a pasar revista a toda la flota.
El tiempo era perfecto.
Cuando don JUAN DE AUSTRIA subió a bordo, fue recibido por una banda de trompetas de plata acompañadas de timbales; unas y otros eran parte del botín del anterior.
El almirante COLONNA recibió al Generalísimo en la pasarela y lo condujo a su cámara, donde ya esperaban los demás comandantes.
JUAN estrechó la mano de DORIA, felicitó calurosamente a REQUESÉNS y a SANTA CRUZ, y a continuación se encontró ante el viejo VENIERO. Le dio un abrazo.
- Lo habéis hecho admirablemente, padre mío – le dijo, y el irascible viejo se deshizo en lágrimas.
- Muchas gracias, Excelencia – pronunció con un hilo de voz -. Lo único que lamento es tener decirle que el Proveedor AGUSTÍN BARBARIGO ha muerto. Recuperó los sentidos durante unos momentos y pude darle la noticia de nuestra gran victoria. Ya no podía hablar, pero levantó las manos al cielo y sonrió.
- Envidiable BARBARIGO – comentó JUAN -. Dios le tenga en Su gloria.
- Amén – contestaron todos.
ALEJANDRO FARNESIO subió por la escala.
- Esto ha sido mejor que MALTA y SZIGET juntos…querido tío – murmuró, haciendo gestos como un niño pequeño - . Me habría gustado estar con vos cuando os apoderasteis de la SULTANA.
- Alguien me ha comentado esta mañana que vos tampoco habéis despreciado el tiempo – le dijo JUAN-. Os apoderasteis de una galera turca sin ayuda de nadie, y eso es más de lo que ningún otro en la flota puede decir. Me gustaría conocer todos los detalles, por supuesto.
- No es cierto tío – replicó ALEJANDRO - . No estaba yo sólo. Conmigo estaba DÁVALOS, un español, y, si no hubiera sido por mí, ahora estaría muerto. Salté a bordo de la nave y él detrás de mí, entonces nuestra galera se separó de ella y allí quedamos los dos. Así es que decidimos hacer lo que pudiéramos, dando palos a diestro y siniestro, y los turcos debieron de pensar que éramos DJINNS o IFRITS o como sea que llamen a sus demonios, porque estaban llenos de espanto, en especial cuando di muerte al capitán y DÁVALOS al timonel. En aquel momento, nuestra galera maniobró para abordar otra vez al barco y arrojaron a todos los turcos por la proa al agua; cuando los asaltantes acabaron su tarea, allí estábamos nosotros. Lo que creáis o no, ni DÁVALOS ni yo recibimos ninguna herida. Fue verdaderamente milagroso, como en realidad lo ha sido todo el día.
- Sí – afirmo JUAN - . Que entreguen a ese DÁVALOS mil ducados. Tomad nota, SOTO. En cuanto a vos, querido sobrino…
- Yo lo único que quiero es el privilegio de llamaros tío mío – le interrumpió ALEJANDRO, gesticulando -. ¡Madonna! Cómo me gustaría ver la cara de la reina CATALINA cuando oiga contar estas cosas. Va a dar un reventón, y con ella todos sus brujos. Pero si deseáis saber algún detalle, os contaré uno muy bueno. Teníamos a bordo un capellán, que nos habían de Roma, un irlandés con un nombre que parecía una invocación: ODONEL, o algo así…no estoy muy fuerte en esos nombres extranjeros. Bien, pues cuando abordamos otro turco, nos encontramos con estaba lleno de jenízaros que pelean muy bien, como sabéis…En un determinado momento, las cosas empezaron a no irnos demasiado bien. Entonces, el Padre ODONEL, que mide dos metros y tiene el pelo rojo, tomó una pica, lanzó un bramido: ¡Es Cristo quien pelea en esta batalla! Y se puso a la tarea como SANSÓN entre los filisteos. Quitó de en medio a siete u ocho e hizo un docena de prisioneros..no me he divertido tanto en su vida.
- Cinco capellanes han muerto en la batalla – intervino VENIERO - . Cuatro sacerdotes venecianos y un fraile de Su Santidad.
- Todos los sacerdotes y todos los frailes estuvieron en cubierta durante la batalla – añadió COLONNA -. Ya tengo las cifras definitivas, Excelencia. Hemos perdido quince barcos y algo más de mil seiscientos hombres; tenemos unos quince mil heridos. Hemos hundido noventa y dos galeras y capturado ciento setenta y ocho. Hemos hecho casi diez mil prisioneros. Según las listas que hemos encontrado, los turcos han debido de tener entre treinta y treinta y cinco mil esclavos cristianos condenados a galeras. Todos ellos quieren servir en nuestros barcos hasta que regresemos a casa.
- Nunca ha sucedido una cosa como esta – comentó DORIA excitado -. Y si no lo hubiera visto con mis propios ojos, no me lo creería.
- La victoria acompaña siempre a quienes no vacilan – afirmó VENIERO, sin poderse reprimir y sin referirse a nadie en particular.
- Por favor, señores, dejadme continuar – rogó COLONNA - .Hemos tomado ciento quince piezas de artillería pesada y doscientos noventa y cuatro y cuatro cañones ligeros. Entre los prisioneros se encuentran los dos hijos de ALÍ PACHA: AHMED BEY, de dieciséis años, y MOHAMED BEY, de treinta; con ellos está su preceptor EL HAMED. Su madre es hermana del Sultán. También hemos hecho prisionero a PERTAU PACHÁ y a no menos de treinta gobernadores de provincias. Todavía no hemos calculado el valor del oro, la plata y las joyas; hay unos peritos trabajando en ello. Entre las muchas banderas, estandartes, pabellones y banderines están la bandera verde del Profeta, de La Meca, y el pabellón del Sultán.
- Me gustaría que aquel oficial suizo hubiera conseguido la bandera que tanto deseaba – comentó JUAN, sonriendo.
- Los guardias suizos se han apoderado de varias banderas – le informó COLONNA -. Han honrado a su país y el Santo Padre. Pero todavía hay un hecho del que quisiera daros cuenta, Excelencia. Se pusieron en los mástiles de todos nuestros barcos los crucifijos, tal como vos ordenasteis, y, a pesar de que muchas de las naves han sufrido daños, ni uno solo de los crucifijos se ha descolgado.
Unos cuantos oficiales se aclararon la garganta carraspeando, pero no hicieron ningún comentario.
JUAN asintió con la cabeza, como si aquello fuera lo más natural. Estaba mirando la majestuosa calma azul del mar. Y pensaba: le tengo que mandar a la Tía la reliquia de la Santa Cruz y también un estandarte turco.
Se preguntaba si aquellos señores estaban esperando que les dirigiese la palabra, aunque en la agenda que le había pasado SOTO eso no estaba previsto.
Si en efecto esperaban que les hablase, tendrían que haberse dado cuenta de que no era aquel el mejor momento, aunque no se tratara de ningún discurso oficial. Por eso allí estaban todos sin saber hacia dónde mirar y un tanto desconcertados. Por la noche volverían a estar juntos a bordo de la Real, pues la cocina ya estaba reparada, y se estaba imaginando las discusiones que surgirían, después de la cena, a propósito del reparto del botín.
Uno de los ayudantes de COLONNA se acercó para informar que la fragata Madrileña estaba junto a la borda.
Habían convenido en que él, COLONNA, VENIERO, DORIA, REQUESÉNS y SANTA CRUZ, cada uno desde su propia nave capitana, girarían una visita a todos los barcos.
COLONNA acompañó al Generalísimo por la pasarela.
Apareció por allí un soldado alto y delgado con el brazo izquierdo vendado y en cabestrillo. El ayudante del médico de a bordo estaba tratando de tirar de él agarrándole por el jubón, pero se resistía fuertemente, al mismo tiempo que hacía el saludo con la vista fija en don JUAN.
- Señor poeta – exclamó JUAN sonriendo -. ¡No tiréis de él! Me alegra de que continuéis con vida, aunque parece que habéis peleado como dijisteis que lo ibais a hacer.
- Lo he hecho, Excelencia – afirmó COLONNA -. Y muy bravamente.
- He perdido el movimiento de mi mano izquierda para gloria de mi mano derecha – dijo MIGUEL DE CERVANTES - . Y deseo daros las gracias, Excelencia. Ayer fue el día más hermoso del siglo.
Sabe que, efectivamente, no podrá haber otro igual, pensó JUAN.
- Me acordé de vos durante la batalla – le dijo JUAN.
Profundamente conmovido, CERVANTES replicó:
- Con o sin corona…vos, señor, sois un verdadero rey.
Aquello no tenía comentario. Las trompetas de plata y los timbales de cobre volvieron a sonar con entusiasmo.
DON JUAN de Austria subió a bordo de su fragata y su estandarte se elevó en el único mástil que le quedaba.
La nave empezó a desplazarse a lo largo de la interminable fila de barcos, todos adornados orgullosamente con sus gallardetes.
Los soldados, los marineros, los esclavos libertados saludaron con grandes aclamaciones y vítores.
Un verdadero rey, pensaba CERVANTES. Un magnífico joven rey. UN CRUZADO. Quizá… EL ÚLTIMO CRUZADO.
Aunque esos mismos que hoy gritan “Hosanna”, tal vez mañana griten “Crucifícale”. El triunfador de ayer puede ser la víctima de hoy y el loco de mañana.
Pero ahí queda lo que está hecho.
¡Qué magnífico loco! ¡Qué magnifica locura! Ya hubo alguien que habló de la Locura de la Cruz.
Fue SAN PABLO.
En cualquier altura a la que un poeta lograra elevarse, en cualquier profundidad a la que pudiera descender, se encontraría con que allí ya había estado antes un santo…

“¿Quién es ella, la que surge como el amanecer, hermosa como la luna, resplandeciente como el sol, terrible como un ejército en marcha?

Capítulo XXV, pág. 565-579 de FELIPE II por WILLIAM THOMAS WALSH, 5ta edición, Espasa-Calpe, Madrid, 1958, 809 páginas, se evoca a La Batalla de Lepanto (1571). 29 de septiembre de 2008. 1571 – 7 de octubre – 2009; 438 años.


Editó Gabriel Pautasso
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DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 66
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sábado, 19 de septiembre de 2009

Nuestra Señora de La Salette


“La que llora”. Celle qui pleure (Notre Dame de la Salette).

El 19 de septiembre de 1846, la niña MELANIA CALVAT – pastora y luego religiosa bajo el nombre de Sor MARÍA DE LA CRUZ – testimonió haber recibido la visita de la VIRGEN SANTÍSIMA en la montaña de LA SALETTE.
El mensaje que entonces le habría revelado NUESTRA SEÑORA es, sin duda, uno de los más patéticos en la historia de las apariciones marianas Tal vez por ella ha sido, hasta hoy, uno de los más resistidos, ocultados y pospuestos al conocimiento de los fieles.
Va de suyo que no podemos ni debemos anteponer nuestro parecer a la prudencia de la Iglesia. Pero el 13 de diciembre de 1994, el Papa JUAN PABLO II, en su “Carta a los niños en el año de la familia”, nos instaba a contemplar y a imitar, entre otros, el ejemplo de MELANIA, como una prueba de que la Madre del Cielo tiene una alta predilección por los más pequeños y humildes. Y MÁS CONCRETA Y RECIENTEMENTE –EL 6 DE MAYO DE 1996 – decía el Sumo Pontífice que “esta conmemoración (de los 150 años de La Salette) puede ser rica en gracias; quiero asociarme a ella, en unión con los peregrinos que van a venerar a la Madre de Dios…Las palabras de MARÍA en La Salette, por su sencillez y rigor, tienen una actualidad REAL”.
Y es entonces – ante este pedido pontificio y ante los ciento cincuenta de aquella estremecedora aparición – que nos parece piadoso reproducir el fragmento de una carta que con fecha 10 de julio de 1882 remitiera MELANIA CALVAT al abad LE BAILLIF. Es difícil sustraerse al tono dolorosísimamente premonitorio que encierran estas palabras. Pero es bueno conocerlas para quienes tengan poder de impedir los males, los impidan cuanto antes.

“La persecución contra Cristo y la Religión no me sorprende. No temo a los perseguidores de la Religión, no temo a los impíos, masones y ateos. Lo que temo, es la ausencia de Fe en la mayor parte del Clero. Se trata de la infidelidad a su vocación, a su sublime Misión…¿Qué hace el Clero de nuestros días por luchar entre los torrentes de males que nos rodean, qué parte asume en la guerra que se hace contra Cristo…?
Nada; teme con un temor servil y su preocupación es cuidar sus bienes materiales, salvaguardar su honor, sus cargos, sus bienes.
El Secreto (revelado por la Virgen) – sólo propone la observancia de la Ley de Dios. Sólo se lamenta por la inobservancia de esta misma ley…Por otro lado, ¿no sabemos acaso que Nuestro Señor fue condenado, fue crucificado por los Sacerdotes…? Y hoy día de nuevo, sí, son los sacerdotes la causa de nuestros males, porque ellos no son fieles a su vocación”.

*Lectura recomendada: LEÓN BLOY, “LA QUE LLORA”, Editorial Mundo Moderno, Buenos Aires, 1949, (NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE)…Los niños menores de siete años serán presa de un estremecimiento y morirán entre las personas a cuyo cargo estén; los otros harán penitencia por el hombre.
…Las estaciones serán alteradas… Palabras de la Santa Virgen.


EL FUTURO DE LA REVOLUCIÓN

Por lo general, Dios no rechaza de los adversarios el fruto de su trabajo.
La Revolución avanza, tratando de esconder su verdadera faz satánica. La Contrarrevolución debe entonces desenmascararla totalmente, en su espíritu, en sus manifestaciones, en sus maniobras.
Hay que combatir la Revolución como un todo. Rechazar un sólo veneno entre todos los que nos proponen, no es suficiente.
LEÓN XIII, en su encíclica sobre la masonería, exhorta a los obispos a emplear todo su celo en combatirla y les señala el medio principal…”lo primero que procuréis sea arrancar a los masones su máscara para que sean conocidos tales cuales son…”.
Si DIOS no interviene de modo extraordinario, ¿Cuál será el futuro de la Revolución?

El futuro de la Revolución:

1) Según Mons. DELASSUS, la REVOLUCIÓN construye el templo masónico:
2) El templo masónico en tres naves: a) Construcción política (sociedad temporal). Construcción religiosa-humanitaria (sociedad eclesiástica). Construcción satánica (condiciones de un gobierno satánico de la tierra a través de una socialización del pecado sin improvisación por lo cual no se puede estar sin pecado mortal. En caso de guerra nuclear, será una vendimia para el infierno.
3) Planos a conocer (entre otros): 1) Las constituciones de Anderson. 2) Las instrucciones de Weishaupt. 3) Los Protocolos de los Sabios de Sión (se realizan bajo nuestros ojos aunque no se quiera reconocer su autenticidad). 4) Las Instrucciones de la Alta Vena. 5) Leer y estudiar los textos del enemigo: Periódicos, revistas, libros, etc. Mantener contacto con el enemigo, estudiar metódicamente su programa de acción y de pensamiento…

2. El futuro de la REVOLUCIÓN también “depende de la no combatividad de los nuestros” . Encuentran exagerado el análisis Contrarrevolucionario e imposible la próxima victoria de la eutanasia de las comunidades de base, de la socialización de los cuerpos, etc., … por la única razón de que todo esto está fuera de su mentalidad. “Pleitos entre monjes”: esto es todo lo que había entendido el “optimista” LEÓN X (el Papa de la Reforma luterana) de la naciente Revolución protestante.
Como Luis XVI se sonreía en los teatros de la cultura iluminista-racionalista, así hoy las altas autoridades de la Iglesia y del poder temporal se sonreían optimistas ante la mano tendida del comunismo y a las convulsiones que anuncian la IV Revolución en la Iglesia.
Si un día la III o la IV Revolución se adueñaran de la vida temporal con la asistencia en el campo espiritual del progresismo ecuménico, esto se deberá más a la negligencia y a la colaboración de los sonrientes optimistas profetas “del buen sentido”, que a toda la obra agresiva y maliciosa de las masas y servicios de propaganda revolucionaria.
Acostumbrémonos a considerar como peligrosísimos enemigos de la Iglesia a aquellos que, en nuestro medio, son injustos minimizadores de la Revolución, sea por ingenuidad, ignorancia, falso optimismo o mala fe.
“Se llaman católicos liberales… inclinan el espíritu… a la tolerancia… son más peligrosos y procuran más daños que los enemigos declarados… imprudentes amantes de la conciliación… debilitan nuestras fuerzas”. (S. S. PÍO IX, Beato, 6.3.1873). Los amantes de la conciliación: ¿cobardes, traidores, suicidas?
En el diagnóstico Contrarrevolucionario – he aquí el verdadero optimismo – se encuentra el verdadero remedio, los demás optimismos no son sino ignorancia y locura. El futuro reserva a los católicos el espectáculo de muchos derrumbes y un rudo encuentro.

NUESTRO FUTURO: ¿QUÉ HACER?

I. Volver a encontrar con el “oppositum per diametrum” toda la visión católica, “Los verdaderos amigos del pueblo no son ni innovadores, ni revolucionarios sino tradicionalistas” (SAN PÍO X). Los católicos tradicionalistas únicamente ueden restaurar la sociedad temporal, y hoy, “primis”, la Sociedad Eclesiásticas; y esto separándose de los adversarios.

II. Evitar reaccionar a la Revolución en la Iglesia sin el fundamento de la reflexión contrarrevolucionaria; esto jamás impidió creer y perseguir el bien presente mientras se asegura el bien futuro: “oportet hoc facere et illa non omitiere”.

III. Mons. DELASSUS, gran patriarca de la TEOLOGÍA DE LA HISTORIA, es también un gran maestro de la doctrina de la acción. Nos da los principios de la Contrarrevolución, principios muy generales que nunca serán superados y a los cuales es necesario agregar los aspectos técnicos detallados y la nueva documentación. Mons. DELASSUS asimiló todo el material precedente, hasta el comienzo del siglo XX, haciendo una gran síntesis; elaboró el programa de la reconstrucción cuyos principios que quedaron fijos para siempre.

IV. Siguiendo a JOSEPH DE MAISTRE, declara que la Revolución es un instrumento de la justicia de Dios, par castigar nuestros pecados, por la forma en que se profana y des-acraliza EL MUNDO POR EL HUMANISMO. La Revolución es una era del género humano, posterior al Paraíso terrenal, a las tinieblas y a la decadencia que siguen al pecado original, a la Encarnación de Dios Nuestro Señor, a la cristianización que de Él se sigue y a la des-cristianización lograda por la Revolución, que quiere rehacer el mundo a su gusto.

V. La REVOLUCIÓN ES SATÁNICA por su odio hacia JESUCRISTO verdadero Dios; quiere levantar el templo de Satanás y cubrir el mundo entero; por esto, prepara las condiciones de un gobierno satánico del mundo. ¡Pero el mundo no se puede quedar así!

VI. Efectivamente, Satanás es siervo de Dios, y Dios no permite el mal sino en la medida de sus designios. Satanás, como el hombre, hace lo que quiere pero, haciéndole, trabaja a su pesar en la realización de la voluntad de Dios. Estamos a tiempo de necesarias destrucciones para las reconstrucciones futuras. En un incendio se destruyen muchas cosas preciosas, pero en el fuego también perecen las serpientes. La Revolución trabaja en una gran unificación de los pueblos y, por el momento, en su ventaja. También había una gran unidad a la llegada de Nuestro Señor Jesucristo.

VII. Satanás busca su triunfo histórico. La hora es decisiva. La Revolución puede llevar al fin del mundo o, al contrario, tal vez estemos en los primeros siglos de la Iglesia.

VIII. En segundo lugar, Mons DELASSUS proporciona las reglas de la contrarrevolución. Como la Revolución es satánica, la Contrarrevolución será angélica o no de una nueva religión. No nos volveremos a levantar sin la intervención divina que debemos pedir y de que hay que estar dispuestos a sacar provecho. Todos los períodos de la historia terminan primero con el triunfo natural del mal sobre el bien y finalmente, con el triunfo sobrenatural de Dios sobre el mal. AL FINAL, ¡MI CORAZÓN INMACULADO TRIUNFARÁ!

Actualmente el mal triunfa; nuestra esperanza está toda en Dios, debemos pedirle el milagro. Nunca en el mundo acaecieron grandes sucesos sin que hayan sido preanunciados; ahora todo anuncia la intervención de MARÍA SANTÍSIMA. Mons. DELASSUS habla entonces de la vocación de Francia.
Dios en Amor; y el bien tiende a difundirse: por eso creó el Cielo y la Tierra.
Lucifer destruye el plan de Dios con su pecado y con el de Adán, pero Dios no renuncia a su dibujo de amor: lo restaura de forma todavía más bella dándose a Sí mismo en la Encarnación, con la Eucaristía y con los dones como la Santísima Virgen, nuestra Madre y el Papa.
Lucifer, con la Revolución, destruye la admirable Civilización católica que se había edificado sobre la Tierra.
¿Dios renuncia entonces a Su Plan de amor? No lo parece, todo hace pensar en que sobre las ruinas acumuladas por Satanás, Dios Nuestro Señor quiere restaurarlo de forma más admirable gracias a la intervención de la Santísima Virgen.

LO QUE DIOS HA DIVIDO EL HOMBRE NO LO DEBE UNIR, ES DECIR, LA LUCHA ENTRE EL BIEN Y EL MAL: “IMIMICITATIS PONAM INTER TE ET MULIEREM, ET SEMEN TUUM ET SEMEN ILLIUS”. “He puesto enemistad entre ti y la Mujer, entre tu linaje y el Suyo” (Gen. III, 15).


“LA GRAN LECCIÓN “OMNIUM PER IPSUM” y SINE ME NIHIL”.

BLANC DE SAINT BONNET dice: “Los hombres quieren salvarse sin Dios, de esto hicieron una cuestión de honor. Entonces, Dios los dejará saborear hasta la saciedad todas las lecciones que los sucesos contengan”.
La cristianización del mundo fue querida por la Providencia y su des-cristianización fue permitida, para dar la prueba y la contraprueba de que hay un solo Camino, Verdad y Vida, nuestro Señor Jesucristo y Su Obra: la Santa Iglesia Romana su Civilización.
¿No supieron conservar, los hombres del siglo XVI, el deseo de la vida futura y el desprecio del mundo? Entonces, la Providencia permitió el inicio de la Revolución en el naturalismo neopagano del Humanismo.
“Omnia per Ipsum”: todo a su través de Él. “Sine Me nihil”: “Sin Mi, nada”. Sólo N. S. JESUCRISTO logró encadenar a los pies de la Cruz los monstros del paganismo antiguo, el infanticidio, la esclavitud… Ahora, quieren rechazar a Nuestro Señor, y los monstruos del aborto y de la esclavitud comunista se desencadenan nuevamente sobre la Tierra.


LA REVOLUCIÓN y LA EXALTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN.

Todo ANUNCIA UNA INTERVENCIÓN EXTRAORDINARIA DE LA Santísima Virgen. “¿Quae es ista?” ¿Y quién es esta mujer? Es la Madre de Dios del Cielo y la Tierra. Es la única Mujer fecundada por Dios.
No hay que temer exagerar en tener confianza en honrar y amar a MARÍA SANTÍSIMA, porque el ejemplo nos es dado por la Santísima Trinidad: Dios Padre, confiándole el Verbo, Dios Hijo, honrándola como Madre, Dios Espíritu Santo, amándola como Esposa.
Ahora, si la Teología atribuye al Padre la CREACIÓN, AL Hijo la Redención, al Espíritu Santo la difusión de la Iglesia, la teología siempre atribuye a la Santísima VIRGEN el papel de aplastar la cabeza de la Serpiente y sus obras: la Revolución.
Después de las últimas grandes apariciones de la Santísima VIRGEN en Lourdes, en La Salette, en Fátima, la atención de los católicos es atraído por la Providencia sobre el papel histórico de la Santísima Virgen.
¡Qué venga el Reino de MARÍA anunciado por S. LUIS GRIGNON DE MONFORT.

¡María vincit, María regnat, María imperat!


¿No entendieron, los hombres del siglo XVI, la lección? Dios permitió la Revolución religiosa: el Protestantismo.
¿No quisieron comprender, los hombres del siglo XVIII? Dios permitió la Revolución política y social, llamada “francesa”, con sus principios de muerte: libertad, igualdad, fraternidad”.
Pero ¿se ha endurecido el intelecto y el corazón de los hombres? ¿No quieren regresar a Dios? Pues bien, Dios permitió en el siglo XX la explosión de la Revolución en la economía con el Comunismo y sus exterminios, el Muro de Berlín, los prófugos, el divorcio, el aborto, la pornografía, la droga, etc…
Pero el peor castigo que Dios nos reserva por nuestros pecados es el haber permitido que los principios de la Revolución entrasen oficialmente en la Iglesia con el Concilio Vaticano II. Este parece ser el Tercer Secreto de Fátima.
Hombres, ¿no queréis, todavía comprender? ¿No queréis regresar a Dios? ¿Cambiar de vida? ¿Buscar los bienes eternos y no los falsos bienes de esta tierra? Entonces es verosímil que nos castigaremos a nosotros mismos por nuestros principios revolucionarios.
Miremos al futuro con ilusiones. Si la Revolución es un proceso lógico, universal de des-cristianización y satanización. ¿Cuáles serán las etapas presentes y futuras?: la eugenesia, la socialización del pensamiento, de la voluntad, de los cuerpos, es decir, las prostitución colectiva obligatoria y la demolición de lo que queda de la Iglesia por medio de las comunidades de base conducidas por profetas carismáticos etc., Frei Betto, por ejemplo.
“No… ¡Está exagerando! Usted exagera”…
¿Parece exagerado todo esto a los católicos aburguesados?
Así pensaban en su mediocre banalidad los que nos precedieron: “¡No… el aborto no sucederá nunca…usted es un exagerado!”
¿Qué hacer? ¡Comprender la gran lección de la historia! Y empezar el único trabajo serio de conversión personal y social.
Tal vez Dios permite esta grande y trágica lección porque de existir futuros siglos cristianos, todo esto que hoy acontece servirá de espectáculo inolvidable a aquellas generaciones.
Si Dios quiere que la lección sea terrible, endurecerá los corazones de los hombres del siglo XX o XXI. Como hizo con el Faraón para que así conociera las diez plagas de Egipto. ¡Parce, Domine! (¡Perdónanos Señor!).
Esperemos lo contrario junto con JOSÉ DE MAISTRE, y esperemos que todo se restaure por un grandiosa intervención de la Misericordia de DIOS…” AL FINAL, Mi Corazón Inmaculado triunfará”.

PONEMOS ESTE ESTUDIO A LOS PIES DE LA INMACULADA.


Editó Gabriel Pautasso
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DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 92

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miércoles, 16 de septiembre de 2009

15 de Septiembre – Los siete dolores de la Santísima Virgen María

AYER contemplábamos el triunfo de la Santa Cruz. Volvamos hoy junto a ella y junto a MARÍA traspasada de amargura.
MARÍA estaba en pie junto a la cruz en que JESÚS pendía (Ev.) y una espada de dolor traspasó su alma, según lo tenía predicho SIMEÓN (Or., Sec.) MARÍA “ve a su dulce Hijo desolado y en medio de mortales angustias, y recoge su último su último suspiro” (Sec.).
La compasión que su maternal corazón siente junto a la cruz, le ha merecido la palma del martirio, sin la muerte” (Com.).
MARÍA nos engendró a la vida a la vida sobrenatural en el Calvario. Somos hijos de su dolor. Pues “no nos olvidemos de los gemidos de nuestra Madre”, antes procuremos ser fervientes devotos suyos y meditar a menudo sus Sietes Dolores que la acompañaron toda su vida, acibarando sus castísimos gozos.

La Virgen comunicó a SAN BRÍGIDA DE SUECIA (1303-1373)

“Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de MÍ y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de MÍ que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios.

Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete AVE MARÍAS mientras mediten en sus lágrimas y dolores:

1. “Yo concederé la paz a sus familias”.
2. “Serán iluminados en cuanto a los divinos Misterios”.
3. “Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos”.
4. 4. “Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se opongan a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas”.
5. “Los defenderé en su batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas”.
6. “Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su madre.
7. “He consagrado de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo eterno”.

MARÍA AL PIE DE LA CRUZ

Mujer privilegiada
Con el dolor más grande del mundo
Mas que la mar salada
Mas que la mar profundo
Más incomunicable y obsoleto
Que el dogma de la Fe secreto;
Mujer de la que dijo el Fariseo
Mirando al reo
Terrible:
He aquí una mujer insensible
Al pie de la Cruz maldecida
Petrificada y erguida
Sin lágrimas ni herida…
Y con su amor incuba ese destrozo
De este mundo asombroso
Que lo injuria y ahulla en derredor.
Mujer privilegiada
Ideal y real más que un hada
Que desde el trono de un dolor indescriptible
Incuba con su mirada
Todo lo visible.


LEONARDO CASTELLANI E. U. Agosto 15 de 1962.
(E.U. quiere decir: EREMITA URBANUS: monje urbano, monje de la ciudad,
Monje No del campo. Eremos hace referencia al desierto. Si vivir en el desierto es propio de monachos, del que vive sólo. El MAESTRO CASTELLANI lo definió así.
De allí INSTITUTO EREMITA URBANUS, para todo mundo).


Editó Gabriel Pautasso
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martes, 15 de septiembre de 2009

Perón pidió perdón en el Vaticano


Texto de la excomunión de Perón y otros, el 16 de junio de 1955

"Cun postremis hisce temporibus in Republica Argentina multismodis in Ecclesiae iura invasum sit et im ipsas ecclesiasticas personas sitimpetitum; novissime quidan nedum manus iniicere in Excmum P.D. Emmanuelem Tato, Episcopum titularem Aulonensem, Auxiliarem et Vicarium Generalem archidioecesis Bonaërensis, sed et Ollum ab exercitio suae jurisdictionis impedire et ab ipsa Dictione Argentina expellere ausi sint, Sacra Congregatio Consistorialis declarat ac monet eos omnes qui huiiusmodi delicta petraverunt, sive mandantes cuius cum que generis et gradus, sive complices quos praefata delicta sua natura postularunt, sive illos qui ad delictorum consummationem latae sententiae epeciali modo Apostolicae Sedi reservatam, ad tramitem cann, 2343 s 3, 2334 n. 2, 2209 s 1.2.3 C. I. C., contraxisse ceterasque poenas pro qualitate delinquetium incurrisse, ad normam sacrorum canonum.

Datum Romae, ex Aedibus S. Congregationis Consistorialis, die 16 Iunii
1955

Fr. A. I. Card. Piazza, Ep Sabinen, et Mandelen, a Secretiis S. Iosephus
Ferretto, Adsessor".

El texto de la excomunión, originado en la Sagrada Congregación Consistorial y datado en Roma, con la firma del secretario del organismo vaticano, Cardenal Adeodato Piazza y el del asesor de la misma congregación, Monseñor Giuseppe Ferretto, se refería a la acción de "poner manos violentas" sobre la persona de un obispo e impedir el ejercicio de la jurisdicción eclesiástica.

SOLICITUD DE LEVANTAMIENTO DE SANCION:

“Beatísimo Padre:

El que suscribe, Juan Domingo Perón, domiciliado en Madrid, Ciudad Puerta de Hierro -Sector Fuentelarreina- Quinta 17 de Octubre, temiendo haber incurrido en la excomunión Speciali Modi, reservada, conforme a la declaración de la Santa Congregación del 16 de junio de 1955 (Acta Apostolicae Sedis, Vol XXII, p.412) sinceramente arrepentido, pide, por lo menos ad cautelam, la absolution.

En realidad, el que suscribe ya ha sido absuelto, por motivos de caso urgente, por su propio confesor y admitido a los Sacramentos; pero desea en todo estar en paz con la Iglesia y, por esto, ha presentado la presente solicitud, contento, además, de poder hacer este acto de humildad.”

Juan Perón.


El resultado de esta solicitud se concreto en la visita del arzobispo de
Madrid, Mons. Eijo y Garay.
Ese 13 de febrero de 1963, pese a los infundios y malos entendidos, quedó aclarado en forma definitiva que Perón siempre había permanecido fiel al catolicismo. El Obispo español dio la absolución a Perón, quien la recibió de rodillas.

El obispo de Madrid-Alcalá, finalmente, expidió una constancia para el interesado de la realización del mandato de la Sagrada Congregación Consistorial, con encargo de la mayor reserva:

Exmo.
Señor D. Juan Domingo Perón,
Madrid.

Exmo Señor:
A fin que quede a V.E. constancia de la ejecución de la gracia concedida por Su Santidad el Papa, envío a V.E. copia fiel del decreto que para tranquilidad de su conciencia cristiana me ha dado en dictar para ejecución del Rescripto de la S.C. Consistorial Prot N 1147/57. Dice asi:

Para dar cumplimiento a la comisión que la S. Congregación Consistorial, en virtud de las facultades que le otorgo nuestro Santísimo Señor, por la Divina Providencia Papa Juan XXIII, me ha confiado, me apersoné el 13 de febrero del año 1963 en el domicilio...

Obispo de Madrid-Alcala.


El º13 de Agosto de 1971 se dieron a conocer los textos de la carta y del acta. La Santa Sede reconoció su autenticidad con una declaración del 7/IX/71 en la que explicaba que no fue publicada en su oportunidad en razón del delicado momento político por el que atravesaba la Argentina. En esa ocasión la declaración daba cuenta de que: Perón, a pedido suyo, fue absuelto de la excomunión por un rescripto (decisión papal) de la Congregación Consistorial el 18 de enero de 1963.

Datos extraídos de "La Iglesia Nacional Peronista" del Dr. Roberto Bosca,
Decano de Derecho de la Universidad Austral- Julio 1997- Capitulo
IX -páginas 369. ss. (eu)
nº 310


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis Nº 296
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La traición

Es lógico que del campo enemigo del cristianismo vengan ataques, la subversión y al caos. Siempre fue así.
La rebelión universitaria se ha notado por primera vez en la Argentina con intervención de las universidades católicas y, lo que marca diferencia con las estatales, es que en las primeras autoridades académicas han colaborado con la revuelta.


“Los tímidos y los emboscados están bien cerca de hacerse desertores y traidores. DESERTOR y TRAIDOR, cualquiera que concediera su colaboración material, sus servicios, su talento, su ayuda, su voto político a partidos y a poderes que niegan a Dios, que substituyen la fuerza del derecho, la amenaza y el terror a la libertad, que hacen de la mentira, de los conflictos, del sublevamiento de masas, tantas armas para su política y que hacen imposible, la paz interior de los países y entre las naciones.” (PÍO XXI a los jóvenes romanos de la Acción Católica, 8/12/1947).

Antes de los lamentables sucesos de mayo de 1969 protagonizados por agitadores izquierdistas manifestábamos que frente a la calma reinante en las universidades, no se podía suponer que todos los “factores de desorden hayan cambiado tan de repente en forma colectiva” y que “las minorías marxistas volverán a la calle, con la protección de sus maestros”. Esto, desgraciadamente, sucedió antes de lo imaginado. Ahora lo reiteramos, que si bien los revoltosos son minoría, no se los vencerá sin energía y fe en la justicia de la causa del orden. Debemos convencernos que “no se triunfa sobre la SUBVERSIÓN y el COMUNISMO con masas amorfas, sino con gente que tenga mayor energía para el bien que sus seguidores tienen para el mal”. Logrados hombres de ese temple el beneficio puede ser asombroso, por dos razones poderosas: la ayuda de Dios para las personas realmente quieren hacer Su voluntad, y el efecto proporcionado que tienen en épocas de debilidades y de seguir la corriente, toda persona o grupo serio y enérgico dispuesto a jugarse por sus principios hasta las últimas consecuencias.

Es lógico que del campo enemigo del cristianismo vengan ataques, la subversión y al caos. Siempre fue así. Lo característico del momento y lo que le confiere gravedad especial, es ver que muchos que se atreven a usar el rótulo “católico” y peor aún, sacerdotes, se hayan pasado con armas y bagajes al ejército de la Revolución anticristiana y desarrollan allí una acción cuya eficacia hace sombra a los mismos comunistas de partido y del que ciertamente no hicieron gala al servicio de Dios y la nación. Y esto tiene un solo nombre: TRAICIÓN.
En este episodio de la rebelión universitario se ha notado por primera vez en la Argentina, intervención de las universidades católicas y, lo que marca diferencia con las estatales, es que en las primeras autoridades académicas han colaborado con la revuelta. Suspender clases, celebrar misas públicas tan sólo por los estudiantes muertos – como si no hubiera bravos policías gravemente heridos y hasta un transeúnte, quemado vivo por los “estudiantes” – publicar manifiestos subversivos o ambiguos, etc., no constituyen precisamente actos de lealtad con el país ni, mucho menos servicio a la Iglesia.
La que se distinguió en Buenos Aires a favor de la izquierda fue la Universidad del Salvador, cerrando los ojos y olvidando la cerrada oposición de la FUA a la misma existencia de las universidades no estatales y “libres”. Su Rector concelebró una misa – confiriendo así solemnidad especial al acto – por los estudiantes caídos, luego de lo cual alumnos de la misma universidad se sentaron en la calzada, interrumpiendo el tránsito en la calle Callao. El sermón – por lo que pudimos leer en los diarios – también echo leña al fuego, al reclamar que la vida universitaria se desarrollara en un clima de libertad. Preguntamos: ¿quién niega la libertad aquí? O bien, ¿reprimir con energía los desórdenes producidos con la excusa fútil, del aumento irrisorio a 57 pesos de la comida en un comedor estudiantil – ya quisieran comer los obreros por $ 57 – o impedir que se haga política en vez de estudiar en las universidades, es atentar contra la libertad? ¿Conocen el R. Rector y los sacerdotes revoltosos la encíclica Libertas de León XIII, carta magna de la libertad cristiana?

En estos episodios constatamos con sorpresa la celebración de numerosas misas a favor en definitiva de una causa adversa al catolicismo. Debemos recordar que en la Santa Misa se renueva el sacrificio de la Cruz, es decir, es el mismo sacrificio de Nuestro Señor en el Calvario o donde Él se ofrece y baja al altar verdadera, real y sustancialmente. Usar irresponsablemente de este Sacrificio para hacer progresar movimientos “non sanctos”, aprovecharse de Él como arma de mala demagogia, no puede merecer otro calificativo que el de sacrílego y clama al cielo pidiendo castigo. No nos extrañemos después si tuviéramos que sufrir consecuencias.
Por otra parte, entrando en el terreno civil, allí decimos que es de “dominio pública la blandura con se trata el gobierno nacional a todo intento subversivo si lleva consigo un lenguaje “católico”- ¿Han sufrido, por ejemplo, sanción alguna las universidades del Salvador y Católica de Córdoba por su inconducta? No, nada de eso. Sin embargo, tal medida en nada afectaría la doctrina de la Iglesia, a la que todo gobernante tiene el deber de obedecer, ya que la encíclica Divini Illus Magistri de PÍO XI, que trata de la educación, reconoce al Estado la facultad de velar por la formación cívica de la juventud. Volvemos a preguntad: ¿es dar formación cívica a la juventud contribuir a la revolución cultural?

Los últimos episodios han demostrado cabalmente una vez más, que en Hispanoamérica manos consagradas empujan al carro de la Revolución y ayudan al progreso del comunismo constituyendo amenaza constante para la Iglesia Católica, para todo gobierno y para toda sociedad. El poder destructivo revolucionario de ese sector del clero es tremendo, ya que satisfechas sus necesidades materiales por los fieles que esperan de ellos la dedicación total a la gloria de Dios y salvación de las almas, al abandonar sus tareas pueden volcar todo su tiempo y sus poderosas organizaciones a la causa revolucionaria. Unas pocas religiosas del Sacré Coeur promoviendo desórdenes en Córdoba, en el barrio Jardín, mi barrio al sur de la ciudad, a parte de traicionar a SANTA MAGDALENA SOFÍA BARAC, quien fundó su congregación para combatir a la revolución francesa, hacen más daño al país que un grupo mucho mayor de activistas desarrollando la misma tarea. No olvidemos que si bien el daño mayor se causa a la Iglesia, Ella es indefectible por promesa divina,, mientras las sociedades y los gobiernos pueden perecer. Comprendemos que la situación de mayo 1969 era delicada, ya que los progresistas tienen interés en provocar un enfrentamiento en Iglesia y autoridades civiles, pero seguir ciegos, sordos y mudos frente a esta amenaza es suicida. No resulte que por no tomar medidas – preventivas, si se puede, pero también las represivas que la doctrina católica permita y la prudencia aconseje – no amanezcamos un día en la triste situación de la Cuba de Fidel Castro. El tiroteo a soldados del Ejército Argentino por guerrilleros urbanos de torres de iglesias en Córdoba mayo 69 es un aviso demasiado serio para ser desoído. Debe aclararse cómo aclararse hasta allí los francotiradores.

En segundo lugar debemos constatar otra TRAICIÓN, la que, sumada a la clerical, llena de zozobra a los hombres de buena voluntad. Se trata de la defección de las clases que ocupan un lugar de relieve en la sociedad y por sus condiciones, estado social, situación familiar u otras, SON EJEMPLO – BUENO o MALO – para los demás. Estas clases parecen haber perdido la cabeza al convertirse ellas también en masa – en la peor acepción del término: grupo de hombres que no piensa sino siente y es movida por impulsos exteriores – adoptando actitudes suicidas que caracterizan a dirigentes carentes de vigor y de honor, propias de épocas de crisis y decadencia La larga lista de declaraciones, en especial de asociaciones profesionales formadas por hombres que pasaron por la universidad, se agrega a las armas de los enemigos del orden. Hombres prósperos juegan con un fuego que no sólo puede incendiar al país, sino quitarles su prosperidad. Pero eso no quita el predominio de la insensatez general, la que se nota también en conversaciones, donde REVOLUCIONARIOS DE CAFÉ emplean toda clase de lugares comunes sentimientos. Los medios de comunicación social, por supuesto, contribuyeron a la subversión. Revistas ilustradas, de edición lujosa, rebosantes de avisos de empresas capitalistas y hasta entes estatales, han preparado el ambiente. Aquí el único comentario que nos ocurre es el de LENIN: que “SI EL COMUNISMO HICIERA UNA LICITACIÓN PARA COMPRAR CUERDA PARA AHORCAR A LOS CAPITALISTAS FORMARÍAN FILA PARA PARTICIPAR EN LA LICITACIÓN”.

Todo esto demuestra nuevamente que los enemigos del país, los que ayudan la revolución comunista, no hay que buscarlos en los barrios obreros ni, mucho menos, en las villas de emergencia. Aquí se habla de los dirigentes sindicales que también envenenaron el ambiente, tampoco los vemos subalimentados, marginados de la vida pública y en estado de gran pobreza. Quedó claro que NO HA SIDO EL PUEBLO SENCILLO, el que trabaja y no hace política, quien preparó el “bogotazo”(“cordobazo”), ya que, los pretextos “UNIVERSITARIOS” esgrimidos, al hombre de la calle mayormente no le interesan, ni en ellos tiene arte ni parte. Pero también quedó que son las minorías activas las que mueven la sociedad. Y si no existe una –elite-, también activa, formada en los principios católicos, dispuestos a jugarse por el bien común, los comunistas pueden imponer su imperio, en el momento menos pensado, aunque la población no lo quiera, esté bien alimentada y no desee los dolores de cabeza, angustias y sufrimientos propias y naturales del régimen comunista.


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 88
Instituto Eremita Urbanus

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domingo, 13 de septiembre de 2009

Ya la religión se acaba

Ya la religión se acaba,
Virtudes y devociones;
Dan el grito las pasiones,
Alza el capricho la espada.

(Del Cancionero del Pueblo de Santiago del Estero, siglo XIX)


GLOSA

Ya no hay Papa Santo en Roma,
Que nos conceda una gracia;
¡Ay, que terrible desgracia!
Ya no hay rey, ya no hay corona,
Sólo la guerra entona,
Ya no hay virtudes, no hay nada,
Esto es en una palabra:
Ya no hay obispos, no hay curas,
De esto nadie tenga duda,
YA RELIGIÓN SE ACABA.

Ya no hay ley, ya no hay razón,
No hay pasto espiritual,
Hoy mueren como animal
Sin alcanzar confesión,
Luego no hay devoción.
¿Dónde están nuestros pastores?
No hacen ver sus religiones
Ni siquiera una mirada;
Con razón digo se acaban
VIRTUDES y DEVOCIONES.

Con justa razón se quejan
De falta de un religioso,
Porque vienen a negocios
Y no a cuidar sus ovejas.
Ven el templo en ruinas y dejan
Por andar en comisiones,
Fallan sus obligaciones
Faltando a la ley escrita,
Por andar en la política
DAN EL GRITO LAS PASIONES.

Se anuncia en este año ochenta
Dos épocas temerarias,
Con mucha razón desvarían,
El hambre y guerra funesta.
Más rigurosa viene ésta
Que hace víctimas forzosas,
Que mueren miles no es nada
Siendo extraños enemigos,
Pero entre propios y amigos
ALZA EL CAPRICHO LA ESPADA.


Nº 1 EL TEO-FILANTRÓPICO O EL AMIGO DE DIOS y de los hombres.
Martes 16 de Marzo de 1824. (Reproducción facsimilar seleccionada de una página del famoso PADRE CASTAÑEDA, escrita hace casi 200 años,(184 años), pero era palpitante actualidad. Filántropico cuaderno 1º pág. 17)

Aunque nuestras luces son muy limitadas, nos vemos resuelto a tomar la plaza de escritores, al ver la osadía con que muchos periodistas van minando las máximas incontrovertibles de la Iglesia, y los principios eternos de la moral. En un país católico vemos grasar impunemente el error, y levantarse doctores atrevidos de la impiedad, que ponen todo su conato en ridiculizar lo más sagrado. Entre tanto el clero es un frío espectador de estos desordenes, y no toma la menor parte en contenerlos. No puede ignorar que en la propagación de estos principios le va nada menos que su existencia; sin embargo vide entregado á un olvido de lo que ha sucedido en otras partes, y no quiere aprender en la escuela de la experiencia el medio de precaver su ruina. No se han cicatrizado aun las profundas heridas de la falsa filosofía ha abierta a la Iglesia de Francia, y humea la sangre de tantos sacerdotes sacrificados á su furor; en América empiezan á difundirse las mismas doctrinas que ocasionaron aquel trastorno, y una horda de impíos trabaja con tesón para llevarlas al cabo, y el clero no toma con tiempo sus medidas, ni se pone a la defensiva. ¿Y que se puede pensar de esta conducta extravagante del clero? Juzgaremos que ha capitulado con el espíritu del error? No hay duda que algunos eclesiásticos se hallan muy avenidos con todas las novedades que se quieren introducir; de aquí provienen esas secularizaciones escandalosas de regulares, que mal contentos con su estado, han renunciado á la profesión, á que estaban ligados por votos solemnes; he aquí proviene igualmente aquel calor con que algunos clérigos seculares han sostenido en discusiones públicas las innovaciones, que se han hecho en mil cosas, cuyo origen se pierde en la más remota antigüedad. ¡Venerables sacerotes! Mirad la tormenta que se forma sobre vuestra cabeza; apresuraos á conjurarla. Haced ver á los pueblos las tramas execrables y profundas que preparan contra la religión los discípulos de VOLTAIRE, ROUSEAU, DIDEROT, Y ALEMBERT; de esos monstruos abortados de las entrañas de la tierra para fanatizar las naciones. No temáis ser vencidos en la lid, sus armas no son otras que el sarcasmo ridículo y la mentira. ¡Gobernantes americanos! Aprended en la escuela de nuestras desgracias: todos los desastres, sacudimientos y convulsiones horrorosas de nuestros pueblos obra son de esa folifía llena de artificios y seducción. No habiendo religión se rompen los vínculos que unen á los ciudadanos con sus jefes, y á la paz y fraternidad sucede el desorden, la turbación y la discordia, aniquilad esta secta monstruosa, y ver renacer el orden; pero para aniquilar, no es necesario de los rayos, con que ella hace sus estragos; basta deshacer sus prestigios, hacerla atacar en sus principios, manifestar lo absurdo de sus doctrinas y la perversidad de los que la promueven.

LIBERTAD DE LEER

El gran patriarca VOLTAIRE, escribiendo a HELVECIO decía, herid, y ocultad la mano. Nuestro escritor se ha desviado de esta bella lección, y ha empezado su carrera al público sus arrebatos, y descargando golpes sin discreción y sin delicadeza. Abre su campaña impugnando el auto del prelado diocesano sobre libros prohibidos, y pretendiendo que se dejen correr libremente hasta los del ateismo, y cualquiera producción del espíritu, asi como no se ponen trabas á las producciones de la naturaleza.


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 85
Instituto Eremita Urbanus

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